miércoles, 30 de diciembre de 2015
martes, 29 de diciembre de 2015
EL FRACASO DEL BATLLISMO EN REFORMULAR SU UNIDAD PROGRESISTA EN 1962.
Desde la Segunda Guerra Mundial nuestro país,
panamericanismo mediante y férrea oposición a los fascismos, empezó a realinear
la política interna. Se produce la casi
inmediata asociación entre el
“totalitarismo” con el comunismo y la identificación macartista del “ peligro
comunista” con aspectos tan diferentes
como los sindicatos, el movimiento estudiantil o el neo –batllismo “chapa 15.
Lógicamente surgen movimientos antiliberales y de derecha como el ruralismo que
era sin lugar a dudas LA derecha a fines del 50. Posteriormente en los sesenta
el enemigo de los conservadores dejó de ser el batllismo. Los sectores
dominantes nacionales que sentían profundo temor por el inquietismo batllista
ahora se focalizaban en las clases
trabajadoras organizadas y su capacidad de presión y organización. Este se
debía sin lugar a dudas por el “luisismo” con su sensibilidad social y nuevo
impulso redistributivo y con un radicalismo fuerte en momentos de la Guerra
Fría. La crisis económica adobaba los reclamos sociales y el miedo al avance
del comunismo sumado a la Revolución Cubana, desencadena un fuerte sentimiento
antisindical y anticomunista que va a marcar el inicio de la década del
sesenta. El modelo desarrollado por Luis Batlle Berres se sostenía en la
exportación y en el modelo de industrialización sustitutiva. La idea era
industrializar la lana y el cuero y buscó afanosamente capitales extranjeros.
Sin lugar a dudas consolidó la clase media y no se deslumbró con el
desarrollismo tan de moda en esa época y sostuvo en un discurso citado por el
Dr. Sanguinetti, ( Relatos de la Memoria, 2015, 16) “ Es un inmenso error creer
que el desarrollo de la industria nacional tiene valor por ella misma y que es
un problema circunscripto solo a la que puede ser la Industria Nacional. No, el
desarrollo, el afianzamiento, corren parejos con toda nuestra estabilidad
social, económica y política y si decae podremos enfrentarnos a problemas
insolubles”.
La década del 60 dejó
huellas profundas en cada país tanto en costumbres, formas de convivencia, etc.
En Uruguay comenzó en 1959 de la mano de
varios hechos importantes en lo nacional y en lo internacional. En nuestro
país, el herrerismo establece alianza con la Liga Federal de Acción Ruralista que le
permitió al Partido Nacional llegar al gobierno. El hecho internacional fue el
triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959. El Colegiado “blanco”
fue el episodio político más importante desde el retorno del batlllismo al
gobierno. Evidentemente la sociedad uruguaya buscaba cambios y caminos para
solucionar la gran crisis económica. En tanto dentro del Partido Colorado la
división ideológica entre los quincistas y catorcistas pone en evidencia la
necesaria búsqueda de unidad para
enfrentar políticamente a los blancos en el gobierno. El más radical era el
antiguo secretario de Batlle Berres, Zelmar Michelini que sostenía la imperiosa
necesidad de volver al radicalismo batllista y sostenía : “ Ha llegado el
momento de abandonar los paños tibios. Los que pertenecemos a mi generación debemos
aprender a no vivir de tradiciones ni de recuerdos. A las nuevas generaciones
hay que hablarles de programas y
realizaciones. El Golpe de Estado de Marzo ha quedado muy atrás; la formidable
época de José Batlle y Ordóñez, también, así como alguno de sus principios que
parecían inamovibles. Soy anticolegialista porque los ejecutivos
pluripersonales son lentos e inefectivos. Con mucha más razón soy
anticolegialista en materia departamental. Me gustaría un retorno a la
Constitución del 42, corrigiéndole algunos de sus defectos. No creo en frentes
populares ni en Partidos Internacionales, a los problemas nuestros , soluciones
nuestras. El Partido Colorado batllista hubo escisiones y reagrupaciones. Surge
el sub lema “Por el gobierno del Pueblo”, lista 99 que lideraba el propio
Zelmar Michelini levantando las viejas y mejores tradiciones del batllismo. La
Lista 15 se une a viejos enemigos, riveristas, baldomiristas y
blacoacevedistas. La lista 14 forma la Unión Colorada y Batllista que llevó
como primer candidato del Consejo Nacional
de Gobierno al General Oscar D. Gestido. Sin embargo el triunfo
correspondió nuevamente al Partido Nacional y en particular a la UBD.
Ver:
Frega, A. y Otros. Historia del Uruguay en el Siglo XX. EBO
Montevideo 2007. Pp. 158-160.
Broquetas, M. La trama autoritaria. Derechas y Violencia en
Uruguay (1958-1966) Pp 45 y Ss.
Michelini, Z. Artículos Periodísticos y Ensayos. Tomo I
Cámara de Senadores, 1986.
El batllismo en los años Sesenta. Zelmar: “ Debemos hacer una lista con la gente de izquierda”
A partir de los años 30 nuestro país sufrió los efectos de
la crisis mundial en el sector agrario. En un primer momento disimuló el problema con un crecimiento
industrial y agrícola, luego de la segunda guerra mundial y con el entorno
ideológico de la guerra fría los vaivenes económicos fueron constantes. A mediados de la década de 1950, la crisis
nacional se agravó. El crecimiento industrial dinamizó a la agricultura al
necesitarse mayores cantidades de lio, maíz, girasol, azúcar, cebada, trigo,
pero no pasó lo mismo con la ganadería. Entre 1935 y 1961 la producción
ganadera por habitante creció a 0.02% anual o sea casi inexistente- La crisis
agraria hasta entonces latente por el escaso crecimiento ganadero despertó
brutalmente sumándose a la crisis en el sector industrial y con él, las
agroindustrias vinculadas. A partir de 1957 se vivió una doble crisis: la
vinculada con la ganadería y la de producción de manufacturas. La Política
desarrollada por el primer Colegiado “blanco” adoptó una serie de medidas
pretendidamente liberales que lo único que consiguió fue desmantelar la
industria nacional con el claro objetivo
de desballistizar la política general del Uruguay. Evidentemente la línea de flotación del Estado de bienestar
batllista fue alcanzada con estas medidas. La seguridad social tenía un sistema
agotado y politizado. Si sumamos el aumento del costo del trabajo , el
estancamiento económico y la inflación los efectos sobre las diferentes Cajas
fueron demoledores. En los sesenta la real función del sistema dejó de ser la
protección de los necesitados para convertirse en un instrumento para atenuar
las tensiones sociales en beneficio de sectores políticos.
Durante el período que transita entre 1946 y 1962 fracasan
irremediablemente losúltimos dos proyectos
políticos sostenidos por la histórica matriz bipartidista de los
Partidos Tradicionales: el proyecto de Luis Batlle denominado comúnmente neo.batllismo
y el ruralismo liderado por Benito Nardone. Desde la época del debate entre
batllistas y riveristas nunca, haste este momento, los partidos políticos
tenían una interna de debate ideológico tan fuerte. En las elecciones de 1958
se producen una serie de alineamientos sociales, por un lado los históricos
grupos de poder de los grandes productores rurales y por el otro una gran masa
de asalriados, de clases medias y sectores obrero –industriales. En 1959 y
comienzos de 1960 el nuevo gobierno arremete con una política antiindustrial
con liberalización del mercado de cambios, desmatelamiento de las políticas
batllistas de proteccionismo industrial, contención del gasto público. Este
debate también se desarrolla en la interna batllista. Allí tenemos las posturas
de la lista 14 y la lista 15 que alejaban cualquier posibilidad de lista única.
¿Ud. No cree posible un acercamiento entre Luis Batlle y
César Batlle?
Le pregunta César di Candia a Zelmar Michelini el 7 de
octubre de 1961 sobre la posibilidad de una lista única: “(No lo veo posible) De manera absoluta y
definitiva. Debemos hacer una lista con la gente de izquierda, que también
incluya elementos de la 14 y del Coloradismo Independiente, fracciones
en las cuales militan gente de ideas similares y que no se apartan de las
clásicas orientaciones del Partido Colorado. Y que César Batlle y sus amigos
hagan otra con los colorados reaccionarios” El acercamiento entre César y Luis
“No solo no lo veo, sino que en caso de suceder, sería lo peor que le puede ocurrir
al país y al Partido. Son dos hombres que encarnan corrientes de pensamiento
radicalmente distintas. La unión solo se
haría en el papel. Pero de cualquier modo creo que hay que buscar alguna
fórmula de unidad, porque es necesario darle alguna esperanza al pueblo. Sin
esa esperanza , que mantenga a la gente optimista para el año 1962, podría
pasar cualquier cosa, pues el gobierno blanco ya no es solución ni para ellos
mismos. Debemos partir de tres postulados: a) Un programa mínimo al cual
ajustar las tareas de gobierno; b) el respeto a todas las fuerzas coloradas que
intervengan representándolas proporcionalmente en las posiciones a distribuir y
c) Un compromiso entre los grupos colorados, en el sentido de actuar siempre de
acuerdo con la Agrupación Colorada de Gobierno Nacional, integrada por consejeros,
ministros, subsecretarios, senadores y diputados.
La propuesta programática de la 15: el programa mínimo.
Cinco principios:
1)
Una justa distribución de la riqueza que impida
las grandes acumulaciones. No hablemos de reforma agraria, slogan gastado y
promesa incumplida por todos. Distribuyamos la tierra para una producción
intensiva en manos de quienes la trabajen.
2)
Jerarquización total de la Escuela Pública
dotándola de mayores recursos. Es la única forma de elevar el nivel moral de la
juventud y eliminar la delincuencia juvenil. No olvidemos que el auge de la
Escuela Privada se debe a la decadencia de la Escuela Pública.
3)
Un sistema de previsión social distinto. Hay que
terminar con el vergonzoso trabajo político que hacen algunos directores de las
Cajas de Jubilaciones.
4)
Una distinta manera de encarar el Estado los
problemas sindicales. Los Poderes Públicos no han sabido despertar confianza en
las masas obreras, fomentando a su pesar la popularidad de los políticos de la
extrema izquierda. El gobierno espera el conflicto para solucionarlo.
5)
Total independencia económica de los Estados Unidos. Si lo tratamos de
igual a igual nos vamos a entender mejor que agachando la cabeza. Debemos
comerciar con todos los países del mundo y no cerrar las puertas a los países
comunistas.
