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miércoles, 14 de septiembre de 2016

Partido Colorado: 180 años. Por el Dr. Enrique E. Tarigo.


“Un 19 de setiembre de 1936 nacieron las divisas de los Partidos tradicionales en los campos de Carpintería. Blanca la de Oribe, colorada, desgarrada del revés de los ponchos, la de Don Frutos Rivera. De este modo comenzaba el Dr. Enrique Tarigo un artículo publicado en el vespertino El Diario el viernes 19 de setiembre de 1986. El Partido Colorado, sigue el Dr. Tarigo, como lo dijera de manera estupenda en el Senado un mes atrás el senador don Carlos W. Cigliutti, no tiene una fecha precisa de nacimiento-como tampoco ha tenido, para la Historia, su ilustre fundador- puesto que fue naciendo en los campamentos artiguistas y en los fogones criollos al calor de las primeras e imprecisas reflexiones sobre la patria y su destino. Pero puestos a elegir, esta fecha de la batalla de Carpintería y ese gesto de desgarrar los ponchos para con un trozo de bayeta hacer la vincha que ha de anudarse alrededor de la frente para distinguirse del adversario, adquiere la simbología fundacional de este Partido que nació a caballo en las horas augurales de la República. Conmemoramos en Durazno la fundación del Partido Colorado. De este Partido que reconoce con respeto y con admiración, a don Frutos Rivera como su fundador. Ese don Frutos que, después de la Guerra Grande, después de superadas sus desinteligencias con los hombres de la Defensa, después de quince años de luchas, de dolor y de luto, cuando llegan a su fin el exilio y la prisión de don Frutos en el Janeiro, cuando el Partido Colorado parece hallarse en camino a su extinción, acepta, de plano y sin hesitación, el convite de Melchor Pacheco y Obes: “Lo que nos aseguraría verdaderamente sería la reorganización del Partido Colorado, como yo lo entiendo, como solo podrá ser conveniente para el Partido y para el país…” conformes todos “ en que Ud. Venga al seno del Partido Colorado para tomar parte en la dirección de los trabajos que él debe iniciar y darle con el apoyo de su influencia la posibilidad de ser útil y no perderse como partido…”
Otros tiempos, duros y difíciles como aquellos primeros veinte años de la República vendrán después para el país. La tiranía santista encontrará en la juventud, en la valentía y en el talento de otra de las figuras inmensas del Partido Colorado, la oposición cerrada y tenaz que la combatirá con las armas en la mano y sin suerte en el combate, en los campos del Quebracho, cincuenta años más tarde. Y otra vez, como luego de la Guerra Grande el Partido Colorado resurgirá de lo que en ese momento pareció su ocaso., para, al impulso formidable de  don José Batlle y Ordóñez reorganizarse y revitalizarse, para dejar, porque los tiempos y las exigencias eran otras, de ser un partido de elites y, a través de los clubes seccionales y de las convenciones, ir forjando su perfil de partido popular, de partido de masas. Y abatida la tiranía, sofocada la última de la revoluciones, consolidada definitivamente la paz, vendrán los maravillosos años de forja en los que el Uruguay se pondrá al acompás de lso pueblos civilizados del mundo y en muchos aspectos servirá de lección y de ejemplo, al sumarle a la pasión libertaria que fue siempre sustancia indestructible, una visión avancista del papel del Estado y una concepción solidarista de la sociedad.
Y hoy, en este año en que se cumplen los ciento ochenta años de Carpintería y del nacimiento de la divisa colorada, en este año en también se conmemor el aniversario  de la batalla perdida del Quebracho  el mismo año en que se había fundado El Día que fuera para Batlle una de sus más preciosas herramientas para construir infatigablemente, lo que en su tiempo dio en llamarse el Uruguay moderno, los colorados hacemos una pausa en nuestros quehaceres para evocar, con emoción, con recogimiento esta trayectoria. Puesta, invariablemente, al servicio de la República y a la que la República tanto le debe. Para meditar sobre ese superior legado histórico y sobre este presente complejo y difícil, a la salida de una dictadura militar que nos dejó como legado tantos infortunios y tantas desventuras. Para tantos infortunios y tantas desventuras. Para pensar que, apenas un año y medio de  recuperada la libertad y la democracia- recuperación en la que el Partido Colorado tuvo, como tantas otras veces, un papel decididor- La república recompone, paso a paso pero con firmeza y con seguridad, su convivencia social y política, su economía. La fe en su destino y en su porvenir.

A ciento cincuenta (ochenta) años de Carpintería y a modo de resumen apretado, solo atinamos a gritar con la voz del corazón: ¡Viva don Frutos Rivera! ¡Viva Batlle! ¡Viva el Partido Colorado! ¡Viva la República!( Tarigo, E. A 150 años del nacimiento de la divisa y el Partido. La Mañana y El diario, suplemento, pág. 2. Viernes 19 de setiembre de 1986)

sábado, 3 de septiembre de 2016

El batllismo y el Estado. Usina de oportunidades.




