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miércoles, 25 de noviembre de 2015

El batllismo entre "derechas" e "izquierdas"

El batllismo entre “derechas” e “izquierdas”
El abanico reformista del primer batllismo tanto en los social, económico y moral que se concretó básicamente durante su segunda presidencia (1911-1915) se sostuvo en una visión cosmopolita de la nacionalidad y originó inmediatamente la reacción conservadora que va a desarrollarse lenta y progresivamente a todo lo largo del resto del siglo XX. El batllismo cuestionó y en muchos casos eliminó valores y principios de los sectores pudientes y acomodados, combatió al clero y a la Iglesia Católica como institución. Dentro del propio Partido Colorado  el reformismo generó escisiones hacia la derecha conservadora dicho esto en terminos simples. La formación del Partido Colorado General Rivera que fue liderado por Pedro Manini Ríos fue el primer paso de una serie de distancias entre los militantes colorados que siguen el ideario batllista y los demás. La propuesta colegiada y los “apuntes” de don Pepe sobre el colegiado llevaron al batllismo a la derrota en el año 1916 y se abrió al decir del Dr. Gerard Caetano “La República Conservadora” que más o menos durante tres lustros dominará el panorama político uruguayo. No podemos dejar de mencionar la situación internacional, la Revolución Rusa de 1917, la explosión de gremios y sindicatos, que en Buenos Aires culminó con la denominada “semana trágica”. En Uruguay recomenzó la represión a las huelgas sobretodo la portuaria que fue de particular virulencia. La reforma Constitucional finalemene alcanzada en largo proceso que culmina en 1919 permitió entre otras cosas positivas ser bastante permeable frente al surgimiento del fascismo en Europa. Quizás el punto más alto en materia conservadora fue, debido a los coletazos de la gran crisis de 19129, la cración del Comité Nacional de Vigilancia Económica que se enfretaba decididamente a los intentos del resurgir reformista batllista. En 1930 el batllismo alcanzó la mayoría en el Consejo Nacional de Administración. En forma paralela el Ejército Nacional fue virando hacia posturas antibatllistas, anticomunistas y profundamente Colorado. Es interesante ver acá la formación de las “Vanguardias de la Patria” , la “ Asociación Patriótica del Uruguay”. Acá surge el régimen Terrista derivado de acuerdos suprapartidarios entre el propio Dr. Gabriel Terra, el coloradismo no batllista, o sea riveristas, terristas, vieristas y sosistas y al herrerismo. José Pedro Barrán y Gerardo Caetano sobre el período terrista demuestra las simpatías que generó en nuestro país el fascismo, el falangismo y el franquismo creándose varios centros que incluso contaban con medios de prensa. A partir de 1938 se comienza a deteriorar la alianza golpista de 1933. El presidente Alfredo Baldomir que había triunfado en 1938 fue separándose del terrismo tal cual era el sentimiento de la sociedad uruguaya. En forma paralela surge un movimiento que va a tener una gran trascendencia posteriormente. De la mano del terrateniente Domingo Bordaberry  de orígen antibatllista, había sido el primer secretario de la Federación Rural en 1915 y director del cotidiano terrista “El Pueblo” se sostiene en Benito Nardone para , según su terminología, “ democratizar” la Federación Rural. Con el objetivo de enfrentarse al desarrollo del sindicalismo creciente se forman  grupos de integración rural en el cual tuviesen participación activa en algunas decisiones con Benito Nardone como hábil comunicador.
Cuando retorno el batllismo al gobierno a partir de 1946 y posteriormente con el ascenso de Luis Batlle y su modelo de industrialización el miedo al Estado redistributivo comienza a despertar grandes debates. Los sectores obreros crecieron en número y en organización, sus conflictos con el capital eran frecuentes y a amenudo triunfantes. En 1951 se funda una asociación gremial rural autónoma denominada “Liga Federal de Acción Ruralista” este grupo se vincula particularmente con sectores herreristas y colorados antibatllistas ahora integrados por terristas, riveristas y blancoacevidistas. En buen romance los grupos que había sostenido el régimen terrista. La Guerra Fría se suma a esta situación y ahora se desarrolla un profundo anticomunismo.