Este proyecto de unidad derivará en una fragmentación del
batllismo, del sistema político y en la incapacidad del Estado uruguayo de
mantener políticas estables y a largo plazo. Al decir de Germán Rama “ el
país asistía con sorpresa a su propia
crisis, sin un análisis crítico de su modelo de desarrollo y del proyecto
societal vigente y en definitiva sin la capacidad de elaborar alternativas”
Ver:
Michelini, Z. El programa mínimo. Artículos periodísticos y ensayos. Cámara de
Representantes 1986, Pág. 96-97.
Caetano, G. Alfaro, M. Historia del Uruguay Contemporáneo.
FCU-ICP. 1995
sábado, 26 de diciembre de 2015
domingo, 20 de diciembre de 2015
sábado, 19 de diciembre de 2015
Michelini, batllista: No podemos hacer unidad con gente que piensa en la línea del Partido Nacional.
En las elecciones de 1946 se cierra un complejo proceso de
transición a la democracia. Es el momento del retorno del batllismo al gobierno
siguiendo la candidatura de Tomás
Berreta. Era muy claro, además, la existencia de dos corrientes dentro del
batllismo, una conservadora liderada por los hijos de Don Pepe, César y
Lorenzo, aglutinados en la lista 14. El bastión de este grupo era el diario El
Día. Se enfrentaba el emergente Luis Batlle Berres con una visión progresista y
con el objetivo de continuar el “inquietismo batllista” adormecido por el golpe
de 1933. La muerte del presidente Berreta en el mes de agosto de 1947 llevó a
la presidencia a Luis Batlle, lo que originó un desorden en el equilibrio de
fuerzas batllistas. Acá la historiografía, no batllista, define el proyecto con
el impulso a la industrialización con el objetivo de derivar el capital a un
proyecto de desarrollo social urbano que dejara conformes a la burguesía
industrial, a los empresarios, los sectores medios y el proletariado(Zubillaga,1991)
En las elecciones de 1959 triunfó nuevamente el Partido Colorado, siendo mayoritaria la
lista 15 pero por muy poco margen, solo
10.000 votos de diferencia con la propuesta de la lista 14 cuyo principal candidato era
César Mayo Gutiérrez. Andrés Martínez Trueba hace unas propuestas decisivas
iniciándose conversaciones entre el batllismo y el herrerismo que terminan en
una acuerdo para reformar la Constitución retomando la idea del Poder Ejecutivo
Colegiado y se establece una Ley Constitucional.
Para Luis Batlle y su sector implicó dificultades de
posicionamiento frente a este proceso que claramente implicaba frenar un avance
de la candidatura del sector quincista a la presidencia, pero oponerse al
proyecto era oponerse a un postulado histórico del batllismo que además estaba
escrito en el programa de gobierno
Con el inicio de la década del 50 el viento favorable a la
economía nacional cambia de dirección. Europa comenzó a recuperarse de la
consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, disminuye la demanda de nuestros
productos de exportación y paralelamente aumentaba el precio de los insumos
industriales. Se generó impaciencia e incertidumbre en los sectores dominantes
que replicaron en los sectores populares y la relación con el Estado. El sector
obrero sindicalizado había aumentado considerablemente como resultado de la
legislación que los proyectaba a partir de la década de 1940. Se van a
desarrollar grandes movilizaciones a partir de 1952. En 1951 se produce la gran
huelga en la planta industrial de ANCAP que culmina con trabajadores
procesados. Este hecho originó una gran coordinación sindical dando origen a la
denominada “huelga de los gremios solidarios” que se extendió por un mes entre
los meses de octubre y noviembre. Y lentamente comienzan los movimientos
estudiantiles que va a llevar a delante el proceso de reforma universitaria. En
Marzo de 1952 asume el gobierno Colegiado, el 20 de ese mismo mes se inicia una
huelga en Salud Pública. El Consejo Nacional de Administración aplicó las
medidas prontas de seguridad previstas en la Constitución y con el aval del
Parlamento. Nuestro país había logrado un régimen salarial muy avanzado para la
época pero los hechos de 1952 radicalizaron la relación entre el capital y el
trabajo. Con la oposición de los quincistas se aprobó la línea dura que
llevaron al procesamiento de dirigentes sindicales, disolución de
organizaciones gremiales y la detención de más de 400 trabajadores. Desde el
diario nacionalista “El País” se justificaba sosteniendo que se trataba de “
defender el orden contra la subversión, la ley contra la violencia organizada,
la libertad contra el libertinaje” César Batlle sostenía que la culpa de la
huelga no era de los obreros sino de los que los “extraviaban” y que de no
haberla derrotado hubiera sido el triunfo de la anarquía. Luis Batlle hizo un
notable esfuerzo por el desarrollo de las exportaciones como mecanismo para
desarrollar la industrialización, oponiéndose tenazmente al FMI. Sin embargo
determinadas alianzas políticas entre ruralistas y herreristas sumada a la
desunión colorada llevaron a la derrota del batllismo. Una visión del fin de la
utopía y la realidad batllista la tenemos en Zelmar Michelini, batllista y
cercano a Luisito.
Zelmar Michelini, apuntalado por Luis Batlle, se mostraba en
1953 como el portaestandarte del radicalismo colorado batllista que parecía
enterrado con el proceso iniciado en 1933. Era año de militancia gremial
bancario experiencia que le permitirá llegar
a la diputación en 1954 y posteriormente ser el líder de bancada quincista.
Una entrevista de 1961 desarrollada por César di Candia en
la Revista Reporter lleva a a
reflexiones sobre los hechos mencionados y que finalmente llevaron a la derrota
del batllismo en 1958 y comienza Michelini afirmando: “ Luego de nuestra
derrota electoral, mucha gente cayó en el simplismo de creer que la desunión
del Partido Colorado había sido la causa de todo. En realidad, nuestras
divisiones internas tuvieron su influencia, pero, fundamentalmente, pesaron
otras razones más importante y más hondas. La derrota nos vino bien. El llano
decanta y purifica a los Partidos. El triunfo
nacionalista clarificó el panorama político dividiéndole en dos tendencias
perfectamente definidas: las derechas alrededor de las dos fracciones del
Partido Nacional y las izquierdas representadas por el Partido Colorado y en particular por el batllismo”. El periodista Di
Candia le pregunta si en las izquierdas incluye a todo los grupos batllistas.
Michelini responde: “ En aquel momento sí, aunque confieso
que pequé de ingenuo. Pero en estos últimos años la posición de César Batlle y
la gente que le responde incondicionalmente, ha sido más conservadora que la de
los propios blancos. Ha acaudillado todo movimiento antiobrerista,
antisindicalista y pro yanqui. El cargo más grande que yo le hago, es el de
haber mechado a la fracción más derechista del país dentro de un partido que
había durante toda su vida el representante de las izquierdas y del
liberalismo. No podemos hacer una unidad con gente que piensa en forma
radicalmente opuesta a la nuestra en todos los problemas, con personas que
están en la misma línea del Partido Nacional”
Antes como ahora, el futuro del batllismo determina el
futuro del Partido Colorado, sin visión progresista de avanzada con ideas y
acción y cercana al ciudadano seremos un testimonio brillante de lo que fuimos.
Ver:
Michelini, Z. Artículos periodísticos y ensayos. Octubre de
1961 Reportaje de César di Candia.
Frega, A y otros. Historia del Uruguay en el Siglo XX.
lunes, 14 de diciembre de 2015
martes, 8 de diciembre de 2015
sábado, 5 de diciembre de 2015
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Zelmar Michelini: Batllista.
Zelmar Michelini fue una de las figuras más brillantes de la
historia parlamentaria del país entre los años 1960 y 1973. Era un orador excepcional, emotivo, intenso y
caudaloso y hablaba con una gran naturalidad. Al decir de Carlos W. Cigluiti “
(Michelini) pensó que podía encontrar las respuestas a loe nuevos problemas,
primero, constituyendo una agrupación política dentro del viejo tronco del Partido Colorado Batllismo y, después,
formando con ese sector un acuerdo político más amplio, ya fuera del lema
tradicional(…) fue un batallador incansable, un periodista vocacional (…) El
que amaba la paz, tuvo que vivir para la constante guerra de las pasiones
políticas. El, que siempre fue incapaz de proferir una palabra de odio y de
venganza, tuvo que soportar la persecución y el ensañamiento. El. Que amaba su
patria, tuvo que vivir los años más duros y dolorosos de su existencia fuera de
ella, y el, que había predicado en todo tiempo la comprensión, la solidaridad
humana y la defensa de los valores humanos fue perseguido y muerto fuera de su
tierra, en uno de los instantes más dolorosos y abominables de la historia del
República”
En un artículo de la Revista Siete Días, Zelmar Michelini
analiza la situación del País, el 21 de diciembre de 1971. El periodista la
presentó como la figura de mayor peso político que la nueva fuerza política, el
Frente Amplio, pueda oponer a los Partidos Tradicionales. Ante la pregunta de :
-¿ por qué abandonó el Partido Colorado? Michelini responde.
- Porque no puedo admitir que dentro de un partido coexistan
programas y hombres antagónicos. La política supone coherencia de ideas y el
Partido Colorado no la tiene. Para ser coherente con mis ideas sólo me quedaba
este camino. ¿ cómo seguir en una partido donde militan hombres que gobiernan
de espaldas al país?(…) teníamos esperanzas de triunfar con el Partido
Colorado. Pudimos hacerlo cuando el Presidente Oscar Gestido nos llevó al
Ministerio de Industria y propusimos la ruptura con el Fondo Monetario
Internacional entre otras medidas. No nos dejaron y allí perdimos la esperanza.
Ahora conocemos la política de los Colorados: a esa política le negamos
nuestros votos.
- Si es así: ¿ por
qué tomó su drástica decisión invocando los propios principios de su ex – partido?
- En todo caso los principios del batllismo. Nunca me sentí
muy colorado sino muy batllista. El Partido nació con la Defensa de Montevideo
durante la Guerra Grande pero Batlle le otorgó su contenido ideológico. Por esa
razón, el batllismo tiene ideas y el coloradismo sentimientos. Pero al
escindirnos no renunciamos a esas ideas. (…) No sirven los precedentes.
Trabajamos con un nuevo Uruguay que exige otras fórmulas de salvación nacional.