El 26 de junio de 1948, en Salto, Luis Batlle Berres defendía el dirigismo económico y el desarrollo estratégico del Estado. “ La economía dirigida no es sino economía ordenada y en beneficio de la sociedad; no se intenta con ello destruir el principio de la libertad de comerciar para sustituirlo por  el – Estado comerciante-. Sino que es, frente a las circunstancias presentes, necesidad de reglar y dirigir la economía en beneficio de la sociedad. Esto no se ha querido comprender y se prefiere, por algunos, la libertad, sin advertir que la libertad es el desborde de los precios y una marcha rápida hacia el desorden. Si no existiera la Ancap y en nuestro país se vendiera la nafta y el keroseno y el gasoil a los precios que se cotizan en el mercado internacional…nuestro pueblo estaría pagando 18 millones de pesos más de lo que paga en la actualidad… la desaparición de las empresa del Estado podría aparejar la presencia de consorcios internacionales para dirigir nuestra industria que es nuestra y que debemos defender… somos el único país del mundo que tenemos el monopolio de los teléfonos y el monopolio del petróleo por el Estado y esto lo hemos conquistado sin tirar un solo tiro y sin realizar ninguna clase de despojo” Lo cierto es que durante el primer batllismo el incremento poblacional, el avance de los medios de comunicación y la consolidación del mercado interno permitieron el desarrollo de nuevas actividades productivas mayoritariamente urbanas. El batllismo, ya como proyecto a largo plazo, se convirtió en una síntesis política de diversos sectores sociales. La legislación laboral fue determinante para conciliar las diferentes clases sociales, desde el proletariado industrial naciente, el desplazamiento de la mano de obra rural y  además se sumaba el interés del capitalista industrial que necesitaba orden, estabilidad y legalidad. El proyecto reformista incluyó un fuerte dirigismo que durante el neobatllismo logró un gran impulso al nivel de vida. El rol estratégico de las empresas públicas era y es para el batllismo la búsqueda de nivelación destinada a favorecer una distribución más igualitaria de los ingresos: “apresurarse a ser justos es luchar por el orden y asegurar el orden”. En ese período el PBI tuvo un fuerte crecimiento en el entorno del 7,9% anual. Aumentaron los puestos de trabajo generado por las nuevas empresas del Estado y por las industrias. Los ingresos crecientes generaron una legislación social, con un fuerte protagonismo sindical y el control de precios sobre bienes de consumo básico y sobre la vivienda. El Estado amplió el rol redistributivo ampliando infraestructura y servicios. En 1947 se nacionliza la compañía inglesa de aguas corrientes naciendo la OSE, se completó el tendido de redes eléctricas siendo la más alta de América Latina en relación  a los habitantes. Las obras publicas crearon la infraestructura vial imprescindible con infinidad de puentes y caminos lo que permitió un explosivo crecimiento del transporte carretero. En el editorial de Reflexiones del batllismo, en febrero de 1986, concluíamos con Claudio Rama: “ El Partido y el Gobierno son instituciones con fines y objetivos distintos. Solo las dictadura los partidos y los gobiernos son lo mismo. Cuando el partido dirige el gobierno, o viceversa cuando el gobierno maneja la partido se está violando la base del sistema político.(…) El partido debe ser la fuente generadora de nuevas ideas, debe movilizar a la ciudadanía en la organización de un amplio tejido social, debe buscar promover los líderes sociales, debe facilitar el dialogo entre el pueblo y el Estado. Pero por sobre todas las cosas debe alimentar  un sistema de ideas, debe ser el instrumento de la lucha ideológica en el seno de la sociedad civil”.  Como siempre sostuvo el batllismo, el Estado, sus empresas y el principio de voluntad reformista sobre la base de que “el orden social vigente conlleva injusticias y que debe ser profundamente transformado” que debe “garantizarse una efectiva igualdad de oportunidades en el punto de partida para que cada uno desarrolle libremente sus capacidades sin ventajas ni privilegios heredados” Entonces el discurso batllista perdido en una serie de divagues tecnocráticos, con soberbia y distancia de la gente y siendo un minoría dentro del Partido Colorado y en el sistema electoral debe volver a jerarquizar al Estado. Si, jerarquizar al Estado, a sus empresas, a sus funcionarios para “ejecutar un proyecto solidario, orientando de acuerdo con una propuesta deliberada los distintos sectores de la actividad, no para sofocar a la iniciativa privada, cuyo dinamismo la hace indispensable para el desarrollo, pero sí para informarla, orientarla ajustando su actuación al interés general” Este fue y debe ser el debate batllista.