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sábado, 9 de noviembre de 2013

El batllismo como partido reformista. Por Giudici y González Conzi.

El batllismo es un partido reformista. Utiliza la ley ya sea esta el producto de la acción parlamentaria o de la acción directa del pueblo. Es por ello que el método batllista no puede inquietar a nadie, ya que en el fondo de toda reforma- y dándole fuerza y eficacia- se halará el sentimiento de la voluntad general. La ley debe traducir siempre esta voluntad: esta aleja absolutamente la posibilidad de que la ley pueda crear- en determinado momento- instrucciones perturbadoras, anacrónicas o contrarias a los verdaderos intereses nacionales. Los cambios o transformaciones que el batllismo busca operar jamás serán bruscos. No habrá nunca cataclismos. Todo será progresivo. No forzará a nadie, a nadie quitará su trabajo o su propiedad. No habrá despojos porque esto encierra violación o atropello a un derecho dado y el batllismo desea y procura-por el contrario- no violar ningún derecho. Junto a las naturales transformaciones de la sociedad- obra de los hombres a través del tiempo- se producirá una transformación correlativa del contenido del derecho. El derecho seguirá siendo siempre respetado. Pero, habiéndose modificado la manera de fundarlo y concebirlo serán posible cambios fundamentales que se realizaran, entonces, sin sobresaltos ni inquietudes para nadie.
Y la paz social seguirá reinando, sostenida y garantida por principios más firmes y más sólidos que los que hoy sostienen y garanten. El reformismo, pues, sobre el que descansa la acción batllista, asegura que todo será hecho sin provocar para nada movimientos sociales catastróficos.
El batllismo no acepta la teoría del determinismo económico. No la acepta, como única explicación de la historia. Y como teoría de alcances sociales, si el batllismo la aceptara debería abandonar sus métodos de lucha y su programa de reformas graduales. Observaría, lógicamente, una actitud expectante frente a la fatalidad de los hechos y detendría su acción reformista. La revolución debería hacerlo todo. Negaría la verdad histórica que el amor a la justicia y a la libertad puede sobreponerse a la acción mecánica de los fenómenos, o al interés de los hombres. Así el batllismo no considera que la causa de las transformaciones históricas sea sustancialmente económica. Antepone a ello el pensamiento humano, las grandes ideas de justicia y de libertad. Justicia y libertad, aspiraciones colectivas, que despertadas y agitadas por Batlle en un medio hostil, convirtieron al Uruguay en el país politicamente más libre de América. Sostenía Batlle: "Es más consoladora nuestra teoría y se ajusta más a la naturaleza. El móvil de las acciones humanas no es solamente el interés; la idea, la verdad apasiona también al hombre. Podrá la clase acaudalada llegar a ser tan numerosa como la obrera y más fuerte; pero no se formará nunca una clase para preconizar un interés y para entronizarse. Las ideas y los sentimientos tendrían siempre un gran prestigio entre los hombres honrados de todas las clases. Y la fuerza de estos es la que ha de decidir en la lucha de los intereses opuestos. Ella y solo ella impedirá que una parte de los hombres esclavice a la otra parte, primero en el seno de las naciones, después en la república mundial. El interés no resuelve nada cuando no se ajusta a inspiraciones superiores; solo sirve para desatar la enemistad y el odio, que se proclama con su cohorte de violencias y males" (El Día, Junio 16 de 1917)
El batllismo se apoya en la realidad social que no es producto de fuerzas ciegas y fatales. El cientificismo de su acción no es, pues, un calificativo más o menos claro, es el resultado de la aplicación de principios que solo la realidad social, fielmente interpretada, puede cambiar.
Para el batllismo el pensamiento humano no es producto de los hechos sociales. El batllismo cree que el pensamiento humano, la acción creadora, el esfuerzo constructivo, el altruismo de los hombres son capaces de crear, de modificar y de extinguir determinados hechos sociales. El batllismo apoya sus principios en la realidad. En hechos sociales que pueden provocarse, cambiarse y anularse. El batllismo es reformista porque es un medio para conquistar la justicia y la libertad integrales.

Ver:
Gonzalez Conzi, E y Guidici,R. Batlle y el Batllismo. Editorial Medina, Montevideo, 2da edición 1959. Pág.379 y 380

▶ Caída del Muro de Berlín Documental History Channel Latino Completo HD 1080p - YouTube

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▶ "Berlin Wall" Speech - President Reagan's Address at the Brandenburg Gate - 6/12/87 - YouTube

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jueves, 31 de octubre de 2013

Historia de la Nación Latinoamericana - Cap 4 - Estados Unidos De Améric...