Encontrarlas es tarea de este Frente que vamos a formar y que será el tercer
partido que reclaman los uruguayos. Los esquemas políticos actuales quedaron
sepultados bajo el tiempo. El batllismo que hoy predica el Partido Colorado ya
no le sirve al país. Y le doy un ejemplo: Batlle supo fustigar por reaccionaria
a la Iglesia Católica del Uruguay. ¿ qué ocurre cuarenta años después? Que la
Iglesia uruguaya evolucionó más que el propio batllismo y los papeles se
invirtieron. Dígame: Si Batlle viviera ¿ qué haría con estos señores que hoy
invocan su nombre?
Algunos años después.
El primero de marzo de 1972 asume la Presidencia Juan María
Bordaberry y Jorge Sapelli la vicepresidencia, ambos electos por el Partido
Colorado. El presidente contó con el respaldo de su sector político, el
pachequismo y de Unidad y Reforma lista 15. No tenían mayoría parlamentaria y
se buscó el apoyo del Partido Nacional. El Partido Colorado había obtenido 13
bancas en el senado y 41 bancas en la Cámara de representantes. el Partido
Nacional 12 bancas en el Senado y 40 en diputados y el FA 5 bancas de senadores
y 18 en la Cámara de Representantes. Bordaberry realizó una serie de
entrevistas con el Presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional C/N
(r) Omar Murdoch y los principales dirigentes nacionalistas. La mayoría de los
blancos que respondía al liderazgo de Wilson Ferreira Aldunate se negaron a
colaborar con el gobierno. En cambio si aceptó el sector herrerista minoritario
que había llevado adelante loa candidatura de del general Aguerrondo. Este acuerdo recibió el nombre de
"pacto chico" y permitió al Poder Ejecutivo una frágil mayoría de 50
diputados y 16 senadores. a partir de junio de 1972. la situación general del
país era casi comparable a una guerra civil con una andanada muy fuere de
acciones del MLN-T. Desde el 9 de setiembre de 1971 el gobierno anterior había
encomendado la lucha antisubversiva a las Fuerzas Armadas y se había creado la
Junta de Comandantes en Jefe a partir del 17 de diciembre. A partir de esta
fecha el protagonismo militar fue creciendo inexorablemente en una suerte de
equilibrio inestable entre lo cívico y lo militar. Algunos hechos del 'período
muestran lo dramático de la situación:
El 9 de marzo de 1972 la Asamblea General deja sin efecto
los decretos del Poder Ejecutivo que fundamentaban las Medidas Prontas de
Seguridad. Ese mismo día el Poder Ejecutivo remite al Legislativo un Proyecto
de Ley de Seguridad del Estado.
El 12 de abril vuelven a fugarse del penal de Punta Carretas
15 integrantes del MLN-T conjuntamente con 10 delincuentes comunes.
El 14 de abril en la mañana son asesinados por comandos
tupamaros los policías Delega y Leites, el C/C Ernesto Motto y el profesor
Armando Acosta y Lara. Como respuesta en un allanamiento mueren cuatro
tupamaros y son detenidos otros cuatro.
Ese mismo día el Poder Ejecutivo pide audiencia al Poder Legislativo para
suspender las libertades individuales y decretar el estado de guerra interno.
El 15 de abril el Poder Legislativo accede a suspender las
libertades individuales por treinta días y a decretar el estado de guerra
interno con el objetivo de combatir la subversión y al solo efecto del artículo
253 de la Constitución que permite el funcionamiento de la Justicia Militar en
lugar de la civil en los delitos de sedición.
El 24 de abril es secuestrado el diputado y Presidente de la
Cámara de Diputados Héctor Gutierrez Ruiz, es liberado al día siguiente.
El 18 de mayo, día de las Fuerzas Armadas, son asesinados 4
soldados que estaban de guardia en un Jeep frente al domicilio del Comandante
del Ejército, general Florencio Gravina.
El 24 de mayo se ubica dentro de la estancia Spartacus una
amplia Tatucera donde se escondían armas y lugar de escondite del MLN-T
El 27 de mayo se libera la cárcel del pueblo de la calle
Juan Paullier 1192 los secuestrados un año atras Carlos Frick Davies y Ulysses
Pereyra Reverbel y se detiene cuatro tupamaros.
El 12 de junio se inicia un debate entre la CEU (Conferencia
Episcopal Uruguaya) y el Presidente Bordaberry sobre el trato inhumano que se
dan a los prisioneros detenidos por las Fuerzas Conjuntas.
El 20 de junio las Fuerzas Conjuntas exhuman el cadáver del
peón rural Pascasio Ramón Baez Mena en la estancia Spartacus que había sido
asesinado por el MLN al descubrir en forma casual la tatucera.
El 10 de julio se promulga la ley 14068 sobre Seguridad del
Estado que modifica el Código Penal militar, el Código Penal Ordinario y la Ley
de Imprenta
El 26 de octubre el dirigente de Unidad y Reforma, Lista 15 del Partido
Colorado. Dr. Jorge Batlle realiza un discurso por Radio y TV en el que se
refiere a " la ola de rumores en los cuales el país ha vivido en las
últimas semanas. Rumores sobre inestabilidad institucional...una campaña sobre
ilícitos económicos, partidos políticos y dirigentes políticos, que han venido
a sustituir o reemplazar en la atención pública
a la propia sedición" Se refirió además a los procedimientos
realizados por lo militares en relación a la infidencia. Sostuvo que si los
militares lo realizaron por propia iniciativa el hecho revela " falta de
disciplina en un lugar donde la disciplina es fundamental" y que "si
lo realizaron por consejo de Amodio Pérez, da la pauta que alguna gente puede
decir verdad cuando dice que el contacto permanente con algunos ideólogos de la
sedición y alguna gente, les ha hecho creer un poco las razones que la sedición
aducía para matar oficiales y matar civiles y para secuestrar gente"
(...)"si fue por orden superior, entonces tiene que hablar claro"
El 27 de octubre, a las 14:50, el Dr. Jorge Batlle fue
detenido por las Fuerzas Armadas en el local del diario Acción que dirigía por
el discurso que había efectuado el día anterior. Estuvo preso hasta el 20 de
noviembre. La consecuencia inmediata fue el retiro del sector quincista del
gobierno y pasar a la oposición. El presidente Bordaberry perdió un apoyo
fundamental. En tanto la sociedad uruguaya no percibió que la primera fase el golpe de Estado se había cumplido.
El 3 de Noviembre de 1972 con el título “La lógica de la historia” Michelini escribe
en Marcha su visión sobre el arresto del Dr. Jorge Batlle.
(…) la detención y el procesamiento del ciudadano Jorge
Batlle, nada menos y nada más que un ciudadano, el elemento primario en que se
basa toda la sociedad. Demás está que digamos que no nos alegra su prisión y
que nunca hacemos leña del árbol caído. Bien sabemos y lo sabe la ciudadanía
que si estuviésemos en el gobierno- el Frente Amplio por supuesto- el doctor
Jorge Batlle jamás hubiera sido detenido por las opiniones en su alocución.(…)
Para resolver la crisis que el país padece y para erradicar definitivamente las
causas que la generan nosotros hubiéramos adoptado soluciones totalmente
distintas y en ningún momento el cercenamiento de libertades y la reforma de
normas y procedimientos de justicia que son los que padece hoy el doctor Jorge
Batlle. Durante años- fundamentalmente desde 1968 en adelante- y en forma
principal en lo que va de este período, hemos estado en total discrepancia con
el sector que él representa, responsable notorio dela situación actual de país (…)
Antes habíamos discrepado con la conducción económica que llevó al país a una
situación de postración y dependencia, origen en última instancia de toda la
acción guerrillera. Se entendió por los grupos que apuntalan al gobierno- Jorge
Batlle en primera línea- que la represión era la única forma de salvar al país
y en aras de esa represión, para hacerla realmente efectiva, se otorgaron
plenos poderes, excepcionales en la tradición nacional: medidas de seguridad,
suspensión de garantías, estado de guerra, ley de seguridad.
Epilogo.
Michelini siempre
dejaba traslucir si ser batllsita. “Las personas tienen derecho a hacer todo lo
que la ley no prohibe; los organismo públicos sólo pueden hacer lo que la ley
les permite; si no se cumple con ese principio y si no se respetan los derechos
de los demás, si se avasalla el funcionamiento de las instituciones entonces no
hay democracia”.
“La violencia que aplica el gobierno es propia del régimen
que pretende subyugar y que desprecia los fines de la justicia por los que
lucha el pueblo; es la violencia del régimen la que engendra violencia. El
pueblo responde en forma combativa, movido por la urgencia que anima la mente y
el corazón de los que luchan por la justicia, pero la violencia del pueblo
aparece al fin de todo un proceso y no al principio, al principio están el
infraconsumo, el subdesarrollo, el privilegio, el abuso, la arbitrariedad , la
miseria, la desigualdad, está la clase dominante. No empieza la violencia con
los tupamaros, que ni se mencionan entre los motivos de las medidas del 13 de
junio de 1968.” Este es el debate actual, cuando empieza la violencia en
nuestro país. Los sucesos parecen , por lo menos , avivar fuegos en el cual la
guerrilla tuvo su parte importante y la Guerra Fría y la pérdida de valores
democráticos hizo el resto.
En 1973 Zelmar Michelini, se exilió en Buenos Aires. Trabajó
como periodista en el diario “La Opinión”, hizo
múltiples denuncias sobre lo que
estaba pasando en el país (Tribunal Russell, 1974), intervino en todas las
acciones de resistencia organizadas, recibió amenazas y presiones de todo tipo
incluso la dictadura le canceló el pasaporte, hasta su secuestro ocurrido el 18
de mayo, y la muerte, producida el 20, día de su cumpleaños.
Ver:
Michelini, Z. Artículos periodísticos y Ensayos. Cámara de Senadores. Homenaje 13 de agosto de
1986. Tomo V.
Frega, A. y otros. Historia del Uruguay en el Siglo XX EBO.
