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domingo, 12 de septiembre de 2010

Historia del Petroleo (1)

La Universidad y el Quebracho.

"La Revolución del Quebracho fue una desigual batalla que se produjo entre el 30 y 31 de marzo de 1886, al enfrentarse las fuerzas revolucionarias que nucleaban a partidarios blancos y colorados, al mando de José Miguel Arredondo y Enrique Castro, con las fuerzas del gobierno de Máximo Santos.  Por un bando estaban Francisco Antonio Vidal, nuevo senador del  creado departamento de Flores, preparando la continuidad de Santos. Por otro lado, la Junta Revolucionaria actuando en Buenos Aires con representantes de los tres partidos a su frente: con Lorenzo Batlle, con los blancos Juan José de Herrera y Martín Aguirre, con el constitucionalista Gonzalo Ramírez y con presencia del Coronel Gaudencio, Jefe político montevideano de Pedro Varela en los primeros años del proceso dictatorial. Entre el 30 y el 31 de marzo se llevó a cabo la batalla, por unos denominada del Quebracho, y por otros de Punta de Soto. Cuando cesó el fuego, los revolucionarios tenían más de 200 muertos y más de 600 prisioneros."

Había leído hace muchos años una serie de artículos sobre la Revolución del Quebracho(1886) en Marcha, ahora tengo en mis manos un excelente libro del Cr. Jorge Buscio titulado " José Batlle y Ordóñez. Uruguay a la vanguardia del mundo". En las páginas 36 y 37  cita al Dr. Jorge Batlle y al Dr. José Pedro Ramírez. Sobre el primero cita parte de un artículo periodístico realizado en 1986 y sostiene " El Dr. Jorge Batlle nods cuenta en un artículo de prensa publicado en 1986, que cuando el profesor Pivel Devoto habló con uno de sus protagonistas, el Dr. Juan Campisteguy, sobre ella, este le habría dicho que esos jóvenes hacían una revolución dentro de la revolución. No se trataba de de tomar la presidencia y cambiar un caudillo por otro. Era uan revolución para cambair un tiempo por otro tiempo.(...) ". " De los recuerdos familiares debemos decir que siempre el señor Luis Batlle nos decía que de todos los episodios históricos del Siglo XIX, Batlle y Ordóñez recordaba el del Quebracho con tremenda emoción. Lo consideraba el hecho más importante de su vida política". En tanto en los cuadernos de Marcha, en el número 54 aparece el discurso del Dr. José Pedro Ramirez con motivo de la colación de grados del año 1887:
" En horas aciagas hemos visto caer todas las instituciones, a todas las corporaciones plegarse a la voluntad imperante, a la realidad viviente. Solo la Universidad ha permanecido inconmovible; y cunado por odio a sus resistencias invencibles se odeó y se consumó un golpe de estado para cocluir con su autonomía(...) contesto enviando a la última revolución popular más ciudadanos que cualquiera de los departamentos de la República y ofreciendo(...) las preciosas vidas de Sampere y Teofilo Gil, de Magariños Veira y de Posadas"
En definitiva este episodio muestra al Uruguay en un lugar muy destacado en la defensa de la Libertad e iniciando un proceso de instauración de un República absolutamente liberal.

Ver: Buscio, Jorge. José Batlle y Ordóñez. Uruguay a la vanguardia del mundo. Fin de Siglo.2d. edición Octubre 2009.Pp. 36 y 37 y Ss

sábado, 11 de septiembre de 2010

Aproximación a los libros Imperio y El Gran Tablero Mundial.



        Imperio, Hegemonía y  Fundamentación de la Supremacía              

                               Geopolítica Estadounidense.                         
                                                                                                                           
                                                                                                                           
Aproximación a los libros Imperio y El Gran Tablero Mundial
El objetivo de este trabajo es ubicar al lector en el entorno post Guerra Fría, desarrollar brevemente algunas consideraciones sobre la fuerza, el poder, la hegemonía y las ideologías predominantes en ese período- Luego ubicar cada libro en ese marco y desarrollar sus principales líneas.. Finalmente, presentar una bibliografía de aproximación a los temas tratados.

Consideraciones previas.                                                                       
                                           The Cold War Is Over
                          (Encabezado de un editorial del New York Times, abril 2.1989)
A partir de 1970 se estudian más profundamente, con diferentes objetivos y metodologías, los distintos ejemplos  de hegemonías que a lo largo de los siglos XIX y XX han predominado mundialmente. Es evidente que hay que manejar y a su vez reformular el concepto de poder que se comienza a manejar con Maquiavello que lo esbozaba como un ejercicio de Aceptación y Coerción. Hay que reconocer además que , por lo menos, existen dos tipos de capacidades enfrentadas, fuerza y poder, como Hobbes determinara posteriormente, el “poder natural” y  los “poderes instrumentales”. Mucho más cercano en el tiempo, Hannah Arendt[1] es la que introduce las diferencias entre fuerza y poder: la fuerza es una propiedad individual que es independiente, sin embargo el poder nunca se alcanza aisladamente.” Fuerza es lo que toda persona posee en una cierta medida en virtud de la naturaleza misma y realmente puede decir que le pertenece, pero, en realidad, nadie posee poder, éste surge de las personas, es un poder social, cuando actúan conjuntamente y desaparece en cuanto estas se dispersan” La fuerza es también la capacidad de disponer inmediatamente de instrumentos que la consoliden,. El poder es la capacidad de influir socialmente, de realizar estrategias de equilibrios, con el respaldo de la fuerza, con una base ética superior. El ejemplo típico fue el equlibrio del terror, realizado por los Estados Unidos y la URSS durante la Guerra Fría.[2]. El Presidente Reagan tuvo la sensación de haber encontrado un interlocutor amigable en Gorbachev cuando se encuentran en 1988, su Vicepresidente, George Bush no pensaba lo mismo, sospechaba que buscaba ganar tiempo para potenciar la economía soviética.
De hecho había muchos problemas en las relaciones este-oeste: Europa continuaba dividida, a pesar de que la política de Gorbachev había comenzado a desmantelar la “Cortina de Hierro”. Las tropas soviéticas no habían abandonado totalmente Afganistán y la URSS continuaba enviando  suministros de armas y asesores políticos a los movimientos de insurgencia en Africa y América Latina. Sin embargo, a lo largo de 1989 las reformas en la Unión Soviética se aceleran: Los disidentes comienzan a actuar, los medios de comunicación muestran independencia, se denuncian atrocidades  del pasado y se critican las excentricidades del sistema militar ruso. En estos tiempos las tropas del Pacto de Varsovia ya no se movilizan para restaurar el socialismo. En noviembre el Muro de Berlin es desmantelado por la multitud.
 En realidad la Guerra Fría la ganaron las dos potencias: La URSS se benefició porque se transforma en un estado plural y democrático con un gobierno controlado por un parlamento,  con división de poderes, y con economía de mercado. Si hubiera continuado la Guerra Fría no hubiera podido transformarse. En definitiva Reagan y Gorbachev cooperaron para que finalizara la Guerra Fría. Reagan coopero con Gorbachev para legitimar ante el mundo el proceso democrático iniciado con el pueblo soviético. Pero fue Mikhail Gorbachev, no Ronald Reagan o George Bush, quien puso fin al comunismo en la Unión Soviética.[3] A partir de este momento, los intelectuales y teóricos políticos, de izquierda y derecha comienzan a delinear el mundo post Guerra Fría: El tablero mundial o el concepto de Imperio son los temas que nos van a ocupar a continuación buscando entender las nuevas formas hegemónicas. Pero sobretodo tratar de explicar la necesidad de los historiadores de leer este tipo de obras.
Hegemonía Mundial.
El concepto de hegemonía mundial hace referencia al Poder  de un Estado para realizar funciones de liderazgo y gobierno por encima de otros Estados Soberanos. Es una forma de poder que esta por encima de la dominación por la fuerza, por el contrario ejerce transformaciones. Es lo que Gramsci referenció como “liderazgo intelectual y moral” y volviendo a la relación que establecía Maquiavello entre consentimiento y coerción, hay entre ambos conceptos, una difusa línea, según interpretaciones más modernas, que estaría ocupada por la corrupción y el fraude. Dentro de estos conceptos se incluye el rol de las multitudes y las instituciones jurídicas que regulan sus relaciones. Pero del mismo modo, hay una concepción de la administración del poder hegemónico, imperial o geoestratégico que esta en la base conceptual de los dos libros elegidos para analizar.
Si entendemos por dominación, la fuerza que descansa en la coerción, la hegemonía sería un poder adicional que detenta la potencia dominante debido a su poder de colocar su dominio universalmente[4].
Pero, según otras líneas de análisis, el poder del Estado-Nación obliga a seguir la evolución de su conceptualización, la identidad nacional es primitiva, según Hobsbawn “precede a la Historia”, pero a partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial la construcción del mundo bipolar se basó en la construcción de dos megaestados supranacionales, uno que tomó el soporte de la ideología liberal occidental y otro las corrientes socialistas del siglo XIX .
Luego de la implosión de la URSS, Estados Unidos domina en el mundo como ningún otro poder lo realizó antes. Su poder se sostiene en  el manejo del poder político, económico, tecnológico y militar: “En cierto modo, Estados Unidos es el primer Estado protomundial. Tiene la capacidad de liderar una versión moderna del imperio universal, un imperio espontáneo, cuyos miembros se someten voluntariamente a su autoridad”[5] Su liderazgo esta por encima de la soberanía de otros Estados, e incluso del principal organismo supranacional. La ONU ha demostrado incapacidad de manejar su poder, o de adaptarse al mundo unipolar.
La Globalización
La globalización, determinó un incremento de la apertura comercial y financiera entre los distintos países del mundo, que tienen en común el sistema económico capitalista. Al aumentar el intercambio económico, la evolución de los mercados, hace que aumente la interdependencia económica. A su vez esto determina la configuración de un único mercado mundial[6]
Imperio
Hay una relación entre el concepto de globalización y el nuevo concepto de imperio tal como lo reformulan Hardt y Negri en su libro, editado por Harvard University Press en el año 2000. Según estos autores al concepto moderno de soberanía nacional, con sus expansiones imperialistas a lo largo de los siglos, se presenta un nuevo tipo de soberanía que no se puede vincular al Estado-nación, sino que se extiende  por toda la tierra como una soberanía imperial. Recorren para fundamentar esta postura el constitucionalismo estadounidense, pero también a teóricos sobre el poder como Spinoza, Maquiavello y el propio Marx. Determinan en su análisis que el capitalismo borra los límites que existen entre economía, trabajo y cultura y que se constituye en el soporte del Poder Imperial que controla todo, la vida misma. Diferencian el imperialismo británico, caracterizado por el dominio territorial mediante la fuerza y la explotación por la nueva versión en la cual el control se maneja por la integración cultural, económica y política y con un control flexible de las áreas estratégicas. La posición del libro se radicaliza cuando sostienen que la única forma de resistir al desarrollo del Imperio, no son las autonomías, o las luchas locales, sino la construcción de un contra-imperio global. Con una postura similar a la resistencia de Gandhi al Imperio Británico, Hardt y Negri profetizan que las masas(multitud) tienen el poder de la creatividad que hace viable al Imperio, pero que también pueden construir un contra-imperio, una fuerza igualmente global que permita concretar una organización política alternativa.
Sin embargo, partiendo de la base que el Imperio no es Estados Unidos, estos autores  tratan la concepción historico /cultural estadounidense de la excepcionalidad. Estados Unidos no fue en su evolución similar al Imperio británico. Los colonos Ingleses que tocan América no hicieron lo que Inglaterra hizo en otros lados del mundo, Africa o la India por ejemplo. Definitivamente no utilizaron a la población indígena para crear instrumentos para gobernar. Combatieron a los indígenas, los sustituyeron y se reconvirtieron en un Estado de poblamiento y no en una dependencia colonial. Uno de los primeros episodios de expansión fue México y luego era Cuba, tanto Jefferson como Quince Adams la consideraban el paso siguiente , cosa que recién alcanzarían en 1898. Esta concepción choca con la visión norteamericana, que si creen en lo excepcional, pero no que su desarrollo tenga formulación imperialista.
                                                                                               