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martes, 29 de octubre de 2013

El Historiador :: Documentos históricos :: Discurso de Ernesto Guevara en la quinta sesión plenaria del Consejo Interamericano Económico y Social - Punta del Este, Uruguay

El Historiador :: Documentos históricos :: Discurso de Ernesto Guevara en la quinta sesión plenaria del Consejo Interamericano Económico y Social - Punta del Este, Uruguay

Neobatllismo por Germán D´Elía www.fder.edu.uy/contenido/rrll/contenido/licenciatura/documentos/neobatllismo.pdf

www.fder.edu.uy/contenido/rrll/contenido/licenciatura/documentos/neobatllismo.pdf

Montevideo del futuro. Por José Batlle y Ordóñez (1907)


En carta fechada el 11 de junio en París, Batlle pensaba el futuro de nuestra capital: "(...)Pienso en Montevideo al ver estas cosas y me digo que la Junta debería de tener valor para no ahorrar en la apertura de calles, ahí donde la tierra es todavía barata, ni en la formación de jardines. El bosque de Boloña me hace pensar particularmente en mi  de un gran paseo en Carrasco, de dos mil hectáreas y me imagino que podríamos hacer algo mejor todavía que este bosque. Tendríamos el auxilio del mar, de que aquí no se ha podido disponer y que lo tendríamos a la mano. El automóvil y el tranvía eléctrico suprimirán todas las distancias. Podemos tenr una buena razón para animarnos a todo y  lo que sea embellecer Montevideo no debe considerarse como un lujo sino como un buen negocio hecho con nuestros vecinos los porteños, llamados a darnos cada día mejores rendimientos. Creo que el gobierno o Asamblea, debería estimular la acción de la municipalidad y ayudándola con algunos fondos que le permitiesen por ejemplo, unir con una gran avenida de 150 metros por lo menos de ancho, el Parque Urbano y el que va  a hacerse en los campos del Chivero.(...) en presencia de estas grandes ciudades europeas, no es el desaliento ni un sentimiento de inferioridad, lo que se produce en el sentimiento de los que aquí venimos. Al contrario, he notado, como fenómeno casi general que nos sentimos superiores a lo que nos creímos, y que nos sentimos bien dispuestos para afrontar, bajo muchos puntos de vista, comparaciones que podrían resultarnos ventajosas. Por ejemplo nuestro alumbrado público es igual o mejor que el de París; el alumbrado a luz eléctrica para particulares es más barato ahí que acá y lo será enormemente con la transformación; nuestros tranvías son superiores; el aspecto general de la población no es inferior al de la población de esta ciudad. Si tenemos administraciones honradas durante veinte años, lo que no me parece difícil y creo que es poco pedir, y si somos un poco medidos para regalarles los pesos a las empresas que tienen su asiento en el extranjero, creo que podemos hacer maravillas."(Del señor Batlle y Ordóñez desde París. El Día. Julio 7 de 1907). El papel del turismo también era un objetivo de Don Pepe:"(...) son inmigrantes-económicamente considerados- de una clase especial. No producen, no incorporan su actividad al país que visitan; pero gastan en él y en ese sentido hacen producir en proporciones enormes. Cuando forman una corriente poderosa, estable, permanente, hacen vivir por sí solos ciudades y comarcas enteras. Niza y toda su encantadora "cote d`azur" en el mediodía de Francia; Lucerna y su luminoso lago entre las montañas de Suiza; Ostende y su magnífica playa en Bélgica ¿ a qué deben el secreto de su propsperidad sino a las inmensas caravanas de paseantes de todas las nacionalidades que las visitan año por año?"(La transformación del Parque Urbano. El Día, Julio 20 de 1908)

Ver:
Pelúas, Daniel, Piffaretti, Alfredo. Ideología Batllista, componentes y modelo. Montevideo, Solaris 1997. Páginas 242-243.

lunes, 14 de octubre de 2013

Batlle como motor del reformismo. Por Carlos M. Rama.



