martes, 30 de junio de 2015
lunes, 29 de junio de 2015
domingo, 28 de junio de 2015
sábado, 27 de junio de 2015
EL GOLPE DE ESTADO de 1973 por Jorge Batlle.
EL GOLPE DE ESTADO
Recientemente se recordaron en el Parlamento de la República los episodios vividos el 27 de junio, hace 40 años, cuando el Parlamento fue clausurado por la intervención militar y el decreto firmado por el Poder Ejecutivo.
Se ha querido reducir a esta fecha y a este acontecimiento la historia de los años que corrieron desde 1960 hasta 1984. Fueron 24 años llenos de acontecimientos fundamentales que concluyeron el 27 de junio con el cierre del Parlamento hasta que en 1984 renace la democracia en el Uruguay.
Esta historia ha sido muy mal contada y muy engañosamente tergiversada por quienes han querido utilizar los acontecimientos como justificación política de su propia conducta.
Pero los hechos, los hechos, pueden más que las palabras, que los discursos y que las deformaciones históricas sobre las que se ha insistido permanentemente. Nadie puede ignorar que cuando las Fuerzas Armadas dieron sus comunicados la izquierda los apoyó decididamente. Nadie puede ignorar, además, que el movimiento subversivo, que se hizo notorio a partir de 1962, -el Golpe de Estado se dio en 1973, 11 años después- tenía como único objeto tomar el poder por las armas.
Pero existe un episodio relevante que no ha sido debidamente divulgado, aunque sobre él hay escritos esclarecedores como el libro de Leonardo Haberkorn “Milicos y tupas”, que relata todo lo que sucedió en julio de 1972 en el Cuartel del Batallón Florida y en el Cuartel de Artillería de El Pantanoso.
Ese episodio se llamó “La Tregua” y es bueno saber que los Grales. Álvarez y Cristi en julio de 1972 tuvieron dos largas reuniones de 6 y 8 hs. respectivamente con Mauricio Rossencof que estaba preso en el Batallón Florida. Habría que preguntarle al Sr. Rossencof de qué hablaron. Es bueno saber que el integrante de la dirección del MLN Adolfo Wasen Alaniz se reunió y dialogó con el Cdte. del Batallón Florida el Tte. Cnel. Legnani. Es bueno saber que en ese mismo mes en el Cuartel de El Pantanoso un día apareció David Cámpora dirigente del MLN que se reunió con los presos y la oficialidad completa del Batallón para anunciar un nuevo tiempo de trabajo en común entre militares y tupas. Es bueno saber que una noche cuando Armando Miraldi dormía lo despertaron y se encontró con que un oficial estaba en su pieza acompañado de Henri Engler, que no estando preso concurría habitualmente al Batallón para participar de la operación.
Es bueno saber que militares y tupamaros presos en el Batallón Florida salían juntos y se encontraban con Raúl Sendic, Martínez Platero y Henri Engler para continuar los acuerdos entre militares y tupas.
Es bueno saber que el Cr. Konke, que estaba detenido en el Cuartel de El Pantanoso, de larga experiencia en el movimiento de Velazco Alvarado en el Perú, mantenía conversaciones con el Cr. Trabal, que lo sacaba del Cuartel, lo llevaba a su casa y conversaba largamente sobre esas experiencias políticas. Uno de los temas que se trataba con el Cr. Konke, fue la operación, en la que él participó en el Perú entre un viernes y un lunes se abrieron todos los cofres de los bancos, sacaron lo que había adentro y dejaron un papel escrito diciendo que los bienes encontrados se podían recoger siempre que se invirtieran en el Perú.
Todo este proceso fue el que yo denuncié en octubre de 1972 cuando dije que los militares se preparaban para un golpe de Estado, cosa que estaba pensada y ya puesta en ejecución entre tupas y militares. Un gobierno tipo Velazco Alvarado en el Perú era el objetivo de ambas partes. Recuerdo que ese día de octubre, por la noche, estando el apartamento donde yo vivía rodeado por el Ejército, con focos, parlantes y chanchitas que daban vueltas a la manzana, el entonces Strio. de la Presidencia Luis Barrios Tassano, me llamaba por teléfono para decirme que estaban realizando esfuerzos con la unidad militar para no llevar adelante lo que se proponían, como finalmente lo hicieron, detenerme por haber ofendido la fuerza moral del ejército acusándoles que iban a dar un golde de Estado.
La resolución firmada por el Poder Ejecutivo de detenerme, ya era en si misma un golpe de Estado. El segundo golpe de Estado fue el 9 de febrero y el tercero el 27 de junio.
La resolución firmada por el Poder Ejecutivo de detenerme, ya era en si misma un golpe de Estado. El segundo golpe de Estado fue el 9 de febrero y el tercero el 27 de junio.
A los tupamaros de entonces dar un golpe de Estado con los militares no les parecía nada malo. Esa ideología nacionalista y autoritaria, en donde coincidieron con algunos oficiales del ejército, forma parte de su manera de ser, y lo demuestran todos los días en el gobierno.
Son autoritarios y dictatoriales, y la única cosa que les falta hacer es la Ley de medios, para establecer la censura sobre los medios como el Proyecto de Ley lo establece. Solo saben de autoritarismo y dictadura y por eso como no entienden de gobierno, están absolutamente empantanados.
JORGE BATLLE
Palabras del Dr. Enrique Tarigo pronunciadas en 1985 al asumir como Presidente del Senado y de la Asamblea General.
Tienen que ver con el 27 de junio de 1973. Golpe de Estado en Uruguay.
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“Quiero decir, simplemente, en mi calidad de Presidente de estos dos Cuerpos legislativos, que si un día –Dios no lo quiera así–, la prepotencia de la fuerza se alzara nuevamente contra ellos habré de defender su dignidad y con ella la Constitución de la República con un arma en la mano y no habré de salir de este recinto sino muerto.
En el día de hoy he guardado, en un cajón del escritorio de la Presidencia del Senado, un revólver y una pequeña caja de balas; un revólver que debí adquirir hace ya muchos años, catorce o quince años, cuando las autoridades policiales de la época –antes del golpe de estado– me informaron del hallazgo, en uno de aquellos escondites, que en su época se denominaban ‘Berretines’, de una serie de datos sobre mi persona, mi domicilio, mi cargo de abogado de una institución a la que he tenido el honor de prestar mi asesoramiento durante muchos años, antes y después de aquel episodio, y que hacían temer la posibilidad de la preparación de un atentado contra mi persona; un revólver y una pequeña caja de balas que, felizmente, jamás tuve necesidad de utilizar.
Naturalmente, no se me escapa que esos instrumentos habrán de ser absolutamente ineficaces contra el malón, si éste se desatara, alguna vez en este quinquenio, contra las instituciones.
“Quiero decir, simplemente, en mi calidad de Presidente de estos dos Cuerpos legislativos, que si un día –Dios no lo quiera así–, la prepotencia de la fuerza se alzara nuevamente contra ellos habré de defender su dignidad y con ella la Constitución de la República con un arma en la mano y no habré de salir de este recinto sino muerto.
En el día de hoy he guardado, en un cajón del escritorio de la Presidencia del Senado, un revólver y una pequeña caja de balas; un revólver que debí adquirir hace ya muchos años, catorce o quince años, cuando las autoridades policiales de la época –antes del golpe de estado– me informaron del hallazgo, en uno de aquellos escondites, que en su época se denominaban ‘Berretines’, de una serie de datos sobre mi persona, mi domicilio, mi cargo de abogado de una institución a la que he tenido el honor de prestar mi asesoramiento durante muchos años, antes y después de aquel episodio, y que hacían temer la posibilidad de la preparación de un atentado contra mi persona; un revólver y una pequeña caja de balas que, felizmente, jamás tuve necesidad de utilizar.
Naturalmente, no se me escapa que esos instrumentos habrán de ser absolutamente ineficaces contra el malón, si éste se desatara, alguna vez en este quinquenio, contra las instituciones.
Pero quiero afirmar, sí, que ese revólver y esas pocas balas, la última de las cuales dispararé contra mí mismo, estarán destinadas a ser la última defensa, si no de la integridad, sí de la dignidad republicana, democrática y representativa del Parlamento Nacional.
Comprendo perfectamente que estas son cosas no para decirse, sino para hacerse.
Pero creo que en la especial coyuntura que vive el país no está mal que se digan también. Y tengan ustedes la certidumbre absoluta de que, si el caso se diera, habré de ajustar mis actos a mis dichos”.
Comprendo perfectamente que estas son cosas no para decirse, sino para hacerse.
Pero creo que en la especial coyuntura que vive el país no está mal que se digan también. Y tengan ustedes la certidumbre absoluta de que, si el caso se diera, habré de ajustar mis actos a mis dichos”.
Ver:Eduardo Irigoyen García Facebook,
lunes, 22 de junio de 2015
Buscando el batllismo. La patología personalista. El surgimiento del terrismo.
Cuando tomo posesión del cargo el presidente Juan Campisteguy el 1 de marzo de 1927, su discurso hizo referencia a los progresos cívicos y políticos. En el período se sancionaron leyes que garantizaron aún más el sufragio. Hubo un paralelismo de fuerza entre los principales partidos políticos, un acuerdo previo que determinaba que el riverismo debía alcanzar el 17.5%, le abra camino al candidato batllista, muy resistido por Don Pepe, Dr. Gabriel Terra. En octubre de 1929 fallece José Batlle y Ordóñez generando un gran vacío político y un fuerte descontento en filas del Partido Colorado- También surgen tendencias que estaban sumergidas bajo el sobretodo del reformador.
Entre las realizaciones de la administración Campisteguy podemos señalar la gestión en la VI Conferencia Panamericana de La Habana realizada en 1928. En ella se organiza la Unión Panamericana con sede en Washington y que estaría conformada por los embajadores de los Estados americanos con representación en EE.UU. y el Secretario de Estado de los Estados Unidos. La delegación uruguaya estaba integrada por Jacobo Varela Acevedo, Juan José de Amézaga y Leonel Aguirre y presentó una fórmula que establecía la no intervención en materia política. En 1928 visita el Uruguay el presidente de Estados Unidos Herbert Hoover. Sobrevuela todos estos hechos los prolegómenos y la posterior realización de la crisis mundial de 1929. El impacto del crack de la bolsa de Nueva York sacó a luz serios problemas de estancamiento que viene agudizándose desde la crisis de 1913. El comercio exterior fue el detonante, el volumen global de los negocios con el exterior cayó en 1933 un 50% en relación a 1930. Se redujeron las importaciones estratégicas como la de bienes de capital y de insumos industriales, combustibles y la construcción trajo como consecuencia la baja del valor del peso uruguayo. En el medio de este panorama, los resultados de las elecciones de 1930 llevaron a la presidencia de la República al Dr. Terra, batllista heterodoxo, cercano a la derecha del reformismo y que tenía grandes vinculaciones con los sectores empresariales y con varios inversionistas extranjeros. Como han señalado Raúl Jacob y Gerardo Caetano (El nacimiento del Terrismo, Tomo 1. Capitulo 8, EBO. 1989) las elecciones de 1930 fueron como un plebiscito contra el proyecto reformista del batllismo que había renacido con fuerza a partir de 1925. El propio Campisteguy en el mensaje anual a la Asamblea General había sugerido un nuevo "alto" a las reformas en la legislación social. Las fuerzas conservadoras tenía como principal estandarte el Comité de Vigilancia Económica, y pasaron de las amenazas a la lucha: los reclamos eran posibilidad de recurrir al lock-out patronal y si no era suficiente no pagar impuestos. Esto fue definido con su particular estilo por Luis Alberto de Herrera "huelga de bolsillos cerrados"
Gabriel Terra tenía una larga actuación como Legislador, Consejero, Ministro y diplomático, toma posesión el 1 de marzo de 1931. Era un momento de grandes divisiones dentro de los partidos políticos. Dentro del Partido Colorado comienza a destacarse el grupo que sigue a los hijos de Don Pepe y al diario El Día. El problema con Terra comienza casi inmediatamente al no aceptar este las directivas del Partido Colorado desde la Convención. Ya en 1931 podía observarse como las clases altas abren una carta de crédito al Dr. Terra para pasar luego a la adhesión a las medidas presidenciales. El socialista Emilio Frugoni veía en Terra la perspectiva de un "dictador económico". En medio de rumores de golpes de Estado, con la crisis económica golpeando duro, el ascenso de los fascismos europeos, la perspectiva de la dictadura comenzaba a ganar espacio en el País.
El Golpe de Estado ocurre el 31 de marzo de 1933. Ese mismo día comenzaron las persecusiones políticas, detenciones y deportaciones. El proceso del Golpe en una próxima nota.
