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martes, 23 de septiembre de 2025

Aproximación al rol del Estado en el primer batllismo.

 

Uruguay 1880-1930: tradición, modernización y el camino al primer batllismo

Un recorrido histórico por los debates sobre liberalismo, reformismo y el papel del Estado

 




Introducción: un país en transición

Entre 1880 y 1930, Uruguay vivió un profundo debate político e intelectual. El país pasó de ser una sociedad rural y caudillesca a una república urbana con instituciones modernas. Los grandes ejes fueron tradición versus modernización, y liberalismo versus reformismo, que desembocaron en el programa transformador del primer batllismo.

Liberalismo clásico y tradición conservadora

Tras la paz militar de 1876, el país adoptó un modelo liberal-conservador: orden institucional, centralización estatal, promoción de la exportación ganadera y apertura al capital extranjero. El Estado aparecía como garante del orden y de la propiedad, pero no como motor de políticas sociales. La reforma escolar de José Pedro Varela había abierto el camino a la modernización educativa, aunque convivía con una cultura política oligárquica y conservadora.

“El Estado era concebido como guardián de la libertad y la propiedad, no como un agente de reforma social.”

 

Modernización, inmigración y nuevos actores

La llegada de inmigrantes europeos y el crecimiento de Montevideo entre 1890 y 1900 introdujeron demandas de laicidad, sindicalismo y organización social. Los ferrocarriles, los frigoríficos y los bancos extranjeros eran símbolos de modernización, pero también de dependencia. En la prensa y en los círculos académicos surgieron voces que reclamaban un Estado más presente para regular el mercado laboral y proteger a los trabajadores.

“La prensa de la época advertía: 'Sin la intervención del Estado, la sociedad corre el riesgo de convertirse en campo de explotación del más fuerte'.”

 

El Estado en debate: Facultad de Derecho y prensa

Entre 1890 y 1910, las tesis de grado de la Facultad de Derecho reflejaban la tensión entre el liberalismo clásico y las nuevas ideas reformistas. Algunas defendían al Estado mínimo, inspirado en el constitucionalismo europeo, mientras otras postulaban la necesidad de un Estado social que asegurara la igualdad de oportunidades. Los periódicos multiplicaban editoriales sobre hasta dónde debía llegar la acción estatal: ¿bastaba con garantizar la libertad individual o debía intervenir en la economía y la educación?

“Las tesis de Derecho mostraban el dilema: ¿Estado árbitro o Estado interventor?”

 

Crisis del liberalismo y surgimiento del reformismo

Las crisis de 1890 y 1898 mostraron los límites del liberalismo clásico. El desempleo y las huelgas impulsaron el surgimiento de un discurso reformista. Intelectuales como Carlos Vaz Ferreira y políticos como José Batlle y Ordóñez defendieron un Estado activo y pragmático. En este clima, la noción de Estado se expandió: ya no solo como garante del orden, sino como promotor del bienestar social.

El primer batllismo (1903-1915): síntesis reformista

Con Batlle y Ordóñez en la presidencia, el Estado se transformó en actor económico y social. Se crearon empresas públicas, se aprobaron leyes laborales y se avanzó en laicidad y secularización. El primer batllismo representó la síntesis entre modernización y reformismo, institucionalizando el debate de décadas anteriores.

“El Estado batllista se convirtió en motor de la justicia social, sin dejar de ser garante del orden liberal.”

 


Debates y resistencias (1915-1930)

El avance del Estado reformista generó resistencias. Estancieros y sectores conservadores denunciaban el 'estatismo', mientras la izquierda socialista y anarquista exigía reformas más profundas. Las reformas batllistas fueron, en definitiva, una respuesta intermedia: ampliaban derechos sin romper con el capitalismo. La Constitución de 1918 consolidó la institucionalización de un Estado moderno y social.

Conclusión: del liberalismo al reformismo estatal

Entre 1880 y 1930, Uruguay pasó de concebir al Estado como mero guardián de la libertad a pensarlo como agente de transformación social. El debate académico en la Facultad de Derecho y las discusiones en la prensa reflejaron esa transición, que culminó en el batllismo: un reformismo estatal que modernizó la nación sin abandonar el liberalismo.

Referencias

Barrán, J. P., & Nahum, B. (1979). Batlle, los estancieros y el imperio británico. Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental.

Caetano, G., & Rilla, J. (1987). Historia contemporánea del Uruguay: de la colonia al Mercosur. Montevideo: CLAEH.

Finch, H. (2005). El Estado batllista y sus reformas sociales (1903–1933). Montevideo: Taurus.

Real de Azúa, C. (1964). El impulso y su freno. Montevideo: Alfa.

Vanger, M. (1983). José Batlle y Ordóñez: los años de formación, 1856–1903. Montevideo: Banda Oriental.

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