"Imperio" es un libro interesante: plantea una revisión de varias ideas claves  tanto políticas, filosóficas, históricas y culturales. Es una obra escrita  por autores que han militado activamente en la izquierda, por lo tanto recurren a autores clásicos de esas corrientes, incluido por supuesto Marx.
El libro propone la existencia de un nuevo orden mundial: un imperio que no tiene un centro geográfico de poder,  supraterritorial y descentralizado, y que ejerce un dominio a escala global. Es más un entramado de conceptos, ideas, jerarquías y sensibilidades culturales que una imposición coercitiva rígida. En lugar de colonias, afirman la existencia de un mercado global.
Hardt y Negri consideran que la idea clásica de imperialismo  no se puede aplicar en la actualidad. Afirman que esos imperialismos se basaban en una expansión de la soberanía de los Estados-nación más allá de sus fronteras, imponiéndose sobre otros Estados, y contaban con un poder geográficamente centralizado. La idea del imperialismo se remonta primero a casos europeos, como el de Inglaterra con sus colonias en Asia, Africa y América, y más recientemente a los Estados Unidos. Pero Hardt y Negri, en una de las tesis más discutibles del libro, sostienen que "Estados Unidos no constituye –y, en realidad, ningún Estado-nación puede hoy constituir- el centro de un proyecto imperialista. El imperialismo ha terminado. Ninguna nación será un líder mundial como lo fueron las naciones europeas modernas."[7]
El nuevo poder político se sostiene no solo en el marco  del nuevo orden mundial, como  el FMI, las Naciones Unidas o la Organización Mundial de Comercio, sino en las grandes corporaciones trasnacionales y empresas multinacionales, las que han pasado a estructurar y articular los territorios y sus poblaciones. Los autores sostienen que esas empresas organizan jerárquicamente los diversos sectores de la producción mundial. También sostienen que producen "no solo mercancías, sino también subjetividades", "producen necesidades, relaciones sociales, cuerpos y mentes, lo que equivale a decir que producen productores."
También se apoyan en Michel Foucault, argumentando que su obra permite recorrer una transición histórica, desde la sociedad educada a la sociedad de control. En general Foucoult “se refiere a la sociedad disciplinaria como aquella sociedad en la cual el comando social se construye a través de una difusa red de dispositivos o aparatos que producen y regulan costumbres, hábitos y prácticas productivas. La puesta en marcha de esta sociedad, asegurando la obediencia a sus reglas y a sus mecanismos de inclusión y / o exclusión, es lograda por medio de instituciones disciplinarias (la prisión, la fábrica, el asilo, el hospital, la universidad, la escuela, etc.) que estructuran el terreno social y presentan lógicas adecuadas a la "razón" de la disciplina. El poder disciplinario gobierna, en efecto, estructurando los parámetros y límites del pensamiento y la práctica, sancionando y prescribiendo los comportamientos normales y / o desviados. Foucault se refiere habitualmente al Ancien Régime y la era clásica de la civilización francesa para ilustrar la emergencia de la disciplinariedad, y sostener que toda la primera fase de acumulación capitalista (en Europa y en cualquier otro lado) fue conducida bajo este paradigma del poder. Por otra parte, debemos entender a la sociedad del control como aquella , que se desarrolla en el extremo más lejano de la
modernidad, abriéndose a lo posmoderno,  en la cual los mecanismos de comando se
tornan aún más "democráticos", aún más inmanentes al campo social, distribuidos a través de los cuerpos y las mentes de los ciudadanos.
 El poder es ahora ejercido por medio de máquinas. La sociedad de control, por lo tanto, puede ser caracterizada por una intensificación y generalización de los aparatos normalizadores del disciplinamiento, que animan internamente nuestras prácticas comunes y cotidianas, pero, en contraste con la disciplina, este control se extiende muy por fuera de los sitios estructurados de las instituciones sociales, por medio de redes flexibles y fluctuantes.
En segundo lugar, la obra de Foucault nos permite reconocer la naturaleza biopolítica
de este nuevo paradigma de poder  El biopoder es una forma de poder que regula la
vida social desde su interior, siguiéndola, interpretándola, absorbiéndola y
rearticulándola.”[8] Este concepto despertó polémicas en los sectores intelectuales puesto que la visión de la sociedad policial de Foucault no fue pensada para alcanzar niveles globales en materia política, sino para configurar la sociedad panóptica que todo lo controla.

Imperio y desarrollo capitalista.

Los períodos de fuerte competencia, que traen aparejada la expansión financiera e inestabilidad estructural se consideran la última fase que sigue a un importante desarrollo capitalista. Es el tiempo en el que el líder de la expansión anterior del comercio mundial cosecha los frutos de su liderazgo en virtud de su posición de mando sobre los procesos de acumulación de capital a escala mundial. Pero es también el tiempo en el que el mismo líder es desplazado gradualmente de las alturas del mando del capitalismo mundial por un emergente nuevo liderazgo.
  Según Giovanni Arrighi, la evolución que ha tenido Estados Unidos contradice la posición de Hardt y Negri, fundamentando que esta ha sido la experiencia de Gran Bretaña entre el final del siglo diecinueve y el comienzo del veinte; de Holanda en el siglo dieciocho, y de la diáspora capitalista genovesa en la segunda mitad del siglo dieciséis. Chomsky se pregunta ¿Puede ser esta, también, la experiencia de los Estados Unidos hoy? Hasta el momento, la tendencia más destacada para Estados Unidos sigue siendo cosechar los frutos de su liderazgo del capitalismo mundial en la era de la Guerra Fría. Parece claro que diversos aspectos del aparente triunfo global de Estados Unidos  resultó de la desaparición de la URSS, más que ser señales de la globalización, tienen entidad propia . Las señales más ampliamente reconocidas son la hegemonía global de cultura popular de los Estados Unidos y la importancia creciente de las agencias mundiales de gobierno influidas, desproporcionadamente, por los Estados Unidos y sus aliados más cercanos, tales como el Consejo de Seguridad de la ONU, la OTAN, el Grupo de los Siete (G-7), el FMI, el BIRF y la OMC. Menos ampliamente reconocido pero también importante es la ascendencia de un nuevo régimen legal en transacciones comerciales internacionales. [9] Estos conceptos de Arrighi, pueden ayudar a polemizar sobre la posición de los autores de Imperio, pero la realidad latinoamericana, por ejemplo, abrirían aún más este debate.
Pero, continuando el razonamiento de Arrighi, hay igualmente buenas razones para esperar que el presente liderazgo de EEUU de la fase de expansión financiera sea un fenómeno temporal, como la análoga fase de liderazgo británico de hace un siglo. [10]
La premisa principal del libro de Hardt y Negri, es que la era del imperialismo está superada y que ahora vivimos en la era del llamado Imperio.
Conceptos claves
En el libro se afirma que  Ley del Valor ha desaparecido, que la clase obrera ha sido reemplazada por la multitud y que el concepto de activista político ha cambiado.
La izquierda radical, que cree en el piquete y no en la vía electoral, rechaza de plano estas afirmaciones, en tanto que los intelectuales liberales no aceptan la terminología de estos activistas políticos, porque se convierte  en un integrante más de los agitadores. Estos agitadores conjugan los reclamos obreros y sociales en una suerte de aceptación de la lógica de los piquetes ciudadanos para imponer su visión de la justicia, donde el Estado no tiene una función clara.
Imperio e Imperialismo
 “El Imperio sólo puede ser visto como una república universal, una red de estructuras de poder y contrapesos, estructurada en una arquitectura inclusiva e ilimitada. La expansión del Imperio no tiene nada en común con la expansión imperialista, no se basa en estados nacionales inclinados a la conquista, el saqueo, la masacre o la colonización de pueblos en la esclavitud”. [11]
Conclusión
 El fundamento de los autores es la “red global de distribución de poder”,  es una estructura horizontal de dominio capitalista con la completa eliminación del centro, que ha creado una nueva forma de explotación.
. El concepto de imperio no sólo cambia la visión de las actuales estructuras económicas, también cambia profundamente el concepto de intervención militar.
Sin embargo, en la obra,  no resultan tan claros, los roles de los Estados Nación con referencia a la hegemonía como derivada de la nueva visión y  rol de la economía en su proyección dentro del Imperio.
Las críticas desde la izquierda y la derecha han hecho de este libro un referente de debates en los últimos años.



