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miércoles, 29 de junio de 2016

Seregni, Vasconcellos y Zelmar Michelini:1970, La encrucijada del tercer polo batllista



Luego de los cierres de órganos de prensa y de quitar la personaría jurídica a varios sectores políticos dispuestos por Jorge Pacheco Areco, entre los que se destacaban” Epoca” y “El Sol” y se ilegalizaba y procesaba a los firmantes del “Acuerdo Epoca” por incitar a la violencia y adherirse a posturas emanadas desde Cuba, el MRO( Movimiento Revolucionario Oriental) decide crear las “Fuerzas Armadas Revolucionarias Orientales” para formar un frente común con otros grupos armados y en acción como el MLN y la OPR33. Los sucesos internacionales marcaban a fuego la realidad uruguaya: Estados Unidos tenía una hegemonía absoluta en América Latina y había intervenido en la República Dominicana y  estaba buscando el permanente apoyo de los países de la región en la contención del Comunismo para aislar la influencia de Cuba. En la izquierda uruguaya se debatían ardorosamente otros temas como el conflicto entre China y la URSS. Trataban de digerir de alguna forma la intervención de la URSS en Checoslovaquia, en tanto que en Cuba se desarrollaba la tricontinental con la conferencia  OLAS y su legitimación de modelos de Guerrilla Urbana en el Sur de Venezuela llevada adelante por MIR y la guerrilla rural desencadenada por el Che en Bolivia. Ambos episodios y teóricos como Regis Debray, Abraham Guillen, y Frantz Fanon van a influir notoriamente en la guerrilla tupamara. A nivel continental, entonces,  de un modo casi romántico se estaba gestando una insurrección  percibida como si fuese “ la segunda independencia de América” y el movimiento tupamaro justificaba la violencia en sus documentos afirmando que “(…) comprendiendo que son las acciones revolucionarias las que precipitan las condiciones revolucionarias” No podemos negar que el MLN consiguió adhesiones de todos los sectores de la sociedad y que sus integrantes fueron mayoritariamente pertenecientes a sectores medios y jóvenes. Como sabemos uno de los principales dirigentes fue Raul Sendic, estudiante universitario, que fundó la UTAA (Unión de trabajadores azucareros de Artigas) y proclamaban la creencia de un socialismo nacional, el artiguismo y que la lucha armada hacia tomar conciencia a hombres y mujeres de los problemas sociales que el Uruguay vivía. El episodio que muestra el accionar revolucionario, con crudeza ideológica, fue la toma por espacio de 30 minutos de la Ciudad de Pando en octubre de 1969 al cumplirse un año de la muerte del Che en Bolivia. El enfrentamiento más brutal de la lucha armada se desarrolló el 14 de abril de 1972. La conflictividad aumentaba y el mecanismo del Poder Ejecutivo para enfrentarla era el instrumento constitucional de la Medias Prontas de Seguridad. Conviene recordar que este recurso estaba previsto para casos graves de ataque exterior o conmoción interna y por el cual se suprimen las libertades individuales y derechos fundamentales de los ciudadanos. La prohibición a partir de 1969 de utilizar por los medios de prensa algunos términos que aludían al MLN: célula, comando, delincuente político, delincuente ideológico, subversivo, extremista y terrorista entre otros no se podían utilizar. La prensa lisa y llanamente se refería a los tupamaros como “los innombrables”. Durante los primeros meses de 1969 pareció llegar la paz entre los sectores