Entre las realizaciones de la administración Campisteguy podemos señalar la gestión en la VI Conferencia Panamericana de La Habana realizada en 1928. En ella se organiza la Unión Panamericana con sede en Washington y que estaría conformada por los embajadores de los Estados americanos con representación en EE.UU. y el Secretario de Estado de los Estados Unidos. La delegación uruguaya estaba integrada por Jacobo Varela Acevedo, Juan José de Amézaga y Leonel Aguirre y presentó una fórmula que establecía la no intervención en materia política. En 1928 visita el Uruguay el presidente de Estados Unidos Herbert Hoover. Sobrevuela todos estos hechos los prolegómenos y la posterior realización de la crisis mundial de 1929. El impacto del crack de la bolsa de Nueva York sacó a luz serios problemas de estancamiento que viene agudizándose desde la crisis de 1913. El comercio exterior fue el detonante, el volumen global de los negocios con el exterior cayó en 1933 un 50% en relación a 1930. Se redujeron las importaciones estratégicas como la de bienes de capital y de insumos industriales, combustibles y la construcción trajo como consecuencia la baja del valor del peso uruguayo. En el medio de este panorama, los resultados de las elecciones de 1930 llevaron a la presidencia de la República al Dr. Terra, batllista heterodoxo, cercano a la derecha del reformismo y que tenía grandes vinculaciones con los sectores empresariales y con varios inversionistas extranjeros. Como han señalado Raúl Jacob y Gerardo Caetano (El nacimiento del Terrismo, Tomo 1. Capitulo 8, EBO. 1989) las elecciones de 1930 fueron como un plebiscito contra el proyecto reformista del batllismo que había renacido con fuerza a partir de 1925. El propio Campisteguy en el mensaje anual a la Asamblea General había sugerido un nuevo "alto" a las reformas en la legislación social. Las fuerzas conservadoras tenía como principal estandarte el Comité de Vigilancia Económica, y pasaron de las amenazas a la lucha: los reclamos eran posibilidad de recurrir al lock-out patronal y si no era suficiente no pagar impuestos. Esto fue definido con su particular estilo por Luis Alberto de Herrera "huelga de bolsillos cerrados"
Gabriel Terra tenía una larga actuación como Legislador, Consejero, Ministro y diplomático, toma posesión el 1 de marzo de 1931. Era un momento de grandes divisiones dentro de los partidos políticos. Dentro del Partido Colorado comienza a destacarse el grupo que sigue a los hijos de Don Pepe y al diario El Día. El problema con Terra comienza casi inmediatamente al no aceptar este las directivas del Partido Colorado desde la Convención. Ya en 1931 podía observarse como las clases altas abren una carta de crédito al Dr. Terra para pasar luego a la adhesión a las medidas presidenciales. El socialista Emilio Frugoni veía en Terra la perspectiva de un "dictador económico". En medio de rumores de golpes de Estado, con la crisis económica golpeando duro, el ascenso de los fascismos europeos, la perspectiva de la dictadura comenzaba a ganar espacio en el País.
El Golpe de Estado ocurre el 31 de marzo de 1933. Ese mismo día comenzaron las persecusiones políticas, detenciones y deportaciones. El proceso del Golpe en una próxima nota.
domingo, 21 de junio de 2015
sábado, 20 de junio de 2015
Buscando el batllismo. Baltasar Brum y la vivienda de los pobres. El batllismo en acción.
Exposición de motivos sobre el proyecto de Ley de vivienda presentado por el Dr. Baltasar Brum:
"(...) En nuestro país tres hombres, filósofo uno; el Dr. Carlos Vaz Ferreira; políticos los otros el constituyente doctos Atilio Narancio y el diputado don Orlando Pedragosa Sierra han encarado con amplio espíritu el problema de la habitación humana, que el primero sintetiza en eta proposición fundamental: " El derecho de habitar, derecho de estar cada individuo en su planeta y en su nación, sin precio ni permiso, es el mínimo derecho humano, derecho que no ha sido reconocido ni bien establecido a causa principalmente de que tanto los que defienden como los que atacan el orden social, no distinguen bien el aspecto de la tierra como medio de habitación, de su aspecto como medio de producción. El reconocimiento doctrinario y practico de ese derecho individual es una solución mínima que debe ser admitida por todos los partidos y por todas las escuelas un punto de partida común para las investigaciones y soluciones sobre los demás problemas de la tierra y en general sobre los demás problemas sociales. El doctor Atilio Narancio propuso a la Asamblea Constituyente una enmienda que reconociera "El derecho del hombre a la vida, a la casa, al abrigo y a la asistencia en caso de enfermedad" El diputado Pedragosa Sierra presentó en el año 1921 un proyecto de Ley, en cuyo artículos 1 y 2 se reconoce el derecho de los hijos del país al llegar a la mayoría de edad y de los extranjeros después de 10 años de residencia a la porción de la tierra necesaria para construir su vivienda. Además, de acuerdo con el mismo proyecto, el Estado debería facilitar la construcción y el pago de la vivienda, otorgando a este efecto créditos a cubrir en 30 años de plazo.
Las generosas ideas del doctor Carlos Vaz Ferreira, del constituyente Atilio Narancio del diputado Pedragosa Sierra, no han sido llevadas a la practica, por falta de medios. Lo único que se ha hecho hasta ahora, en el sentido de favorecer la adquisición de viviendas por los no pudientes es la ley del 13 de julio d 1921 sancionada por iniciativa del presidente del Banco Hipotecario ingeniero José Serrato que aunque ha producido grandes beneficios no ha resuelto el problema general, puesto que limita sus derechos a personas que tienen derechos jubilatorios y esto mismo con condición que aporten el 13% del valor de la compra. No obstante la liberalidad y la justicia que inspiran, ella se basa todavía en el principio de la garantía pecuniaria y de la solvencia especial del favorecido. Representa sin duda alguna un paso hacia adelante pero no da satisfacción a las necesidades de las grandes masas proletarias.
Es la naturaleza humana y no la calidad de funcionario la que con la necesidad de disponer de un pedazo de tierra y una casa donde vivir, trae aparejado el derecho social de contribuir a que todos puedan lograr esa finalidad(...) Desde la Presidencia del Banco Hipotecario me he convencido de que esta institución, mediante la contribución del Estado podría cumplir, sin perjudica sus funciones esenciales la alta misión de proporcionar a todos los habitantes pobres del país el modo de adquirir la propiedad de su hogar.
Fruto de tal convicción es la iniciativa que, con la inteligente cooperación del gerente, ingeniero Raul Bonino, adjunto y que justifico con esta exposición. Al formularla, tuve presente la necesidad de no confundir la acción económica que debe satisfacer el Banco-y que no puede afectarse sin ocasionar grandes perjuicios generales- con el otorgamiento del crédito que permitiera construir la vivienda mínima(...) Para evitar evitar la confusión independizo la emisión de los títulos que facilitaría la adquisición de la vivienda mínima, propongo una sección especial que se denominaría " Sección Constructora del Banco Hipotecario del Uruguay"
La mujer mayor de edad y el hombre uruguayo o extranjero que este inscripto en el Registro Cívico aunque careciera de ahorros tendrán derecho a un crédito de $ 1500 pagaderos a treinta años para adquirir una vivienda con inclusión del valor del terreno y abonaría dicha suma el 3% de interés y el 2% de amortización.. Se extienden los efectos de la Ley Serrato a toda la población de la República. Así se prestaría hasta el 95% para construir viviendas de $1500 a $ 2500. 90% para las que oscilen entre $ 2500 y $ 3500 y 85% para los que excedan esta última suma.(...)
Como se ve con un pequeño sacrificio de los terratenientes se resolvería el magno y grave problema de la vivienda de las clase pobres de la sociedad, sacrificio facilmente soportable y que dado su destino redundaría en notables beneficios generales.(...) Ganaría la salud pública, se beneficiaría el orden social, prosperaría la República, se embellecerían las ciudades y la campaña y podríamos proclamar que en el Uruguay(...) ya no existen parias a los cuales les falte un pedazo de tierra donde detenerse y un techo propio para instalar su familia- Baltasar Brum Presidente, E. Rodriguez Castro, secretario General."
"(...) En nuestro país tres hombres, filósofo uno; el Dr. Carlos Vaz Ferreira; políticos los otros el constituyente doctos Atilio Narancio y el diputado don Orlando Pedragosa Sierra han encarado con amplio espíritu el problema de la habitación humana, que el primero sintetiza en eta proposición fundamental: " El derecho de habitar, derecho de estar cada individuo en su planeta y en su nación, sin precio ni permiso, es el mínimo derecho humano, derecho que no ha sido reconocido ni bien establecido a causa principalmente de que tanto los que defienden como los que atacan el orden social, no distinguen bien el aspecto de la tierra como medio de habitación, de su aspecto como medio de producción. El reconocimiento doctrinario y practico de ese derecho individual es una solución mínima que debe ser admitida por todos los partidos y por todas las escuelas un punto de partida común para las investigaciones y soluciones sobre los demás problemas de la tierra y en general sobre los demás problemas sociales. El doctor Atilio Narancio propuso a la Asamblea Constituyente una enmienda que reconociera "El derecho del hombre a la vida, a la casa, al abrigo y a la asistencia en caso de enfermedad" El diputado Pedragosa Sierra presentó en el año 1921 un proyecto de Ley, en cuyo artículos 1 y 2 se reconoce el derecho de los hijos del país al llegar a la mayoría de edad y de los extranjeros después de 10 años de residencia a la porción de la tierra necesaria para construir su vivienda. Además, de acuerdo con el mismo proyecto, el Estado debería facilitar la construcción y el pago de la vivienda, otorgando a este efecto créditos a cubrir en 30 años de plazo.
Las generosas ideas del doctor Carlos Vaz Ferreira, del constituyente Atilio Narancio del diputado Pedragosa Sierra, no han sido llevadas a la practica, por falta de medios. Lo único que se ha hecho hasta ahora, en el sentido de favorecer la adquisición de viviendas por los no pudientes es la ley del 13 de julio d 1921 sancionada por iniciativa del presidente del Banco Hipotecario ingeniero José Serrato que aunque ha producido grandes beneficios no ha resuelto el problema general, puesto que limita sus derechos a personas que tienen derechos jubilatorios y esto mismo con condición que aporten el 13% del valor de la compra. No obstante la liberalidad y la justicia que inspiran, ella se basa todavía en el principio de la garantía pecuniaria y de la solvencia especial del favorecido. Representa sin duda alguna un paso hacia adelante pero no da satisfacción a las necesidades de las grandes masas proletarias.
Es la naturaleza humana y no la calidad de funcionario la que con la necesidad de disponer de un pedazo de tierra y una casa donde vivir, trae aparejado el derecho social de contribuir a que todos puedan lograr esa finalidad(...) Desde la Presidencia del Banco Hipotecario me he convencido de que esta institución, mediante la contribución del Estado podría cumplir, sin perjudica sus funciones esenciales la alta misión de proporcionar a todos los habitantes pobres del país el modo de adquirir la propiedad de su hogar.
Fruto de tal convicción es la iniciativa que, con la inteligente cooperación del gerente, ingeniero Raul Bonino, adjunto y que justifico con esta exposición. Al formularla, tuve presente la necesidad de no confundir la acción económica que debe satisfacer el Banco-y que no puede afectarse sin ocasionar grandes perjuicios generales- con el otorgamiento del crédito que permitiera construir la vivienda mínima(...) Para evitar evitar la confusión independizo la emisión de los títulos que facilitaría la adquisición de la vivienda mínima, propongo una sección especial que se denominaría " Sección Constructora del Banco Hipotecario del Uruguay"
La mujer mayor de edad y el hombre uruguayo o extranjero que este inscripto en el Registro Cívico aunque careciera de ahorros tendrán derecho a un crédito de $ 1500 pagaderos a treinta años para adquirir una vivienda con inclusión del valor del terreno y abonaría dicha suma el 3% de interés y el 2% de amortización.. Se extienden los efectos de la Ley Serrato a toda la población de la República. Así se prestaría hasta el 95% para construir viviendas de $1500 a $ 2500. 90% para las que oscilen entre $ 2500 y $ 3500 y 85% para los que excedan esta última suma.(...)
Como se ve con un pequeño sacrificio de los terratenientes se resolvería el magno y grave problema de la vivienda de las clase pobres de la sociedad, sacrificio facilmente soportable y que dado su destino redundaría en notables beneficios generales.(...) Ganaría la salud pública, se beneficiaría el orden social, prosperaría la República, se embellecerían las ciudades y la campaña y podríamos proclamar que en el Uruguay(...) ya no existen parias a los cuales les falte un pedazo de tierra donde detenerse y un techo propio para instalar su familia- Baltasar Brum Presidente, E. Rodriguez Castro, secretario General."
Buscando el batllismo: La Presidencia de Baltasar Brum. Lealtad partidaria y republicana.