 El Gran Tablero Mundial                                                         
                                        
Zbigniew Brzezinski desempeñó el cargo de consejero para la seguridad nacional de la Presidencia de Estados Unidos desde 1977 hasta 1981. Integra actualmente el Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad Johns Hopkins de Washington D.C.
“La hegemonía es algo tan viejo como la humanidad. Pero la actual supremacía global estadounidense se destaca por la rapidez con la que ha surgido, por su alcance global y por la manera en que se ejerce. En el transcurso de solo un siglo, los Estados Unidos se han transformado a sí mismos – y han sido también transformados por las dinámicas internacionales- de tal manera que un país que estaba relativamente aislado en el continente americano se ha convertido en una potencia con unas capacidades de acceso y de control mundiales sin precedentes.”[12] De esta forma comienza su análisis Brzezinski, en la cual, pensamos, el concepto de Hegemonía se va a sobreponer al de Imperio, incluso al de Imperialismo.
La tesis fundamental de Brzezinski sostiene que el continente euroasiático concentra la atención geopolítica y geoestratégica por la supremacía mundial. Tal afirmación se basa en las siguientes observaciones:
• Todas las potencias nucleares, excepto una, y todas las encubiertas, excepto una, están ubicadas en Eurasia.
• Los dos aspirantes a la hegemonía mundial más poblados del mundo se encuentran en Eurasia (China e India).
• Los países que podrían confrontar desde el punto de vista político o económico a EEUU, son euroasiáticos.
• EEUU se vería superado  por el poder euroasiático acumulado.
En su libro, Brzezinski hace propia la tesis de Mackinder que expresa que el dominio del mundo estará en manos de quien tenga el dominio de Europa Central, aclarando que algunas consideraciones territorialistas han sido superadas y que la perspectiva de la geopolítica se ha desplazado de lo regional a lo global. La obra de Brzezinski es fundamental para entender la política exterior de EEUU hacia los Balcanes, especialmente en Chechenia, China, India, Irán, Irak, Siria y otros países asiáticos.
Incluso Samuel Huntington, autor de El choque de las civilizaciones y la reconversión del orden mundial, entre otros títulos, obras en las que se elabora la teoría del complot islámico y el choque de las civilizaciones, que permite justificar, de forma no siempre racional, la lucha estadounidense por el petróleo, califica la obra de Brzezinski como síntesis de análisis geográfico, político e histórico y  reflexión geoestratégica.
Para Huntington, con un análisis de larga duración, la nueva era en la política mundial muestra un mundo multipolar y multicivilizacional: con el comienzo de la era moderna, hacia el 1500 d.c. la política global adopto dos dimensiones, durante más de cuatrocientos años, los Estados – nación de occidente constituyeron un sistema internacional multipolar dentro de la civilización occidental. Durante la Guerra Fría, la política global se convirtió en bipolar surgiendo la división del mundo en tres partes si consideramos el tercer mundo. Al final de la Guerra Fría, en la posguerra fría, las distinciones entre los pueblos no son ideológicas, políticas ni económicas; son culturales.[13] El eje más importante para justificar la política exterior de los Estados Unidos se sostuvo a mediados de la década del 90 del Siglo XX con la tesis de estos dos autores.
Esta posición se vio reforzada por el ensayo de Peter Schwartz "¿La tercera Guerra Mundial?”, en el que destaca la existencia de diez estados fracasados, todos ellos, islámicos, que agrupa en tres niveles de gravedad. Importa destacar que no menciona a otros estados africanos y latinoamericanos los cuales no representan en absoluto un arquetipo de desarrollo económico. Es innegable que América Latina está fuera de los circuitos decisorios internacionales.
Volviendo al análisis de El Tablero Mundial, la estrategia geopolítica de EE.UU. está sostenida por tres objetivos:  militares,  políticos y  económicos. En lo militar pretende reforzar la seguridad interna con un ejército listo para el combate o el establecimiento de fuerzas en la zona de interés geoestratégico. En lo político busca generar alianzas con democracias en el exterior, localizando su atención en Rusia y Europa Central. En el aspecto económico pretende reactivar la economía interna con la promoción de mecanismos para lograr la apertura de los mercados.
El terrorismo reemplazó, ideológicamente y practicamente, la guerra contra los  soviéticos y esta nueva visión del mundo fue impulsada a altos niveles en la Casa Blanca y el Departamento de Estado, siendo tres los elementos que componen la estrategia internacional de los Estados Unidos luego de la Guerra Fría:
1. unilateralismo, justificado por el derecho de autodefensa;
2. el derecho a prevenir una invasión , interviniendo,  riesgo que supone  sospechas no reconocidas internacionalmente y que motivó acciones impulsivas, la mayoría de las veces.
3. confiar en coaliciones.
La aportación de Brzezinski a la nueva estrategia geopolítica de EEUU se basa en la necesidad de analizar lo que él llama el despertar político global el cual compara con el despertar social desarrollado durante la Revolución Francesa de 1789, el cual generó un activismo popular , estimulado por la literatura panfletaria y la retórica  desarrollada en plazas públicas y ciudades. Ese despertar no estuvo exento de situaciones de terror, tribunales revolucionarios, nacionalismos y  enfrentamiento de clases, dónde el idealismo y la pasión se convirtieron en el dinamizador. En este sentido, el autor propone numerosos ejemplos históricos de como el maniqueísmo, la revolución bolchevique, la Italia fascista, la Alemania nazi, China, el sentimiento anticolonial de la India y el desarrollo político mexicano a partir 1860 que va a dar lugar a la Revolución Mexicana del siglo XX.
Tomar conciencia de las características del entorno internacional determinan la necesidad de reformar o reformular la misión de EEUU en el entorno global. Según la visión de Brzezinski, el marco nación-estado ha sido débil para generar soluciones políticas y económicas. Por lo tanto, EEUU requerirá de la cooperación activa supranacional para compensar la debilidad de su soberanía mundial.
EEUU requiere de socios para lograr la cooperación activa supranacional. Europa ha sido su aliada histórica y Japón es esencial para lograr un equilibrio en el medio asiático. Pero el logro de alianzas demanda la necesidad de que EEUU exponga aspectos de interés común con estos socios, así como el desarrollo de una política genuina dejando de lado la fórmula publicitaria referida al terrorismo y a la democracia, las cuales no son bien aceptadas particularmente por los círculos intelectuales europeos, con gran influencia política.
En el capítulo titulado “La cabeza de puente democrática” Z. Brzezinsky concluye :
“…desaparecida la Europa de Yalta, es esencial que no se produzca una regresión a la Europa de Versalles. El fin de la división de Europa no debería llevar a que se diera un paso atrás hacia una Europa de Estados-naciones beligerantes sino que debería ser el punto de partida de la construcción de una Europa más extensa y cada vez más integrada, reforzad con una OTAN ampliada y aún más segura gracias a una relación de seguridad constructiva con Rusia. Por lo tanto, la principal meta geoestratégica de los Estados Unidos en Europa se puede resumir en pocas palabras: consiste en consolidar, a través de una asociación transatlántica más genuina, la cabeza de puente estadounidense en el continente euroasiático para que una Europa en expansión se pueda convertir en un trampolín más viable para proyectar hacia Eurasia el orden internacional democrático y cooperativo”[14]
La propuesta de Brzezinski se basa en la formación de una Cumbre Global de Seguridad, que permita contribuir a la seguridad internacional ante el peligro de la proliferación de armas nucleares y violencia étnica y religiosa. Esta cumbre debería estar constituida por EEUU, Rusia –país con poder militar significativo-, tres países europeo (Francia, Alemania y Gran Bretaña), cinco países asiáticos (China, India -por su población-, Pakistán -país musulmán con mayor poderío nuclear-, Indonesia -país musulmán más poblado- y Japón -por su poderío económico; dos países africanos (Nigeria y Sudáfrica -por el papel que jugaron en la pacificación africana- y dos países latinoamericanos (Brasil -por su papel en la pacificación de Haití y México -como mayor fuerza en América Central y el Caribe-.
En la concepción geopolítica en la que se apoya  la política exterior de los EEUU, esta obra  es el quinto libro a lo largo de un siglo que trata el tema, siglo que comenzó con la publicación de“La influencia del poder marítimo en la historia” (1890) del Almirante Alfred T. Mahan , y  “Estados Unidos frente al mundo” (1942) de Nicholas J. Spykman.

 
La propuesta multipolar.
Esta vez la Eurasia no es el continente decisivo por alguna razón surgida de la misma geografía, como si lo geográfico fuera el instrumento principal del poder. La Eurasia es continente decisivo sencillamente porque en ella están los países más poderosos (Europa, Rusia, China, India, Japón) y además, porque allí se encuentran los más grandes yacimientos energéticos y porque en ultramar, America del Norte, ha surgido la potencia hegemónica del mundo, extraeuroasiana, que influye sobre Eurasia.
El planteo  es semejante al de Henry A. Kissinger: un mundo multipolar dirigido por las potencias más poderosas y dinámicas, para reemplazar al peligroso mundo bipolar.  Debe recordarse que en agosto de 1945, el mundo era ‘unipolar’ dirigido desde Washington, porque EEUU era la potencia militar que decidió el resultado de la guerra, su territorio continental estaba intacto, sus aliados y enemigos estaban destruidos, en bancarrota y eran sus deudores, de manera que el dólar era la divisa obligatoria impuesta por el único vencedor mundial.
La guerra fría inicia una carrera armamentista, provocando infinidad de conferencias y libros que proponían recetas sobre la paz, la guerra y el futuro.  Y cuando el enfrentamiento incluía a un bloque contra el otro, y las armas ya  no eran políticamente útiles para la guerra porque podían destruir el mundo entero, las obras de Henry Kissinger plantean teoricamente  la solución:  un mundo multipolar presidido por los socios más poderosos, cuya autonomía quedaría reducida por interdependencias, pero compensada por beneficios distribuidos en la asociación.
El pensamiento que se maneja en este libro no es otro que el que aplicó Gran Bretaña sobre el continente europeo durante el segundo imperio británico, actualizado con la Europa postnapoleónica de 1815.
El análisis interpretativo sobre la evolución de la política exterior de Estados Unidos,podría ser semejante a la evolución del Imperio británico en el Siglo XIX, que manejaba el equilibrio europeo  desde más allá del Canal de la Mancha, comprometiéndose lo indispensable para impedir que surja un  país rival del Imperio o una coalición de rivales poderosos.  El gran enemigo, Napoleón, fue derrotado por una coalición que Londres armó contra él, aunque se oculta todavía que Napoleon fue traicionado por los franceses que respondían a los intereses británicos.  Así, Gran Bretaña apoyaba en Europa al débil contra el fuerte, y cuando el débil vencía y se convertía en poderoso, transfería su apoyo al derrotado.  Inglaterra no tiene amigos ni enemigos permanentes: sólo tiene intereses permanentes. Estados Unidos también.
Por similitud, EEUU actúa sobre Eurasia desde afuera de ella para lograr que en este continente no surja un gran país hostil o grupo de países hostiles, contra los intereses de EEUU, tal cual aparece en los documentos de la Casa Blanca sobre seguridad estratégica. En suma, el orden mundial que se busca, no es de carácter imperial sino el del equilibrio entre los que están en condiciones de regular la marcha del mundo.  Debe saberse que si los imperios fueron pasajeros en la Historia, más transitorios son los equilibrios:  en algún momento se van a desequilibrar por su misma característica fluctuante.  Su visión cronológica comprende tres fases:
  En la primera, en el corto plazo, debe lograrse en Eurasia la consolidación de un sistema multipolar, sin coaliciones contra EEUU, un sistema multipolar eurasiano.
La segunda, de mediano plazo, debe ser el resultado gradual de la primera, donde los países euroasianos más fuertes, orientados por EEUU, aceptan asociarse y cooperar. 
Y la última fase, largo plazo, consistirá ya en una asociación que colectivamente asuma responsabilidades concretas para ordenar y dirigir el mundo, con los EEUU dentro de esa asociación.
El concepto básico que se maneja en este ensayo es que Washington no debe herir las nacionalidades,  se las debe llamar hacia la cooperación;  deben reconocer la vulnerabilidad de un aislamiento nacional, y EEUU tiene que aparecer como un conciliador y protector, sin dejarse atrapar por las diferencias internas, tratando con habilidad las relaciones con Francia  y Alemania, que, para el autor, son los dinamizadores de la asociación, y aceptar a Europa como un socio al máximo nivel político y estratégico, para los temas mundiales, absorbiendo la competencia económica.
Esa Europa unida debe ser estimulada por EEUU para su ampliación hacia el Este y aquí surgen los temas sobre Europa Central y Rusia.  Desaparecido el Pacto de Varsovia, Polonia, Hungría, Rumania, Eslovaquia, los checos, los búlgaros, los bálticos, tienen derecho a integrarse a Europa, simplemente porque son Estados europeos.
En Asia se debe integrar n primer término el Japón.  Simultáneo con la rivalidad económica, financiera y tecnológica, Japón continúa aceptando la seguridad militar de EEUU.  En verdad EEUU sostiene todavía un protectorado militar sobre un país como el Japón, rodeado de enemigos Corea del Norte y China y también por Rusia.  Políticamente se encuentra aislado, aunque el cerco ha comenzado a ser cruzado con inversiones y comercio.  Se agrega aun algo mucho más serio que es China, de crecimiento espectacular y regionalmente temida.  La relación entre Washington y Pekín se desarrolla con precaución.  Posee el atractivo de los grandes logros comerciales a la altura del máximo nivel, pero simultáneamente, implica el peligro de la caída por el tema  Taiwán.