2007.
lunes, 30 de noviembre de 2015
viernes, 27 de noviembre de 2015
jueves, 26 de noviembre de 2015
miércoles, 25 de noviembre de 2015
El batllismo entre "derechas" e "izquierdas"
El batllismo
entre “derechas” e “izquierdas”
El abanico
reformista del primer batllismo tanto en los social, económico y moral que se
concretó básicamente durante su segunda presidencia (1911-1915) se sostuvo en
una visión cosmopolita de la nacionalidad y originó inmediatamente la reacción
conservadora que va a desarrollarse lenta y progresivamente a todo lo largo del
resto del siglo XX. El batllismo cuestionó y en muchos casos eliminó valores y
principios de los sectores pudientes y acomodados, combatió al clero y a la
Iglesia Católica como institución. Dentro del propio Partido Colorado el reformismo generó escisiones hacia la
derecha conservadora dicho esto en terminos simples. La formación del Partido
Colorado General Rivera que fue liderado por Pedro Manini Ríos fue el primer
paso de una serie de distancias entre los militantes colorados que siguen el
ideario batllista y los demás. La propuesta colegiada y los “apuntes” de don
Pepe sobre el colegiado llevaron al batllismo a la derrota en el año 1916 y se
abrió al decir del Dr. Gerard Caetano “La República Conservadora” que más o
menos durante tres lustros dominará el panorama político uruguayo. No podemos
dejar de mencionar la situación internacional, la Revolución Rusa de 1917, la
explosión de gremios y sindicatos, que en Buenos Aires culminó con la
denominada “semana trágica”. En Uruguay recomenzó la represión a las huelgas
sobretodo la portuaria que fue de particular virulencia. La reforma
Constitucional finalemene alcanzada en largo proceso que culmina en 1919
permitió entre otras cosas positivas ser bastante permeable frente al surgimiento
del fascismo en Europa. Quizás el punto más alto en materia conservadora fue,
debido a los coletazos de la gran crisis de 19129, la cración del Comité
Nacional de Vigilancia Económica que se enfretaba decididamente a los intentos
del resurgir reformista batllista. En 1930 el batllismo alcanzó la mayoría en
el Consejo Nacional de Administración. En forma paralela el Ejército Nacional
fue virando hacia posturas antibatllistas, anticomunistas y profundamente
Colorado. Es interesante ver acá la formación de las “Vanguardias de la Patria”
, la “ Asociación Patriótica del Uruguay”. Acá surge el régimen Terrista
derivado de acuerdos suprapartidarios entre el propio Dr. Gabriel Terra, el
coloradismo no batllista, o sea riveristas, terristas, vieristas y sosistas y
al herrerismo. José Pedro Barrán y Gerardo Caetano sobre el período terrista
demuestra las simpatías que generó en nuestro país el fascismo, el falangismo y
el franquismo creándose varios centros que incluso contaban con medios de
prensa. A partir de 1938 se comienza a deteriorar la alianza golpista de 1933.
El presidente Alfredo Baldomir que había triunfado en 1938 fue separándose del
terrismo tal cual era el sentimiento de la sociedad uruguaya. En forma paralela
surge un movimiento que va a tener una gran trascendencia posteriormente. De la
mano del terrateniente Domingo Bordaberry
de orígen antibatllista, había sido el primer secretario de la
Federación Rural en 1915 y director del cotidiano terrista “El Pueblo” se
sostiene en Benito Nardone para , según su terminología, “ democratizar” la
Federación Rural. Con el objetivo de enfrentarse al desarrollo del sindicalismo
creciente se forman grupos de
integración rural en el cual tuviesen participación activa en algunas
decisiones con Benito Nardone como hábil comunicador.
Cuando
retorno el batllismo al gobierno a partir de 1946 y posteriormente con el
ascenso de Luis Batlle y su modelo de industrialización el miedo al Estado
redistributivo comienza a despertar grandes debates. Los sectores obreros
crecieron en número y en organización, sus conflictos con el capital eran
frecuentes y a amenudo triunfantes. En 1951 se funda una asociación gremial
rural autónoma denominada “Liga Federal de Acción Ruralista” este grupo se vincula
particularmente con sectores herreristas y colorados antibatllistas ahora
integrados por terristas, riveristas y blancoacevidistas. En buen romance los
grupos que había sostenido el régimen terrista. La Guerra Fría se suma a esta
situación y ahora se desarrolla un profundo anticomunismo.
Luis Batlle
Berres fue responsable del aggionamiento del batllismo partiendo de la base de
su comprensión de la realidad que se vivía en el mundo de posguerra con sus
imponentes cambios en todos los órdenes. El 14 de agosto de 1947, Luisito
sostenía en su famoso discurso: "Nosotros, los que fuimos formados en los
últimos aleteos de la filosofía liberal del siglo pasado y dimos los primeros
pasos hacia la socialización de ciertas actividades del organismo social, comprendemos
que tenemos que continuar ese ritmo para encauzarlo por las vías normales.
Apresurarse a ser justo, es asegurar la tranquilidad; es bridarle al ciudadano
los elementos principales y básicos para que tenga la felicidad de vivir y
hasta él lleguen los beneficios del
progreso y de la riqueza. Apresurarse a serjustos es luchar por el orden y es
asegurarse el orden". Buceando en el pensamiento de Luis Batlle, años
antes en una exposición de congresistas americanos realizada en Chile con la
Segunda Guerra Mundial en desarrollo sostenía en abril de 1944: "La
Democracia no es solo libertad. Los pueblos reclaman algo más. La Democracia no
tiene por que suponer necesariamente una evolución lenta en su marcha y
discusión prolongada para atreverse a dar un paso por el progreso y por la
justicia social" Es claro que el batllismo del período, denominado Neo
batllismo, fue un movimiento policlasista que buscó y consiguió en parte una
alianza entre los industriales, la pequeña burguesía, las clases medias y el sector
obrero. Desde el punto de vistas económico el eje fue el proceso de
industrialización que logró el apoyo tanto de los sectores estatistas como de
los sectores dirigistas en materia
económica.
El rol del
Estado para Luisito era el de contribuir con gran energía a mantener la paz
social. No toleraba la lucha de clases porque la visión del batllismo era la
del hombre por encima de la sociedad. Retomando su discurso de 1947 sostenía:
"Cuando se amasa la riqueza entre el capitalista y el trabajador, lo que
se produce es de todos y tiene que repartirse con equidad para que no exista el
que lo tiene todo y el que no tiene nada, porque eso no es ni la tranquilidad
ni la paz, ni la justicia; eso es la arbitrariedad y con arbitrariedad no
podemos asegurar la paz social..."
Mucho se ha
debatido sobre el rol de la lista 15, de su relativo apoyo al sistema colegiado
en su momento o su inconveniencia de instaurarlo en 1952, pero es innegable que
Luis Batlle Berres tuvo grandes coincidencias con Don Pepe: ambos fueron
industrialistas, se basaron en la
política de sustitución de importaciones, el instrumento fue diferente con el
sistema de cambios múltiples. Ambos vieron al mercado interno como motor de
desarrollo y fuente de empleo. Y sin dudas el rol del Estado intervencionista,
laico y tolerante.
"El
discurso de Luis Batlle se entronca con la tradición liberal, tal como había
sido reinterpretada por el batllismo de Don Pepe. Luis Batlle hizo frecuentes
invocaciones a la justicia social, con un énfasis claro del papel tutelar del
Estado para proteger a los más necesitados de la sociedad. También Luisito
atacó a los que consideraba demasiado ricos a los que consideraba enemigos de
la sociedad pero lejos de considerarse un discurso que presentase a la sociedad
enfrentada en lucha de clases. Para Batlle Berres los demasiado ricos y los
necesitados era casos límite de una sociedad en la cual la mayoría de la
población estaba bajo el amigable paraguas del Estado batllista. Por esta razón
el neobatllismo tuvo un gran apoyo en la
clase obrera, pero con un discurso no clasista presentándose como una
alternativa a una postura de lucha de clases. Los trabajadores participaban en
la vida política no en cuanto tales, sino en cuanto ciudadanos del Estado
Batllista( y clientes de la maquinaria política del Partido Colorado) El hecho
de que el orden social fuera libre y en armonía y sin antagonismos sociales no
obedecía a un orden natural preestablecido, por el contrario al resultado
directo de la estategia anticipatoria de los gobiernos batllistas. Más claro
que el primer batllismo, la visión neobatllista es la mediación entre los
distintos sectores sociales a través de la tutela estatal"
En las elecciones del 30 de noviembre de 1958
surgen nuevas autoridades, hecho común en una democracia, pero que a una buena
parte de la población uruguaya la sorpresa del resultado generó sorpresa y
desconcierto. Los blancos ganaron las elecciones, su último gobierno había sido
durante el mandato de Atanasio Aguirre nueve décadas atrás. También era innegable
que el modelo de desarrollo se había agotado que cada año el Uruguay
exportaba menos y que a su vez los productos tenían menor valor en el mercado. Imposible
ecuación en un sistema industrial que dependía de insumos casi en su totalidad
importados. Se utilizaban reservas para equilibrar la economía y debido a la
demanda de una sociedad habituada a
consumos culturales y de confort creciente exigía surge la inflación que entre
1958 y 1959 fue del 20%.
Esta crisis
inicia lentamente una conflictividad social, impensada en una sociedad de
clases medias urbanas y con perfil pacato y conformista. Es el momento del
movimiento estudiantil que pelean por la aprobación de la Ley Orgánica
Universitaria. Las manifestaciones estudiantiles y la represión policial era
cada vez más frecuentes. Para el Partido Colorado el temido ascenso de los
nacionalista al poder generaba inquietud. En la intelectualidad lo más
trascendente fue el surgimiento muy vigoroso del movimiento ruralista y en en
los análisis sobre el mismo se oscilaba entre quienes lo veían como el fascismo
criollo y el despertar del Uruguay real adormecido por la visión netamente
urbana del batllismo. Luego de la elección el principal dirigente blanco Luis
Alberto de Herrera rompe la alianza con Benito Nardone generando una fractura
del sector mayoritario.
Instalado el
gobierno comienza a introducir cambios en la economía y en el rol del Estado,
tratando de limitar su accionar al máximo. Eran las posturas y recetas del FMI
(Fondo Monetario Internacio nal) que Uruguay integraba desde 1947 pero que
hasta ese entonces nunca había aceptado sus directivas. La tesis económica del
momento impulsada desde el FMI y aceptada a rajatabla por el nuevo gobierno
sostenía que la libre empresa y la apertura económica hacia un liberalismo
abierto enfrentaría con firmeza la inflación que era un exceso de demanda de
los asalariados.