El 1 de marzo de 1919 comenzó a regir la nueva Constitución que había venido a sustituir a la de 1830 que entre otras acusaciones le adjudicaban ser la causante de 72 revoluciones. Era carnaval y Baltasar Brum juró como Presidente de la República, ante la Asamblea General, órgano que lo había electo de acuerdo a las disposiciones transitorias incluídas en la propias Constitución. Brum fue el último presidente electo por esta vía indirecta, todos los demás, a partir de José Serrato sería elegidos por voto popular. Del mismo modo ocurrió con la rama colegiada del Poder Ejecutivo, el Consejo Nacional de Administración. Los nueve miembros, seis del Partido Colorado y tres del Partido Nacional fueron electos de la misma forma. En 1925 se llegó a la expresión más contundente de la coparticipación: el Consejo Nacional de Administración presidido por Luis Alberto de Herrera y la presidencia de la República por José Serrato. El nuevo régimen determinó claramente la profundización de la democracia política con ele lectorado ampliado por el desarrollo del voto universal masculino, las mujeres votaran a partir de 1938, la Cámara de Diputas presenta representación proporcional garantizando la participación de: Partido Nacional,, Unión Cívica,Partido Socialista y el Partido Comunista. En realidad hubo elecciones todos los años entre 1919 y 1933.
Durante el período presidencial de Baltasar Brum, el Partido Colorado sufre varias rupturas, ya se había producido la escisión del Partido Riverista y ahora se estaba desarrollando la separación del sector radical conservador liderado por el Dr. Feliciano Viera, presidente del Consejo Nacional de Administración. Brum generó ásperos debates en el Parlamento al anunciar que existen incompatibilidades para realizar sus tarea los miembros del Poder Ejecutivo. La polémica crece cuando el propio Batlle y Ordóñez eleva una moción ante la Convención Nacional del Partido Colorado para que se invite a los miembros colorado del Poder Ejecutivo de las Cámaras, de los Ministerios, y de las Juntas Económico.Administrativas de la capital para que concurran a reuniones mensuales en la "Casa del Partido". Batlle pretende que la agrupación de Gobierno funcionara totalmente: Sostenía Batlle:
" Dentro de la nueva constitución, ningún miembro del Gobierno puede ser árbitro del Partido o de la política, y su casa particular no puede constituirse en centro de los negocios públicos. La Casa del Partido, debe ser ahora el centro donde se reúnan, conversen y cambien ideas todos los hombres representantes de la agrupación a que pertenecen"
El objetivo era aumentar el poder del Partido Colorado con una cada vez más amplia participación del pueblo en la vida política. Los representantes del partido debían alinearse con el programa y las normas que emanen de la autoridad partidaria. El Dr. Feliciano Viera se opuso a esta idea negando la obligación de los representantes de alinearse a las autoridades partidarias. Ya se estaba gestando otra división, ahora la Unión Colorada liderada por el Dr. Augusto Turenne, ya coexistian cuatro fracciones coloradas: batllismo, riverismo, vierismo y la unionista.
Durante la administración del Dr. Brum se produce además la divisón del Partido Socialista como resultado del conflicto generado a partidos de la III Internacional. Un sector del Partido Comunista, seguidor de la Internacional queda dirigido por Eugenio Gómez. En tanto que un Partido Socialista un tanto deprimido queda bajo la dirección del Dr. Emilio Frugoni.
Pensamiento de Baltasar Brum,
Baltasar Brum Rodríguez (Costas del Catalán, entonces Salto, hoy Artigas, 18 de junio de 1883 - Montevideo, 31 de marzo de 1933), abogado, diplomático y político , presidente de Uruguay entre 1919 y 1923.
Formado en su adolescencia en el Instituto Politécnico de Salto, estudió derecho en Montevideo, recibiéndose de abogado en 1909. Dirigente estudiantil durante el período de sus estudios, instaló su bufete en Salto, donde también se dedicó a la docencia y al periodismo.
Partidario incondicional de la ideología del estadista José Batlle y Ordóñez, se prestigió rápidamente desde su temprana actuación política en el Partido Colorado, en el que simbolizó a la generación más joven que apoyara el batllismo.
Este discurso puede ser de base para un nuevo estudio biográfico de su actuación política.
Discurso ante el Parlamento. Marzo de 1919
"Yo no soy un desconocido, ni para vosotros ni para el país. He trabajado activamente en los gobiernos de los señores Batlle y Viera, desde los Ministerios de Instrucción Pública, Relaciones Exteriores, Interior y Hacienda, y esa colaboración, mantenida durante más de cinco años consecutivos, con gobernantes cuya labor patriótica y fecunda colocó a la República en un alto rango, acusa bien las condiciones fundamentales de mi personalidad moral y política y es antecedente que debe sugerir una idea cabal de mi gestión futura, ya que se infiere siempre mejor la obra que realizará un ciudadano de sus cosas hechas que todas sus promesas o sus frases más o menos resonantes.-
Sin embargo, con arreglo a la costumbre de que cada Presidente de la República hable en este acto de sus planes generales de gobierno, de sus orientaciones políticas y administrativas, voy a expresaros, en síntesis, mis principales ideas y propósitos, esperando que ellos han de interpretar fielmente los intereses y las aspiraciones nacionales y han de merecer, por lo mismo, la aprobación general.
En el régimen constitucional que hoy se inicia han sido limitadas considerablemente las funciones del Presidente de la República y acrecidas las atribuciones legislativas.
El Poder Ejecutivo ha sido delegado al Presidente y al Consejo Nacional de Administración, estando perfectamente determinadas las facultades propias de cada uno de esos Poderes.
De mis arraigadas convicciones colegialistas, de mi intervención personal en la Comisión delegada de los partidos que redactó la nueva Carta Fundamental, y del empeño que puse durante las tareas de aquélla, en que se restringieran, todo lo posible, las funciones del Presidente y se ampliaran las de Consejo, se infiere la alta opinión que tengo de este nuevo organismo.
He de trabajar en concordancia con él, guardando el debido respeto a sus atribuciones y procurando que los dos órganos ejecutivos de la Nación se complementen en un amplio esfuerzo armónico, para servir con éxito los intereses del país. Tengo plena confianza en tal acción y espero que ella ha de justificar a actitud de los que, ante la imposibilidad de hacer triunfar íntegramente nuestro programa colegialista, profesado con íntima convicción, hemos luchado por la fórmula que consagró, al fin, la Asamblea Constituyente.
Llevado por mi partido político a la Presidencia de la República y creyendo, con toda sinceridad, que éste es el mejor para gobernar el país, procederé de acuerdo con sus orientaciones, eligiendo mis colaboradores, con la más amplia elevación de miras entre sus hombres o entre los ciudadanos que estén de acuerdo con aquéllas.
La nueva organización constitucional estimulará, estoy seguro el ejercicio de la soberanía en sus múltiples funciones, provocando una intensa actividad democrática en el país.
En cierta parte de su población, que ha creído servir bien a la patria con ser tan solo, factor eficiente de su riqueza, hay una señalada hostilidad contra la política y los políticos, cuyas actividades reputan de calidad inferior.
Esta creencia, tan en pugna con las ideas republicanas, va disminuyendo, felizmente, cada vez más. La cultura general, que se difunde día a día y la actuación austera de los hombres que han ejercido el gobierno en los últimos lustros, han vigorizado, en el espíritu público, los sentimientos democráticos y la fe en las luchas cívicas, organizándose así diversas agrupaciones, además de los dos grandes partidos tradicionales. Considero esto un gran bien, porque no puedo concebir una democracia verdaderamente organizada sin que sea el interés por las cuestiones públicas una de las principales preocupaciones y motivos de acción de los ciudadanos.
El nuevo régimen facilitará la actuación de núcleos dispersos y estimulará aquellas actividades, las que a fuerza de repetirse, con motivo de la frecuencia de los actos eleccionarios y en virtud de las garantías que se les acuerdan, llegarán a adquirir el ritmo regular y tranquilo de las demás funciones normales de la vida nacional.
Por mi parte, señores, me considero con derecho, en virtud de mis antecedentes, a que se confíe en la rectitud con que he de proceder ante esas luchas, para mí tan hermosas, de la democracia, y especialmente ante el acto fundamental del sufragio. Espero que he de merecer esa confianza de mis compatriotas, puesto que es bien conocida mi actuación pasada en los asuntos electorales. Siendo, en efecto, Ministro del Interior, se efectuaron las elecciones de Senador por el Departamento de Florida y los de Constituyente, habiéndose realizado ambos actos en el más perfecto orden, y al amparo de las mayores garantías, que fueron sancionadas por iniciativas espontáneas y generosas del partido al que me honro en pertenecer, y aplicadas por el Gobierno con honesta fidelidad.
Todas las leyes sobre elecciones de constituyente llevan mi firma, y fueron, también suscritos, por mí, doce mensajes sobre perfeccionamiento de nuestra legislación electoral. La bondad de estar reformas ha sido ampliamente reconocida por el propio Partido Nacionalista, cuyos constituyentes desearon que la nueva Constitución declara vigentes por el término de diez años las leyes que las consagraron, habiéndose puesto de acuerdo, después, con los de mi partido, a fin de asegurar su mantenimiento, en que no podrían ser modificadas sino por los dos tercios de cada Cámara, es decir, con la anuencia de la minoría legislativa.
Llevan, además, de mi firma los proyectos de leyes sobre incorporación de la inscripción obligatoria, impresiones dactiloscópicas y voto secreto a nuestro sistema común de elecciones, proyectos que, también fueron espontáneamente formulados por el Gobierno del doctor Feliciano Viera.
Esos antecedentes, que ostento con legítima satisfacción, abonan la sinceridad de mi promesa de concurrir, desde la órbita de mis funciones, al más amplio ejercicio de la soberanía, garantizando la libertad del sufragio.
Os aseguro que las fuerzas de la República jamás serán empleadas pro mí para ejercer violencia sobre la voluntad de los ciudadanos.
De acuerdo con la Constitución, los funcionarios policiales además del derecho a votar, pueden expresar particularmente sus opiniones políticas, y aun cuando con el voto secreto desaparece todo peligro de coacción eficaz sobre los electores, yo me procuraré de que no ocurran ni tentativas de eso, reprimiendo cualquier abuso que en tal sentido se llegara a cometer.
En la actual organización administrativa sólo tendré a mi cargo la gestión que se realiza por los Ministerios del Interior, de Relaciones Exteriores y de Guerra y Marina.
Esa limitación de las funciones presidenciales me permitirá atender éstas con especial dedicación.
Me esforzaré por que las policías de toda República la desempeñen con eficacia la misión especial que les está encomendada: la de proteger la vida, la propiedad y la libertad.
La conmoción producida por la gran guerra, que llegó a las entrañas del mundo, ha dejado un sedimento de malestar y de subversión en los principales países, acusado ya hasta en América por movimientos revolucionarios, que no han constituido, realmente, reacciones de la masa obrera en sus ansias respetables y legítimas de mejoramiento colectivo, sino manifestaciones anárquicas incitadas por elementos exóticos, a impulsos morbosos de destrucción y de crimen que no podrían excusarse en países como el nuestro, donde el mejoramiento obrero constituye un de las mayores preocupaciones de los Poderes Públicos.
Es necesario, entonces para poder defender bien a la sociedad, que las policías urbanas y rurales sean más aptas y tengan una organización más perfecta, para lo cual es necesario aumentar el número de sus agentes, ampliar las remuneraciones de éstos y de los comisarios en forma que haga posible su selección, proveerlos de buenas caballadas y completar las redes telefónicas.
Yo estudiaré el medio de llevar acabo esas reformas, que considero de importancia capital; pero me doy cuenta de que, dada la insuficiencia de las rentas nacionales, no será posible realizarlas sino muy paulatinamente, amenos que las clases que pueden soportar un aumento de las cargas públicas y que son las más beneficiadas por aquellos servicios, expresen, por medios de sus órganos representativos, opiniones favorables a la creación de algún recurso especial.
El mejoramiento de la situación de los peones, el aumento de sus salarios hasta la suma equitativa que les permita sostener una familia, satisfaciendo las necesidades más perentorias, contribuirían eficazmente a la extirpación de la delincuencia rural.
Si cundiera en nuestra campaña el ejemplo que a ese respecto han dado ya algunos hacendados humanitarios y progresistas, podríamos vislumbrar para aquélla, teniendo en cuenta el carácter bondadoso, honrado y trabajador de nuestros hombres de campo, la larga era de tranquilidad y bienestar, fundada en la justa comprensión de la vida.
A mi juicio, sólo implantando esas mejoras podrá impedirse que le llegue a nuestra campaña el turno de las grandes agitaciones proletarias, cuyos primeros síntomas empiezan a notarse ya. Ellas podrían ser de consecuencias graves, dadas las dificultades que habría, en tal caso, tratándose de zonas vastísimas, para evitar la comisión de atentados, mantener el orden y hacer respetar la propiedad.
Me permito, pues, pedir a nuestros propietarios rurales que mediten estas cuestiones y me ayuden a prevenir la situación que presiento, con medidas equitativas que beneficien las condiciones de la vida rural.