colorados. Hubo una gran mediación de Héctor Grauert y por momentos  se logró algunos puntos de equilibrio entre los sectores. Tanto Zelmar Michelini como Amilcar Vasconcellos mantenían grandes discrepancia con el Gobierno de Pacheco Areco. De las negociaciones con el gobierno se logró que se levantaran las Medidas Prontas de Seguridad pero se mantenía muy firme en la política económica de congelar los precios y los salarios y sobretodo la intervención en algunos entes estatales. En la prensa batllista Michelini afirmaba “ Es un primer paso hacia la normalización del país(…)” Sin embargo sucesos posteriores llevaría a la interpelación de varios ministros que contaron con el apoyo de la lista 99 batllista, y en forma simultánea comienza a recibir el Parlamento muchas denuncias de victimas de represión y malos tratos por parte del gobierno. El frente común que trabajosamente llevan adelante Michelini y Vasconcellos comienza a tener fisuras. Michelini toma con mucha pasión la investigación de las acusaciones de torturas. Había un buen ambiente entre Alba Roballo, Amilcar Vaconcellos y el propio Michelini para buscar un foco batllista ,una suerte de convergencia de la “izquierda batllista” Y es acá el principio del fin del batllismo radical, unificado y trascendente cuando surge el nombre del general Líber Seregni para comandar este nuevo sector de cara a las elecciones de 1971. El propio Seregni afirmaba tener una buena relación con los jóvenes turcos, con Michelini, con Flores Mora y con Vasconcellos. Según cuenta Enrique Martinez Moreno  en una entrevista citada en el libro de Mauricio Rodríguez sobre Zelmar Michelini que al visitar con Michelini a Seregni le plantearon: “(…)estamos tratando de formar un nuevo grupo colorado capaz de oponerse al de Pacheco y al de Jorge(…) venimos a pedirle autorización para hacer uso de su nombre” Como sabemos el acuerdo final no se logró porque el Dr. Vasconcellos  afirmaba que por razones de estrategia y peso político el titular de la fórmula debería ser él mismo. Este fracaso de la postura de Michelini y su idea de tercer polo cambió radicalmente el futuro político del batllismo y del país. La 99 y otros se irían. Entre noviembre y diciembre de 1970 el Comité Ejecutivo de la 99 decidió promover  en su Convención la separación del Partido Colorado. Y el 8 de enero se constituyó el Frente del Pueblo integrado por la lista 99 y el Partido Demócrata Cristiano y que convocaban a otras fuerzas políticas a construir un Frente Amplio de cara a las elecciones de 1971. En una entrevista realizada por César Di Candia a Pedro Michelini , hermano de Zelmar,  afirmó en forma lapidaria: “ El Frente Amplio es la consecuencia de la negativa de Vasconcellos ante la candidatura de Seregni para la tercera fuerza batllista(…)si este hombre negativo mil por mil no se hubiera hecho proclamar en un acto en Salto, rompiéndose así la tercera posición del Partido. Hoy el  flaco estaría con vida. Y el batllismo quién sabe para dónde habría agarrado(…)[1] A estos hechos debemos agregar que la ciudadanía debería expresarse sobre la reforma del artículo 152 de la Constitución que buscaba la reelección inmediata del Presidente de la República. El partido Colorado se presentó a los comicios con cinco fórmulas presidenciales. Muy lejos se estaba del sistema colegiado, de la justicia social y del batllismo que sin saberlo estaba cumpliendo uno de sus últimos momentos como propuesta avancista social.