Ya el 24 de
abril de 1959 se decreta el alza de los tipos de cambio para la mayoría de las
importaciones y sobre finales del año se envía el proyecto de ley que
modificaba todo el sistema cambiario: La Reforma Cambiaria y Monetaria
impulsada por el Ministro Juan Eduardo Azzini, en la cual le daba grandes
potestades al Poder Ejecutivo para adoptar medidas de política económica sin el
pasaje de las mismas por el Parlamento Nacional. Curiosa ley en la cual
presenta aspectos de liberalización de la venta de moneda extranjera y del
comercio exterior, se establecía la obligatoriedad de vender al Banco de la
República la moneda extranjera producto de las importaciones y se facultaba al
Poder Ejecutivo la posibilidad de prohibir por seis meses que se podían
prorrogar por otros seis meses las importaciones consideradas prescindibles.
También incluía una serie de detracciones a las exportaciones una especie de impuesto
con el objetivo de evitar los empujes inflacionarios. El batllismo inició una
feroz batalla en el Parlamento para limitar los alcances de esta ley logrando
algunas limitaciones sobretodo en el alcance del Poder Ejecutivo . Votada la
Ley surge en ella la primera "Carta
Intención " con el FMI en la cual se solicitaban los primeros U$S 80
millones, como contrapartida el Uruguay se comprometía a reducir los créditos
internos para reducir la inflación y una serie de puntos como tarifas aduaneras
pero ninguna referencia a los salarios. Durante el Gobierno se realizarán dos
cartas más. En realidad el inicio de esta política no fue auspicioso debido a
circunstancia que se presentaron: las inundaciones de 1959, la sequía de 1960
que sumadas a una plaga de langostas tuvieron graves consecuencias en la
producción agropecuaria y el colapso de la producción hidroeléctrica. También
hubo grandes reclamos sociales.
El fin del
Uruguay liberal, la perdida de valores democráticos y el surgimiento de la
guerrilla urbana van a marcar el conflictio decenio de los años 60. Allí
estudiaremos a Michelini, Roballo, Seregni y las posturas de Maneco y
Vasconcellos. en las visperas de la dictadura de 1973.
Ver Panizza,
Francisco."Uruguay, batllismo y después" EBO MVD 1990. Pág 96 y Ss.
Las figuras batllistas que conformaron la izquierda uruguaya. Domingo Arena, Julio César Grauert, Enrique Rodriguez Fabregat.
Nuestro país en la década de 1930 se veía como ordenado,
con poca población y con paz y democracia. Se le consideraba la Suiza de
América. Los partidos mayoritarios e históricos, Blanco y Colorado compartían
el poder mediantes compromisos electorales y de participación alcanzados luego
de la Guerra Civil de 1904 y de las reformas Constitucionales- Los Partidos Socialista
y Comunista no eran perseguidos, y los anarquistas habían configurado un fuerte
sentimiento libertario-social en la visión batllista de desarrollo. Salvo en la
dictadura de Gabriel Terra en 1933 proscribió a todos los partidos de
oposición. La legislación era de las más avanzadas, anticipatoria y progresista
del continente. El ejército profesional, austero y republicano estaba sujeto al
poder civil y a la Constitución. La iglesia había perdido su batalla con el
Estado uruguayo y no interfería en ningún tema de gobierno. Ocurren varios
sucesos que van a definir el futuro ideológico del Uruguay hacia finales del
Siglo XX. La muerte de Don Pepe, la crisis económica de 1929, el advenimiento
de visiones totalitarias fascistoides y stalinistas y luego la Guerra Fría.
Tenemos múltiples ejemplos de respeto intelectual por las ideas denominadas de
izquierda en el batllismo desde la visión anarquista romántica de Don Domingo
Arena a la marxista de Julio César Grauert. El propio Arena tuvo un rol muy
fuerte en el desarrollo de visiones idelogicas de vanguardia:
Arena va a reclamar la integración de los trabajadores a
la nación, procurando que tengan las armas legales, ideológicas y culturales
para enfrentarse con los sectores conservadores terratenientes y comerciantes
de la sociedad montevideana de comienzos del siglo XX. No como un planteo de
lucha de clases, sino de reformismo ideológico y legal con el objetivo de
lograr la igualdad social.
Sostenía Arena: “ Mis hermanos de ayer, mis protegidos de
hoy” que enseñanza en una sola frase para tantos jóvenes políticos actuales.
El accionar batllista, respecto del movimiento obrero es
la clave del apoyo que los sectores populares y obrero prestan a Batlle. Los
artículos del diario El Día, los discursos parlamentarios de Domingo Arena,
están condensados en una serie de publicaciones como “Batlle y los problemas
sociales en el Uruguay” sobre el mismo dice Domingo Arena: “ Los artículos son
un caso típico de la colaboración de dos: inspirados por Batlle, escritos por mi,
corregidos por él. De los discursos puede decirse substancialmente lo
mismo. En 1913 Batlle había vinculado la
campaña en favor de sus apuntes colegialistas con el voto pro-colegiado de los
obreros, y su argumento era que los que eran socialistas en otros países debían
ser colorados en Uruguay. Era, según
Batlle, el único partido que podía realizar las mejoras de la calidad de vida
del trabajador y que la postura socialista era utópica y soñadora. Ante la
pregunta de Pedro Manini Ríos de " ¿Somos colorados o somos
socialistas?" Domingo Arena, en una entrevista realizada por el Diario
Socialista "La Vanguardia", sostuvo que "somos socialistas sin
programa". Un grupo muy inquieto de
militantes batllistas va a encontrar en las acaloradas convenciones partidarias
un marco para desarrollar sus visiones ideológicamente avanzadas, o de locos
según los conservadores de la época. Acá nos encontramos con Enrique Rodriguez
Fabregat.
Con motivo de la publicación del libro de Diego Fischer
sobre el duelo Batlle-Beltran (Qué Tupé. Batlle-Beltrán ¿Duelo o Asesinato) el
autor nombró a Enrique Rodriguez Fabregat y su libro Batlle y Ordóñez. El
Reformador como una de las biblias que debe manejar cualquier batllista. Por
eso creo que podemos realizar una aproximación a su figura, que como tantas
otras personalidades ha sido olvidada, tanto por el Partido Colorado como por
el Frente Amplio que fue fundador
En el libro Enrique Rodriguez Fabregat. Una de las caras
del siglo XX. Delia Etchegoimberry escribe sobre el libro en cuestión:
En primer lugar, el libro lleva, de la primera a la
última página el sello inconfundible del autor. Ahí estaba la historia,
demasiado reciente, demasiado intensa, historia de acción y pensamiento. No
historia del pensar reflexivo sobre las cosas, sino historia del pensar para la
acción. Y, acción fue en varios planos de la realidad fue la acción de Batlle.
Durante los años en que Fabregat nació, creció y maduró en el ambiente creado
por la acción de Batlle(...)Sobre el final de su vida crea el Comité de
Doctrina Batllista, con el que se une al Frente Amplio recién fundado. Sin
embargo vale la pena transcribir lo que en la página 295 del libro de su
autoría escribió: Batlle es el hombre de la nueva fe. Cree en el hombre del
pueblo, en el hombre de la multitud(...) creer en el hombre del pueblo, vale,
primero, como una revelación; vale, segundo, como una revolución"Pp.73.
En abril de 1929 presenta Enrique Rodriguez Fabregat un
Proyecto de Ley para crear el Consejo de Patronato de la Mujer y el Niño.
Cuenta con 68 artículos y busca sensibilizar sobre la problemática de la niñez
desamparada, abandonada y delincuente y en su exposición de motivos resalta los
siguientes aspectos:
- régimen de tutela y educación.
- organización del accionar efectivo del Estado.
- madre soltera, madre sin recursos, y, en todos los
casos, la madre abandonada por el padre de sus hijos.
-abolición de las diferencias entre hijos legítimos y
naturales.
-investigación de paternidad.
-obligaciones de los padres.
-la mujer delincuente (régimen que corresponde a su
trato)
-organización de un régimen de protección post cárcel,
para adolescentes y adultos.
-prohibición del trabajo de los menores y tutela de los
derechos de la mujer obrera.
-creación de un fondo permanente de Previsión Social.
-seguro de maternidad.
-seguro de desocupación forzosa para las mujeres que
trabajan.
Este batllista de la primera hora, fervoroso y radical
orador en las convenciones partidarias en tiempos oscuros del terrismo,
escribió hace casi un siglo proyectos que tendían a solucionar problemas casi
inexistentes en aquél entonces, pero que hoy nos golpean en cada esquina de
Montevideo.
El 9 de junio de 1927 el Ministro de Instrucción Publica,
Enrique Rodriguez Fabregat publicó un decálogo de los derechos del niño:
1) Derecho a la vida. Suma de todos los derechos por la
sola razón de haber nacido. Derecho a la casa para habitar, a la atención
materna, al reconocimiento obligatorios por el padre, con todos lo deberes que
la paternidad impone, a la supervigilancia del Estado para el desarrollo y su
prosperidad fisiológica.
2)Derecho a la Educación. Primera asistencia a los
Jardines de niños. Kindergarten, segundo ciclo: escuela primaria. Abolición del
sistema de escuelas de ciudad. Abolición de la enseñanza verbalista y libresca.
Reintegración del niño al seno de la naturaleza por medio de una escuela de
trabajo y de alegría: Parques escolares para lograr las reacciones del cuerpo y
del alma.
3) Derecho a la educación especializada.
4) Derecho a amntener y desarrollar la propia
personalidad. Estudio de las vocaciones, sistemas capaces de orientación
espiritual sin artificios que solo se puede lograr en los parques escolares.
Reconocimiento en la practica de los sistemas educacionales del derecho de ser
niño de vivir y de sentir como tal libre de la artificialidad de la
escuela-claustro y del dogma pedagógico que la informa.
5) Derecho a la nutrición completa. Derecho de la madre
de criar a su hijo. Seguro del Estado para las madres sin recursos. Servicio de
copa de leche. Instalación de merenderos escolares. Instalación de
Escuelas-refectorios para menores que trabajan antes del cumplimiento integral
de esta tabla de derechos.
6) Derecho a la asistencia económica completa. Este
derecho significa la obligatoriedad de los padres o en su defecto del Estado a
asegurar al niño la situación económica sin angustias. Derecho a la vivienda.
al vestido, a todas las oportunidades de bienestar que el trabajo del hombre
pone al servicio del progreso del mundo.
7) Derecho a la tierra. Tierra para habitar.
Reconocimiento del derecho del niño a ocupar su lugar en el mundo por la sola
razón de haber nacido. Tierra para trabajar puesta a su alcance en los Parque
Escolares, para el desarrollo de sus energías, de su impulso vital, de su
inquietud, de sus facultades de observación para aprender por sí mismos en el
vasto panorama del universo y comprender que la vida es una ley inmutable de
solidaridad en el esfuerzo creador.
