La realidad histórica del Principismo se manifestó mediante sus órganos de difusión. "El Siglo" fue el medio por el cual doctores y principistas, se brindaron a la opinión pública. Sus primeros redactores fueron las brillantes figuras que actuaron en el foro y en las cámaras: Pedro Bustamante, José Pedro Ramírez, José Ellauri, Fermín Ferreira, Elbio Fernández. De filiación política visiblemente colorada, pero alardearon de mantener moderación y un alto concepto de la evolución de los partidos políticos. Su primer número apareció al público el 1ro. de febrero de 1863, pero ante la irrupción armada de Venancio Flores, durante el cual mantuvo un silencio que si bien no atacaba, tampoco defendía los movimientos revolucionarios, fue tachado de partidario de los actos que se producían y se le consideró elemento subversivo por el gobierno siendo clausurado hasta 1865. Durante su segundo periodo, bajo la dirección del Dr. Elbio Fernández y del Doctor Fermín Ferreira y Artigas, siempre colorado, pero independiente, atacó denodadamente el vacilante y desafortunado gobierno provisorio del Dr. Francisco A. Vidal, buscando con ello, la consolidación del régimen constitucional y el termino de la dictadura.
Desde ese momento "...su tinte principista era visible, y facilmente se podía pronosticar que la fuerza de los acontecimientos lo llevarían a la oposición, el día inevitable en que el partido colorado se dividiera en cumplimiento de la ley inexorable del exclusivismo político" (Revista Nacional, Nro. 53).
En 1868 el diario colaboró con el gobierno, pasando a ser propiedad de los doctores José Pedro Ramírez, José E. Ellauri, Mariano Ferreira y don Carlos Muñoz. Pero muy pronto adoptó una posición divergente con el presidente de la República. El Dr. Ellauri asumió su función con ineficacia, defraudando las causas que ellos defendían.
Afirmó el Dr. Julio Herrera y Obes, muchos años después, que ellos querían "...un gobierno perfecto", realidad de sus ideales pero "... la condición de lo ideal y lo perfecto, es, no ser de este mundo"(Revista Nacional, Nro. 53).
También el sector nacionalista antitradicional del partido Blanco, tuvo su representante en la prensa. "La Democracia" que bajo la dirección y la pluma de Agustín de Vedia, polemista agudo, manifestó la más pura expresión del credo liberal. Colaboraron, además, intensamente los Dres. Domingo Aramburú, Alfredo Vasquez Acevedo y Francisco Lavandeira prematuramente desaparecido.
Agustín de Vedia, personalidad muy conocida entonces, en el periodismo de ambas márgenes del Plata y en contacto con el ideario de Esteban Echeverría y Francisco Bilbao, aporto a nuestro medio la doctrina del principismo argentino. La fundación de la Sociedad de Amigos de la Educación Popular y sus reclamos, encontraron un vigoroso eco en este espíritu de idealismo y a la vez de lucidez, ante la situación educacional del país. Los Profundos problemas de la existencia política y social, generaron idénticas preocupaciones en todos los sectores instruidos. Desde "La Paz", órgano que contó con hombres como Carlos María Ramírez y Emilio Romero, junto a José Pedro Varela, bregaban por la instrucción popular, ya que el ejercicio de la democracia práctica requiere el concurso de toda la sociedad y no de una distinguida y selecta fracción ilustrada. Hasta 1876 la extensión del plan educacional no alcanzó su concreción, siendo Latorre quién lo hizo poner en vigencia, pero era indudable que se gestó entre esos idealistas, cuyos principios de orden social eran la educación y la población en el dilatado campo del progreso material, siempre que no se limitasen y postergasen las libertades y principios institucionales.
Todos conformaban una pléyade de espiritualistas sublimes, de estoicos moralistas, de ultraliberales, inflexibles de escasa utilidad o de imposible aplicación para un país en el cual predominaban el abandono, y la desidia junto a la inmadurez espiritual de sus habitantes.
Ver: Mariani, Alba,La Prensa y los centros culturales, predominio de una clase, En Enciclopedia Uruguaya, Nro.21, páginas 12-13, Arca, Montevideo, noviembre 1968.
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