[1] Rodriguez, M. Zelmar Michelini su vida, La voz de todos. Montevideo 2016. Fin de Siglo. Página. 224.

lunes, 27 de junio de 2016

Pacheco Areco: 1968 "La supervivencia del Uruguay..."




En un nuevo aniversario del Golpe de Estado de 1973 se han producido como todos los años interpretaciones, justificaciones, reivindicaciones, recuerdos heroicos y de los otros. El huevo de la serpiente estaba incubándose desde los cincuenta. Y en el momento de mayor necesidad el batllismo se encontraba fragmentado y dividido. Y el proceso posterior lo llevó hacia una radicalización interna y a que varios dirigentes de primer nivel  se vieran obligados a buscar otros caminos. Según un trabajo de César Di Candia citado en el excelente libro de Mauricio Rodríguez “ Zelmar Michelini. La voz de todos” la esposa de Zelmar, Elisa sostuvo “ Al morir Gestido todo el mundo se quedó de una pieza. Pacheco no sabía nada de nada, había que soplarle al oído, darle una mano. Zelmar suspendió entonces un viaje que teníamos programado a Inglaterra para ayudarlo un poco. Pero sucedió que Pacheco se fue todo el verano a Punta del Este a la pachanga…(risas)” Ver Mauricio Rodriguez, Zelmar..Fin de Siglo Pág210. La realidad era que por segunda vez en el siglo XX un presidente fallecía en el transcurso de su presidencia.  Y asume Jorge Pacheco Areco que  pertenecía a una familia de extracción política y que había sido diputado por Montevideo y director del diario “El Día”.
A la semana de asumir la presidencia un decreto con fecha 12 de diciembre iniciaría una línea distinta a la del Presidente Gestido y a la batllista en general. Se dispuso la disolución del Partido Socialista, la Federación Anarquista Uruguaya, el Movimiento Revolucionario Oriental, El movimiento de Acción Popular Uruguayo el Movimiento de Izquierda Revolucionario La clausura de semanario socialista “El Sol” y el diario “Epoca”. Luego del verano se realizó un recambio del Gabinete en mayo de 1968 dirigido a sostener la nueva visión económica con representantes, al decir de la prensa marxista de la época, de los sectores económicamente dominantes y especialmente del sector bancario. Esto siguió con decretar Medidas Prontas de Seguridad y posteriormente el congelamiento de precios y salarios. El Partido Colorado quedó escindido entre la UCB y la 15 que aportaba líneas económicas por un lado y por otro los sectores batllistas liderados por Michelini  y por Vasconcellos. A esto se debe sumar las renuncias a sus cargos ministeriales de Manuel Flores Mora y de Alba Roballo. Un fuerte sostén del gobierno de Pacheco eran las Gremiales Empresariales que veían en su “mano dura” una solución a los problemas de inestabilidad social y sindical. Por su lado el Propio Presidente Pacheco Areco buscaba el apoyo de la ciudadanía con discursos en los que planteaba lisa y llanamente que estaba en juego “la supervivencia del Uruguay” “el gobierno tiene  el deber de ejercer la autoridad con la dureza y la energía que las circunstancias impongan para garantizar las libertades amenazadas. El harakiri, el auto inmolamiento de una sociedad es una filosofía que no aceptaremos jamás. No solo los que atacan el orden son nuestros enemigos. Los desertores y los indiferentes también lo son(…)” Para la izquierda y para los sectores progresistas de los Partidos Tradicionales a partir de 1968 estos nuevos sectores políticos y económicos que