Frente al perfil del político latinoamericano típico, tan escaso de ideas como abundante en ambiciones, Batlle hace el papel de un filósofo antiguo actuando en el mundo de la política de un pequeño país subdesarrollado de la periferia del capitalismo. Ex ateneísta, estudioso de la filosofía, ingresa en la vida política movido por dos ideas motrices; el repudio a las dictaduras, y a la política de acuerdos. El rival de Santos y de Cuestas, conserva a lo largo de su vida el fanatismo de la legalidad(Juan Zorrilla de San Martín), probo hasta la manía (Como decía Bolívar de Sucre), dignamente pobre, sin envidia y sin amargura (Como dijera Serrato).
Todo esto podría ser un bagaje personal, un atributo de una personalidad, pero Batlle que tenía la pasión "de hacer", el sentido didáctico  magistral, lo llevó a la vida política. En primer término al periodismo inaugurando los diarios de masas. Suprime el sistema de suscripción(típico de la prensa oligárquica uruguaya gasta 1900), y hace un diario de precio mínimo(un vintén), al alcance de los obreros y artesanos, donde se habla de conflictos gremiales, donde se escribe sobre sus problemas y el propio Batlle desempeña una labor educativa política constante. "El Día", que inaugura la aparición de diarios de madrugada, es un típico fabricante de opinión de las masas y su tiraje mide la popularidad de su director.
Con Batlle asimismo aparece en Uruguay un nuevo tipo de partido político, el que Maurice Duverger califica de "partido de Comité" y que en Europa recién se conoce con el socialismo. En vez de partido de personalidades prácticamente inexistente entre los periodos eleccionarios, un partido de masas organizado democráticamente de la base a la cúpula. El "club", cédula partidaria, conectándose a través de la Convención Nacional, y esta disponiendo el mandato imperativo para los integrantes de  la Agrupación de Gobierno (diputados, senadores, presidente, miembros del Consejo de Administración, ediles, etc.) electos democráticamente y también revocables democráticamente.
El profesor sueco Lindhal, en su obra, se muestra admirado por este anciano e importante hombre, dos veces presidente de la República, que en las Asambleas del Teatro Royal en que se reúne, durante los años 20, la Convención Nacional Batllista, dialoga didáctica, socráticamente con sus jóvenes y apasionados partidarios.
Los textos de Batlle, incluyendo sus mensajes al Parlamento, están llenos de argumentos y buenas razones, a menudo morales, arguidas racionalmente, convincentemente para obtener del lector la adhesión y la certeza definitiva. Nunca un argumento de autoridad, ni un pensamiento turbio, o la utilización de un mito.
Todavía en la primera presidencia junto a Batlle se ven algunos políticos de viejo cuño, pero finalmente el batllismo actúa por medio de hombres nuevos, que no son familiares ni amigos personales del líder. Son jóvenes profesionales como los ingenieros Serrato y Sudriers, abogados como Eduardo Acevedo, Domingo Arena, Pedro Manini y Ríos, médicos como Francisco Soca, o "jóvenes valores" que viene de departamentos como Baltasar Brum desde Salto, César Mayo Gutiérrez y Tomás Berreta de Canelones, Fabini de Minas, Rubio de Soriano, etc.
La fuerza de Batlle, a lo largo de toda su existencia es siempre la misma: una personalidad ética que se apoya directamente en las masas, cuyos intereses sirve. Con su partido, o contra su partido está con los obreros. También con los extranjeros, hasta el punto de ser calificado su grupo como "partido de los inmigrantes". La agricultura, la industria, los universitarios, son otras fuerzas que tiene reiteradamente el apoyo batllista.
Hay un importante capítulo en la legislación uruguaya, de que tuvo la iniciativa Batlle, que se explica en el marco de un pensamiento ético, interesado en la educación popular. Así la eliminación de la pena de muerte, propuesta por mensaje el 27 de junio de 1905, o la supresión de los espectáculos en que se provoque el sufrimiento de los animales como atractivo dispuestas por iniciativa del 16 de diciembre de 1912.
También las leyes que tienen relación con la organización de la familia, como las de divorcio, leyes del 28 de octubre de 1907 y 11 de julio de 1910; los derechos de los hijos naturales y la investigación de la paternidad; la libertad y condena condicional de los delincuentes, leyes del 28 de noviembre de 1910 y del 30 de enero de 1918 y la iniciativa de derechos de la mujer que no llega a concretarse en vida de Batlle.

Ver:
Rama, Carlos M. "Batlle: la conciencia Social" en Enciclopedia Uruguaya, número 34, Página 68, ARCA, junio de 1969.

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