Basta tener presente que he sido activo colaborador de los gobiernos de Batlle y Viera, para que no pueda ponerse en duda la intensa simpatía que me inspiran las clases obreras, cuyos dolores y miserias me conmueven vivamente y cuyo bienestar debe constituir una de las más sentidas aspiraciones en las democracias avanzadas.
Siempre he pensado que sólo por una inconcebible aberración puede creerse que existe incompatibilidad entre los intereses de los obreros y de los capitalistas, cuando bastaría nada más que un poco de buena voluntad en los primeros, de corazón en los segundos y de buen sentido en unos y otros, para que se corrigiera el enorme desequilibrio de sus condiciones y pudiera realizarse la armonía permanente de todos, en una actuación común, mutuamente complementaria y conforme con la verdadera realidad de la vida.
Debemos al obrero, no sólo la ayuda terapéutica de amplias leyes de asistencia social, sino, además, un constante esfuerzo reparador, para sacarlo de la inferioridad intelectual y económica en que ha sido colocado por virtud de una mala organización secular, que hizo posible, como en el suplicio del "Hard Labour", el cruel absurdo de que, entregando al trabajo toda su vida de privaciones y penurias y contribuyendo de ese modo al engrandecimiento de la sociedad, recogería, como única compensación de sus sacrificios extenuante, apenas lo indispensable para no morirse de hambre.
Un sentimiento de humanidad, de solidaridad, de defensa de la especie, nos impulsa a preocuparnos de enmendar el menoscabo que ha padecido su situación.
Debemos al capital, no sólo todo el amparo que le acuerda la ley, sino además, todo el estímulo y la seguridad que él requiere para poder actuar eficientemente como mágico instrumento de producción.- en el aprovechamiento y desarrollo de la riqueza, es decir, en el progreso y bienestar del país.
No está en mis atribuciones la de estudiar y resolver, como función propia esos vastos fenómenos de fisiología social, relacionados con la actuación del capital y del trabajo, asuntos estos que son de la competencia del Consejo de Administración; pero me corresponderá intervenir en los casos de coaliciones subversivas y de huelgas violentas, para guardar el orden, la propiedad y la libertad.
Entonces ajustaré mi conducta al criterio que profeso, de que son perfectamente legítimas la coalición y la huelga parcial total de los obreros, salvo cuando ellas afecten a vitales servicios públicos, en cuyo caso el Estado debe intervenir, haciéndose cargo de éstos, si los conflictos no pudieran resolverse rápidamente; pero aquella facultad de los obreros, que emana de sus derechos de libertad y de propiedad, debe ser correctamente ejercida, sin actos de violencia, sin agredir en forma alguna los derechos de los demás.
Cuando sus procederes no se encuadren dentro de estas limitaciones primordiales, yo, a pesar de toda la simpatía que siento por ellos, no olvidaré que debo, por mandato de la Constitución, proteger los derechos iguales de cada uno, y lo haré, podéis estar seguro, con la energía que reclame la prevención y represión de cualquier acto punible, aunque sin ir jamás más allá de lo necesario para asegurar el respeto a la ley.
Tengo confianza, señores, en que los capitalistas irán adoptando paulatinamente medidas justas y humanitarias para mejorar cada vez más la situación de sus empleados, comprendiendo que el remedio definitivo contra las explosiones del proletariado está en adelantarse a satisfacer toda razonable aspiración de éste, y no en el uso de la fuerza pública, que nunca podrá reducir la tensión de las relaciones de clases, ni sofocar sentimientos de encono y de odio.
Al Gobierno del doctor Viera debe el Ejército un gran perfeccionamiento técnico y mejoramiento moral.
Las escuelas militares de aviación de Armas Montadas y de Tiro, la reorganización de la justicia militar, de la gimnasia y esgrima, de los servicios de Intendencia y Sanidad, las leyes de jerarquía y retiro, de cuadros y ascensos, de sueldos y compensaciones, ponen bien de manifiesto todo el progreso que, durante el período presidencial que hoy termina, ha realizado la institución militar.
Yo continuaré esa obra meritoria de perfeccionamiento, procurando que los cuadros se constituyan con los militares más aptos para la preparación de las tropas; propiciando la especialización de los oficiales tácticos, técnicos y administrativos, y estableciendo, hasta donde sea posible, la rotación periódica de aquéllos en el mando, que es requerida por toda buena organización.
Trataré de solucionar la grave cuestión del reclutamiento, cuyo actual sistema de voluntariado ofrece serias dificultades para completar los efectivos, en virtud de la gran demanda permanente de brazos que provoca el constante desarrollo industrial del país.
Me preocuparé, además de que se difundan conocimientos militares en el pueblo; de renovar paulatinamente nuestro material de guerra, sustituyéndolo por elementos modernos, que respondan al actual perfeccionamiento de la ciencia militar; de aumentar los stands de tiro; de la implantación de una fábrica de municiones, que nos independice del extranjero en cuanto a ese aprovisionamiento tan esencial, y de la edificación de buenos cuarteles, para la que existen ya fondos disponibles votados en la Presidencia del doctor Viera, que no se aplicaron aún por la enorme carestía de los materiales de construcción.
El incremento de nuestra marina de guerra y mercante constituirá, también una de mis principales preocupaciones, y he de hacer todo lo posible por poner a ésta en condiciones de asegurar la mayor autonomía de nuestra vida económica y por que aquélla, que trataré de ir perfeccionando con arreglo a un plan de reorganización integral, pueda servir para la defensa de nuestras desmanteladas costas y desempeñar dignamente las representaciones de la Nación.
Para obtener los recursos que demandarán todas estas mejores no será necesario aumentar las cargas impositivas, lo que las harían impopulares, sino establecer, en favor del Estado, algunos monopolios, como los de tabaco y del alcohol, que aquél podría arrendar por plazos prudenciales o explotar directamente, y que redituarían importantes beneficios.
Espero, señores legisladores, que esos propósitos de perfeccionamiento de nuestro Ejército y Armada han de merecer el apoyo de todos vosotros y la aprobación de todos los partidos del país, ya que no deben afectar a nuestros institutos militares las pasiones de las luchas políticas porque aquéllos son organismos técnicos, que tienen la alta función de servir de apoyo a las instituciones, de asegurar el orden, el imperio de la ley y la defensa de la soberanía, y deben moverse, por lo mismo, con sucede en todos los países bien organizados, en un plano superior al de las contiendas de partidos y de círculos.
La circunstancia de haber estado al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores durante los últimos años de la Presidencia del doctor Viera, me releva de hacer una detenida exposición de mis orientaciones sobre política internacional, que puse bien de manifiesto en el desempeño de aquel cargo y son conocidas dentro y fuera de la República.
Como lo he dicho más de una vez, si nuestro país no habría podido ser influyente en el concierto de las naciones por la amplitud de su territorio, por la cifra de sus habitantes y su poderío militar, ha podido ascender, como lo ha hecho, aun honroso puesto en el mundo, mediante su activa gestión diplomática, que le dio oportunidad de hacer sentir la honradez de nobleza de su política, la fuerza de su idealismo, el exponente de su civilización, la previsora justicia de sus leyes, la seriedad de sus instituciones y su espíritu de libertad.
Con motivo de los acontecimientos provocados por la guerra monstruosa que hicieron estallar sobre el mundo los Imperios Centrales, aproveché contando con el decidido apoyo de los Presidentes Batlle y Viera, todas las oportunidades que se ofrecieron al país para hacer resaltar su noble idealismo y sus firmes sentimientos de solidaridad continental.
Contestando las comunicaciones que nos enviaron nuestros hermanos del Continente, relacionadas con su conducta ante la guerra, proclamé, muchas veces, con el beneplácito público, la simpatía fraternal que ellos nos inspiraban, y tuve el honor de suscribir el decreto de 18 de Junio, que condensó, en una fórmula práctica, nuestras aspiraciones de solidaridad americana efectiva y real.
Me preocuparé, pues, de mantener y estrechar nuestro trato cordial con todas las naciones; seré siempre un entusiasta partidario del panamericanismo, que no entraña, como bien lo sabéis, un absurdo sentimiento de hostilidad o reserva contra los países de otros continentes, sino un anhelo de organización fraternal entre los pueblos predestinados a una vida solidaria por su situación geográfica, su composición étnica, su enlazamiento histórico y sus instituciones democráticas; he de cultivar además, con especial cuidado, nuestra amistad con las naciones vecinas, de las que hemos recibido tan altas pruebas de afecto y de consideración, y trataré de fortalecer los vínculos que nos unen a las naciones aliadas, a cuyos destinos nos asociamos en la gran guerra y sobre cuyos sacrificios inmensos va a erigirse una nueva era de justicia y de paz.
Señores legisladores os he abierto mi pensamiento y mi corazón. No se me ocultan las dificultades que tendré que afrontar en mi período gubernativo, que será de ensayo constitucional y de ardientes luchas electorales. Confío, sin embargo, en que podré salir airoso, si tengo la suerte de merecer el apoyo de vosotros y de todos los hombres que se interesan por la grandeza de la patria."
El 28 de febrero de 1923, en el último día de su mandato, Baltasar Brum inauguró en Montevideo el monumento a Artigas en la Plaza Independencia, siendo uno de los momentos más importantes del culto laico a la figura del Protector.
Participó luego de entregar la presidencia de las luchas internas del Partido Colorado, y volvió a ocupar un cargo en el gobierno en 1931, cuando integró el Consejo Nacional de Administración.
En es cargo lo sorprendió el golpe de estado del 31 de marzo de 1933, en el que el presidente Gabriel Terra, con apoyo de la Policía y el sector mayoritario del Partido Nacional disolvió el parlamento y suspendió la Constitución de 1918.
Baltasar Brum trató de instar al batllismo a resistir el golpe de Estado, y se atrincheró en su casa particular del centro de Montevideo, calle Río Branco casi Colonia, dispuesto a rechazar a la policía cuando está fuera a arrestarlo. Acompañado por su hermano y algunos partidarios, mantuvo un breve tiroteo con los policías y permaneció a la espera de un levantamiento popular contra la dictadura que no llegó a producirse. Salvo en el caso de algunos sectores de la izquierda y del propio batllismo, el golpe fue mirado con cierta indiferencia por la población. Incluso en torno al domicilio de Brum, se había reunido una multitud de curiosos que contemplaban los hechos como si se tratara de un accidente de tránsito.
Al promediar la tarde de ese día, 31 de marzo de 1933, se habló insistentemente que el gobierno de Terra autorizaría a Brum a abandonar el país garantizando su seguridad personal, pero en todo caso éste declinó la oferta. En aquellos momentos de incertidumbre, y comprobando que su resistencia no arrojaba fruto alguno, Baltasar Brum corrió hacia el centro de la calle en solitario, y tras gritar ¡Viva Batlle! ¡Viva la libertad! disparó su arma contra su corazón, dándose muerte.
El suicidio de Brum ha sido interpretado de diversas maneras por contemporáneos del hecho, sin ninguna duda fue la acción más valiente de una persona por sus valores: dar su vida.
Durante el período presidencial de Baltasar Brum, el Partido Colorado sufre varias rupturas, ya se había producido la escisión del Partido Riverista y ahora se estaba desarrollando la separación del sector radical conservador liderado por el Dr. Feliciano Viera, presidente del Consejo Nacional de Administración. Brum generó ásperos debates en el Parlamento al anunciar que existen incompatibilidades para realizar sus tarea los miembros del Poder Ejecutivo. La polémica crece cuando el propio Batlle y Ordóñez eleva una moción ante la Convención Nacional del Partido Colorado para que se invite a los miembros colorado del Poder Ejecutivo de las Cámaras, de los Ministerios, y de las Juntas Económico.Administrativas de la capital para que concurran a reuniones mensuales en la "Casa del Partido". Batlle pretende que la agrupación de Gobierno funcionara totalmente: Sostenía Batlle:
" Dentro de la nueva constitución, ningún miembro del Gobierno puede ser árbitro del Partido o de la política, y su casa particular no puede constituirse en centro de los negocios públicos. La Casa del Partido, debe ser ahora el centro donde se reúnan, conversen y cambien ideas todos los hombres representantes de la agrupación a que pertenecen"
El objetivo era aumentar el poder del Partido Colorado con una cada vez más amplia participación del pueblo en la vida política. Los representantes del partido debían alinearse con el programa y las normas que emanen de la autoridad partidaria. El Dr. Feliciano Viera se opuso a esta idea negando la obligación de los representantes de alinearse a las autoridades partidarias. Ya se estaba gestando otra división, ahora la Unión Colorada liderada por el Dr. Augusto Turenne, ya coexistian cuatro fracciones coloradas: batllismo, riverismo, vierismo y la unionista.