Luis Batlle Berres fue responsable del aggionamiento del batllismo partiendo de la base de su comprensión de la realidad que se vivía en el mundo de posguerra con sus imponentes cambios en todos los órdenes. El 14 de agosto de 1947, Luisito sostenía en su famoso discurso: "Nosotros, los que fuimos formados en los últimos aleteos de la filosofía liberal del siglo pasado y dimos los primeros pasos hacia la socialización de ciertas actividades del organismo social, comprendemos que tenemos que continuar ese ritmo para encauzarlo por las vías normales. Apresurarse a ser justo, es asegurar la tranquilidad; es bridarle al ciudadano los elementos principales y básicos para que tenga la felicidad de vivir y hasta  él lleguen los beneficios del progreso y de la riqueza. Apresurarse a serjustos es luchar por el orden y es asegurarse el orden". Buceando en el pensamiento de Luis Batlle, años antes en una exposición de congresistas americanos realizada en Chile con la Segunda Guerra Mundial en desarrollo sostenía en abril de 1944: "La Democracia no es solo libertad. Los pueblos reclaman algo más. La Democracia no tiene por que suponer necesariamente una evolución lenta en su marcha y discusión prolongada para atreverse a dar un paso por el progreso y por la justicia social" Es claro que el batllismo del período, denominado Neo batllismo, fue un movimiento policlasista que buscó y consiguió en parte una alianza entre los industriales, la pequeña burguesía, las clases medias y el sector obrero. Desde el punto de vistas económico el eje fue el proceso de industrialización que logró el apoyo tanto de los sectores estatistas como de los  sectores dirigistas en materia económica.
El rol del Estado para Luisito era el de contribuir con gran energía a mantener la paz social. No toleraba la lucha de clases porque la visión del batllismo era la del hombre por encima de la sociedad. Retomando su discurso de 1947 sostenía: "Cuando se amasa la riqueza entre el capitalista y el trabajador, lo que se produce es de todos y tiene que repartirse con equidad para que no exista el que lo tiene todo y el que no tiene nada, porque eso no es ni la tranquilidad ni la paz, ni la justicia; eso es la arbitrariedad y con arbitrariedad no podemos asegurar la paz social..."
Mucho se ha debatido sobre el rol de la lista 15, de su relativo apoyo al sistema colegiado en su momento o su inconveniencia de instaurarlo en 1952, pero es innegable que Luis Batlle Berres tuvo grandes coincidencias con Don Pepe: ambos fueron industrialistas,  se basaron en la política de sustitución de importaciones, el instrumento fue diferente con el sistema de cambios múltiples. Ambos vieron al mercado interno como motor de desarrollo y fuente de empleo. Y sin dudas el rol del Estado intervencionista, laico y tolerante.
"El discurso de Luis Batlle se entronca con la tradición liberal, tal como había sido reinterpretada por el batllismo de Don Pepe. Luis Batlle hizo frecuentes invocaciones a la justicia social, con un énfasis claro del papel tutelar del Estado para proteger a los más necesitados de la sociedad. También Luisito atacó a los que consideraba demasiado ricos a los que consideraba enemigos de la sociedad pero lejos de considerarse un discurso que presentase a la sociedad enfrentada en lucha de clases. Para Batlle Berres los demasiado ricos y los necesitados era casos límite de una sociedad en la cual la mayoría de la población estaba bajo el amigable paraguas del Estado batllista. Por esta razón el  neobatllismo tuvo un gran apoyo en la clase obrera, pero con un discurso no clasista presentándose como una alternativa a una postura de lucha de clases. Los trabajadores participaban en la vida política no en cuanto tales, sino en cuanto ciudadanos del Estado Batllista( y clientes de la maquinaria política del Partido Colorado) El hecho de que el orden social fuera libre y en armonía y sin antagonismos sociales no obedecía a un orden natural preestablecido, por el contrario al resultado directo de la estategia anticipatoria de los gobiernos batllistas. Más claro que el primer batllismo, la visión neobatllista es la mediación entre los distintos sectores sociales a través de la tutela estatal"