controlaban al Estado recurren a medidas impopulares siendo la más resistida el congelamiento de los salarios. Muchos desocupados encuentran su lugar como luchadores sociales. Los sindicatos fomentaron el asociacionismo obrero para enfrentarse a las patronales. En esta etapa grupos armados robaban almacenes para distribuir alimentos en zonas marginales denunciando una pésima distribución de la riqueza. Es en este marco que  en setiembre de 1968 en una intervención en el Parlamento Michelini sostenía. “Quiero que sea mi voz la que interprete lo que es, en realidad, una opinión del Partido Colorado expresándose esta noche. Debo hacerlo como ciudadano enemigo de la violencia Quizás si algún defecto se me puede señalar es el de que por la paz pagué, a veces, un precio excesivo(…)” (Obra citada)

Comienzan gestiones con el Presidente Pacheco para detener la espiral de violencia utilizando los mecanismos del Partido Colorado y se manejó la posibilidad de convocar la Agrupación de Gobierno, pero se dilataba por una razón u otra. El tema pasó de ser del Partido de Gobierno a tema del Parlamento y comienzan una serie de censuras a ministros, Michelini y Vasconcellos dieron sus votos para la censura al ministro Héctor Luisi, en tanto que desde filas nacionalistas Wilson Ferreira Aldunate censuraba al ministro Guzmán Acosta y Lara. Esto generó el cambio del gabinete. La censura a la prensa fue bastante común así como denuncias permanentes de malos tratos policiales. Estaba ocurriendo una centralización autoritaria del poder del Estado con intervenciones en los Entes, militarización del funcionariado público, compra de bancos en dificultades o actuaciones discrecionales en lanzamientos judiciales. Las Medidas Prontas de Seguridad permitían la detención de dirigentes políticos, sindicalistas y líderes estudiantiles. El 24 de junio de 1969, bajo este mecanismo, se produjo la detención de varios dirigentes sindicales entre ellos José D´Elía. En el Parlamento se denunció en varias oportunidades violaciones a los derechos humanos. Se formó una Comisión Investigadora de denuncias de torturas y malos tratos y surgió el informe titulado “ Violaciones de los Derechos Humanos y Comisión de Actos de tortura a detenidos”. En Agosto los Tupamaros secuestraron a Ulises Pereyra Reverbel, director de UTE. Lo liberaros 11 meses más tarde. El 21 d junio volaron las instalaciones de la General Motors en Sayago y el 8 de Octubre intentaron la toma de Pando. En marzo de 1970, ante el desconocimiento por parte del Poder Ejecutivo del levantamiento de las Medidas Prontas de Seguridad el senador nacionalista Wilson Ferreira Aldunate sostenía: “ El Uruguay ha venido sufriendo un proceso lento pero inexorable de descaecimiento de las normas constitucionales. Poco a poco el Poder Ejecutivo ha ido asumiendo cada vez mayor poder. Y en estas horas hay una inercia. Es difícil dar marcha atrás y aun es difícil detenerse  a este proceso de asunción cada vez mayor de facultades que conducen a esta suma de poder público de que el presidente se cree atribuido(…) el problema no es si se interpreta bien o mal la Constitución. Sino el de preguntarse dónde se va a detener, si es que se detiene este proceso”  El final será un golpe de Estado, el fin del batllismo como actor principal y el inicio de la dispersión ideológica del batllismo hasta obligar a sus integrantes a buscarlo en otras tiendas.