Durante la administración del Dr. Brum se produce además la divisón del Partido Socialista como resultado del conflicto generado a partidos de la III Internacional. Un sector del Partido Comunista, seguidor de la Internacional queda dirigido por Eugenio Gómez. En tanto que un Partido Socialista un tanto deprimido queda bajo la dirección del Dr. Emilio Frugoni.
Pensamiento de Baltasar Brum,
Baltasar Brum Rodríguez (Costas del Catalán, entonces Salto, hoy Artigas, 18 de junio de 1883 - Montevideo, 31 de marzo de 1933), abogado, diplomático y político , presidente de Uruguay entre 1919 y 1923.
Formado en su adolescencia en el Instituto Politécnico de Salto, estudió derecho en Montevideo, recibiéndose de abogado en 1909. Dirigente estudiantil durante el período de sus estudios, instaló su bufete en Salto, donde también se dedicó a la docencia y al periodismo.
Partidario incondicional de la ideología del estadista José Batlle y Ordóñez, se prestigió rápidamente desde su temprana actuación política en el Partido Colorado, en el que simbolizó a la generación más joven que apoyara el batllismo.
Este discurso puede ser de base para un nuevo estudio biográfico de su actuación política.
Discurso ante el Parlamento. Marzo de 1919
"Yo no soy un desconocido, ni para vosotros ni para el país. He trabajado activamente en los gobiernos de los señores Batlle y Viera, desde los Ministerios de Instrucción Pública, Relaciones Exteriores, Interior y Hacienda, y esa colaboración, mantenida durante más de cinco años consecutivos, con gobernantes cuya labor patriótica y fecunda colocó a la República en un alto rango, acusa bien las condiciones fundamentales de mi personalidad moral y política y es antecedente que debe sugerir una idea cabal de mi gestión futura, ya que se infiere siempre mejor la obra que realizará un ciudadano de sus cosas hechas que todas sus promesas o sus frases más o menos resonantes.-
Sin embargo, con arreglo a la costumbre de que cada Presidente de la República hable en este acto de sus planes generales de gobierno, de sus orientaciones políticas y administrativas, voy a expresaros, en síntesis, mis principales ideas y propósitos, esperando que ellos han de interpretar fielmente los intereses y las aspiraciones nacionales y han de merecer, por lo mismo, la aprobación general.
En el régimen constitucional que hoy se inicia han sido limitadas considerablemente las funciones del Presidente de la República y acrecidas las atribuciones legislativas.
El Poder Ejecutivo ha sido delegado al Presidente y al Consejo Nacional de Administración, estando perfectamente determinadas las facultades propias de cada uno de esos Poderes.
De mis arraigadas convicciones colegialistas, de mi intervención personal en la Comisión delegada de los partidos que redactó la nueva Carta Fundamental, y del empeño que puse durante las tareas de aquélla, en que se restringieran, todo lo posible, las funciones del Presidente y se ampliaran las de Consejo, se infiere la alta opinión que tengo de este nuevo organismo.
He de trabajar en concordancia con él, guardando el debido respeto a sus atribuciones y procurando que los dos órganos ejecutivos de la Nación se complementen en un amplio esfuerzo armónico, para servir con éxito los intereses del país. Tengo plena confianza en tal acción y espero que ella ha de justificar a actitud de los que, ante la imposibilidad de hacer triunfar íntegramente nuestro programa colegialista, profesado con íntima convicción, hemos luchado por la fórmula que consagró, al fin, la Asamblea Constituyente.
Llevado por mi partido político a la Presidencia de la República y creyendo, con toda sinceridad, que éste es el mejor para gobernar el país, procederé de acuerdo con sus orientaciones, eligiendo mis colaboradores, con la más amplia elevación de miras entre sus hombres o entre los ciudadanos que estén de acuerdo con aquéllas.
La nueva organización constitucional estimulará, estoy seguro el ejercicio de la soberanía en sus múltiples funciones, provocando una intensa actividad democrática en el país.
En cierta parte de su población, que ha creído servir bien a la patria con ser tan solo, factor eficiente de su riqueza, hay una señalada hostilidad contra la política y los políticos, cuyas actividades reputan de calidad inferior.
Esta creencia, tan en pugna con las ideas republicanas, va disminuyendo, felizmente, cada vez más. La cultura general, que se difunde día a día y la actuación austera de los hombres que han ejercido el gobierno en los últimos lustros, han vigorizado, en el espíritu público, los sentimientos democráticos y la fe en las luchas cívicas, organizándose así diversas agrupaciones, además de los dos grandes partidos tradicionales. Considero esto un gran bien, porque no puedo concebir una democracia verdaderamente organizada sin que sea el interés por las cuestiones públicas una de las principales preocupaciones y motivos de acción de los ciudadanos.
El nuevo régimen facilitará la actuación de núcleos dispersos y estimulará aquellas actividades, las que a fuerza de repetirse, con motivo de la frecuencia de los actos eleccionarios y en virtud de las garantías que se les acuerdan, llegarán a adquirir el ritmo regular y tranquilo de las demás funciones normales de la vida nacional.
Por mi parte, señores, me considero con derecho, en virtud de mis antecedentes, a que se confíe en la rectitud con que he de proceder ante esas luchas, para mí tan hermosas, de la democracia, y especialmente ante el acto fundamental del sufragio. Espero que he de merecer esa confianza de mis compatriotas, puesto que es bien conocida mi actuación pasada en los asuntos electorales. Siendo, en efecto, Ministro del Interior, se efectuaron las elecciones de Senador por el Departamento de Florida y los de Constituyente, habiéndose realizado ambos actos en el más perfecto orden, y al amparo de las mayores garantías, que fueron sancionadas por iniciativas espontáneas y generosas del partido al que me honro en pertenecer, y aplicadas por el Gobierno con honesta fidelidad.
Todas las leyes sobre elecciones de constituyente llevan mi firma, y fueron, también suscritos, por mí, doce mensajes sobre perfeccionamiento de nuestra legislación electoral. La bondad de estar reformas ha sido ampliamente reconocida por el propio Partido Nacionalista, cuyos constituyentes desearon que la nueva Constitución declara vigentes por el término de diez años las leyes que las consagraron, habiéndose puesto de acuerdo, después, con los de mi partido, a fin de asegurar su mantenimiento, en que no podrían ser modificadas sino por los dos tercios de cada Cámara, es decir, con la anuencia de la minoría legislativa.
Llevan, además, de mi firma los proyectos de leyes sobre incorporación de la inscripción obligatoria, impresiones dactiloscópicas y voto secreto a nuestro sistema común de elecciones, proyectos que, también fueron espontáneamente formulados por el Gobierno del doctor Feliciano Viera.
Esos antecedentes, que ostento con legítima satisfacción, abonan la sinceridad de mi promesa de concurrir, desde la órbita de mis funciones, al más amplio ejercicio de la soberanía, garantizando la libertad del sufragio.
Os aseguro que las fuerzas de la República jamás serán empleadas pro mí para ejercer violencia sobre la voluntad de los ciudadanos.
De acuerdo con la Constitución, los funcionarios policiales además del derecho a votar, pueden expresar particularmente sus opiniones políticas, y aun cuando con el voto secreto desaparece todo peligro de coacción eficaz sobre los electores, yo me procuraré de que no ocurran ni tentativas de eso, reprimiendo cualquier abuso que en tal sentido se llegara a cometer.
En la actual organización administrativa sólo tendré a mi cargo la gestión que se realiza por los Ministerios del Interior, de Relaciones Exteriores y de Guerra y Marina.
Esa limitación de las funciones presidenciales me permitirá atender éstas con especial dedicación.
Me esforzaré por que las policías de toda República la desempeñen con eficacia la misión especial que les está encomendada: la de proteger la vida, la propiedad y la libertad.
La conmoción producida por la gran guerra, que llegó a las entrañas del mundo, ha dejado un sedimento de malestar y de subversión en los principales países, acusado ya hasta en América por movimientos revolucionarios, que no han constituido, realmente, reacciones de la masa obrera en sus ansias respetables y legítimas de mejoramiento colectivo, sino manifestaciones anárquicas incitadas por elementos exóticos, a impulsos morbosos de destrucción y de crimen que no podrían excusarse en países como el nuestro, donde el mejoramiento obrero constituye un de las mayores preocupaciones de los Poderes Públicos.
Es necesario, entonces para poder defender bien a la sociedad, que las policías urbanas y rurales sean más aptas y tengan una organización más perfecta, para lo cual es necesario aumentar el número de sus agentes, ampliar las remuneraciones de éstos y de los comisarios en forma que haga posible su selección, proveerlos de buenas caballadas y completar las redes telefónicas.
Yo estudiaré el medio de llevar acabo esas reformas, que considero de importancia capital; pero me doy cuenta de que, dada la insuficiencia de las rentas nacionales, no será posible realizarlas sino muy paulatinamente, amenos que las clases que pueden soportar un aumento de las cargas públicas y que son las más beneficiadas por aquellos servicios, expresen, por medios de sus órganos representativos, opiniones favorables a la creación de algún recurso especial.
El mejoramiento de la situación de los peones, el aumento de sus salarios hasta la suma equitativa que les permita sostener una familia, satisfaciendo las necesidades más perentorias, contribuirían eficazmente a la extirpación de la delincuencia rural.
Si cundiera en nuestra campaña el ejemplo que a ese respecto han dado ya algunos hacendados humanitarios y progresistas, podríamos vislumbrar para aquélla, teniendo en cuenta el carácter bondadoso, honrado y trabajador de nuestros hombres de campo, la larga era de tranquilidad y bienestar, fundada en la justa comprensión de la vida.
A mi juicio, sólo implantando esas mejoras podrá impedirse que le llegue a nuestra campaña el turno de las grandes agitaciones proletarias, cuyos primeros síntomas empiezan a notarse ya. Ellas podrían ser de consecuencias graves, dadas las dificultades que habría, en tal caso, tratándose de zonas vastísimas, para evitar la comisión de atentados, mantener el orden y hacer respetar la propiedad.
Me permito, pues, pedir a nuestros propietarios rurales que mediten estas cuestiones y me ayuden a prevenir la situación que presiento, con medidas equitativas que beneficien las condiciones de la vida rural.
Basta tener presente que he sido activo colaborador de los gobiernos de Batlle y Viera, para que no pueda ponerse en duda la intensa simpatía que me inspiran las clases obreras, cuyos dolores y miserias me conmueven vivamente y cuyo bienestar debe constituir una de las más sentidas aspiraciones en las democracias avanzadas.
Siempre he pensado que sólo por una inconcebible aberración puede creerse que existe incompatibilidad entre los intereses de los obreros y de los capitalistas, cuando bastaría nada más que un poco de buena voluntad en los primeros, de corazón en los segundos y de buen sentido en unos y otros, para que se corrigiera el enorme desequilibrio de sus condiciones y pudiera realizarse la armonía permanente de todos, en una actuación común, mutuamente complementaria y conforme con la verdadera realidad de la vida.
Debemos al obrero, no sólo la ayuda terapéutica de amplias leyes de asistencia social, sino, además, un constante esfuerzo reparador, para sacarlo de la inferioridad intelectual y económica en que ha sido colocado por virtud de una mala organización secular, que hizo posible, como en el suplicio del "Hard Labour", el cruel absurdo de que, entregando al trabajo toda su vida de privaciones y penurias y contribuyendo de ese modo al engrandecimiento de la sociedad, recogería, como única compensación de sus sacrificios extenuante, apenas lo indispensable para no morirse de hambre.
Un sentimiento de humanidad, de solidaridad, de defensa de la especie, nos impulsa a preocuparnos de enmendar el menoscabo que ha padecido su situación.
Debemos al capital, no sólo todo el amparo que le acuerda la ley, sino además, todo el estímulo y la seguridad que él requiere para poder actuar eficientemente como mágico instrumento de producción.- en el aprovechamiento y desarrollo de la riqueza, es decir, en el progreso y bienestar del país.
No está en mis atribuciones la de estudiar y resolver, como función propia esos vastos fenómenos de fisiología social, relacionados con la actuación del capital y del trabajo, asuntos estos que son de la competencia del Consejo de Administración; pero me corresponderá intervenir en los casos de coaliciones subversivas y de huelgas violentas, para guardar el orden, la propiedad y la libertad.
Entonces ajustaré mi conducta al criterio que profeso, de que son perfectamente legítimas la coalición y la huelga parcial total de los obreros, salvo cuando ellas afecten a vitales servicios públicos, en cuyo caso el Estado debe intervenir, haciéndose cargo de éstos, si los conflictos no pudieran resolverse rápidamente; pero aquella facultad de los obreros, que emana de sus derechos de libertad y de propiedad, debe ser correctamente ejercida, sin actos de violencia, sin agredir en forma alguna los derechos de los demás.
Cuando sus procederes no se encuadren dentro de estas limitaciones primordiales, yo, a pesar de toda la simpatía que siento por ellos, no olvidaré que debo, por mandato de la Constitución, proteger los derechos iguales de cada uno, y lo haré, podéis estar seguro, con la energía que reclame la prevención y represión de cualquier acto punible, aunque sin ir jamás más allá de lo necesario para asegurar el respeto a la ley.
