Miguel Lagrotta



“Por fortuna, cada vez más es Sancho quién toma las riendas del gobierno humano. E lreino del gran hidalgo ha terminado. Parece ya indudable que conviene a la especie humana proceder con un criterio más práctico y por medios experimentales, al ensanche paciente de sus conocimientos, de su recursos de acción” Pedro Figari, en Arte, Estética, Ideal [1]

La fama de pintor de Figari dejó de lado su multifacética capacidad en el campo de la filosofía y de la política. En 1912 publicó el libro “Arte, Estética, Ideal” y pasó casi sin atención por los círculos intelectuales del país. Era conocido como penalista y político Colorado, el propio Domingo Arena lo recuerda en  la redacción del diario El Día “Después llegó Figari, el glorioso pintor, de un tesón extraordinario; se convirtió en gran compañero nuestro. En forma comunicativa nos embarcó a todos en la defensa del caso Almeida”[2] (Lagrotta, Miguel, Domingo Arena realidades y Utopías, Arca, Montevideo 2010).