sábado, 25 de junio de 2016

Gestido: “El Presidente está aislado en medio de la multitud”.




Los intelectuales y analistas de izquierda manejan la debacle de los valores democráticos en los 60 como la resultante del “ círculo vicioso del estancamiento e inflación” (Gillespie,1995) por lo tanto serían las condicionantes económicas las que determinaron la conflictividad social. A esto se le debe sumar que la unidad sindical, luego de que se fundara la CNT en 1966, unifica en un solo discurso la postura ideológica con el reclamo social con una estructura y maquinaria de movilización inédita hasta ese momento. A partir del Congreso del Pueblo se establece un claro programa de acción de base socialista que incluía la reforma agraria, la nacionalización de la banca y el control del comercio exterior. Esto culminará en un proyecto superior cuando se establezca la opción Frente Amplio a partir de 1971. El resultado lógico de estas movilizaciones fue la tendencia combativa y el espíritu revolucionario sesentista con un fuerte descreimiento en el sistema democrático y representativo. Desde los colegiados de mayoría nacionalista, la respuesta a estos desbordes llevaron a la pérdida de los derechos individuales, la represión como opción para contener los reclamos sociales que culminaron en deslegitimar el sistema democrático. La izquierda había tomado el camino de las movilizaciones callejeras, continuas ocupaciones de lugares de trabajo construyendo un sentimiento de participación ainstitucional con  la visión política del pueblo en las calles:” si esto no es el pueblo, el pueblo donde está”. Desde el gobierno se generan anticuerpos con claros elementos legitimadores de procedimientos autoritarios en una relación binaria que al caos debe enfrentarse el orden. Estos aspectos también contribuyen a la perdida de los valores democráticos. Luego de la reforma constitucional de 1966, a todos estos argumentos debemos agregarle la fragmentación de los Partidos Políticos con gran diversidad de listas, sectores, debates más o menos bizantinos que alejaban lentamente al ciudadano del respeto a esos grupos de ideas.
Cuando asume Oscar Gestido a la presidencia su primera tarea fue tratar de lograr un entendimiento con la CNT.  El 18 de enero de 1967 recibió en su domicilio particular a una delegación sindical comandada por el presidente de la central José D’Elia acompañado por Wladimir  Turiansky  e Ignacio Huguet, no se llegó a ningún acuerdo. En febrero ya había una huelga general de los funcionarios públicos que se levantó cuando el saliente Colegiado acordó aprobar los presupuestos públicos. “Es hora de acción y no de palabras” fueron las apreciaciones que quedaron sonando luego del discurso de toma de posesión del Presidente Gestido. Totalmente opuesto a tomar medidas represivas, sus nueve meses de gobierno estuvieron envueltos en una espiral de violencia y de reclamos sociales de todo tipo. Un conflicto en Salud Pública lo hizo debutar a días de haber asumido el cargo y logró controlarlo sin medidas represivas. Decretó la intervención de la Caja de Jubilaciones y su primera derrota política se produce cuando el sector de  Jorge Batlle se negó a  votar las venias delos dirigentes blancos que había designado para los entes autónomos. Su política económica  se dirigió a través de una Ley de Emergencia a ordenar la economía, contener el contrabando, redefinir la política monetaria y coordinar los esfuerzos del capital y el trabajo. Fue bombardeada por los propios integrantes de su gobierno, Faroppa la consideraba inconstitucional, Vasconcellos la definió como continuista de la propuesta del Cr. Nacionalista Azzini y Jorge Batlle la consideraba demasiado ambiciosa e impracticable. A estos debates debemos agregar la conflictividad sindical, la ocupación de la Universidad de la República y la manifestación de los estudiantes universitarios que debió ser reprimida con gases y vehículos lanza agua. El 1 de mayo durante el acto sindical se definió su política como represiva y antiobrera. La respuesta de Gestido fue promover a dos figuras provenientes del ala izquierda del batllismo que pregonaban una línea desarrollista y nacionalista en materia económica: Zelmar Michelini en Industrias y Amilcar Vasconcellos en Hacienda. Carlos Manini Ríos fue a Cultura. Se esperaba que la línea desarrollada por Vasconcellos lograse una paz sindical,  esta se resistía al FMI y era muy comprensivo con el movimiento sindical, pero la realidad fue otra, invierno muy crudo, suba de precios, pérdida de cosechas llevaron a una gran radicalización del movimiento sindical. Se había anunciado un gran paro general para el 20 de julio, el día 19 Vasconcellos se reunió con la cúpula sindical para manifestarles que sin su apoyo no había política económica posible. Fracasó esta mediación y vincularon a gobernantes con el conflicto de la prensa: Michelini era el dueño de “Hechos”, Carlos Manini Ríos de  “La mañana” y “El Diario”. Continuaron los paros y el caos económico y social  y comienzaron a escucharse pedidos de mano dura con el movimiento sindical. El diario opositor “Extra” editorializaba: “ Paros, huelgas, trabajo a reglamento, están creando un clima social de alta tensión que impide el trabajo fecundo. El presidente está aislado en medio de la multitud”.
El 6 de diciembre de 1967 fallece repentinamente  el presidente Gestido, y con él el seis largas décadas de batllismo. Asume Jorge Pacheco Areco y firma un decreto semanas más tarde por el cual se retiraba la personería jurídica al Partido Socialista, al Movimiento Revolucionario Oriental, la Federación Anarquista Uruguaya, al Movimiento de Izquierda Revolucionaria y al Movimiento de Acción Popular Uruguayo. Además clausuraba el vocero socialista “El Sol” y “Epoca” acusado de fomentar las directiva de la OLAS que auspiciaba la lucha armada para llegar al poder.