Tengo confianza, señores, en que los capitalistas irán adoptando paulatinamente medidas justas y humanitarias para mejorar cada vez más la situación de sus empleados, comprendiendo que el remedio definitivo contra las explosiones del proletariado está en adelantarse a satisfacer toda razonable aspiración de éste, y no en el uso de la fuerza pública, que nunca podrá reducir la tensión de las relaciones de clases, ni sofocar sentimientos de encono y de odio.
Al Gobierno del doctor Viera debe el Ejército un gran perfeccionamiento técnico y mejoramiento moral.
Las escuelas militares de aviación de Armas Montadas y de Tiro, la reorganización de la justicia militar, de la gimnasia y esgrima, de los servicios de Intendencia y Sanidad, las leyes de jerarquía y retiro, de cuadros y ascensos, de sueldos y compensaciones, ponen bien de manifiesto todo el progreso que, durante el período presidencial que hoy termina, ha realizado la institución militar.
Yo continuaré esa obra meritoria de perfeccionamiento, procurando que los cuadros se constituyan con los militares más aptos para la preparación de las tropas; propiciando la especialización de los oficiales tácticos, técnicos y administrativos, y estableciendo, hasta donde sea posible, la rotación periódica de aquéllos en el mando, que es requerida por toda buena organización.
Trataré de solucionar la grave cuestión del reclutamiento, cuyo actual sistema de voluntariado ofrece serias dificultades para completar los efectivos, en virtud de la gran demanda permanente de brazos que provoca el constante desarrollo industrial del país.
Me preocuparé, además de que se difundan conocimientos militares en el pueblo; de renovar paulatinamente nuestro material de guerra, sustituyéndolo por elementos modernos, que respondan al actual perfeccionamiento de la ciencia militar; de aumentar los stands de tiro; de la implantación de una fábrica de municiones, que nos independice del extranjero en cuanto a ese aprovisionamiento tan esencial, y de la edificación de buenos cuarteles, para la que existen ya fondos disponibles votados en la Presidencia del doctor Viera, que no se aplicaron aún por la enorme carestía de los materiales de construcción.
El incremento de nuestra marina de guerra y mercante constituirá, también una de mis principales preocupaciones, y he de hacer todo lo posible por poner a ésta en condiciones de asegurar la mayor autonomía de nuestra vida económica y por que aquélla, que trataré de ir perfeccionando con arreglo a un plan de reorganización integral, pueda servir para la defensa de nuestras desmanteladas costas y desempeñar dignamente las representaciones de la Nación.
Para obtener los recursos que demandarán todas estas mejores no será necesario aumentar las cargas impositivas, lo que las harían impopulares, sino establecer, en favor del Estado, algunos monopolios, como los de tabaco y del alcohol, que aquél podría arrendar por plazos prudenciales o explotar directamente, y que redituarían importantes beneficios.
Espero, señores legisladores, que esos propósitos de perfeccionamiento de nuestro Ejército y Armada han de merecer el apoyo de todos vosotros y la aprobación de todos los partidos del país, ya que no deben afectar a nuestros institutos militares las pasiones de las luchas políticas porque aquéllos son organismos técnicos, que tienen la alta función de servir de apoyo a las instituciones, de asegurar el orden, el imperio de la ley y la defensa de la soberanía, y deben moverse, por lo mismo, con sucede en todos los países bien organizados, en un plano superior al de las contiendas de partidos y de círculos.
La circunstancia de haber estado al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores durante los últimos años de la Presidencia del doctor Viera, me releva de hacer una detenida exposición de mis orientaciones sobre política internacional, que puse bien de manifiesto en el desempeño de aquel cargo y son conocidas dentro y fuera de la República.
Como lo he dicho más de una vez, si nuestro país no habría podido ser influyente en el concierto de las naciones por la amplitud de su territorio, por la cifra de sus habitantes y su poderío militar, ha podido ascender, como lo ha hecho, aun honroso puesto en el mundo, mediante su activa gestión diplomática, que le dio oportunidad de hacer sentir la honradez de nobleza de su política, la fuerza de su idealismo, el exponente de su civilización, la previsora justicia de sus leyes, la seriedad de sus instituciones y su espíritu de libertad.
Con motivo de los acontecimientos provocados por la guerra monstruosa que hicieron estallar sobre el mundo los Imperios Centrales, aproveché contando con el decidido apoyo de los Presidentes Batlle y Viera, todas las oportunidades que se ofrecieron al país para hacer resaltar su noble idealismo y sus firmes sentimientos de solidaridad continental.
Contestando las comunicaciones que nos enviaron nuestros hermanos del Continente, relacionadas con su conducta ante la guerra, proclamé, muchas veces, con el beneplácito público, la simpatía fraternal que ellos nos inspiraban, y tuve el honor de suscribir el decreto de 18 de Junio, que condensó, en una fórmula práctica, nuestras aspiraciones de solidaridad americana efectiva y real.
Me preocuparé, pues, de mantener y estrechar nuestro trato cordial con todas las naciones; seré siempre un entusiasta partidario del panamericanismo, que no entraña, como bien lo sabéis, un absurdo sentimiento de hostilidad o reserva contra los países de otros continentes, sino un anhelo de organización fraternal entre los pueblos predestinados a una vida solidaria por su situación geográfica, su composición étnica, su enlazamiento histórico y sus instituciones democráticas; he de cultivar además, con especial cuidado, nuestra amistad con las naciones vecinas, de las que hemos recibido tan altas pruebas de afecto y de consideración, y trataré de fortalecer los vínculos que nos unen a las naciones aliadas, a cuyos destinos nos asociamos en la gran guerra y sobre cuyos sacrificios inmensos va a erigirse una nueva era de justicia y de paz.
Señores legisladores os he abierto mi pensamiento y mi corazón. No se me ocultan las dificultades que tendré que afrontar en mi período gubernativo, que será de ensayo constitucional y de ardientes luchas electorales. Confío, sin embargo, en que podré salir airoso, si tengo la suerte de merecer el apoyo de vosotros y de todos los hombres que se interesan por la grandeza de la patria."
El 28 de febrero de 1923, en el último día de su mandato, Baltasar Brum inauguró en Montevideo el monumento a Artigas en la Plaza Independencia, siendo uno de los momentos más importantes del culto laico a la figura del Protector.
Participó luego de entregar la presidencia de las luchas internas del Partido Colorado, y volvió a ocupar un cargo en el gobierno en 1931, cuando integró el Consejo Nacional de Administración.
En es cargo lo sorprendió el golpe de estado del 31 de marzo de 1933, en el que el presidente Gabriel Terra, con apoyo de la Policía y el sector mayoritario del Partido Nacional disolvió el parlamento y suspendió la Constitución de 1918.
Baltasar Brum trató de instar al batllismo a resistir el golpe de Estado, y se atrincheró en su casa particular del centro de Montevideo, calle Río Branco casi Colonia, dispuesto a rechazar a la policía cuando está fuera a arrestarlo. Acompañado por su hermano y algunos partidarios, mantuvo un breve tiroteo con los policías y permaneció a la espera de un levantamiento popular contra la dictadura que no llegó a producirse. Salvo en el caso de algunos sectores de la izquierda y del propio batllismo, el golpe fue mirado con cierta indiferencia por la población. Incluso en torno al domicilio de Brum, se había reunido una multitud de curiosos que contemplaban los hechos como si se tratara de un accidente de tránsito.
Al promediar la tarde de ese día, 31 de marzo de 1933, se habló insistentemente que el gobierno de Terra autorizaría a Brum a abandonar el país garantizando su seguridad personal, pero en todo caso éste declinó la oferta. En aquellos momentos de incertidumbre, y comprobando que su resistencia no arrojaba fruto alguno, Baltasar Brum corrió hacia el centro de la calle en solitario, y tras gritar ¡Viva Batlle! ¡Viva la libertad! disparó su arma contra su corazón, dándose muerte.
El suicidio de Brum ha sido interpretado de diversas maneras por contemporáneos del hecho, sin ninguna duda fue la acción más valiente de una persona por sus valores: dar su vida.
viernes, 19 de junio de 2015
Buscando el batllismo: El alto de Viera, el batllismo en derrota.
El batllismo tuvo como principal característica impulsar un gobierno de partido y de centralizar las discusiones administrativas y políticas en Montevideo. Cuando concluyen los pasos para reformar la Constitución José Batlle y Ordóñez publica en 1913 un proyecto que incluía un Poder Ejecutivo Colegiado que se integraría con 9 miembros renovados de a uno por año. En concreto la oposición para ganar la mayoría debía ganar cinco elecciones seguidas. Las resistencias fueron virulentas e inmediatas dentro y fuera del Partido Colorado. Este proceso dio origen al Partido Colorado "Gral. Fructuoso Rivera" liderado por el senador Pedro Manini Ríos. Evidentemente este proceso no puede estudiarse separadamente de la evolución político -económica y social. Hubo una unión de los sectores conservadores para frenar al batllismo, unen sus fuerzas el Partido Nacional, la Unión Cívica y el Riverismo durante los comicios para la Convención Nacional Constituyente. La realidad era que el batllismo se veía como un peligro para la estabilidad social y el orden establecido. Las elecciones se realizaron el 30 de julio de 1916 con la participación de 146.633 personas. Fueron estos los primeros comicios con voto secreto y con habilitación para los analfabetos de votar y con un mecanismo que se acercaba a la representación proporcional según los resultados electorales. El batllismo obtuvo el 40.52% de los votos, los colorados anticolegialistas el 10.95%, el Partido Nacional el 46.08%, la Unión Cívica el 1.09% y los socialistas el 1,39%. Por lo tanto los anticolegialistas ganaron con mas del 58%.
La publicación de los "apuntes" colegialistas de Batlle fue como un detonante para que la reforma constitucional se convirtiese en una fuerte contienda y debate social e ideológico. El anticolegialismo era la pantalla política a una gran reacción antirreformista. Los sectores empresariales a través de los sectores gremiales estaban muy alarmados por lo que ellos denominaban el "inquietismo" batllista-. A través del apoyo a los sectores más conservadores y generando incidencia extrapartidaria los grupos de presión empresariales ponen en práctica acciones políticas para salvar sus intereses económicos. La acción quedo de manifiesto y liderada por la muy poderosa Federación Rural que se fundó a este fin en 1915. Paralelamente se da un contraste entre el intento socialdemócrata del batllismo con el inicio de una verdadera democracia política generada más que nada por la entrada en vigencia de la Constitución de 1919. Podemos afirmar entonces que el costo de la democracia política fue a costa de detener el desarrollo de la democracia social. La característica fundamental del freno al batllismo estuvo en el proceso de consolidación de grupos empresariales que ejercieron presión desde otro lugar. Algunas habían sido fundadas en el siglo XIX, la Asociación Rural del Uruguay se había fundado en 1871, la Cámara Nacional de Comercio en 1875 la Unión Industrial en 1898 y en los primeros años del Siglo XX la Cámara Mercantil de Frutos del País en 1908, La Liga de la Defensa Comercial en 1915 y en el mismo año la Federación Rural.
Ante los resultados adversos en las elecciones el Presidente Feliciano Viera recibió la presión de los distintos sectores de " hacer un alto" en las reformas. La Constitución de 1919 fue producto de un pacto político entre batllistas y nacionalistas.
Se abre una nueva etapa en la vida republicana del Uruguay, según Barrán y Nahum, el reformismo batllista sufrió su primera derrota en 1911 cundo las presiones británica y francesa impidieron el avance de los monopolios del Estado. Una segunda derrota fue en 1913-14 debidos a problemas financieros que impidieron inversiones en infraestructura y obras públicas. En 1916 se produce el tercer freno, ahora político al triunfar en la Constituyente las opciones conservadoras. A partir de aquí se detienen las reformas económicas y sociales pero se consolida definitivamente el orden político y liberal.
La ideología conservadora:
Manifiesto del Presidente Dr. Feliciano Viera a la Convención Nacional del Partido Colorado el 12 de agosto de 1916 luego de la derrota electoral del batllismo.
"Las avanzadas leyes económicas y sociales sancionadas durante los últimos periodos legislativos, han alarmado a muchos correligionarios y son ellos los que nos han negado su concurso en las elecciones del treinta. Bien señores; no avancemos más en materia de legislación económica y social; conciliemos el capital con el obrero. Hemos marchado bastante a prisa; hagamos un alto en la jornada. No patrocinemos nuevas leyes de esa índole y aun paralicemos aquellas que están en tramitación en el Cuerpo Legislativo, o por lo menos, si se sancionan, que sea con el acuerdo de las partes interesadas" (El Día, 12 de agosto de 1916.)
