Datos personales

domingo, 28 de abril de 2013

Las Instrucciones de 1813. Por Carlos Maggi.


"En materia de textos, el orden de las palabras altera el producto. Las instrucciones el año XIII, fueron redactadas en siete días, del 6 de abril al 13 de abril; y esa redacción apresurada supuso que que algunos detalles quedaran sin revisión.
El texto tiene un final singular. La última, la instrucción, la N° 20, termina diciendo: “Para todo lo cual, etc.” Es evidente que se quiso poner “Para constancia de todo lo cual.
El Congreso no volvió a reunirse para aprobar las instrucciones; y Artigas dio fé, sin más explicaciones.
Las instrucciones figuran sin orden pero una ordenación racional facilita su comprensión: Nombre de la provincia. //Art.8 - Extensión geográfica de la provincia. //Art 9 - Independencia de España //Art 1 - Confederación de las provincias. - //Art 2 - Liga de amistad entre las provincias. //Art 10 - Constitución de la provincia Oriental. //Art 16 - Cláusula de reserva. //Art 11 - Segunda etapa: Habrá un Gobierno Supremo de la Nación. //Art 7 - La Unión de las provincias será una República. //Art 20. – Su Capital estará fuera de Buenos Aires //Art 19 – Habrá igualdad, libertad y seguridad.//Art 4 - Los Tres Poderes //Art 5. – Serán Poderes independientes. //Art 6 - Libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable. //Art 3 - Regimientos provinciales y armas. //Art 17 - Negación del despotismo militar. //Art 18 - Impuestos y puertos libres. //Art 14 - Puerto libre de Maldonado. //Art 12 - Puerto libre , de Colonia. //Art 13 – Bienes de extranjeros intestados, etc. // Art 15.
Ordenado el texto (un cambio puramente formal) se aprecia la coherencia del “Sistema”.
Artigas no tiene dudas sobre qué quiere para su provincia y para las provincias unidas del Río de la Plata ; y se sabe ganador. Al servicio del espíritu de la revolución de mayo, había logrado dos triunfos y estaba invicto. Ganó en Las Piedras contra los españoles sin esperar al ejército auxiliar venido de Buenos Aires; y cuando el general Manuel de Sarratea lo incomodó demasiado, supo (sin alterar el sitio de Montevideo) quitarle los caballos a los porteños y manejar a Rondeau; todo sin derramar sangre. Los dos coroneles (él y Rondeau) degradaron al general; y Buenos Aires aprobó lo actuado.(¡)
Para volver a la capital, Sarratea tuvo que pedirle el tiro de su carruaje a Artigas. Entre los dos ejércitos porteños…¡ no tenían los caballos necesarios!
Si se necesita prueba respecto a la claridad con la cual Artigas juzgaba la situación y su futuro inmediato, basta leer la instrucción 19: Será “preciso e indispensable que el Gobierno Supremo de la Unión de las Provincias Unidas, se instale fuera de Buenos Aires”. Buenos Aires pensaba mal, de Artigas y su gente: “¿Quién pudo sospechar que un desconocido se propondría abatir el lustre de nuestros hogares?”- Manuel Moreno. “... Sería indigno de nosotros recibir la ley de un hombre desconocido.” - Carlos María de Alvear. ¿Qué nueva especie de pueblos son estos que jamás aparecen en traje correspondiente a su decoro?” - Gervasio Antonio Posadas.
Como respuesta al rechazo de sus delegados, Artigas abandonó el sitio de Montevideo, se instaló en el norte (el centro de sus recursos) y desde allí, organizó el levantamiento federal. Y en poco tiempo (dos años) derrotó por segunda vez al gobierno de todas las demás provincias juntas, sin contar para hacerlo, con Montevideo (10 de enero de 1815, batalla de Guayabos).
Artigas disponía de armas únicas, para vencer a la gran capital. El sistema federal unía a todas las provincias contra el centralismo porteño. Los líderes en Buenos Aires suponían que el poder del virrey había pasado de la aristocracia española a la aristocracia porteña; y ese sentimiento resultó tan profundo que dura todavía.