 Resumiendo, el ensayo propuesto por Brzezinsky establece:
1)      Eurasia, escenario obligatorio para la primacía mundial; 
2)      Mundo pluralista presidido por EEUU;
3)      Reconciliación de los más poderosos en una asociación multipolar.
4)       Este equilibrio exige que la condición de árbitro para EEUU, quede a salvo de choques regionales.
5)       Una condición indispensable será, primero, no lesionar los intereses vitales de cada integrante, no aislarlo, permitirle una actuación  cooperativa.
6)       EEUU mantenga su liderazgo militar, científico, técnico, económico y financiero, ejerciendo entonces una hegemonía indirecta
La obra El Tablero Mundial fundamenta que las políticas de las grandes potencias determinan la exclusividad para decidir la dinámica mundial,  en la rivalidad, en la competencia, y en la cooperación, como factores de poder indiscutidos.  El ensayo analizado considera, además en forma ambigua,  que todo poder económico-financiero, por si solo, es incapaz de alterar las voluntades políticas de los países más poderosos, comenzando por la de EEUU. y sus grandes sectores de opinión ; también considera que el planteamiento puede ser distinto: que los grandes centros económico-financieros dominan la dinámica del mundo, usando a las grandes potencias como instrumentos. Es aquí aunque desde bases y proyecciones muy distintas podemos encontrar puntos de contacto entre los dos libros analizados.

Conclusión

¿ Se  puede pensar que en la obra “El Tablero Mundial” se hace un planteo válido de lo que es el orden mundial actual, cuando se realiza desde los Estados Unidos y por un asesor de primer nivel como Z. Brzezinsky?. Por otro lado, su función era construir el marco teórico del Tablero Mundial, como antes lo habían hecho otros. No es la función de un historiador, ni tampoco la de la pareja de intelectuales autores del libro “Imperio”.
 ¿Quizás sea el fundamento teórico de la Hegemonía? Creemos, finalmente, que la lectura de estos libros es necesaria para el historiador, no para explicar el mundo, pero si para entender un poco más, como se mueve Estados Unidos como potencia.


Bibliografía

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Arrighi, G. Ponencia presentada en la Universidad de California sobre “Estados y Soberanía en la Economía mundial” 1997
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Stiglitz, J. E. El Malestar en la Globalización. Taurus. Buenos Aires. 2002
Ramonet, I. Guerras del Siglo XXI. Mondadori. Barcelona. 2002.





Los origenes de La Guerra Fría desde la estructura de la Política Exterior Norteamericana.


La interpretación de los cambios desde la estructura de la Política Exterior norteamericana.(1)[1]

Los estudios de la política exterior de los Estados Unidos comienzan en forma sistemática en 1920 cuando los escritos de la Escuela Histórica Conservadora comienzan a declinar . Los conservadores enfatizaban la homogeneidad y la continuidad del pasado  histórico norteamericano y su apoyo en las instituciones que conformaban la nación.
Ellos minimizaban los conflictos, poniendo el foco de análisis en el desarrollo de las instituciones y sus principios que en forma confidencial se identificaban con el desarrollo de la unidad y poderío norteamericano. Contrastando con esta postura, los historiadores progresistas se preocupaban del análisis de los procesos de cambio, determinando las áreas o procesos de interés histórico, con el convencimiento que esas áreas servían y promovían los procesos de cambio en las políticas. El pasado lo observaban en la forma de conflictos permanentes de avances y retrocesos fácilmente identificables que permiten descubrir las incidencias de las fuerzas sociales fundamentales en la sociedad y su proyección en las políticas nacionales y exterior.
Para esta corriente progresista el significado de la Historia Norteamericana se sostenía en la búsqueda sin fin  del reformismo liberal aplicado, incluso más allá de la Nación, no en el concepto de consolidación de la Unión Americana.
Queda claro que existió, y existe, una interrelación entre estas posturas y que del resultado de la misma se obtuvo el progreso de la naturaleza del conocimiento histórico y su proyección en las experiencias humanas. Pero, de estas dos escuelas la conservadora fue la que desarrolló los estudios de la política exterior. Se esforzaron por buscar las relaciones entre la nueva nación americanas y los principios diplomáticos europeos a través de las instituciones heredadas y la relación con los inmigrantes y su cultura atlántica vinculante.

El pensamiento progresista para interpretar la evolución de la Política Exterior se encontraba sumergido en el análisis de la propia experiencia norteamericana, esta se les presentaba como subordinada y periférica. John Higham observa: “ el pensamiento progresista(...) era crítico con la tradición, insensible a la continuidad institucional y preocupado por los conflictos internos”(2)[2]

Siguiendo el análisis, para la historiografía norteamericana tiene especial interés la influencia de la historia diplomática europea del periodo previo a la Primera Guerra Mundial. Se comienzan los estudios para explicar la consolidación del relacionamiento de EE.UU con el mundo a partir de 1898 y la victoria contra España.
Una serie de publicaciones de importantes académicos norteamericanos como Archibald Cary Coolidge, Carl Russel Fish y otros, ninguno de ellos sostenidos en investigaciones sistemáticas pero que comienzan a delinear los procesos de la Política Exterior en la década del 20. Estos autores tenían importante tradición diplomática y se basaban con claridad en los conceptos de neutralidad, libertad de navegación, la Doctrina Monroe y  sobretodo la política de Puertas Abiertas. El lineamiento conceptual era que los EE.UU. habían liderado el desarrollo del Derecho Internacional y la aplicación de los arbitrajes para solucionar las controversias entre los estados. Muestran una diplomacia pura que va  determinado el avance ininterrumpido de los Estados Unidos en los asuntos mundiales. Todos los autores se refieren, algunos exageradamente entusiastas, a las consecuencias para el desarrollo de la Política Exterior, el resultado de la Guerra Hispano-estadounidense. Coolidge pensaba, por ejemplo, que el pueblo de Estados Unidos se encuentra preparado para autorealizarse. Pero la mayoría, en verdad, no tenía certezas sobre sus responsabilidades y había desacuerdos sobre la naturaleza de la nueva fase de desarrollo de la política exterior. Para Coolidge el poder mundial de los Estados Unidos comienza a definirse cuando los estados europeos visualizan el desarrollo y madurez de esta potencia americana que rompió con el pasado en 1898. En la década de 1920 se comienza a estudiar con más profundidad los principios y la política exterior norteamericana tomando en cuenta la base constitucional de la política exterior. La Constitución se elabora en 1787 enfrentando las necesidades inmediatas de un gobierno frente a un mundo difícil y que pudiera representar a trece estados que estaban bajo un régimen de confederación relativamente indefinida. Si bien a las consideraciones de política exterior no se les puede atribuir directamente los principios filosóficos de la constitución, esta se creo como un rechazo por parte del nuevo mundo a la antigua forma de hacer las cosas(3)[3]. Los fines de la política exterior se pueden analizar en dos amplias categorías: como la autoridad del gobierno en asuntos exteriores determinada por sus instituciones, ramas y funcionarios y como se asigna la autoridad entre el gobierno y el pueblo. Es claro que los creadores de la Constitución intentaron darle al gobierno toda la autoridad para conducir los asuntos externos y ocuparse de la defensa común. Los autores establecieron los términos de la lucha por el poder entre el Congreso y el Presidente, de tal manera que el presidente tuviera abrumadora superioridad pero no autoridad final en asuntos exteriores. Cierta clase de autorización del Congreso ha seguido el despliegue por parte del Gobierno de las fuerzas norteamericanas en el exterior. Los presidentes han actuado sin autorización del Congreso para defender vidas y propiedades norteamericanas, Woodrow Wilson armó naves mercantes durante la Primera Guerra Mundial, del mismo modo Roosevelt antes de Pearl Harbour. En general todas las acciones en América Latina fueron sin autorización del congreso y realmente inconstitucionales. Los grandes episodios de la política exterior norteamericana (la Alianza Francesa, la compra de Lousiana, la Doctrina Monroe, el acuerdo Rush-Bagot, el Tratado de Paris en 1898, las Leyes de neutralidad de 1935,1936 y 1937, la Segunda Guerra Mundial, la Doctrina Truman y el Plan Marshall, la decisión coreana y Vietnam)pasan por el reconocimiento de la Constitución. En la Guerra Fría el temor al poder presidencial era legítimo, pero la Constitución articula un equilibrio entre el Congreso y el Poder Ejecutivo. En Política Exterior el Presidente es el conductor pero no puede hacerlo solo por poco tiempo.
Durante la década de 1920 algunos autores como Julios W. Pratt y Arthur P. Whitaker publicaron trabajos que ponían énfasis en la importancia del Oeste y el mantenimiento de  fuerzas armadas tanto en el Este como en el Oeste y del mismo modo la política exterior. Para Pratt EE.UU. se enfrentaba a un “nuevo destino manifiesto”[4] Las ideas de la política exterior de una nación suelen ser pocas pero permanentes. En Estados unidos son también simples pero además complejos: la lógica del interés nacional sostenido en la ocupación y administración de un territorio nuevo. La historia de las alianzas de Estados Unidos nos muestra la complejidad, desde la Alianza Francesa hasta la OTAN, la filosofía de la política exterior fue la manejada por Washington “las alianzas son valiosas solo si sirven para las dos partes”. Hasta la Liga de Naciones no fue necesaria una nueva alianza que requiriera la vinculación de EE.UU. con alguna potencia. La relación costo/ beneficio no justificó ningún compromiso. Recién con la OTAN Estados Unidos asume el rol de potencia mundial permanente y con injerencia en dos hemisferios. Hasta ese momento se manejó la política exterior con algunos principios relativamente permanentes:

1-      Decisión de evitar las alianzas permanentes con potencias extranjeras.
2-      Manejo de los intereses políticos y comerciales sin originar compromisos
3-      No permitir que los conflictos de la “vieja Europa” se inmiscuyan en los problemas americanos.
4-      Consolidar el concepto de Nación Continental.
5-      Buscar algún tipo de desarrollo en Asia.
6-      Establecer algún sistema Orden Internacional

La libertad de acción heredada del pensamiento de George Washington se consolida con el desarrollo económico de Estados Unidos que necesitaba imperiosamente la libertad de los Mares. La Doctrina Monroe fue una respuesta al expansionismo ruso en la costa pacífica y por lo que España e Inglaterra pudiera hacer tras los derrocamientos de los gobiernos europeos en América. Queda claro que en esta doctrina Estados Unidos se considera diferente al Europa y sus intereses.
Los Estados Unidos no fueron parte del sistema internacional entre 1814 y 1915. Vieron  la Primera Guerra Mundial como un episodio europeo y lejano y se inicia un sentimiento honesto de neutralidad. Pero la gran extensión continental y el pequeño imperio que había conformado Estados Unidos lo hacía chocar en los  lindes de la Guerra, por eso era de gran interés un sistema de mantenimiento de la paz luego de finalizada la Primera Guerra Mundial. Para romper la neutralidad, Estados Unidos debía conseguir algo a cambio. Esa fue la posición del Presidente Wilson en los famosos Catorce Puntos, el Tratado de Versalles y la Liga de Naciones, cuando realiza su discurso ante el Senado el 22 de enero de 1917. A partir de ahora, el surgimiento de Estados Unidos como potencia mundial, y sus intereses vitales se van a desarrollar fuera del territorio nacional.


La responsabilidad del Orden Mundial: 1920-1945

“...no entendimos que el  molde que nos había dado, de 1814 a 1914, un siglo de segura retirada del mundo, se había roto irreparablemente.”[5]

Estados Unidos entra brevemente en el escenario mundial, sin embargo le alcanzó para darse cuenta que podía ser influyente en la política europea, y que además internamente no tenía trabas jurídicas que le impidiesen actuar en el plano internacional. La sociedad norteamericana no estaba convencida de la pertinencia de relacionarse con los problemas mundiales.

Para el autor  Ruhl J. Barlett:

“ El fracaso de la Sociedad de Naciones no se debió, como a la mayoría de los norteamericanos se les hizo creer, a supuestas desigualdades del Tratado de Versalles o a los defectos de la Constitución del Pacto. Fracasó debido a las inconstantes limitaciones del liderazgo de los Estados Unidos(...)porque nunca hubo un momento en toda la enorme y creciente escena de la civilización occidental en que las condiciones fueran tan favorables, la oportunidad tan grande y el momento tan correcto y maduro para el establecimiento de un orden mundial como a fines de la Primera Guerra Mundial”[6]

Por el espacio de 45 años, a partir de 1945, la Guerra Fría fue el factor central, el punto de referencia de la política mundial. Sin embargo, hay que retomar la situación de los Estados Unidos entre 1920 y 1939 para comprender el despegue conceptual sobre el rol en la política internacional como potencia, que se acelera con la Segunda Guerra Mundial. La reelección de Wilson en las elecciones presidenciales de 1916 fue por muy poco margen, más como una prueba de gratitud por la neutralidad ante el conflicto que por la aceptación de su gestión. Luego del episodio del Lusitania y el ingreso de los EE.UU. a la guerra, tras ella, el país entró en una crisis de identidad que para algunos autores era comparable a la ocurrida luego de la Guerra de Secesión y el posterior asesinato de Abraham Lincoln.
El país se vuelca a una reacción a todo lo que no fuera americano y se va a manifestar en diversas formas:
1-      Red Scare: el temor a un complot revolucionario similar al ocurrido en Rusia
2-      La posguerra trajo a EE.UU, una oleada de huelgas y manifestaciones reivindicativas de todo tipo.
3-      Una huelga de proporciones, que incluyó a la policía, se produjo en Boston y su Gobernador, Calvin Coolidge reprimió con mano firme, generando prestigio personal.
4-      El RedScare generó una situación psicológicamente compleja: la Espionaje Act. se aplicaba ahora contra cualquier sospechoso.
5-      Las tensiones raciales se agudizan y se reconstituye el Ku Klux Klan por un viajante metodista, William  J. Simmons al que solo podían afiliarse ciudadanos blancos, creyentes, nacidos en el país y devotos de los fundamentos cristianos protestantes.

Todos estos puntos deben haber incidido en las dificultades que Wilson encontró a su retorno de la conferencia de Paris. El problema político interno con repercusiones en la política internacional era la ratificación del Tratado de Versalles. La oposición sostenía que este Tratado era inmiscuir a EE.UU. en la política europea. Wilson hace campaña para que se apoye su gestión, sufre una trombosis, y finalmente pierde la batalla en el Senado. Para Wilson esta circunstancia mermó su prestigio y demostró que tenía mayor capacidad para el manejo de los problemas exteriores que los internos.[7] Se produce la rotación de los partidos en el poder, el terreno en el que se evidenciaron los cambios fue el de la política exterior y las relaciones internacionales. La orientación fue el retorno a la plena libertad de acción, entonces Estados Unidos se desvinculó de los compromisos adquiridos durante la guerra y los tratados posteriores. Se realiza ahora el tratado de Washington de 1922 que tiene su mayor influencia en el área del pacífico y se firma, además un tratado de paz con Alemania. Por otro   lado hay un gran interés en alimentar a la hambrienta Rusia posrevolucionaria enviando grandes cantidades de ayuda humanitaria. Se declaran sin interés en participar en la Sociedad de Naciones. A tres años de los 14 puntos de Wilson EE.UU. se aislaba nuevamente, renunciando al liderazgo internacional planteado por Wilson. Estados Unidos plantea soluciones bilaterales para el tratamiento de la deuda que tenían los países europeos. Entre 1923 y 1926 se realizó este mecanismo con trece naciones europeas. En las elecciones de 1928 los republicanos presentaron la candidatura de Herbert Hoover, una vez más triunfa la postura conservadora, va a ser necesaria una gran crisis económica para que el Partido Demócrata alcance el poder.

El Sistema Internacional y los orígenes de la Guerra Fría.[8]

La Guerra Fría afectó las políticas exteriores de los Estados Unidos, la Unión Soviética y las políticas internas y la diplomacia de la mayoría de las naciones del mundo. Muy pocos países, de hecho, se escaparon de esta circunstancia. Es imprescindible examinar los hechos para comprender la historia internacional de la segunda mitad del siglo XX.
Deberíamos manejar ensayos y documentos referentes a estudios geopolíticos, tecnológicos, estratégicos, los hechos y situaciones de la descolonización y los nacionalismos revolucionarios. De estos estudios se desprende como la distribución global  del poder, las organizaciones sociales y la economía internacional influyeron en la percepción de los intereses de seguridad nacional  de los Estados Unidos y la Unión Soviética respectivamente. La interconexión de las situaciones nacionales e internacionales son una de las características de la Guerra Fría.
En los Estados Unidos había dos puntos de vista con referencia al origen de la Guerra Fría:
1-      La tradicional que adjudicaba a la Unión Soviética el inicio de la Guerra Fría con una política del Kremlin dirigida lentamente al control mundial.
2-      La posición revisionista que interpretaba la posición soviética como de consolidación nacional y la política norteamericana como expansionista.

A pesar de existir un consenso sobre las raíces de la Guerra Fría, las nuevas generaciones de investigadores han enriquecido los conocimientos enfocando más cuidadosamente los aspectos geopolíticos, las estructuras sociales, y el funcionamiento de la economía de los Estados Unidos dentro del sistema capitalista mundial. Por otro lado estudios contemporáneos sobre la Unión Soviética han desacreditado la posición marxista leninista de dominación mundial a través de la revolución mundial proletaria para focalizarla en factores como el tradicional expansionismo ruso, la burocracia que diluía las decisiones de la elite soviética y los sistemas de seguridad y sus requerimientos que hacían que se conformara una exclusiva posición geopolítica.