El Uruguay tolerante, de justicia social, de economía controlada por el Estado, en definitiva el Uruguay batllista entró en fase terminal.

viernes, 24 de junio de 2016

Gestido: la etapa final del batllismo.



El proceso de desbatllistizar al país había comenzado con el triunfo de los blancos a partir de 1958, una década después en 1968 la situación era de extrema violencia. No se pudo mantener la matriz ideológica y ni siquiera articular los principios batllistas durante esos años. A esto le sumamos que fallece Luis Batlle, que constan sus esfuerzos por mantener la unidad del batllismo aunque no fue del todo flexible con las propuestas de Michelini y de Batalla. Jorge Batlle se postuló a la Presidencia de la República y compartía la formula con Julio Lacarte Muró. Sus propuestas en exceso liberalizadoras se contraponían fuertemente con la postura de su padre que era estatista y proteccionista van a resentir sus posibilidades y la del batllismo por extensión. Además, Jorge, hablaba directamente y propuso un fuerte golpe en la economía para encauzarla de una vez por todas. Esta visión demasiado radical para la época, ahuyentó a grandes cantidades de votantes. La UCB, Unión Colorada y Batllista se decide por la candidatura del general Oscar Diego Gestido que ejercía como Consejero Nacional de Gobierno y que debía renunciar para postularse a la Presidencia de la República. Era crítico de las Carta Intención que el gobierno había comprometido con el FMI, iniciando el penoso proceso de deuda externa que hoy se nos muestra como incontrolable y también era partidario de la reforma anticolegialista. El problema era designar a su compañero de fórmula lo que  generó  múltiples interpretaciones. Se la propone a Jorge Batlle que declina sosteniendo su propia candidatura, la hermana de Michelini sostuvo que se le ofreció la candidatura afirmando: “ Michelini, si no voy con Ud. No voy con nadie” y según cuenta Lincoln Maiztegui, Felipe, hermano de Michelini recordaba que Zelmar le dijo: “ Gestido me acaba de decir que quiere que yo sea candidato a vicepresidente” y que luego se abrazaron. Pero luego el propio Zelmar sostendría “ nunca reclamamos ni nos fue ofrecida la vicepresidencia de la República”. Como idea de unidad se propone a Julio Lacarte Muró la vicepresidencia en las dos planchas la de la 15 y la de la UCB, sin embargo la postura de Jorge Batlle fue tajante: “ el señor Lacarte Muró es candidato solo conmigo, en Unidad y Reforma, o seguirá en su casa”. El derrotero siguió con Enrique Iglesias, con Luis Faroppa. De esta forma el candidato termina siendo Jorge Pacheco Areco no sin haberse generado en la opinión pública una paupérrima imagen de desunión y mal manejo de la formula.
Se ha intentado ver a Gestido como un individuo un tanto irresoluto y demasiado precavido en sus decisiones en momentos en que la realidad imponía mucho nervio. Sin embargo su actuación en las relaciones hemisféricas fue contundente.  Ante un pedido de la URSS el 3 de mayo de 1965 se reunió el Consejo de Seguridad de la ONU para tratar el tema de la República Dominicana, Uruguay y Bolivia integraban el Consejo como miembros no permanentes, para que la moción de la Unión Soviética fuese incluida se necesitaban votos. Por solicitud de Gestido se estudió si el voto de Uruguay en el Consejo de Seguridad sería ejercido en nombre del país o del bloque sudamericano. El tema de fondo era la jurisdicción de la OEA en el tema o era del Consejo de Seguridad. En tiempos de la Guerra Fría no era un tema menor. Para Gestido el gobierno uruguayo debía tomar los aspectos que más protección le diera al país, sobre todo en un momento de expansionismo brasileño. Siguiendo a Clara Aldrighi  en su obra Estados Unidos y Uruguay: 1964-1966 sostenía Geestido: “ Vamos a suponer que Uruguay es invadido en condiciones semejantes a las de Santo Domingo. La OEA inactiva no puede hacer nada¿ y vamos a renunciar al último recurso mundial que nos queda, que es recurrir al Consejo de Seguridad? El Uruguay va a quedar esperando que intervenga la OEA ¿ y vamos a dejar, desde ahora, que no intervenga más el Consejo de Seguridad hasta que la OEA resuelva? Pero la OEA se cruzó de brazos, y estuvo mirando como Estados Unidos invadía, sin hacer nada” En los hechos Gestido se proyectaba con la postura de que Uruguay proponga a la ONU adoptar medidas concretas para solucionar el problema de la República Dominicana. Lentamente Gestido se fue perfilando como el hombre de la unidad, fue construyendo la imagen de líder firme que creía en un gran acuerdo nacional. Su prédica era moderada en lo reformista y de gran peso moralizador en la función pública y proclama imprescindible derogar los privilegios de la ley de “autos baratos” y colocar gente capaz al frente de las empresas públicas. Su plan de gobierno presentado en 1964  tenía como objetivos: contener la inflación, sostener el valor de la moneda a través de la compra de oro financiado por colectas populares y suprimir los cargos vacantes en la administración pública. La gran crisis económica de 1965, la unidad sindical, la división del batllismo en varios sectores comenzó a polarizar ideologías, expulsar militantes y lentamente a construirse un sentimiento batllista que se adaptaba a varias propuestas políticas dentro y fuera del Partido Colorado. Gestido conocedor de la realidad y la situación del país la muestra con claridad en el discurso de toma del mando.  No se equivocó.