Los analfabetos comprendían la igualdad entre los seres humanos sin necesidad de ir a la escuela; la anarquía reinante era la incubadora del nuevo estilo republicano. Una conjura espontánea a favor de Artigas, corrió por el litoral y de ese modo, Artigas se impuso sin estar presente. El alma igualitaria de la confederación, era el motor. Los entrerrianos le decían “fomes” a esa confraternidad que iba de boca en boca y hacía crecer la resistencia al centralismo.
“Fomes” es un arcaísmo, que sobrevive en el Diccionario de la Real Academia Española: “Causa que excita y promueve una cosa.” La causa que agitaba Artigas era la igualdad entre las personas y la igualdad entre las provincias. Hubo pues, en el movimiento revolucionario el empuje de una esperanza liberal y libertaria. Asombrosamente, las luces del siglo XVIII los iluminaba, sin que ellos lo supieran.
Combates sucesivos, apoyados por los orientales, marcaron una superioridad manifiesta; predominaron. El “Sistema” (cláusula 20 de las “Instrucciones”) ofrecía a las provincias una forma de gobierno republicana y la instruccion 4 afirmaba que el fin del gobierno debía ser: conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos.
Las soluciones políticas encapsuladas en EEUU (libro de Paine) proclamaban la confederación, una palabra nueva; significaba que cada Provincia participaba en una liga de amistad (instrucción 10) donde cada provincia se obligaba a defender a las demás, si eran amenazadas o víctimas de violencia, por parte de otra provincia (prevención justificada ante Buenos Aires). La liga federal fue la culminación de esa norma de recíproca ayuda. Artigas brindó la acción o la amenaza del triunfante ejército oriental, cada vez que fue necesario. Y eran los orientales más la “caballería charrúa”, al decir de Artigas.
La Liga de amistad lo retribuyó llamándolo, el Protector de los pueblos libres. Hubo un segundo factor conmovedor, contenido en las instrucciones. Dice Juan Grompone que la instrucción 3 es la frase más importante que se escribió en nuestra historia; y es verdad: “promover la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable”es un mandato que vale para todos los tiempos, pasados y futuros, de nuestro país.
La provincia fijó sus límites comprendiendo los siete pueblos de las Misiones; vio a los indios bravos participar en la Redota; en sitio de Montevideo; y en la logística decisiva, para la batalla de Guayabos. La extensión de la tolerancia religiosa debía pues, abarcar a todos los que pelearon por la libertad, incluidos, por derecho propio, los indígenas, que eran fetichistas. Las instrucciones son del año 13 y no hacen distinciones expresas, pero tres años después, se dio a conocer oficialmente, el escudo de la Provincia Oriental; y ese escudo comprensivo tiene a su izquierda, las armas de fuego; y a su derecha, el arco y un carcaj con las flechas de los indios; a su izquierda, una rama de laurel y a su derecha, una rama de pitanga. La gran balanza de la igualdad figura entre esos símbolos laterales; y coronando el escudo, por encima del sol naciente, luce una diadema de plumas, a la manera charrúa. Este escudo de la Provincia Oriental, figura en el cuadernillo publicado en mayo de 1816, cuando se inauguró la Biblioteca Pública. En esa ocasión se conmemoró en el Montevideo artiguista, la Junta de Mayo (10/5/810) y se estrenó en la Plaza Matriz, una obra de teatro titulada “El Siripo, cacique de los timbúes en el Paraná”.
A los grandes historiadores uruguayos, buenos vecinos de Montevideo, no les gusta valorar estas comprobaciones en toda su extensión imaginable. Pero ahí están y por algo cobraron realidad. Bajaron del norte profundo."
Ver: El Pais, domingo 28 de abril de 2013.

