Cuando los estadounidenses piensan en John F. Kennedy y en Richard Nixon, recuerdan su firme y dura 1960 lucha por la presidencia. Ellos los recuerdan cunado se enfrentan con todos los derechos en el "Gran Debate", el Kennedy jovial y chispiante eclipsando un Nixon torpe y cansino. Pero detrás de esta imágen se esconde una saga mucho más oscura y duradera que empezó con sus elecciones al Congreso de los Estados Unidos un mes después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, luego se desarrolló durante catorce años a lo largo de los corredores del edificio del Congreso donde los políticos, incluso los rivales, comparten el mismo espacio. Fue como sobrevivir incluso despues de las balas del asesino en Dallas, culminando una década más tarde, con un presidente Richard Nixon obsesionado tratando de defenderse contra el ataque imaginario del hermano del eterno rival.
Durante los primeros años Nixon era el hombre a vencer. Él era el mejor político de su tiempo, había logrado articular más hábilmente que nadie el estado de ánimo, nervioso, posterior a la Segunda Guerra Mundial en los Estados Unidos. A la edad de cuarenta y tres, que había sido elegido miembro de la Cámara, el Senado y dos veces a la vice presidencia de los Estados Unidos. Incluso el columnista liberal respetado Murray Kempton llamó la década de 1950 la década Nixon. Kennedy sería el último en sobresalir.La relación entre los dos hombres era compleja. Como congresista los primeros años, Jack Kennedy había señalado a Nixon a los amigos ya otras personas a seguirlo y estudiarlo. Incluso con las elecciones de 1960 que se avecinaban, Kennedy mantuvo siempre respeto por el vicepresidente republicano. Si los demócratas no lo designan como candidato a la presidencia, el magnate padre de John, dijo con nostalgia durante la víspera de la cena de Año Nuevo antes de las elecciones de 1960, votaría por Nixon. "Dick, si mi hijo no puede lograrlo" un congresista escuchó decirle al vice presidente, "Estoy por ti".Su rápido ascenso al Senado y de alli a la vicepresidencia, Nixon había construido un modelo de conducta electoral para Jack Kennedy-, incluso como rival. Nadie de la generación de la Segunda Guerra Mundial había avanzado tan rápido o tan lejos. Para suceder el Comandante en Jefe amado héroe de la Guerra Dwith D. Eisenhower, Jack Kennedy tendría que derrotarlo. "Desde el comienzo" El asistente de JFK Ted Sorensen recordó las posibilidades de Nixon para la nominación presidencial republicana de 1960, "sabíamos que será suya y va a perder"
Ver:
Matthews, Christopher. Kennedy y Nixon. The Rivalry that shaped postwar America.Touchstone, New York, 1997. Pag. 15-16