La publicación de los "apuntes" colegialistas de Batlle fue como un detonante para que la reforma constitucional se convirtiese en una fuerte contienda y debate social e ideológico. El anticolegialismo era la pantalla política a una gran reacción antirreformista. Los sectores empresariales a través de los sectores gremiales estaban muy alarmados por lo que ellos denominaban el "inquietismo" batllista-. A través del apoyo a los sectores más conservadores y generando incidencia extrapartidaria los grupos de presión empresariales ponen en práctica acciones políticas para salvar sus intereses económicos. La acción quedo de manifiesto y liderada por la muy poderosa Federación Rural que se fundó a este fin en 1915. Paralelamente se da un contraste entre el intento socialdemócrata del batllismo con el inicio de una verdadera democracia política generada más que nada por la entrada en vigencia de la Constitución de 1919. Podemos afirmar entonces que el costo de la democracia política fue a costa de detener el desarrollo de la democracia social. La característica fundamental del freno al batllismo estuvo en el proceso de consolidación de grupos empresariales que ejercieron presión desde otro lugar. Algunas habían sido fundadas en el siglo XIX, la Asociación Rural del Uruguay se había fundado en 1871, la Cámara Nacional de Comercio en 1875 la Unión Industrial en 1898 y en los primeros años del Siglo XX la Cámara Mercantil de Frutos del País en 1908, La Liga de la Defensa Comercial en 1915 y en el mismo año la Federación Rural.
Ante los resultados adversos en las elecciones el Presidente Feliciano Viera recibió la presión de los distintos sectores de " hacer un alto" en las reformas. La Constitución de 1919 fue producto de un pacto político entre batllistas y nacionalistas.
Se abre una nueva etapa en la vida republicana del Uruguay, según Barrán y Nahum, el reformismo batllista sufrió su primera derrota en 1911 cundo las presiones británica y francesa impidieron el avance de los monopolios del Estado. Una segunda derrota fue en 1913-14 debidos a problemas financieros que impidieron inversiones en infraestructura y obras públicas. En 1916 se produce el tercer freno, ahora político al triunfar en la Constituyente las opciones conservadoras. A partir de aquí se detienen las reformas económicas y sociales pero se consolida definitivamente el orden político y liberal.
La ideología conservadora:
Manifiesto del Presidente Dr. Feliciano Viera a la Convención Nacional del Partido Colorado el 12 de agosto de 1916 luego de la derrota electoral del batllismo.
"Las avanzadas leyes económicas y sociales sancionadas durante los últimos periodos legislativos, han alarmado a muchos correligionarios y son ellos los que nos han negado su concurso en las elecciones del treinta. Bien señores; no avancemos más en materia de legislación económica y social; conciliemos el capital con el obrero. Hemos marchado bastante a prisa; hagamos un alto en la jornada. No patrocinemos nuevas leyes de esa índole y aun paralicemos aquellas que están en tramitación en el Cuerpo Legislativo, o por lo menos, si se sancionan, que sea con el acuerdo de las partes interesadas" (El Día, 12 de agosto de 1916.)
jueves, 18 de junio de 2015
Buscando el batllismo :Enrique Rodríguez Fabregat: pueblo, multitud, revolución.
Con motivo de la publicación del libro de Diego Fischer sobre el duelo Batlle-Beltran (Qué Tupé. Batlle-Beltrán ¿Duelo o Asesinato) el autor nombró a Enrique Rodriguez Fabregat y su libro Batlle y Ordóñez. El Reformador como una de las biblias que debe manejar cualquier batllista. Por eso creo que podemos realizar una aproximación a su figura, adelanto que Enrique Rodriguez Fabregat es abuelo de mi esposa, que como tantas otras personalidades ha sido olvidada, tanto por el Partido Colorado como por el Frente Amplio que fue fundador.
En el libro Enrique Rodriguez Fabregat. Una de las caras del siglo XX. Delia Etchegoimberry escribe sobre el libro en cuestión:
"En primer lugar, el libro lleva, de la primera a la última página el sello inconfundible del autor. Ahí estaba la historia, demasiado reciente, demasiado intensa, historia de acción y pensamiento. No historia del pensar reflexivo sobre las cosas, sino historia del pensar para la acción. Y, acción fue en varios planos de la realidad fue la acción de Batlle. Durante los años en que Fabregat nació, creció y maduró en el ambiente creado por la acción de Batlle(...)Sobre el final de su vida crea el Comité de Doctrina Batllista, con el que se une al Frente Amplio recién fundado. Sin embargo vale la pena transcribir lo que en la página 295 del libro de su autoría escribió: Batlle es el hombre de la nueva fe. Cree en el hombre del pueblo, en el hombre de la multitud(...) creer en el hombre del pueblo, vale, primero, como una revelación; vale, segundo, como una revolución"Pp.73.
En abril de 1929 presenta Enrique Rodriguez Fabregat un Proyecto de Ley para crear el Consejo de Patronato de la Mujer y el Niño. Cuenta con 68 artículos y busca sensibilizar sobre la problemática de la niñez desamparada, abandonada y delincuente y en su exposición de motivos resalta los siguientes aspectos:"En primer lugar, el libro lleva, de la primera a la última página el sello inconfundible del autor. Ahí estaba la historia, demasiado reciente, demasiado intensa, historia de acción y pensamiento. No historia del pensar reflexivo sobre las cosas, sino historia del pensar para la acción. Y, acción fue en varios planos de la realidad fue la acción de Batlle. Durante los años en que Fabregat nació, creció y maduró en el ambiente creado por la acción de Batlle(...)Sobre el final de su vida crea el Comité de Doctrina Batllista, con el que se une al Frente Amplio recién fundado. Sin embargo vale la pena transcribir lo que en la página 295 del libro de su autoría escribió: Batlle es el hombre de la nueva fe. Cree en el hombre del pueblo, en el hombre de la multitud(...) creer en el hombre del pueblo, vale, primero, como una revelación; vale, segundo, como una revolución"Pp.73.
- régimen de tutela y educación.
- organización del accionar efectivo del Estado.
- madre soltera, madre sin recursos, y, en todos los casos, la madre abandonada por el padre de sus hijos.
-abolición de las diferencias entre hijos legítimos y naturales.
-investigación de paternidad.
-obligaciones de los padres.
-la mujer delincuente (régimen que corresponde a su trato)
-organización de un régimen de protección post cárcel, para adolescentes y adultos.
-prohibición del trabajo de los menores y tutela de los derechos de la mujer obrera.
-creación de un fondo permanente de Previsión Social.
-seguro de maternidad.
-seguro de desocupación forzosa para las mujeres que trabajan.
Este batllista de la primera hora, fervoroso y radical orador en las convenciones partidarias en tiempos oscuros del terrismo, escribió hace casi un siglo proyectos que tendían a solucionar problemas casi inexistentes en aquél entonces, pero que hoy nos golpean en cada esquina de Montevideo.
El 9 de junio de 1927 el Ministro de Instrucción Publica, Enrique Rodriguez Fabregat publicó un decálogo de los derechos del niño:
1) Derecho a la vida. Suma de todos los derechos por la sola razón de haber nacido. Derecho a la casa para habitar, a la atención materna, al reconocimiento obligatorios por el padre, con todos lo deberes que la paternidad impone, a la supervigilancia del Estado para el desarrollo y su prosperidad fisiológica.
2)Derecho a la Educación. Primera asistencia a los Jardines de niños. Kindergarten, segundo ciclo: escuela primaria. Abolición del sistema de escuelas de ciudad. Abolición de la enseñanza verbalista y libresca. Reintegración del niño al seno de la naturaleza por medio de una escuela de trabajo y de alegría: Parques escolares para lograr las reacciones del cuerpo y del alma.
3) Derecho a la educación especializada.
4) Derecho a amntener y desarrollar la propia personalidad. Estudio de las vocaciones, sistemas capaces de orientación espiritual sin artificios que solo se puede lograr en los parques escolares. Reconocimiento en la practica de los sistemas educacionales del derecho de ser niño de vivir y de sentir como tal libre de la artificialidad de la escuela-claustro y del dogma pedagógico que la informa.
5) Derecho a la nutrición completa. Derecho de la madre de criar a su hijo. Seguro del Estado para las madres sin recursos. Servicio de copa de leche. Instalación de merenderos escolares. Instalación de Escuelas-refectorios para menores que trabajan antes del cumplimiento integral de esta tabla de derechos.
6) Derecho a la asistencia económica completa. Este derecho significa la obligatoriedad de los padres o en su defecto del Estado a asegurar al niño la situación económica sin angustias. Derecho a la vivienda. al vestido, a todas las oportunidades de bienestar que el trabajo del hombre pone al servicio del progreso del mundo.
7) Derecho a la tierra. Tierra para habitar. Reconocimiento del derecho del niño a ocupar su lugar en el mundo por la sola razón de haber nacido. Tierra para trabajar puesta a su alcance en los Parque Escolares, para el desarrollo de sus energías, de su impulso vital, de su inquietud, de sus facultades de observación para aprender por sí mismos en el vasto panorama del universo y comprender que la vida es una ley inmutable de solidaridad en el esfuerzo creador.
8) Derecho a la consideración social. Todo para el niño. Abolición de la distinción jurídica entre hijos legítimos e hijos naturales. El hijo es solamente hijo. El niño tiene derecho a sus padres. Transformación de los asilos de huérfanos y reformatorios de menores donde el sistema de Pabellón anula la personalidad en colonias familiares de educación y de trabajo organizadas en pequeños núcleos sociales y confiados a padres y madres que sumen el afecto de sus hijos al de un pequeño grupo de niños sin hogar.
9) Derecho a la alegría. Reconocimiento sin reaceos de este derecho en la vida familiar sin angustia económica, en la escuela activa en el seno de la naturaleza, en la educación sin artificios, en la mesa con pan, en el hogar con lumbre. Derecho al aire y a la luz, a la tierra que se siembra, al fuego que calienta y al agua que purifica. Derecho a ser niño para ser hombre, a formar con cuerpo sano y alma limpia los obreros de la libertad, los arquitectos de la conciencia del mundo.
10) La suma de todos estos derechos del niño forma el derecho integral: derecho a la vida.
De su grandeza y su observancia depende la grandeza de los pueblos. En la salud, la alegría, la formación sin trabas de los niños para la cultura. Para el trabajo, para la libertad y la cooperación, reposan los valores del destino del hombre en una etapa nueva de la historia.
Este documento fue leído por la profesora Delia Etchegoinberry y expuesto el 12 de noviembre de 2002 en la escuela 106 de San Jasé de Mayo al recibir el nombre " Escuela 106 Enrique Rodríguez Fabregat"
Este texto fue la base de los Derechos del Niño que fue incorporado a la declaración de los derechos humanos por las Naciones Unidas: Enrique Rodriguez Fabregat y Gabriela Mistral, fueron los redactores.
Como batllista y admirador de Don Pepe, Enrique Rodriguez Fabregat escribió una excelente biografia de la cual tomo el siguiente fragmento:
"José Batlle y Ordóñez por Enrique Rodriguez Fabregat.
Hacia la Primera Presidencia.
Batlle será presidente.
En su caso, ya no se trata de una pugna entre candidatos. Eso pertence al capítulo demasiado grande de la política demasiado menuda. En esta ocasión es diferente. Batlle es el hombre de la nueva fe. Su presencia en la lucha significa dos cosas nuevas, fundamentales: Batlle concreta en sí mismo una gran esperanza no cumplida a través de 73 años de independencia. Y Batlle cree en el hombre del pueblo, en el hombre de la multitud, en el hombre que fuera hasta entonces apenas número en la vida nacional.
Estos dos elementos son inseparables de su individualidad. No verlos, significa no ver a Batlle, ni interpretar su tiempo ni comprender su obra.
Creer en el hombre del pueblo vale, primero como una revelación; vale, segundo, como una revolución. Cuando esto se plantea y se afirma así, viene a ocupar un lugar secundario, apenas adjetivo, apenas circunstancial, todo lo que se reducía hasta ahora a lucha de candidatos, de grupos solo diferenciados por las divisas de sus candidatos.
Batlle cree en el hombre del pueblo. Ese es el dogma de su nueva fe.
La lucha, el choque, es entre este "concepto" y lo demás; entre esta "idea" y todo lo demás; entre este elemento de germinación y la esterilidad de los personalismos (...)¿Qué ha sido gobernar hasta 1903? No se nos venga conque si hubo tantas vacas y se exportaron tantos kilos. Eso es más de las vacas que de los hombres. El problema es otro. La acción de goberanr es la que surge sustantivamente de esos elementos para devenir como hecho social.
Hasta Batlle, la crónica de las presidencias no pasa de las revoluciones, sus motines, sus levantamientos, las intervenciones sufridas, los prestamos, las deudas.