CRISIS DE MISILES : PELIGRO DESACTIVADO - YouTube

CRISIS DE MISILES : PELIGRO DESACTIVADO - YouTube

Trece Días - La crisis de los misiles de Cuba.flv - YouTube

Trece Días - La crisis de los misiles de Cuba.flv - YouTube

BBC Mundo - Video y Fotos - Tras las huellas de la Crisis de los Misiles en Cuba

BBC Mundo - Video y Fotos - Tras las huellas de la Crisis de los Misiles en Cuba

domingo, 7 de abril de 2013

Las Instrucciones del Año XIII por el Dr. Jorge Batlle.


Las Instrucciones del Año XIII


Por Jorge Batlle (*)

Hoy se cumplen 200 años del hecho más importante de nuestra historia, la reunión del 5 de abril de 1813 en Tres Cruces. Esa reunión está conformada de tres documentos esenciales y muestran el clarísimo y definido concepto político institucional que regía el pensamiento del Coronel Artigas, Jefe de los Orientales, así como el de los vecinos emigrados de Montevideo y de extra muros que se reunieron en esa Magna Asamblea.
 

La Asamblea comienza con un discurso de Artigas que está conformado de dos aspectos: uno descriptivo de las dificultades pasadas en los largos 529 días de lucha por la libertad, emocionantes, formidables, en los que se describe desde el llanto de las madres sobre el Uruguay en el éxodo, hasta las traiciones recibidas de Sarratea; el otro consiste en las precisiones políticas de Artigas. Este segundo aspecto que como siempre Artigas lo escribe con simpleza, que no permite eludir el tema y que va al fondo del mismo, sin atajos, sin posibilidad de respuestas vagas, con precisión de acero Artigas dice: “la autoridad es vuestra, es vuestro el derecho, en ustedes está en conservarlo; nos piden que reconozcamos la autoridad de la Asamblea General formada en Buenos Aires, tenemos que poner condiciones que aseguren nuestra libertad, porque somos una Provincia libre; a tres años de nuestra revolución estamos bajo la fe de los hombres, no aparecen las seguridades del contrato, solo el freno de la Constitución puede afirmarla; examinad si queréis reconocer la Asamblea por obedecimiento o por pacto.”

El mensaje es definitivo: libertad de España, aceptación de la Asamblea, Confederación como sistema político y garantía para las libertades políticas y personales.
 

A este extraordinario documento le sigue un segundo. En él la Asamblea acepta el reconocimiento solicitado pero establece condiciones. Ellas son: se dará pública satisfacción a los Orientales por las sanciones dispuestas a su Jefe, no se levantará el Sitio de Montevideo, no se enviará otro Jefe para el Ejército auxiliador ni se removerá el actual, se devolverá el armamento del Cuerpo de Blandengues y se continuarán suministrando los auxilios para el asedio de Montevideo desde Buenos Aires. Y aquí viene lo más importante y central de la cuestión política “será reconocida y garantida la Confederación de esta Banda con el resto de las Provincias, y en consecuencia se dejará a esta Banda en plena libertad para fijar su sistema quedando sujeta a la Constitución que emane del soberano Congreso. Se fijan finalmente cuántos deben ser los Diputados que representen a la Provincia Oriental.”

El tercer documento son las Instrucciones en sí que reiteran en buena medida lo enunciado en el documento anterior al afirmar la proclamación de la independencia absoluta de España y los Borbones, el establecimiento de la Confederación como sistema político donde por las cláusulas 3 y siguientes se consagran las libertades civiles, religiosas, de tránsito de comercio entre las Provincias. Se establece una forma republicana de gobierno con tres Poderes independientes y se dice claramente que el gobierno supremo entenderá solamente en los negocios generales del Estado agregándose para conservar las libertades expresas trabas al despotismo militar. Al fijar el territorio de la Provincia Oriental se agregan los reclamos de aquellos territorios perdidos a mano de los portugueses así como la libertad de comercio y de puertos en la Provincia Oriental. Finalmente, la Asamblea pone una bomba, que ha sido la causa de todos los conflictos, la capital no debe estar en Buenos Aires.
 

La combinación político institucional de estos tres documentos señalaron no solamente el destino de la Provincia Oriental sino el de las Provincias Unidas.
 
Todo giró hasta las bases de Alberdi –gran admirador de Artigas- fijadas desde Chile y enviadas a Urquiza, alrededor del proyecto Federal que finalizó con la incorporación de Buenos Aires en pocos años, al sistema unido de lo que es hoy la República Argentina. 

La idea de Artigas siempre fue un sistema federal, al que le llamó Confederación, que es algo distinto, pero que tenía el mismo objetivo. La Confederación es herencia de la Confederación de los Estados Americanos anteriores a la Constitución de los EE.UU.
 

Pero en 1815, por el Oficio nro. 134, el Encargado de Negocios de España en Río de Janeiro Andrés Villalba, le comunica a su gobierno lo siguiente: “ha llegado a mis manos el adjunto papel que es una Constitución que dicen hecha para las Provincias del Uruguay que están bajo la dominación de Artigas”. Este documento, cuarto de esta serie, es una Constitución liberal Federativa, de fecha de 1813. Es prácticamente una copia de la Constitución de Massachusetts de fecha del 2 de marzo de 1780. Ese proyecto tiene 39 artículos de esa Constitución, 3 de la Constitución de los EE.UU. y 1 del Acta de la Confederación.
 