8) Derecho a la consideración social. Todo para el niño.
Abolición de la distinción jurídica entre hijos legítimos e hijos naturales. El
hijo es solamente hijo. El niño tiene derecho a sus padres. Transformación de
los asilos de huérfanos y reformatorios de menores donde el sistema de Pabellón
anula la personalidad en colonias familiares de educación y de trabajo
organizadas en pequeños núcleos sociales y confiados a padres y madres que
sumen el afecto de sus hijos al de un pequeño grupo de niños sin hogar.
9) Derecho a la alegría. Reconocimiento sin reaceos de
este derecho en la vida familiar sin angustia económica, en la escuela activa
en el seno de la naturaleza, en la educación sin artificios, en la mesa con
pan, en el hogar con lumbre. Derecho al aire y a la luz, a la tierra que se
siembra, al fuego que calienta y al agua que purifica. Derecho a ser niño para
ser hombre, a formar con cuerpo sano y alma limpia los obreros de la libertad,
los arquitectos de la conciencia del mundo.
10) La suma de todos estos derechos del niño forma el
derecho integral: derecho a la vida.
De su grandeza y su observancia depende la grandeza de
los pueblos. En la salud, la alegría, la formación sin trabas de los niños para
la cultura. Para el trabajo, para la libertad y la cooperación, reposan los
valores del destino del hombre en una etapa nueva de la historia.
Este texto fue la base de los Derechos del Niño que fue
incorporado a la declaración de los derechos humanos por las Naciones Unidas:
Enrique Rodriguez Fabregat y Gabriela Mistral, fueron los redactores.
Como batllista y admirador de Don Pepe, Enrique Rodriguez
Fabregat escribió una excelente biografia de la cual tomo el siguiente
fragmento:
"José Batlle y Ordóñez por Enrique Rodriguez
Fabregat.
Hacia la Primera Presidencia.
Batlle será presidente.
En su caso, ya no se trata de una pugna entre candidatos.
Eso pertence al capítulo demasiado grande de la política demasiado menuda. En
esta ocasión es diferente. Batlle es el hombre de la nueva fe. Su presencia en
la lucha significa dos cosas nuevas, fundamentales: Batlle concreta en sí mismo
una gran esperanza no cumplida a través de 73 años de independencia. Y Batlle
cree en el hombre del pueblo, en el hombre de la multitud, en el hombre que
fuera hasta entonces apenas número en la vida nacional.
Estos dos elementos son inseparables de su
individualidad. No verlos, significa no ver a Batlle, ni interpretar su tiempo
ni comprender su obra.
Creer en el hombre del pueblo vale, primero como una
revelación; vale, segundo, como una revolución. Cuando esto se plantea y se
afirma así, viene a ocupar un lugar secundario, apenas adjetivo, apenas
circunstancial, todo lo que se reducía hasta ahora a lucha de candidatos, de
grupos solo diferenciados por las divisas de sus candidatos.
Batlle cree en el hombre del pueblo. Ese es el dogma de
su nueva fe.
La lucha, el choque, es entre este "concepto" y
lo demás; entre esta "idea" y todo lo demás; entre este elemento de
germinación y la esterilidad de los personalismos (...)¿Qué ha sido gobernar
hasta 1903? No se nos venga conque si hubo tantas vacas y se exportaron tantos
kilos. Eso es más de las vacas que de los hombres. El problema es otro. La
acción de goberanr es la que surge sustantivamente de esos elementos para
devenir como hecho social.
Hasta Batlle, la crónica de las presidencias no pasa de
las revoluciones, sus motines, sus levantamientos, las intervenciones sufridas,
los prestamos, las deudas.
Con Batlle, la crónica es la de las reformas sociales, la
de la transformación económica del país, la de su soberanía intacta, la de su
dignificación política, la del más alto nivel cultural, la de más alta estima
del ser humano. Ver. Enrique Rodriguez Fabregat. José Batlle y Ordóñez: El
Reformador.Páginas 293-294 Editorial Claridad Buenos Aires. 1940"
Nota:Enrique Rodríguez Fabregat. (11 de noviembre de 1895
- 19 de noviembre de 1976), maestro, escritor, periodista y político uruguayo.
Podemos resumir su radicalismo ideológico en una arenga en la Convención del
Partido Colorado en momentos de la dictadura de Terra.
“ La Convención del Partido declara que el pretendido
acto del 25 de junio de 1933 es nulo e inexistente, no solo en virtud de su
origen absolutamente inconstitucional sino también porque significa el más
grande atentado que puede consumarse contra la verdad del sufragio y las
libertades públicas en un pueblo que había conquistado la realidad de la
Democracia. La Convención del Partido señala el acto de 25 de junio como una
causa de deshonor que mancha para siempre a quienes lo han organizado, y
destaca que la soberanía nacional no es cómplice de la afrenta que se le ha
impuesto a la República ante propios y extraños, ante quienes lo presenciaron y
ante la historia. Puesta de pie la convención hace suyo el documento y cierra
el acto Enrique Rodriguez Fabregat diciendo: "Una sola palabra es nuestra
bandera: Revolución en nombre de la libertad"
Julio César Grauert.
Julio Cesar Grauert fue miembro de la Junta Departamental
y presidente de la misma en el año 1927 con 25 años. En 1928 fue electo
diputado nacional siendo reelecto en el siguiente período con su propia
agrupación "Principismo Batllista AVANZAR". Proyectó y llevó adelante
el seguro de desempleo, el seguro de maternidad y trabajó mucho por el
magisterio. Planteó otros proyectos en defensa de los obreros y de los
explotados del campo que no pudo concretar por la disolución de las cámaras
hecha por el Terrismo. Su personalidad se caracterizó en ser aséptico a todo lo
material. Marcó una línea radical cercana al marxismo pero indudablemente
radical batllista. Como lo recuerda Hierro Gambardella:
(...)Muchos habían sido sus amigos y lo querían; otros lo
estimaban por sus libros, sus artículos, sus discursos. Pero otros más, que
seguramente eran la mayoría de aquel pueblo dolido, solo sabían que había
muerto. Y que desde ese momento, por haber caído como cayó, había nacido entre
todos. Fue por eso, que con gravedad levantaron en sus hombros el feretro y lo
llevaron en combate, entre sablazos que lastimaron la caja mortuoria y, a la vez,
el alma de la República.
Filósofos, poetas, pensadores, han vibrado mucho y muy
intensamente sobre una categpría estremecedora: La inmortalidad. Por lo menos
desde el Renacimiento, con la floración de la conciencia individual y su
auto-limitación de ente perecedero, se ha pensado que es el supremo tributo
para las más altas potencias del ser humano. Es el pago que se ofrece por
cuanto dan los héroes y los genios; y a la vez, la esperanza superior que puden
acariciar quienes no tienen otras.
Los que vivimos aquellas jornadas de estupor tuvimos, no
obstante, un privilegio superior; sentimos que para aquel muerto nacía la
inmortalidad y nacía de nosotros, se depositaba en nuestro espíritu para crecer
desde él a lso tiempos de la República.
Ya Grauert no sería el abogado, el publicista, el
político supremamente desinteresado que ejemplificó con una vida austera el
servicio de sus ideas. El nimbo del martirologio cubrirá para siempre la
dimensión de su persona. Y si aquél pueblo había crado una inmortalidad era porque
Grauert era también inmortal.(...) En la madrugada de julio de 1930 un grupo de
estudiantes universitarios de distintas facultades reclamaban en la Facultad de
Derecho reformas que estaban planteadas desde mucho tiempo atrás. Los
estudianes izaban en cestas los alimentos y bebidas que simpatizantes hacían
llegar a la facultad pero rodeados por Policías y Bomberos. En la tarde la
Cámara de Representantes votaba una investigación, mientras el diputado Julio
César Grauert hacía llegar por altavoces los avances de una negociación exitosa
que determinaba la evacuación de la Unoversidad sin represalias con la promesa
de una reforma universitaria. En el viejo café "Sportman" en la
esquina de Andes y Mercedes había una rueda de batllistas radicales, Con Grauert
y Rodriguez Fabregat a la cabeza, tambien estaba Zavala Muniz. Cuenta Aldo
Ciasullo que el 1 de abril de 1933 que la casa de sus padres en la calle
Bonpland, Washington Fernández traería a tres refugiados de la dictadura y
perseguidos en consecuencia: Justino Zavala Muniz, Antonio Fusco y Julio Cesar
Grauert. Esa noche y durante toda la jornada siguiente se realizan las
reuniones de dirigentes batllistas a los que se suman: Edmundo Castillo,
Antonio Rubio, Enrique Rodriguez Fabregat, Andrés Martinez Trueba, Luis Batlle
Berres y Luis Abdala. 48 horas después el inusual movimiento en esa casa de
familia determinó el allanamiento policial sin conseuencias porque habían
decidido cambiar de sitio de reunión. En octubre de 1933 debido al 4to.
aniversario de la muerte de Batlle, el Partido Colorado decidió honrar su
memoria con actos públicos en todo el país, los que deberían realizarse en
locales cerrados debidos a los requerimientos de las autoridades. La delegación
que fue a Minas estaba integrada por Pablo Minelli, Juan F. Guichon, Julio
César Grauert. Federico Capurro, María Navarra y Carlos Massiotti. El 23 de
Octubre en el teatro "Escudero" el acto logró enfervorizar a la gente
que acompaño a la delegación en caravana hasta las afueras de la ciudad de
Minas, fue el último acto de Grauert.Son interceptados a las afueras de
Mosquitos y baleados. Mal atendido lo trasladaron al Hospital Militar, donde
murió gangrenado el 26 de octubre con sólo 30 años, dejando huérfanas a 2 niñas
de 5 y 6 años. Y un camino que se debe recorrer para que el retorno del
batllismo sea una realidad.
A finales de los 50, luego del efímero y exitoso proceso
de industrialización el desarrollo político de la mano del estancamiento
económico naufraga en una de las más
profundas crisis de la Historia
nacional, involucrando aspectos económicos, sociales y políticos. Era innegable que el modelo de desarrollo se
había agotado que cada año el Uruguay exportaba menos y que a su vez los
productos tenían menor valor en el mercado. Imposible ecuación en un sistema
industrial que dependía de insumos casi en su totalidad importados. Se
utilizaban reservas para equilibrar la economía y debido a la demanda de una
sociedad habituada a consumos culturales y de confort creciente exigía surge la
inflación que entre 1958 y 1959 fue del 20%.