La segunda Guerra Mundial produjo profundos cambios en el sistema internacional, incluyendo una masiva distribución del poder, poniendo fin a siglos de dominación europea, y configurando, además, la evolución de la Guerra Fría. Los poderes previos a la Segunda Guerra Mundial eran seis importantes potencias: Gran Bretaña, Francia, Alemania, la Unión Soviética, Japón y los Estados Unidos. Al final del conflicto, los Estados Unidos se configuraron como la principal potencia, quedando sus competidores retrasados y sus aliados europeos exhaustos. La Unión Soviética padeció grandes perdidas humanas y materiales y se encontraba como la segunda gran potencia del mundo.
3-      Gran Bretaña:  agotada por seis años de guerra, y con un costo muy alto de sostener la guerra a lo largo de su Imperio se encontraba en el tercer lugar.
4-      Francia: Humillada por la derrota de 1940, profundamente dividida entre resistentes y colaboracionistas con el régimen nazi, dañada su infraestructura por la guerra y sus colonias con la voluntad de emanciparse la hacían quedar fuera del circuito de las grandes potencias.
5-      Alemania: Destruida, ocupada por sus enemigos y previéndose una futura división iba a ser el punto donde se iniciarían las tensiones internacionales.
6-      Japón: Destruido, desmoralizado no salía del choque psicológico que le produjeron las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Estaba ocupado por los Estados Unidos y había perdido su Imperio.

en mi propia mente”, escribió el Senador Arthur Vandenberg de Michigan, algún tiempo después de ocurridos los hechos, “ tomó fuerte forma la convicción de la necesidad de observar mecanismos internacionales de cooperación para la seguridad colectiva y la paz, en la tarde del ataque a Pearl Harbour. Ese día terminó el aislacionismo de un modo realista”[9] El Senador Vanderberg había llegado a la conclusión que el desarrollo de los Estados Unidos para convertirse en una potencia mundial y la creciente interdependencia de las naciones, los avances tecnológicos del Siglo XX, demostraron que la política internacional de los Estados Unidos era obsoleta. Cuando los japoneses demostraron que Estados Unidos no estaba a salvo de un ataque extranjero, incluso este senador aislacionista empezó su conversión. Para describir su nueva postura este senador utilizó la frase “Seguridad Colectiva”, un termino que se había empezado a utilizar en algunos círculos europeos y norteamericanos a lo largo de la década. Los politólogos definen la seguridad colectiva como el sistema de gerenciar los balances de poder ocupando “ la zona media  del espectro en el cual el balance de poder mundial se encuentra en los puntos decisivos y terminales”[10]
Como todo sistema, necesita establecer un sistema de organización, en este caso internacional cuyos miembros se comprometan a resolver controversias a través de la discusión, acuerdos, arbitrajes, o decisiones de tribunales internacionales que incluyan la utilización de acciones diplomáticas,, acciones económicas e incluso acciones militares contra naciones que pongan en peligro la paz mundial. La idea de seguridad colectiva fue aplicada inicialmente por Theodore Roosevelt  en varios pronunciamientos que fueron retomados por Woodrow Wilson posteriormente.
El estado de preparación de las fuerzas armadas entre 1890 y 1930 era limitada por los tratados de desame naval. De Manchuria a Munich hubo una serie de oportunidades en política exterior no aprovechada por Estados Unidos. La alianza que Francia e Inglaterra habían conseguido con Wilson, hubiera sido muy importante para combatir la hora de los totalitarismos europeos, pero Roosevelt y la mentalidad aislacionista del pueblo norteamericano no concebían tal posibilidad. Roosevelt y su gobierno estaban ocupados en la lucha contra la depresión económica surgida en 1929. Sin embargo es el momento en que se inicia la política del Buen Vecino, la liquidación de la mayoría de los episodios coloniales en América Latina y el Caribe, acelerar el proceso de la independencia de las Filipinas y la autonomía de Puerto Rico.
El acuerdo de política exterior más creativo fue el programa de acuerdos comerciales que devolvía a EE.UU. a una posición de comercio libre que cuidaba los intereses nacionales y los vinculaba con la economía mundial. Franklin Roosevelt tenía conciencia del peligro de una guerra general europea y el papel de apoyo que EE.UU. debía darle a las democracias occidentales, pero su preocupación era combatir a la depresión económica y el efectivo manejo político de los aislacionistas, puntos que lo alejan de conducir en la década de 1930 a EE.UU a una posición de liderazgo mundial.
Roosevelt aceptaba la neutralidad como un mal necesario mientras mantenía su atención en los asuntos internos donde tenía votos. Las leyes de neutralidad se basaban en el supuesto de que la venta de municiones a los beligerantes y la insistencia con los derechos de la libertad de los mares para los neutrales en alta mar eran la causa de la entrada de los EE.UU. en la primera Guerra Mundial.. Unos pocos días después de iniciada la Segunda Guerra Mundial, la embajada alemana en Washington informaba:
Por el presente, Roosevelt se cree capaz de mantener a los Estados Unidos fuera de la guerra, fortaleciendo las probabilidades de los aliados de ganar la guerra mediante la exportación ilimitada de armas, equipos militares y materias primas esenciales. Pero si los aliados se vieran amenazados con la derrota, Roosevelt está decidido a ir a la guerra contra Alemania, incluso enfrentando la resistencia en su propio país”[11]

El ataque japonés y la rápida declaración de guerra alemana contra Estados Unidos, fue lo que involucra a los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
La alianza que había derrotado a Alemania y Japón en una  guerra de casi seis años se rompió en el plazo de unos meses. La situación que se generará entre Estados Unidos y su bloque y la URSS y sus aliados marcará la escena internacional por  medio siglo.
La Segunda Guerra Mundial aceleró y profundizó los cambios en la tecnología militar. Las armas convencionales alcanzaron grandes niveles de destrucción. La capacidad de proyectar el poder militar se desarrolla con la utilización de portaviones y bombarderos estratégicos de gran radio de acción. La bomba atómica magnificó los niveles de destrucción y el temor a un futuro “Pearl Harbour, atómico”[12] comenzó a configurar un futuro escenario de carrera armamentista y posterior equilibrio nuclear. Gran Bretaña, la Unión Soviética y otras potencias tratan de desarrollar planes atómicos militares para alcanzar a  los Estados Unidos. Según Martín J. Sherwin´s los Estados Unidos se dieron cuenta de la importancia de disponer de capacidad atómica con mecanismo diplomático de presión en tiempos de paz y como una formidable herramienta de destrucción en tiempos de guerra. Un creciente número de historiadores europeos coinciden en adjudicar el desarrollo del mundo bipolar y el origen de la Guerra Fría a la carrera por el control de la disuasión nuclear. En síntesis, el sistema internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial se debió a la conjunción de varios factores:[13]
1-      La rivalidad de las Grandes Potencias.
2-      Cambios en la tecnología militar
3-      El conflicto ideológico mundial
4-      La reforma y la reconstrucción del sistema capitalista mundial.
5-      La aparición de movimientos nacionalistas de liberación nacional y la descolonización.
6-      Los sucesos de una región afectan a otras incrementando la tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
7-      Carrera armamentista, polarización política en los Estados vinculados a cada bloque.

Los años de las presidencias de Truman y Eisenhower: 1945 – 1960.
Vietnam.
Los estudios secretos que llevó adelante el Pentágono sobre Vietnam, informan que pocos días antes de los acuerdos de Ginebra de 1954, el Consejo de Seguridad Nacional de la administración Eisenhower informaba negativamente Argumentaban que estos acuerdos eran un verdadero desastre para la política exterior de los Estados Unidos y recomienda aproba acciones que prevengan avances del comunismo en Vietnam. En forma explícita este informe sostenía que los Estados Unidos tendrían que ejercer un “un rol directo en los acuerdos de Ginebra”. De acuerdo a estos documentos, en una reunión realizada el 8 de agosto de  1954, se determinó un ambicioso plan de urgencia de ayuda económica y militar , que incluye la sustitución de los consejeros militares franceses por  norteamericanos, al nuevo gobierno   survietnamita de Ngo Dinh Diem. Los objetivos eran: “Mantener un Vietnam del sur amigable y no comunista” y “prevenir una posible victoria comunista a través de las elecciones generales de Vietnam”.
Los acuerdos de Ginebra, determinaron que Vietnam estaría dividido en dos zonas hasta las elecciones previstas para 1956. Además determinaban que la introducción de tropas militares extranjeras estaba prohibida. El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos había establecido, ya desde 1953, que se debía observar con detenimiento el desarrollo de los planes de expansión comunista en Asia y la ayuda a gobiernos amigos era indispensable. Uno de esos gobiernos era Francia y la región era la Indochina francesa que incluía a Vietnam. La postura era que si Indochina se perdía a manos de los comunistas, la seguridad de los Estados Unidos sería crítica.[14] Tan pronto como el inicio de la Guerra en la Indochina francesa comenzó, Estados Unidos empezó a pensar en diversas formas de intervención. Uno de los factores básicos era la antipatía de los sistemas coloniales europeos, los principios de autodeterminación planteados desde los 14 puntos de Wilson, el convencimiento ahora más claro del poder estadounidense luego de la Segunda Guerra Mundial. Sobretodos estos conceptos estaba el hecho de la derrota de Japón por parte de Estados Unidos y el derecho que se adjudica de establecer una “Pax Americana” en el lejano este asiático y que además impidiese el avance comunista. Se considera una postura lógica que la diplomacia norteamericana pensara que “Francia debe proporcionarnos la ayuda adecuada para lograr implementar nuestras políticas en Indochina, asegurar la paz y la estabilidad en el lejano oriente”[15] El encargado del área del sudeste asiático del Departamento de Estado Mr. A.L. Moffat sostenía que los Estados Unidos debían ver la situación en el sudeste asiático con mayor objetividad que los británicos, los franceses y los holandeses porque ellos “ pueden analizar los problemas sin interese propios, prejuicios, y costos políticos internos” esta posición oculta, sin embargo las causas profundas de la intervención de los Estados Unidos en Vietnam:
  1. Tradicional antipatía al colonialismo europeo.
  2. Creencia de que solo la intervención norteamericana podría construir un mundo mejor.
  3. Una concepción inicial errática sobre Ho Chi Minh, visto como un nacionalista, e incluso un comunista que sin embargo podría serle muy útil a Vietnam.
  4. Las vinculaciones de Ho Chi Minh con el comunismo internacional solo la visualizan al ver la incapacidad francesa de controlar sus colonias indochinas.