Es clarísimo pues que los orígenes políticos institucionales de Artigas todos se fundamentan en las Instituciones de los Estados Unidos de Norte América, mientras que los proyectos de Constituciones unitarias de Buenos Aires, tienen su origen en el Derecho Constitucional Francés.
 

Parecería útil recordar en este momento, que el segundo gran mojón fundamental de nuestra existencia política y social tuvo lugar en 1875, de mano de José Pedro Varela, donde las bases de su proyecto fueron tomadas totalmente de las políticas educativas Norte Americana, particularmente de Horacio Mann y del texto de Ira Mayhew, intitulados “Popular education: for the use of parents and teachers, and for young persons of both sexes””, publicado por la Cámara de Representantes del Estado de Michigan y editado en Nueva York, Filadelphia y Cincinnati.

Este tema de la educación estaba establecido en el artículo Nro. 3 del proyecto de Constitución de 1813 que dice “los pueblos, curatos, distritos y otros cuerpos políticos deben hacer a sus expensas los establecimientos públicos de escuelas para la enseñanza de los niños y su educación, de suerte que se tendrá por ley fundamental y esencial que todos los habitantes nacidos en esta provincia han de saber leer y escribir, pues deberá ser uno de los cargos más fuertes que se le haga al Juez anunciador en la falta de no obligar a un habitante propietario de su departamento en poner a sus hijos a la escuela antes de darles otro giro a fin de que logren de la enseñanza, de los derechos del hombre, y de que se instruyan en el pacto social, por el cual todo el pueblo estipula con cada ciudadano, y cada ciudadano con todo el pueblo”.
 

Este pensamiento educativo se coronó en el siglo XIX con los proyectos de Varela y de Figari.

Pero hay más, Artigas mantenía una comunicación permanente con todas la Provincias y en junio de 1813 le comunica lo acontecido al Gobierno del Paraguay, al que le envía el texto de las Instrucciones, diciéndole que los Diputados tuvieron “una discusión enérgica y digna de unos apoderados de una Provincia libre”. Su correspondencia en el mismo sentido con todos los Gobernadores Provinciales, Güemes en Salta, Bustos en Córdoba, lo atestigua, aunque para mí lo más importante y testimonial es el documento que le enviara a San Juan el 18 de febrero de 1820, al tiempo que Artigas estaba enfrentado con la invasión portuguesa y a los conflictos con Ramírez, y en 1820 se dirige al Cabildo de la Provincia de San Juan para informarle de las modificaciones políticas resultantes de la Batalla de Cepeda e insistir en la decisión de las Provincias de la Liga del Litoral que él conduce, en la necesidad de instituir las Instituciones Federales como forma eficaz de terminar con la guerra intestina que impide la “libertad en América” y por ende la paz en las Provincias, extremo éste recién logrado en la Argentina en 1860 después de la Constitución impulsada por Urquiza. 

Como bien lo ha señalado el Dr. Demichelli en su ilustre trabajo sobre los procesos institucionales en el Río de la Plata, la idea Federal fue sostenida y lanzada por Artigas con base en las Constituciones Norteamericanas el 5 de abril de 1813. La grandeza política de su pensamiento es lo que lo ha consagrado en la historia de América como el pensador político más claro, más lógico, más definido. Todos, aún los más grandes, tuvieron caídas monárquicas. Artigas jamás. Todos, aún los más grandes, tuvieron inclinaciones al autoritarismo. Artigas jamás. Fue tan consciente de sus funciones políticas esclarecedoras de la conducta republicana de los Pueblos que mientras no existiera la paz institucional entre nosotros no tenía sentido que volviera al Uruguay.
 

Fue un pensador de largo alcance. Ese es el camino que nos ha señalado. 

(*) Abogado. Ex presidente de la República (2000-2005)

El Congreso de Abril por Carlos Maggi.Noticias Uruguay y el Mundo actualizadas - Diario EL PAIS Uruguay

Noticias Uruguay y el Mundo actualizadas - Diario EL PAIS Uruguay El Congreso de Abril por Carlos Maggi