Esta crisis inicia lentamente una conflictividad social,
impensada en una sociedad de clases medias urbanas y con perfil pacato y
conformista. Es el momento del movimiento estudiantil que pelean por la
aprobación de la Ley Orgánica Universitaria. Las manifestaciones estudiantiles
y la represión policial era cada vez más frecuentes. Para el Partido Colorado
el temido ascenso de los nacionalista al poder generaba inquietud. En la
intelectualidad lo más trascendente fue el surgimiento muy vigoroso del
movimiento ruralista y en en los análisis sobre el mismo se oscilaba entre
quienes lo veían como el fascismo criollo y el despertar del Uruguay real
adormecido por la visión netamente urbana del batllismo. Luego de la elección el
principal dirigente blanco Luis Alberto de Herrera rompe la alianza con Benito
Nardone generando una fractura del sector mayoritario.
Instalado el gobierno comienza a introducir cambios en la
economía y en el rol del Estado, tratando de limitar su accionar al máximo.
Eran las posturas y recetas del FMI (Fondo Monetario Internacio nal) que
Uruguay integraba desde 1947 pero que hasta ese entonces nunca había aceptado
sus directivas. La tesis económica del momento impulsada desde el FMI y
aceptada a rajatabla por el nuevo gobierno sostenía que la libre empresa y la
apertura económica hacia un liberalismo abierto enfrentaría con firmeza la
inflación que era un exceso de demanda de los asalariados.
Ya el 24 de abril de 1959 se decreta el alza de los tipos
de cambio para la mayoría de las importaciones y sobre finales del año se envía
el proyecto de ley que modificaba todo el sistema cambiario: La Reforma
Cambiaria y Monetaria impulsada por el Ministro Juan Eduardo Azzini, en la cual
le daba grandes potestades al Poder Ejecutivo para adoptar medidas de política
económica sin el pasaje de las mismas por el Parlamento Nacional. Curiosa ley
en la cual presenta aspectos de liberalización de la venta de moneda extranjera
y del comercio exterior, se establecía la obligatoriedad de vender al Banco de
la República la moneda extranjera producto de las importaciones y se facultaba
al Poder Ejecutivo la posibilidad de prohibir por seis meses que se podían
prorrogar por otros seis meses las importaciones consideradas prescindibles.
También incluía una serie de detracciones a las exportaciones una especie de
impuesto con el objetivo de evitar los empujes inflacionarios. El batllismo
inició una feroz batalla en el Parlamento para limitar los alcances de esta ley
logrando algunas limitaciones sobretodo en el alcance del Poder Ejecutivo .
Votada la Ley surge en ella la primera "Carta Intención " con el FMI
en la cual se solicitaban los primeros U$S 80 millones, como contrapartida el
Uruguay se comprometía a reducir los créditos internos para reducir la
inflación y una serie de puntos como tarifas aduaneras pero ninguna referencia
a los salarios. Durante el Gobierno se realizarán dos cartas más. En realidad
el inicio de esta política no fue auspicioso debido a circunstancia que se presentaron:
las inundaciones de 1959, la sequía de 1960 que sumadas a una plaga de
langostas tuvieron graves consecuencias en la producción agropecuaria y el
colapso de la producción hidroeléctrica. También hubo grandes reclamos
sociales.
Los reclamos sociales y la Unidad Sindical.
La aplicación de la política económica aceleró el proceso
de unidad que estaba desarrollando a nivel sindical. Ya desde mediados de 1950,
simultáneo con los primeros aspectos visibles de la crisis el movimiento
sindical comienza un proceso de unidad. Este proceso era complejo debido a los
grandes enfrentamientos y luchas entre sectores desde los orígenes mismos del
sindicalismo donde se discutía posturas distintas, algunas inmediatas y otras y
otras bases para cambios profundos en la sociedad. Se establece en 1955 una
Comisión Coordinadora pro Central Unica y en mayo de 1959 una Asamblea
Consultiva sobre Central única. En forma simultánea una definición política
clara anti fondomonetarista. La crisis económica trajo paralización industrial,
inflación aceleran el proceso y en junio de 1961 se acoró establecer una
Central de Trabajadores del Uruguay tratando de separarse de cualquier
dogmatismo.
El Estado y el conflicto ideológico de la Guerra Fría.
Luis Batlle Berres siempre se jactó de que en Uruguay el
Comunismo actuando en total libertad había perdido caudal electoral. Nuestro
país fue el único país de América Latina en el cual el Partido Comunista actuó
libremente y legalmente durante la escalada más dura de la misma. Esto cambió rotundamente
durante el gobierno blanco el cual simultáneamente a la Revolución Cubana
triunfante cominza a sobrevolar un anticomunismo creciente. A esto se debe
sumar la Visita que hace el Presidente de los Estados Unidos General Dwight
Eisenhower en marzo de 1960. Luego de esto comienzan acciones anticomunistas en
el Uruguay, represión policial a las manifestaciones sindicales, surgen varios
sindicatos amarillistas. Se producen los primero muertos, el má sonado el del
prof. Arbelio Ramirez luego del discurso de Ernesto "che" Guevara en
el paraninfo de la Universidad. Había políticos involucrados en la escalada
anticomunista, Benito Nardone que fue presidente del Consejo en 1960 era uno de
los más activos aunque también existían intervenciones directas de la CIA. Una
oficina estaba establecida en Montevideo y su director E. Howard Hunt relata
sus actividades en "Memorias de un Espía" su autobiografía. Luis
Batlle se enfrenta a la postura de Nardone y este lo define como
"Comunista Chapa 15".
Ver:
Demasi, Carlos. El preambulo. Los años 60 en El Uruguay
de la dictadura.EBO. Montevideo 2004. Pág 7 -14
Ciausullo, Aldo L. Evocación de Grauert. Opinar.
Montevideo, Jueves 22 de octubre de 1981
Hierro Gambardella,L.No dejaremos que Grauert muera.
Opinar Montevideo, Jueves 29 de octubre de 1981
Enrique Rodríguez Fabregat: pueblo, multitud, revolución.
Editorial Claridad Buenos Aires 1948.
El rol del batllismo en la izquierda uruguaya. Aproximación.
La
noticia largamente esperada y seguida paso a paso del triunfo de la Revolución
Cubana, el primero de enero de 1959 no logró ser titular en la mayoría de los
periódicos latinoamericanos debido que la caída del régimen del dictador
Fulgencio Batista se produjo en la madrugada. El gobierno norteamericano y su
sistema de alianzas contra la postura ideológica soviética durante la Guerra
Fría no había estado ajeno a este proceso y la noticia de la caída de Batista
causó desconcierto sobretodo debido a su promesa de que resistiría el
alzamiento guerrilleo. El New York Times, editorializaba que al gobierno de
Eisenhower no le molestaba mucho la situación debido a que la relación con
Batista se había enfriado mucho por sus excesos y corrupcción pero que lo preocupaba
po que podía suceder después. No podemos negar que el inicio revolucionario en
Cuba fue una empresa, en el sentido literal, de libertad que paradójicamente se
convietiendo en un concepto opuesto visto desde el ya avanzado Siglo XXI. La
libertad, la búsqueda de pluralismo y el nuevo paradigma se fue convirtiendo en
la apología del caudillo casi en una visión colonial. Pero el desarrollo de la
izquierda latinoamericana no fue homogéneo, ni lineal, ni lógico, la izquierda
en América Latina son muchas izquierdas con paradigmas, matrices, táctica y
estrategias diferentes, con aspectos ideológicos y culturales que se van
enlanzando y vinculando en el desarrollo histórico. Siendo groseramente breve
podemos decir que en América Latina los principaels vectores de la izquierda
fueon el populismo, nacionalista anti oligárquico y de cercanía con el pueblo
articulado con una suerte de líder mesiánico, y el comunismo con la utopía de
la lucha de clases para llegar a una sociedad sin diferencias sociales.
¿En el
Uruguay que ocurría.?
La
inmigración masiva, a fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX,
introdujo nuevos intereses en Montevideo, trasaladan a nuestro país
instituciones e ideologías de base social, que empezaron a entrecruzarse con
las fidelidades partidarias tradicionales que hasta entonces no habían tenido
una base social homogénea. Las organizaciones obreras se fortalecieron a partir
de 1895 y el descontento laboral se intensificó durante la década de rápido
crecimiento que precedió a la Primera Guerra Mundial provocando alarma entre
los sectores empresarios más poderosos. Los partidos políticos tradicionales,
tan mal equipados para registrar y articular los nuevos reclamos se sintieron
igualmente amenazados por la militancia de los obreros. La respuesta de Batlle
fue elevar al Estado y con él al sistema político al plano de una benevolente
neutralidad desde la que se podía mediar en los conflictos sociales que se
convirtiese en un peligro para el orden que el Estado quería salvaguardar. Las
leyes consagraron una aspiración primaria del movimiento obrero, la jornada de
8 horas, en 1915. Posteriores actos legislativos fueron anticipando los
reclamos laborales y, de esa manera, los viejos partidos políticos se
fortalecieron a expensas del movimiento sindical y, más aún, de la eventual
temática de los partidos de izquierda. Mientras los clubes políticos cumplían
el rol de agentes para la integración de los inmigrantes montevideanos, la
aprobación de leyes sobre pensiones a la vejez, jubilaciones, descanso semanal
para los trabajadores, seguros de accidentes de trabajo y salarios mínimos
consolidaba la lealtad de los trabajadores al aparato estatal que los protegía.
La legislación era el precio que debían pagar los pequeños industriales en
ascenso por la estabilidad política y social. La ideología del batllismo fue,
fundamentalmente, una ideología de clase media. Aunque ningún sector social fue
excluido de la alianza batllista, los mejor representados fueron el de la
pequeña industria y el de los empleados públicos y privados. Un sentimiento
igualitario combinado con la defensa de la propiedad, la creencia en el valor
de la movilidad social manifestada a través del apoyo a la educación y a la
igualdad de oportunidades y la afirmación del Estado por encima de los
intereses de las distintas clases sociales, fueron rasgos característicos de la
temática del movimiento. La política batllista consistía, entonces, en mantener
mediante concesiones el equilibrio entre fuerzas sociales eminentemente
antagónicas, mientras conservaba y fortalecía la independencia del sistema
político a través de su capacidad de mediar entre ellas. Había entonces en
nuestro país un gran avance sobre los postulados que la izquierda
latinoamericana tenía como objetivos.