“Señor Presidente de la Asamblea General; señores Representantes de las naciones amigas; señores legisladores. De acuerdo a lo dispuesto por nuestro orden institucional se inicia hoy un nuevo período de Gobierno. Este hecho normal, afortunadamente casi rutinario en nuestra tradición cívica, está marcado por un acontecimiento de singular trascendencia: entra hoy en plena vigencia una nueva Constitución, ratificada por la más alta mayoría de la ciudadanía que registra nuestra historia constitucional, procedente de múltiples partidos políticos. Este hecho auspicioso nos permite augurar con optimismo que sobrellevaremos el duro período que debemos enfrentar de inmediato todos los uruguayos. Muy poco es lo que corresponde que diga hoy, porque este no es momento de palabras sino de acción. Nuestra acción pasada ya la conoce la República. Hemos hecho una Constitución, una Constitución redactada sin banderías políticas, redactada con la única intención de tener una Constitución que fuera un instrumento adecuado para gobernar. La ciudadanía uruguaya, dando una prueba de extremada madurez política en lo que puede describirse como tal vez la más grande confusión que ningún electorado del mundo tuvo jamás que afrontar, supo intuir el camino de su salvación. Cumplida esta etapa de organización institucional, iniciado hoy la etapa de recuperación social y económica le damos a la República un Gabinete integrado por personas honestas y capases. El pueblo uruguayo tiene, pues, ahora, una Constitución que será un instrumento adecuado para gobernar. Tendrá un equipo gubernativo honesto, capaz y dedicado. Pero esta feliz conjunción de circunstancias de nada servirá, si no logramos la condición más importante, la condición imprescindible para que el Uruguay pueda salvarse. No hay Constitución, no hay Parlamento, no hay Gobierno, por honesto y capaz que sea, que puedan salvar un país que no quiera salvarse. La coyuntura política como toda coyuntura, es transitoria, efímera, y no debe nunca oscurecer la perspectiva; la verdadera perspectiva, que es la marcha del Uruguay hacia el futuro, la marcha del Uruguay que está viviendo la era interespacial. Si el pueblo uruguayo no toma conciencia de su responsabilidad, si el pueblo uruguayo no toma conciencia de que no hay organización jurídica ni sistema de represión por brutal que sea, que pueda sustituirse a una sociedad que no está dispuesta a coexistir pacíficamente como una sociedad civilizada, entonces todos nosotros, y desde ya, debemos saber que no hay salvación posible. Si el pueblo uruguayo estuviera dispuesto a despedazarse; si el pueblo uruguayo estuviera dispuesto a convertir la sociedad uruguaya en una agrupación de tribus, cada una luchando por sus intereses, en una regresión a la más brutal ley de la selva, para satisfacer intereses sectoriales, sin tener presente los intereses de la comunidad, entonces tendríamos desde ya que declarar todos los uruguayos que somos irrecuperables. Abunda en ejemplos la historia de que no solo las sociedades de la edad de piedra tienen el patrimonio exclusivo de la ley de la selva, del tribalismo y del caos, sino que también sociedades con un alto nivel cultural como el nuestro, como un sistema educativo como el nuestro, pueden llegar a proceder como proceden las sociedades sumidas en las más primitivas y negras etapas de la evolución humana. No es el momento hoy, ni lo justifica la hora que estamos viviendo, para hacer consideraciones de índole económica o políticas, por más desesperantes que fuera nuestra situación económica – que esta última lo es- fáciles serían, aún así, nuestros problemas, si estos fueran los únicos. No hay situación económica que no pueda ser superada por un pueblo dispuesto a hacer sacrificios. No hay crisis política que no pueda ser superada por un pueblo dispuesto a hacer sacrificios. No hay crisis política que no pueda ser superada si los líderes políticos anteponen el interés del país a las transitorias exigencias electorales, pero no hay situación social que pueda superarse si el pueblo no quiere salvarse. Las coyunturas políticas, las coyunturas económicas – insisto son esencialmente transitorias y tienen solución por la acción concertada de los hombres de buena voluntad. Pero hay algo que la historia demuestra más allá de toda duda, y es que hay sociedades condenadas a la desaparición porque están minadas en su mentalidad, porque por su manera de pensar y su manera de reaccionar están más allá de toda posible recuperación. Sociedades donde los intereses de cada grupo se anteponen al interés nacional no pueden sobrevivir, aunque tengan un Gobierno de dioses. El Uruguay tiene, tan solo tendrá un gobierno de hombres. Si el pueblo uruguayo quiere suicidarse, no habrá Gobierno que pueda impedirlo si el pueblo uruguayo quiere salvarse, está en sus manos, y en las de nadie más, el hacerlo. Estoy seguro que el pueblo uruguayo quiere y va a salvarse, y con ello salvará a las futuras generaciones. “

Unos meses después fallece Gestido y el Partido Colorado se derechizó y endureció sus posturas y tolerancia. La vuelta al batllismo sería a partir de 1985 pero sin la contundencia ideológica que lo caracterizaba, o sea un batllismo sin batllistas.