viernes, 29 de marzo de 2013
Henry George y la desigual distribución de la riqueza.
De los múltiples escritos de diferentes teóricos que propusieron soluciones para la injusta distribución de la riqueza encontramos como más populares los titulados "Progreso y miseria de Henry George" 1879, el "El Año 2000: una visión retrospectiva de Edward Bellamy" 1888. Fueron los escritos más vendidos a fines del siglo XIX y por supuesto que el primero influyó claramente en la política económica del primer batllismo. El punto de partida del análisis de estos escritores fue, según George "una conciencia muy extendida de que algo está muy mal en la organización social actual" Ambos buscaban restablecer una época dorada imaginaria de libertad y armonía social. Sus ideas se dirigieron a destinos opuestos: Henry George se dirige a una sociedad en la que unos individuos manejarían su destino dentro de un mercado liberalizado; Edward Bellamy, se dirige hacia un futuro colectivista en el cual la autonomía personal queda subordinada a un bien común determinado socialmente. la idea de George era que un impuesto sobre la tierra alcanzaría para hacer realidad el futuro igualitario que aspiraba. En el centro del análisis de Henry George encontramos el concepto de libertad. La libertad política ,escribe George, no tenía sentido si no se acompañaba de la libertad económica. George rechazaba la equiparación tradicional entre libertad y propiedad de la tierra, en la practica el propone el impuesto único que convertiría la tierra en propiedad común de toda la sociedad. George creía fervientemente en la justicia del libre mercado, el problema era que el monopolio sobre la tierra posibilitó que los que no eran productores se enriquecieran a costa de los agricultores y los trabajadores industriales. Su posición era la de una intervención única pública en la economía, y considraba que el Estado era un poder represor cuyas funciones en el futuro debería ser cooperativas mejorando la calidad de vida, o sea construyendo museos, bibliotecas, plazas, Para George, entonces el impuesto sobre la propiedad de la tierra debería conducir a la eliminación de la injusticia social: "Libertad es sinónimo de igualdad". Por lo tanto su ideal de libertad se sostenía en el individuo soberano.
El Batllismo y la Propiedad de la Tierra.
"La propiedad territorial es una de las pocas bases del impuesto que el Comité Ejecutivo propone que sea aceptada por la Convención. La propiedad privada es una gran injusticia. El mundo puede decirse sin equivocarse, es de todos. El que viene al mundo viene con el derecho de poner los pies, por lo menos en él. Y, tal como está organizada la sociedad, hay muchos que nacen sin tener donde asentar sus pies. La propiedad, en realidad, no debe ser de nadie, o más bien dicho, debe ser de todos; y la entidad que representa a todos es la sociedad.(...)El propietario no es el único responsable del mal existente, lo somos todos. Y es por medio de las leyes que debe llegarse al resultado..."Algunas manifestaciones del Georgismo en José Batlle y Ordóñez, el 20 de junio de 1925 El Día publicaba su discurso en la Convención del Partido Colorado. En esa ocasión Batlle sostenía la necesidad de tomar como de tributación la propiedad territorial, que era para Batlle un hecho consumado. De modo que la propiedad aparece como el resultado de un consenso social que no debe ser vulnerado por el Estado, ahora siguiendo a Ahrens. Por lo tanto la única solución para el batllismo en su primera época era el impuesto progresivo para detener el interés de posesión de grandes extensiones, esto se complementaría con otras medidas proteccionistas."El impuesto progresivo sobre la tierra, es decir, un impuesto que va siendo cada vez mayor, a medida que el valor de la tierra aumenta, hace que el interés de tener grandes propiedades disminuya si no se las emplea en forma que produzcan utilidades extraordinarias(...)Si las grandes propiedades pagaran fuertes impuestos y las pequeñas no, estos agricultores no serian expulsados de las tierras que cultivan; habrían quedado en ellas con muy poco esfuerzo y sacarían de ellas todo el fruto de su trabajo" Batlle pensaba que la tierra no debía ser propiedad de nadie. La asemejaba al aire o al mar, algo sin dueño. Lo que sí aceptaba era la propiedad sobre el fruto del trabajo, es decir que no estaba en contra de la propiedad privada sino de la propiedad privada improductiva. Intentó aplicar impuestos al latifundio y aumentar el impuesto a la herencia, pensando que esto desanimaría a los propietarios de grandes extensiones improductivas. A la vez estimuló a los pequeños y medianos propietarios, y promovió planes de colonización.Estas medidas no tuvieron éxito; de hecho, los estancieros se opusieron fuertemente a su política.
Al hablar de libertad debemos de definir la cuestión de cuales son las variables necesarias para que florezca, George sostenía que un impuesto universal sobre la tierra lo permitiría, el batllismo con la justa redistribución de la riqueza a través del Estado. En definitiva la tensión permanente entre libertad e igualdad moviliza permanentemente la búsqueda de una sociedad mejor.
Ver: Eric Foner, La Historia de la Libertad, introducción Pág.12 a 34. Península, Barcelona, 2010
Delio, Luis María. Nuevo enfoque sobre los orígenes intelectuales del batllismo. FCU, 2007, Pag.46 ySs.
Lagrotta, Miguel. Domingo Arena, realidades y Utopías. Pág 13, 17-21. ARCA 2da.edición. Montevideo 2009.
jueves, 28 de marzo de 2013
Breve análisis del desarrollo de los Consejos de Salarios.
Consejos de Salarios.
Fueron tres las propuestas presentadas en Diputados sobre
Consejos de Salarios en 1941. El socialista Emilio Frugoni
(Maronna-Trochon,1986) propuso el 18 de marzo la creación de los Consejos de
acuerdo a un proyecto por él presentado en 1912. Este mecanismo sostenía Emilio
Frugoni, sirve para “que en cada industria los trabajadores vayan poniendo a
tono de las exigencias y del crecimiento de los precios, sus propias
remuneraciones y sirvan también como elementos de conciliación y arbitraje ”.
Lo novedoso que introduce el segundo proyecto del presidente Alfredo Baldomir,
era en extender la intervención del organismo conciliador a los servicios del
Estado. El proyecto de la Comisión investigadora de la Cámara elaborado sobre
la base de los dos mencionados anteriormente, preveía, además, regular la
situación de los peones rurales, el servicio doméstico y las asignaciones
familiares. El proyecto dormirá en el Senado por espacio de dos años. En 1943,
con el agregado sobre el salario base propuesto en la cámara de Diputados, el ministro de
Industrias Javier Mendivil, que era a su vez asesor letrado de la Cámara de
Industrias, sostenía:” los obreros y los empleados no han tenido necesidad para
vivir que una ley fijara un salario tan rígido como base”. La realidad era que
existía una gran interpenetración entre los elencos políticos y los sectores
altos tan evidentes que hacían difícil al Estado actuar de un modo neutral como
tercer miembro. El primer laudo de los Consejos de salarios se firma en 1944
con los trabajadores de la empresa CUTCSA. Los Consejos eran competentes en
relación al trabajo, categorías laborales y conciliaciones, convirtiéndose en
una pieza clave corporativa que sin embargo mantuvo la independencia sindical.
Ver: Ana Frega, Mónica Maronna, Yvette Trochon “Los Consejos
de salarios como experiencia de concertación” Cuadernos del Claeh nro
33,Montevideo 1985.
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