 En las elecciones del 30 de noviembre de 1958 surgen nuevas autoridades, hecho común en una democracia, pero que a una buena parte de la población uruguaya la sorpresa del resultado generó sorpresa y desconcierto. Los blancos ganaron las elecciones, su último gobierno había sido durante el mandato de Atanasio Aguirre nueve décadas atrás. También era innegable que el modelo de desarrollo se había agotado que cada año el Uruguay exportaba menos y que a su vez los productos tenían menor valor en el mercado. Imposible ecuación en un sistema industrial que dependía de insumos casi en su totalidad importados. Se utilizaban reservas para equilibrar la economía y debido a la demanda  de una sociedad habituada a consumos culturales y de confort creciente exigía surge la inflación que entre 1958 y 1959 fue del 20%.
Esta crisis inicia lentamente una conflictividad social, impensada en una sociedad de clases medias urbanas y con perfil pacato y conformista. Es el momento del movimiento estudiantil que pelean por la aprobación de la Ley Orgánica Universitaria. Las manifestaciones estudiantiles y la represión policial era cada vez más frecuentes. Para el Partido Colorado el temido ascenso de los nacionalista al poder generaba inquietud. En la intelectualidad lo más trascendente fue el surgimiento muy vigoroso del movimiento ruralista y en en los análisis sobre el mismo se oscilaba entre quienes lo veían como el fascismo criollo y el despertar del Uruguay real adormecido por la visión netamente urbana del batllismo. Luego de la elección el principal dirigente blanco Luis Alberto de Herrera rompe la alianza con Benito Nardone generando una fractura del sector mayoritario.
Instalado el gobierno comienza a introducir cambios en la economía y en el rol del Estado, tratando de limitar su accionar al máximo. Eran las posturas y recetas del FMI (Fondo Monetario Internacio nal) que Uruguay integraba desde 1947 pero que hasta ese entonces nunca había aceptado sus directivas. La tesis económica del momento impulsada desde el FMI y aceptada a rajatabla por el nuevo gobierno sostenía que la libre empresa y la apertura económica hacia un liberalismo abierto enfrentaría con firmeza la inflación que era un exceso de demanda de los asalariados.
Ya el 24 de abril de 1959 se decreta el alza de los tipos de cambio para la mayoría de las importaciones y sobre finales del año se envía el proyecto de ley que modificaba todo el sistema cambiario: La Reforma Cambiaria y Monetaria impulsada por el Ministro Juan Eduardo Azzini, en la cual le daba grandes potestades al Poder Ejecutivo para adoptar medidas de política económica sin el pasaje de las mismas por el Parlamento Nacional. Curiosa ley en la cual presenta aspectos de liberalización de la venta de moneda extranjera y del comercio exterior, se establecía la obligatoriedad de vender al Banco de la República la moneda extranjera producto de las importaciones y se facultaba al Poder Ejecutivo la posibilidad de prohibir por seis meses que se podían prorrogar por otros seis meses las importaciones consideradas prescindibles. También incluía una serie de detracciones a las exportaciones una especie de impuesto con el objetivo de evitar los empujes inflacionarios. El batllismo inició una feroz batalla en el Parlamento para limitar los alcances de esta ley logrando algunas limitaciones sobretodo en el alcance del Poder Ejecutivo . Votada la Ley surge en ella la primera  "Carta Intención " con el FMI en la cual se solicitaban los primeros U$S 80 millones, como contrapartida el Uruguay se comprometía a reducir los créditos internos para reducir la inflación y una serie de puntos como tarifas aduaneras pero ninguna referencia a los salarios. Durante el Gobierno se realizarán dos cartas más. En realidad el inicio de esta política no fue auspicioso debido a circunstancia que se presentaron: las inundaciones de 1959, la sequía de 1960 que sumadas a una plaga de langostas tuvieron graves consecuencias en la producción agropecuaria y el colapso de la producción hidroeléctrica. También hubo grandes reclamos sociales.
El fin del Uruguay liberal, la perdida de valores democráticos y el surgimiento de la guerrilla urbana van a marcar el conflictio decenio de los años 60. Allí estudiaremos a Michelini, Roballo, Seregni y las posturas de Maneco y Vasconcellos. en las visperas de la dictadura de 1973.

Ver Panizza, Francisco."Uruguay, batllismo y después" EBO MVD 1990. Pág 96 y Ss.

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