Cuando el secretario de Estado Marshall  recibió la información de la Embajada norteamericana en Paris de que Ho Chi Minh tenía conexiones directas con  Moscú, el sentimiento de que la evolución de los problemas coloniales europeos propios del siglo XIX, se presentan ahora complejos y con incidencia internacional en el nuevo orden mundial  post Segunda Guerra Mundial. Toma cuerpo, entonces, la idea de que deben ayudar a Francia a restaurar el orden. Esto se refuerza ,además, con la visión de que el Kremlin deseaba crear una serie de estados comunistas dominados por la política exterior soviética en Indochina. La acción francesa en la península indochina era, entonces, un antídoto para contener la influencia soviética en el área. Los intereses de Estados Unidos en Oriente se remontan tiempo atras cuando en 1945 se enviaron 5.000 marines hacia China del Norte al mando del General Marshall, como representante personal del Presidente Harry Truman. El objetivo era reconciliar las posiciones nacionalistas y comunistas. Los sucesos en Indochina eran importantes, pero para la política exterior de Estados Unidos era de menor interés y requería otro tipo de acciones, más allá de apoyar a los franceses.[16]Los franceses mantenían la visión jacobina de que la “nación era una e indivisible” incluyendo en ese concepto a la Unión Francesa de la cual la Península Indochina era la principal dependencia. Sin embargo el optimismo de los Estados Unidos sobre el control francés de la expansión comunista en el área comienza a dar señales negativas, tal como relata en su informe el Cónsul norteamericano en Saigón:

“Moralmente, los Estados Unidos no pueden participar en el retorno al status de preguerra que los franceses llevan adelante, sin comprometer y destruir los relaciones que los nativos han depositado en nosotros. Tampoco podemos dejar a Francia y a las democracias occidentales sin la influencia de los Estados Unidos”[17]
El 27 de septiembre de 1947 las políticas del Departamento de Estado reenfocan la solución. En definitiva los objetivos de la política exterior de Estados Unidos deberían atender los mecanismos de acción francesa sobre los intereses nacionalistas de los pueblos indochinos. Bajo este principio se acuerda que no se debe proporcionar armas a ambas partes en conflicto, en la realidad esta no ocurrió asi, puesto que si se permite la exportación de armas al Ejército francés.
En marzo de 1948 se produce un levantamiento comunista en Burma. En Malaya, el gobierno y el Partido Comunista se enfrentan. Finalmente Dean Acheson, que en sus escritos sostenía que era inevitable la intervención norteamericana en Asia, en Julio de 1959 afima “es fundamental para la política exterior de Estados Unidos, no permitir ninguna dominación o avance comunista en el Continente Asiático o en  el Sudeste Asiático”
Se podría argumentar, entonces, que las líneas de conflicto habían sido marcadas por los Estados Unidos.  Los informes del Consejo de Seguridad Nacional  establecían que la suma de los conflictos coloniales con los movimientos nacionalistas eran un campo fértil par el desarrollo de las actividades comunistas. Hacia el fin del mes de febrero de 1950, el convencimiento de que los planes comunistas de controlar Asia, habían entrado en una fase de culminación, origina la intervención del Asistente del Departamento de Estado Dean Rusk que afirma que el peligro de dominación comunista se puede determinar por la política subversiva que llevaba adelante China Comunista. En este entorno comienza la actuación fuerte del Senador Joseph Mc Carthy con su campaña de investigación de actividades antinorteamericanas.
Comúnmente se mencionan como los puntos decisivos para el involucrarse en el conflicto vietnamita por parte de los Estados Unidos:
1.      Los militares norteamericanos en Saigón, los funcionarios de la embajado y los agentes de la CIA, mencionaban al Presidente Diem como autoritario,, inflexible y distante.
2.      Entre 1954 y 1958, Vietnam del Norte se había concentrado en su propio desarrollo. Entretanto se había construido en el Sur un esqueleto de organización comunista a partir de la derrota francesa.
3.      Entre 1956 y 1958 comienza una resistencia al régimen de Diem, hasta mayo de 1959 en que se reune el 15 Congreso del partido Comunista y se decide tomar el control del levantamiento.
El gobierno de Vietnam del Sur, estaba sujeto a las presiones cada vez más fuertes de las unidades guerrilleras comunistas que se habían unido para formar el Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur y que popularmente se lo conoce como Vietcong. Este movimiento estaba apoyado por Vietnam del Norte. Había comenzado la segunda guerra de Vietnam. La política exterior de los Estados Unidos se sostenía en los acuerdos realizados luego de la segunda Guerra Mundial que en esencia manifestaba como los objetivos norteamericanos:
1.      Garantizar la soberanía de Laos.
2.      Garantizar la soberanía de Camboya.
3.      Legitimar el nacimiento de Vietnam del Sur

Estudios realizados por el  Pentágono que divide el desarrollo de la Insurgencia en Vietnam del Sur en tres periodos, ya mencionados, pero aclara  que 1959 se inicia el tercer periodo con una escalada de violencia que va a determinar otra postura norteamericana. En enero de 1959, la CIA recibe informes del establecimiento de focos insurgentes en la frontera con Camboya y en el norte. En un informe de la Embajada de Estados Unidos en Saigón informaba sobre la situación de la seguridad interna, 119 asesinatos en cuatro meses. Además el Vietcong comienza a atacar el ejército regular survietnamita. El 8 de julio de 1959 un ataque terrorista mata a dos funcionarios norteamericanos. El frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur se fundó oficialmente el 20 de diciembre de 1960. con una integración estimada por la CIA de 300.000 integrantes.[18]
Berlin
La construcción del Muro de Berlin en 1961 fue el episodio final de una muy larga serie de divisiones de la ciudad iniciada a partir de 1945. En enero de 1944 el recién formado Consejo Consultivo Europeo (EAC), comenzó a trabajar en Londres con los países integrantes de la Gran Alianza: Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética. Los planes eran una vez derrotado el ejército alemán:
1.      Desmovilizar las Fuerzas Armadas.
2.      Desnazificar las instituciones civiles
3.      Colocar las Industrias en producción de infraestructuras civiles.
4.      Crear un régimen civil alemán
5.      Pasar el poder rápidamente a las instituciones civiles alemanas

Sin embargo estos proyectos se enlentecen al opinar el Presidente Franklin Roosevelt sobre estos puntos: “Me disgusta hacer planes sobre un país al que aún no hemos ocupado”[19] Las preocupaciones tenían fundamento, se estaba hablando de una nación que en los últimos 30 años había protagonizado las dos guerras mundiales más violentas y sangrientas de la historia. El Secretario del Tesoro, Henry Morgenthau tenía una postura muy firme que incluía convertir a Alemania en una región campesina, desmantelando las industrias como forma de mantener la paz en Europa.
Este nuevo orden internacional va a dar origen a la Guerra Fría.
En 1978 Henry Kissinger y Walter Laqueur reflexionaban sobre la situación de la posguerra y coincidían en que muy poca gente pensaba que ocurriría en la situación posterior a la Segunda Guerra Mundial, quizá el único, según Kissinger, fuera Chuchill. En realidad la planificación de la política exterior norteamericana estaba impregnada de un profundo idealismo e inocencia en un mundo nuevo. La información abierta al público en los últimos años permiten analizar con más profundidad los hechos que muestran la preocupación de los Estados Unidos por la seguridad nacional en el mundo de posguerra. Numerosos indicadores como las bases en el exterior, los derechos de navegación aérea y construir una zona de influencia en América Latina, muestran la aplicación del desarrollo tecnológico y las experiencias geoestratégicas al campo de la Seguridad Nacional. Se pensaba que un balance de poder en Eurasia era fundamental para la Seguridad Nacional. En realidad, los militares norteamericanos comienzan a pensar en la Seguridad Nacional de posguerra en 1943. Se elabora un plan que construía una frontera estratégica que frustrara a cualquier atacante al territorio nacional. Este plan fue analizado y diagramado por Roosevelt a comienzos de 1944.
Sucesos importantes del periodo.
12 de abril de 1945
 Fallece Franklin Roosevelt
08 de mayo de 1945
Termina la Guerra en Europa
06 de agosto de 1945
Bomba atómica sobre Hiroshima
25 de junio de 1950
Tropas norcoreanas invaden Corea del Sur.
1 de noviembre de 1950
Explosión de Bomba de Hidrogeno
4 de noviembre de 1952
Electo Eisenhower como Presidente.
5 de marzo de 1953
Fallece Stalin
27 de Julio de 1953
Armisticio en Corea
18 al 23 de julio de 1955
Encuentro en Ginebra
23 de octubre de1956
Levantamiento húngaro
29 de octubre de 1956
Invasión de Suez
6 de noviembre de 1956
Reelección de Eisenhower
1 de enero de 1959
Fidel Castro toma el poder en Cuba
15 al 27 de septiembre de 1959
Nikita Khruschev en Estados Unidos.
8 de noviembre de 1960
Electo Kennedy como Presidente


La Ruptura

La ruptura no fue sin embargo inmediata ni inevitable. Roosevelt había articulado en la Conferencia de Yalta un mundo en el que las dos superpotencias que surgían de la guerra, los EE.UU. y la URSS, pudiera colaborar pese a representar sistemas económicos, políticos e ideológicos  diferentes. La URSS necesitaba la cooperación de las otras grandes potencias para reconstruir su país y contaba con la colaboración norteamericana para el tema aleman.
Además, el espíritu general de los pueblos europeos era de un profundo anhelo de renovación y justicia social. El triunfo de los laboristas de Atlee en el Reino Unido y el que los comunistas obtuvieran más del 25% de los votos en Francia e Italia o el 38% en Checoslovaquia mostraban a las claras la popularidad de las fuerzas de izquierda que en las zonas ocupadas por los nazis habían llevado el peso de la resistencia.
Las potencias vencedoras mantuvieron también por poco tiempo diversas acciones comunes: los procesos en el Tribunal de Nuremberg que significaron el juicio y condena de los altos dignatarios nazis acusados de crímenes contra la humanidad o los Tratados de Paz de París firmados en 1947 con los antiguos aliados de Alemania e Italia son ejemplos de ello.

1946

El ambiente enrarecido que ya se había empezado a respirar en la Conferencia de Postdam terminó por aflorar claramente en 1946.
En enero se produjo un primer encontronazo en la ONU cuando la delegación iraní protestó por la prolongación de la ocupación soviética de sus provincias septentrionales, continuación que violaba un acuerdo firmado por los países aliados durante la guerra. La dura reacción norteamericana consiguió que la URSS se retirara a los pocos meses.
En febrero, además de descubrirse una red de espías soviéticos en Canadá, Stalin pronunció un duro discurso en Moscú en el que no dudó en afirmar que el capitalismo y el comunismo eran "incompatibles" y que la URSS debía prepararse para un período de rearme.
Dos semanas después, George Kennan, experto en asuntos soviéticos del Departamento de Estado norteamericano, envió un telegrama a Washington. Este telegrama de dieciséis páginas contenía un análisis claro: la Unión Soviética era un estado hostil a Occidente y que continuaría con su política expansionista.
El 5 de marzo de 1946,Churchill, visitó los EE.UU. y pronunció un célebre discurso en la universidad de Fulton, en el estado de Missouri. El veterano político británico consagró la expresión "telón de acero” para referirse a la frontera que separaba a la Europa dominada por el ejército soviético del resto.
Como una copia al telegrama de Kennan, el embajador soviético en Washington, Nikolai Novikov, envió también un largo telegrama a Moscú en septiembre. En él afirmaba que los EE.UU. buscaban dominar el mundo y estaban preparando una guerra para ello. Los telegramas de los enviados diplomáticos eran una buena prueba del creciente deterioro de las relaciones entre los antiguos aliados.
El año 1946 supuso el fin del entendimiento entre los aliados. Aunque los partidos comunistas occidentales participaban aún en gabinetes de coalición en países como Francia y como Italia, una guerra civil enfrentaban a comunistas y conservadores en Grecia y la tensión entre las administraciones de ocupación occidentales y soviética en Alemania era creciente.