En la
década de 1950 se habían reconfigurado las hegemonías mundiales del mundo
capitalista y la inserción mundial del Uruguay no será la misma que la que se
llevó adelante durante el período del priemer batllismo liderado por Don Pepe.
Sin embargo las semejanzas del discurso son múltiples: la afirmación liberal
con proyección social y socializante, un Estado reformista, que no sustituyera
la iniciativa privada pero que permitiera articular los intereses del capital y
del trabajo; las políticas públicas anticipatorias de las necesidades sociales
y que cortaran de raíz cualquier trasnochada revolucionaria y por sobretodas
las cosas la promoción del desarrollo industrial como factor estratégico de
desarrollo económico para lograr el ideal batllista de la justa redistribución de
la riqueza.
El
Estado vio consolidada su participación directa en la economía monopolizando
casi todos los servicios públicos. En 1948 se crea el Instituto Nacional de
Colonización con una fuerte oposición de los ganaderos. En resumen generó una
prosperidad económica con una visión del "sueño uruguayo" con un
fuerte incremento del Estado que se convierte en el gran empleador y con
políticas sociales muy audaces para su tiempo.
¿El
batllismo está en el Frente Amplio?
Hay una
profunda tradición de izquierda dentro de los partidos tradicionales que poco
se habla por distintas razones. EL proceso de formación del Frente Amplio fue,
entre varios aspectos, legitimar la vieja tradición de izquierda que el país se
había dado desde el primer batllismo, reivindica a Grauert, a Batlle, a Brum, a
Arena, pero además en los hechos estuvieron los militantes batllistas junto a
los sectores de izquierda en la lucha contra el nazismo, contra el facismo en
el apoyo a la Revolución Española Peleado por Guatemala de Jacobo Arbenz y el
apoyo inicial a la Revolución Cubana. La lucha ideológica en el marco de la
Guerra Fría dentro del Partido Colorado se da fundamentalmente luego de la
muerte de Luis Batlle. El Dr. Jorge Batlle, y con algunos otros sectores,
claramente el sector mayoritario del Partido Colorado se vuelca hacia el Fondo
Monetario. En este aspecto los sectores populares y tradicionales batllistas
llevan al triunfo al Gral. Oscar Gestido como presidente. La presidencia de
Gestido fue corta pero, sin saberlo, fue en definitiva el triunfo de los
sectores medios del Partido Colorado que llegaron al poder que querían entre
otras cosas seguridad, estabilidad, y austeridad. En el primer período de Jorge
Pacheco Areco se consolida una visión económica que se aleja de los sectores
populares e inmediatamente comienza la aplicación de las políticas
fondomentaristas que en un esfuerzo extremo para contener la inflación se
procede a la congelación de precios y salarios y ante las crecientes
manifestaciónes sociales y la guerrilla atacando al Estado aplicación de las
medidas prontas de seguridad previstas en la Constitución. Esto implicó el
comienzo de la separación de los sectores batllistas del gobierno y del Partido
Colorado. En ese marco renuncian: Zelmar Michelini, Flores Mora, Vasconcellos,
que había sido el último que intentó la aplicación de una política no
fondomentarista y también renuncia Alba Roballo.
Ver:
Nieto,
Clara. El Intervencionismo de EE.UU en América Latina. Debate, 1998.
Introducción.
Pipitoni,Ugo.
La Esperanza y el Delirio, Taurus, 2015. Páginas 11-25.
Finch,
H. Historia Económica del Uruguay Contemporáneo. EBO. 1870-2000-
domingo, 22 de noviembre de 2015
El cambio en paz y los cambios fundamentales del Uruguay post-dictadura 1985-1986.
El balance
de los dos primeros años del gobierno batllista liderado por los Drs. Julio
María Sanguinetti y Enrique Tarigo
fueron muy complejos pero fecundos. Fue la consolidación de un tiempo nuevo y
el desarrollo de una Democracia real de verdadero perfil socialdemócrata.
Se reactivó
la industria manufacturera la cual registró un crecimiento del 11.2%. Y se
dirigía fundamentalmente al consumo interno. Se produce una reactivación muy
alta, cercana al 90% en la producción de aceites, maltas, electrodomésticos y
cervezas. En otros rubros como sustancias químicas, plaguicidas, confituras,
pinturas minerales los guarismos oscilaron entre un 20% y un 50%.
Se controló
la inflación, la contención lograda en el año 1985 permitió que la inflación se
mantuviese por debajo del 100% anual alcanzando un 83% en 1985. En tanto en
1986 se logró alcanzar el 70%.
Se recuperó
la confianza del inversionista, las fugas de capitales bajaron prácticamente a
cero en 1986 y en 1985 se había logrado un ingreso de capitales de 227 millones
de U$S. En tanto que en 1986 se logró la cifra de 250 millones de U$S.
Las
exportaciones en 1986 aumentaron un 23 % en relación a 1985 llegando a
sobrepasar al final del período la cifra de mil millones de U$S. Esto se debió,
en parte, al crecimiento de un 140% de aumento de la cantidad de carne
exportada. Los precios promedio mejoran un 15% siendo los principales destinos
el Brasil y la C.E.E. hoy Unión Europea.
En lo
referente al endeudamiento interno- créditos impagos por empresas nacionales-
se aprobó una serie de regímenes de consolidación y facilidades de pago de
deudas fiscales y de la seguridad social. Se aprobó además una refinanciación
para empresas que trabajan en el sector agropecuario, industrial, comercial, o
de servicios, con el sistema bancario.
En lo
referente a la deuda externa en 1985 el Uruguay debía hacer frente a obligaciones
muy importantes con vencimientos que se concentraban entre ese año y 1989, lo
cual asfixiaba la economía nacional por el peso de los pagos al exterior. Se
refinanció la deuda externa y se estableció un programa económico-financiero
para evitar que el crecimiento del producto del país se viera afectado. Se
obtuvo un plazo de pago de 12 años con tres años iniciales de gracia- es decir
sin pago de obligaciones-lo que alivió la presión sobre la economía.
Se recuperó
el prestigio internacional utilizando la diplomacia directa y al más alto nivel
como instrumento para la apertura de mercados. El Dr. Sanguinetti visitó 10 países entre 1985 y 1986, buscan
afirmar la relaciones políticas y económicas, culturales y científicas siempre
acompañado por representantes de todos los Partido Políticos, dando carácter de
política de Estado a la que se desarrollaba en el plano internacional. La
política llevada adelante por el Gobierno batllista fue netamente
integracionista. Con Brasil el comercio aumentó un 40% y con Argentina se
duplicó.
Todos los
delitos subversivos fueron agraciados
por una ley de amnistía enviada al Parlamento, pero esto inició un debate que
todavía padecemos. Los destituídos durante el régimen de facto también fueron
amparados por una iniciativa enviada por el gobierno mediante la cual se
reparaban todos los actos administrativos. Se reconoció el derecho a la
reposición, a la reconstrucción de la carrera administrativa interrumpida o un
trámite jubilatorio que computara los años perdidos.
En marzo de 1985
el presupuesto destinado a la educación alcanzaba solo el 25.1% del gasto
nacional llegando al 35,5% al año siguiente. En las inversiones para
infraestructura educativa se crece un 20%, Se reducen los gastos en Interior y
en Defensa, ambos presupuestas incluían un 46% del gatos público, al año
siguiente se bajó al 35% y al final del periodo alcanzó el 29%.
Se recuperó
el salario lentamente un 8% y un 22% en relación a 1983. Las retribuciones de
retiro empezaron una lenta recuperación por ejemplo las pensiones a la vejez
pasaron de $ 860 en 1984 a $2.600 en 1985 . El Instituto Nacional de
Alimentación atendió a 25.000. Se dio asistencia alimentaria a 130 mil
escolares.
El nuevo gobierno democrático liderado por los
doctores Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo, electos por el voto popular
y un Parlamento también totalmente
libre, tenía por delante muchos problemas y una asignatura pendiente compleja y
difícil: restablecimiento de la paz, vigencia total y absoluta de los Derechos
Humanos y reparar todas las situaciones
injustas llevadas adelante por la administración militar con más de una década
de avasallamiento del estado de derecho.
El discurso
electoral, devenido en un aspecto cuasi filosófico de salida de la dictadura:
"El cambio en paz" se materializa
en el informe enviado a la Asamblea General el 15 de febrero de 1990 a
modo de balance del gobierno realizado:
" A lo
largo de este periodo la paz ha sido para el gobierno su más constante
proyecto, como sustento imprescindible de la reconstrucción democrática. Esta
no era posible en el enfrentamiento: hubiera naufragado si en la sociedad
hubiera comenzado el empleo de la violencia o bien la confrontación hubiera
amenazado los márgenes imprescindibles de la gobernabilidad. Naturalmente, en
este propósito el gobierno ha estado acompañado por el propio pueblo. Solo un
consenso muy generalizado ha permitido esta convivencia. En el Uruguay vivimos
estos años (1985-1990) todos quienes participamos en las confrontaciones del
pasado, sea del medio político, sindical, militar o subversivo, a título
personal, salió a ejercer la venganza o a satisfacer violentamente un ánimo
revanchista"
La primera
presidencia del Dr. Sanguinetti tiene algunos aspectos destacables:
1) Plena
restauración de las libertades democráticas.
2) Libertad
a los presos políticos.
3) Política
de favorecer el retorno de exiliados.
4)
Recomposición de las carreras laborales de los Funcionarios Públicos.
5) La
compleja ley denominada " Ley de caducidad de la pretensión punitiva del
Estado"
6) La plena
vigencia de la Constitución de 1967.
7) La opción
del MLN-Tupamaros en la acción política integrada al Frente Amplio.
El 28 de febrero de 1990 el Dr. Sanguinetti a
modo de despedida sostenía en Cadena de radio y televisión; " Hemos hecho todo el bien que pudimos. Nunca
procuramos el mal de nadie, aunque podamos habernos equivocado muchas veces;
pero sobretodo hemos evitado muchos males(...) Les digo especialmente a los
jóvenes que vivan la emoción de este cambio en paz, tan distinto a la sangre
que han tenido que regar los jóvenes de Europa del Este para salir de las
dictaduras marxistas-leninistas(...) Me despido, sin nostalgia ni cansancio, me
despido, pero no me voy"( Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 150) .
Ver:
Reflexiones del Batllismo. Número 4, páginas
3-5- Montevideo, marzo de 1987.
Maiztegui, L. Orientales 5, 2010 Pág. 150
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