1947

El año 1947 marca el fin definitivo de la antigua alianza. En un Europa en la que la reconstrucción no ha comenzado aún, el hambre y el descontento social son el contexto en el que crecía la desconfianza. Mientras los países occidentales desconfían del expansionismo soviético en las zonas donde el Ejército Rojo se ha asentado, los soviéticos se quejan de que los occidentales no envían a la URSS la parte correspondiente de las reparaciones que debían extraerse en sus zonas de ocupación, dificultando la recuperación de una URSS en ruinas.
El año se inició con una clara violación soviética de los acuerdos de Yalta en lo referido a Polonia. Las elecciones se celebraron en enero tuvieron lugar en un ambiente de falta de libertad y arbitrariedad que permitió el triunfo de los candidatos comunistas.
La Doctrina Truman
En febrero de 1947 una alarmante nota del gobierno británico llegó a Washington. En ella se informaba al Presidente Harry Truman y a su Secretario de Estado, George Marshall de que el gobierno de Londres era incapaz de continuar apoyando al gobierno conservador de Atenas en su lucha contra las guerrillas comunistas griegas. También comunicaba que la nota que Gran Bretaña era incapaz de seguir ayudando financieramente a Turquía.
Los norteamericanos reaccionaron vivamente a esta nueva amenaza. Conscientes de que las zonas bajo dominio soviético eran "irrecuperables", optan por implicarse activamente en la defensa del sur y del oeste del continente. En un discurso pronunciado el 12 de marzo en el Congreso, Truman no solo demandó la aprobación de una ayuda de 400 millones de dólares para Grecia y Turquía, sino que se sentó una verdadera doctrina de política exterior, la Doctrina Truman. Afirmando que EE.UU. ayudaría a cualquier gobierno que hiciera frente a la amenaza comunista, el presidente norteamericano proclama la voluntad de su país de aplicar una política de contención del comunismo ("containment").
El Plan Marshall
Esta medida no era, sin embargo, suficiente. Para contener al comunismo era necesario poner las condiciones económicos que impidieran su expansión. Así, el 5 de junio de 1947 en un discurso en la universidad de Harvard, el secretario de estado, anunció el Programa de Recuperación Europea (European Recovery Program), conocido popularmente como el Plan Marshall.
Se trataba de un masivo programa de generosa ayuda económica para Europa. Aunque el Plan servía claramente a los intereses diplomáticos y de potencia de EE.UU., lo que Churchill calificó, quizá exageradamente, como "el acto menos sórdido de la historia", supuso una extraordinaria inyección de ayuda económica que permitió la acelerada recuperación de Europa occidental.
Washington ofreció la ayuda a todos los países europeos, aunque determinó que para recibirla era necesario crear mecanismos de colaboración económica entre los beneficiarios. Este hecho precipitó la negativa de Stalin a aceptar el Plan, forzando a los países que habían caído bajo su esfera de influencia a rechazar la ayuda. El Plan vino a dividir a Europa en dos: la occidental que va a iniciar un rápido crecimiento económico y la oriental, sometida a la URSS, y que va a tener grandes dificultades de desarrollo. La excepción a esta regla fue la España franquista, a la que se negó la ayuda por el carácter fascista de su régimen político.
A la vez que EE.UU. lanzaba estaba masiva operación de ayuda, la administración de Truman creó los instrumentos institucionales de la guerra fría al aprobar en julio de 1947 la Ley de Seguridad Nacional por la que se creaban la CIA y el Consejo de Seguridad Nacional.[20]
El 25 de junio de 1950, provisto de armas soviéticas y actuando con la aprobación de Stalin, el ejército norcoreano invadió Corea del Sur. El Presidente Truman inmediatamente obtuvo el compromiso de las Naciones Unidas de defender Corea del Sur, y se enviaron al frente de batalla tropas estadounidenses a las cuales posteriormente se les unieron contingentes de Inglaterra, Turquía, Australia, Francia y las Filipinas. Para septiembre de 1950 los norcoreanos habían conquistado la mayor parte de Corea del Sur. Las fuerzas de la ONU estaban concentradas en un área en Pusan, en el extremo meridional de la península coreana. Entonces el General Douglas MacArthur llevó a cabo un intrépido desembarco anfibio en Inchón, en Corea Central. El ejército norcoreano fue flanqueado y destrozado, y las fuerzas de MacArthur barrieron el norte hacia el Río Yalu, la frontera entre Corea del Norte y la República Popular China. No obstante, en noviembre las tropas chinas contraatacaron y obligaron al ejército de la ONU a retirarse hacia el sur del paralelo 38 (la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur). MacArthur estaba a favor de lanzar ataques aéreos y marítimos contra China, pero el Presidente Truman creyó que semejante estrategia conduciría a una expansión del conflicto, y el 11 de abril de 1951 relevó a MacArthur del mando de las fuerzas armadas. Las pláticas de paz comenzaron tres meses después, pero la actividad bélica continuó hasta junio de 1953, y el arreglo final no logró unificar a Corea.
Frustrados por el estancamiento de la situación coreana y enojados por las tomas de poder comunistas en Europa oriental y China, muchos estadounidenses empezaron a buscar a "los responsables" y acabaron por creer que también en su gobierno podrían haberse infiltrado conspiradores comunistas que luchaban por socavar la democracia como sistema político. En su mayor parte estas sospechas carecían de fundamento, pero el recelo público se despertó cuando algunos individuos acusados de ser agentes soviéticos fueron procesados en juicios escandalosos. Joseph McCarthy, senador republicano, aseguró que la Secretaría de Estado y el ejército estaban repletos de comunistas. Las sensacionalistas investigaciones de McCarthy no descrubrieron subversivos, pero sus acusaciones y calumnias destuyeron la carrera de algunos diplomáticos. En 1954, en el curso de las trasmisiones por televisión nacional, McCarthy fue denunciado como farsante y más tarde censurado por el senado. La tolerancia de la disidencia política es una de las tradiciones más fundamentales y esenciales de Estados Unidos. La era de McCarthy, la aprobación de las Leyes sobre Extranjeros y Sedición de 1798, y los excesos del Susto Rojo de 1919-1920, constituyeron graves desvíos de esta tradición.

Conclusiones hasta este punto del trabajo:
·         El Concepto de excepcionalidad en la Política Exterior de los Estados Unidos es determinante en su evolución hacia una posición de dominio mundial.
·         Los intentos de romper la cultura aislacionista se inician con fuerza a partir de la Guerra con España en 1898. Aunque con ciertas fluctuaciones.
·         El Presidente Roosevelt arma un complejo entramado de ideas internacionales que a su sucesor inmediato le costo continuar.
·         La decadencia de la vieja Europa para mantener sus ideales de liberalismo capitalista y su expansión imperial.
·         El gran poder intelectual y formativo de los inmigrantes dentro del Territorio norteamericano que potencia el concepto de destino manifiesto.



  
Bibliografía.

Brewster C. Denny. Sistema de Gobierno y Política Exterior de los Estados Unidos. Grupo Editor Latinoamericano. Colección Estudios Internacionales. Buenos Aires 1986.

John Breman, Robert H. Bremner and David Brody. Twentieth.Century American Foreign Policy.Ohio State University Press. U.S.A. 1971.

Giuliano Procacci. Historia General del Siglo XX. Crítica. Barcelona. 2001.

David S. Painter and Melvyn P. Leffler. Origins of the Cold War. Introduction: The International System and the Origins of the Cold War.P. 1-52.

Michael Hogan, Ed. America in the World: The Historiography of American Foreing Relations since 1941. Cambridge University Press. 1995 P.7 –91.

Claudio González Chiaramonte. Estados Unidos durante la Guerra Fría: política exterior, sociedad y cultura. Notas del curso dictado en la FHCE, Montevideo. Mayo-Junio 2005.

Neil Sheehan, E.W.Kenworthy and Fox Butterfield. The Pentagon Papers. Bantam Books. Chicago, July 1971.

Ann Tusa. The Last Division.Addison Wesley.Great Britain. 1997



[1] Twentieth-Century American Foreing PolicyEdited by John BraemanOhio State Universite Press Pp.1-119.
[2]  The Changing Interpretative Structure of American Foreign PolicyCharles E. Neu. Op.Cit. Pag. 2
[3] Sistema de Gobierno y Política Exterior de los Estados Unidos Brewster C.,Denny. Grupo Editor Latinoamericano1986 Buenos Aires.
[4]  Twentieth-Century American Foreign Policy.Charles E. Neu. Pag.10
[5] Acheson, This Vast Realm,p. 29
[6] La responsabilidad permanente: 1929-1945.Brewster C. Denny p. 70.Grupo Editor Latinoamericano. Buenos Aires 1985
[7] Historia General del Siglo XX. De la Primera Guerra Mundial a la Gran Depresión.Giuliano Procacci.P.26-41. Critica. Barcelona.2001.
[8] The American Conception of National Security and the beginnigs of the Cold War, 1945-48.Melvyn P. Leffler.The American Historical Review, 89(april 1984) P. 346-81
[9]  The United States and the failure of Collective Security in the 1930s. Manfred Jonas.Twentieth-Century American Foreing Policy.P.241. Arthur H. Vandenberg, Jr., ed.(with Joe Alex Morris), The Private Papers of Seanator Vanderberg(Boston,1952)P.1
[10] Inis L. Claude,Jr., Power and International Relations(New York, 1964) p.94.
[11] Documentos sobre la política exterior alemana,1918-45. Serie D Washington D.C., 1949-62, telegrama de Hans Thomsen a Berlin, 12 de setiembre de 1939, 8 como se cita en Joseph Lash,Roosevel and Churchill,1939-1941(Nueva York, W.W. Norton 1976). Tomado de La responsabilidad Permanente: 1920-1945. Op.cit. P. 74.
[12] The International System and the Origins of the Cold War.Melvyn P. Leffler and David Painter.Introduction.P.5
[13] The International System and the Origins of the Cold War.Melvyn P. Lefller y David S. Painter P.12.
[14] The Pentágono Papers.Neil Sheehan, Hendrick Smith. E.W. Kenworthy and Fox Butterfield.Bantam Book. Chicago, Illinois. July 1971.P.1-11.
[15] The Origins of  The Vietnam War.Anthony Short..Longman Inc. New York.1989.Chapter 2. P. 62.
[16] Op.Cit. Chapter 2.P.66
[17] FRUS 1947.Vol. VI pp. 141-142.
[18] The Pentágono Papers.Neil Sheehan, Hendrick Smith. E.W. Kenworthy and Fox Butterfield.Bantam Book. Chicago, Illinois. July 1971.P.76-77.

[19] The Last División. A history of Berlin 1945-1989.Ann Tusa Addison-WesleyPublishing Company.1997
[20] http::// historiasiglo20.org/guerrafria.