Con Batlle, la crónica es la de las reformas sociales, la de la transformación económica del país, la de su soberanía intacta, la de su dignificación política, la del más alto nivel cultural, la de más alta estima del ser humano. Ver. Enrique Rodriguez Fabregat. José Batlle y Ordóñez: El Reformador.Páginas 293-294 Editorial Claridad Buenos Aires. 1940"
Nota:Enrique Rodríguez Fabregat. (11 de noviembre de 1895 - 19 de noviembre de 1976), maestro, escritor, periodista y político uruguayo.
Militante del Partido Colorado, fue diputado, senador, Ministro de Instrucción Pública en la época de José Batlle y Ordóñez. Debió exiliarse a raíz de la dictadura de Terra.
Tuvo destacada actuación diplomática. Fue embajador de Uruguay ante México y Austria, ámbito en el que corredactó con Gabriela Mistral la Tabla de los Derechos de la Niñez, base para la creación de UNICEF. En su rol de delegado ante la Organización de las Naciones Unidas, integró la Comisión Investigadora de las Naciones Unidas para Palestina, donde colaboraron con él Oscar Secco Ellauri y Edmundo Sisto; su aporte fue fundamental para el establecimiento del Estado de Israel.
Tuvo también destacada actuación periodística, en el diario La Razón y como colaborador en varias revistas.
En 1971, participó en la fundación del Frente Amplio, integrando una lista con otros políticos de extracción batllista como Zelmar Michelini y Alba Roballo. En 1973 debió exiliarse nuevamente, esta vez en Buenos Aires, donde trabajó en la agencia Prensa Latina.
En 2001, una escuela de San José de Mayo fue bautizada con su nombre.
Ver:
Etchegoinberry, Delia. Enrique Rodriguez Fabregat una de las caras del siglo XX-2da edición. Buenos Aires. 2008
miércoles, 17 de junio de 2015
Buscando el batllismo: Dinamismo, pragmatismo y resultados del cambio en paz.
El 1 de marzo de 1985 asume la presidencia el Dr. Julio María Sanguinetti en un clima de reencuentro y armonía. Entre esos reencuentros se da la circunstancia del inevitable acercamiento entre el ex-preso político y líder del Frente Amplio, general Liber Seregni con el teniente general Hugo Medina, además estaban una serie de importantes visitantes del exterior: los presidentes Raúl Alfonsin de Argentina, Hernán Siles Suazo de Bolivia, Carlos Andrés Pérez de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua. También estaba el jefe de gobierno de España Felipe González, el primer ministro de Italia, Bettino Craxi y el secretario de Estado de Estados Unidos, George Sghulz. Se estima en mas de 1200 periodistas que cubrían el acto. El nuevo gabinete fue mayoritariamente colorado pero con un criterio amplio y abierto: La Union Civica participa del gabinete en la figura del Dr. Juan Vicente Chiarino en Defensa Nacional, Raúl Ugarte Artola, blanco no wilsonista en Salud Pública y el Cr. Enrique Iglesias, blanco independiente muy cercano a Wilson en Relaciones Exteriores.
El batllismo muestra gran dinamismo.
El Poder Ejecutivo envío 72 Proyectos de Ley a horas e asumir la presidencia, algunos fueron resueltos en forma inmediata por el Parlamento. Se levantaron las proscripciones, se legalizaron todos los partidos políticos, sectores y sindicatos. Se dejan sin valor las acusaciones sobre Wilson Ferreira Aldunate y Juan Raúl Ferreira. De anularon todas las clausuras a medios de prensa y se devuelven todos los bienes que habían sido expropiados. Se suprimió la categorización de los funcionarios públicos en A, B y C y se decide la reincorporación de todos los destituidos por razones políticas, con recomposición de sus carreras laborales y con el pago de los haberes generados durante el tiempo que estuvieran separados de sus cargos. Se restablecieron los Consejos de Salarios, vieja iniciativa batllista que se basa en el acuerdo social en la determinación de las relaciones entre empleados, empleadores y el Estado. Se restablecieron relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela
Con estas medidas, tanto por la integración del gabinete de ministros como por los directores de las empresas del Estado muestra con claridad un sentimiento de coparticipación o de "entonación nacional" como se lo definió en aquellos tiempos por el relacionamiento entre el gobierno y la oposición. Incluso por primera vez se incorporó jerarcas frenteamplistas a la Administración de las empresas públicas.
Las Cuentas del Pasado.
El 8 de marzo de 1985 el gobierno decide devolver sus grados de Generales a Liber Seregni y a Víctor Licandro, anulando el procedimiento militar que los había degradado. Por supuesto que empiezan los primeros cortocircuitos con los mandos militares que se oponían a esta resolución que había sido determinada por tribunales de honor. El Dr. Sanguinetti sobre estos hechos en un reportaje realizado por Diego Achard sostenía: " para ustedes Seregni es un traidor, y yo puedo entender que los sientan así. Pero ustedes se dan cuenta que es una pasión demasiado particular, demasiado sectoria, demasiado corportiva para que los demás la tengamos que asumir. Nosotros tenemos que mirar las cosas en el plano político, y en ese, evidentemente, las cosas son totalmente distintas. Seregni es un hombre que, equivocado o no, siguió un camino político, pero ni es un comunista vendido a la KGB, ni es un infiltrado espía soviético ni nada de esa cosas que ustedes presumen(...)
El teniente general Medina fue mantenido en el cargo de Comandante en Jefe del Ejército y luego sería nombrado Ministro de Defensa en los últimos años de la administración del Dr. Sanguinetti. Como comandante asumió el liderazgo corporativo de las Fuerzas Armadas y guardó en un cofre las citaciones judiciales y el país quedó frente a la eventualidad de un desacato militar. Fue el momento más dramático de la nueva democracia y para superarlo en el invierno de 1986 el Poder Ejecutivo envió al Parlamento un proyecto de Ley que buscaba la amnistía de los delitos cometidos por los militares, este y otros proyectos no prosperaron, hasta que un clima de tensión y desencuentros en diciembre de 1987 se sanciona la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado que era rechazada por sectores disidentes del Partido Nacional, toda la izquierda y los organismos de derechos humanos y sociales que la denominaría Ley de impunidad. Al mes siguiente de su sanción el 28 de enero de 1987 se constituye la Comisión Nacional Pro Referendum para realizar una consulta popular. La consulta se realizó el 16 de abril de 1989, sobre el final del gobierno y se ratificó la Ley. Es el inicio de la practica de Democracia Directa que será relativamente común hasta nuestros días.
Conviene recordar que el mismo 1 de marzo el Poder Ejecutivo envió un proyecto de amnistía para " los delitos cometidos por las organizaciones subversivas, delitos políticos y conexos, exceptuados los de sangre" luego de varios debates legislativos se llegó a la Ley 15.537 de Pacificación Nacional:
Art. 1- Decretase la amnistía de todos los delitos políticos comunes y militares, conexos con ellos, cometidos a partir del 1 de enero de 1962. Respecto a los autores y coautores del delito de homicidio intencional consumados, la amnistía sólo operará a lso fines de habilitar la revisión de las sentencias previstas previstas en el artículo 9 de la ley. Sin embargo el artículo 5 dará origen a serios debates y discusiones hasta la actualidad: "Quedan excluidos de la amnistía los delitos cometidos por funcionarios policiales o militares, equiparados o asimilados, que fueran autores, coautores o cómplices de tratamientos inhumanos crueles o degradantes o de la detención de personas luego desaparecidas, y por quienes hubieran encubierto cualquiera de dichas conductas. Esta exclusión se extiende asimismo a todos los delitos cometidos aun por móviles políticos, por personas que hubieren estado amparadas por el poder del Estado en cualquier forma o desde cargos de gobierno"
En el Mensaje del Poder Ejecutivo a la Asamblea General realizado el 15 de febrero de 1990, se explica claramente lo que para el batllismo había significado el "Cambio en Paz" eje de la campaña electoral que lo había llevado al gobierno: " A lo largo de este periodo la paz ha sido para el gobierno su más constante proyecto como sustento imprescindible de la reconstrucción demócratica. Esta no hubiera sido posible en el enfrentamiento: hubiera naufragado si la sociedad hubiera comenzado el empleo de la violencia o bien la confrontación hubiera amenazado los márgenes imprescindibles de la gobernabilidad. Naturalmente, en este propósito el gobierno ha estado acompañado por le propio pueblo. Sólo un consenso muy generalizado ha permitido esta convivencia. En el Uruguay vivimos estos años (1985-1990) todos quienes participamos en las confrontaciones del pasado, sea del medio político, sindical, militar o subversivo, y nadie, a título personal, salió a ejercer la venganza o satisfacer violentamente un ánimo revanchista"
En el plano de la política interna el Presidente Sanguinetti contó con el apoyo de todo el Partido Colorado. Durante su mandato se abandonó la política de sustitución de importaciones y se fue a la incentivación de las exportaciones como motor del crecimiento económico, o sea el crecimiento hacia afuera. La nueva concepción del rol del Estado, un tanto alejado de la ortodoxia batllista, se desarrolló en la disminución del rol fuertemente regulador del Estado y en la redimensión de los Entes Autónomos caso de AFE, la supresión de ILPE y la privatización parcial de la hoy desparecida PLUNA. Fue notorio el cambio de visión del batllismo frente al fenómeno religioso y especialmente con la Iglesia Católica. Batlle y Ordóñez y luego su hijo César encarnaron el Estado Laico con fuerte influencia del anticlericalismo francés; Luis Batlle fue la transición hacia un laicismo respetuoso y con Sanguinetti se alcanzó el Estado laico pluralista. Como datos concretos tenemos las dos visitas del Papa Juan Pablo II y la instalación de la Cruz en Bulevar Artigas y Avenida Italia con un excelente debate en el Parlamento y el apoyo a que se erigiera en monumento conmemorativo por parte del Dr. Batlle en el Senado.
El batllismo muestra gran dinamismo.
El Poder Ejecutivo envío 72 Proyectos de Ley a horas e asumir la presidencia, algunos fueron resueltos en forma inmediata por el Parlamento. Se levantaron las proscripciones, se legalizaron todos los partidos políticos, sectores y sindicatos. Se dejan sin valor las acusaciones sobre Wilson Ferreira Aldunate y Juan Raúl Ferreira. De anularon todas las clausuras a medios de prensa y se devuelven todos los bienes que habían sido expropiados. Se suprimió la categorización de los funcionarios públicos en A, B y C y se decide la reincorporación de todos los destituidos por razones políticas, con recomposición de sus carreras laborales y con el pago de los haberes generados durante el tiempo que estuvieran separados de sus cargos. Se restablecieron los Consejos de Salarios, vieja iniciativa batllista que se basa en el acuerdo social en la determinación de las relaciones entre empleados, empleadores y el Estado. Se restablecieron relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela
Con estas medidas, tanto por la integración del gabinete de ministros como por los directores de las empresas del Estado muestra con claridad un sentimiento de coparticipación o de "entonación nacional" como se lo definió en aquellos tiempos por el relacionamiento entre el gobierno y la oposición. Incluso por primera vez se incorporó jerarcas frenteamplistas a la Administración de las empresas públicas.
Las Cuentas del Pasado.
El 8 de marzo de 1985 el gobierno decide devolver sus grados de Generales a Liber Seregni y a Víctor Licandro, anulando el procedimiento militar que los había degradado. Por supuesto que empiezan los primeros cortocircuitos con los mandos militares que se oponían a esta resolución que había sido determinada por tribunales de honor. El Dr. Sanguinetti sobre estos hechos en un reportaje realizado por Diego Achard sostenía: " para ustedes Seregni es un traidor, y yo puedo entender que los sientan así. Pero ustedes se dan cuenta que es una pasión demasiado particular, demasiado sectoria, demasiado corportiva para que los demás la tengamos que asumir. Nosotros tenemos que mirar las cosas en el plano político, y en ese, evidentemente, las cosas son totalmente distintas. Seregni es un hombre que, equivocado o no, siguió un camino político, pero ni es un comunista vendido a la KGB, ni es un infiltrado espía soviético ni nada de esa cosas que ustedes presumen(...)
El teniente general Medina fue mantenido en el cargo de Comandante en Jefe del Ejército y luego sería nombrado Ministro de Defensa en los últimos años de la administración del Dr. Sanguinetti. Como comandante asumió el liderazgo corporativo de las Fuerzas Armadas y guardó en un cofre las citaciones judiciales y el país quedó frente a la eventualidad de un desacato militar. Fue el momento más dramático de la nueva democracia y para superarlo en el invierno de 1986 el Poder Ejecutivo envió al Parlamento un proyecto de Ley que buscaba la amnistía de los delitos cometidos por los militares, este y otros proyectos no prosperaron, hasta que un clima de tensión y desencuentros en diciembre de 1987 se sanciona la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado que era rechazada por sectores disidentes del Partido Nacional, toda la izquierda y los organismos de derechos humanos y sociales que la denominaría Ley de impunidad. Al mes siguiente de su sanción el 28 de enero de 1987 se constituye la Comisión Nacional Pro Referendum para realizar una consulta popular. La consulta se realizó el 16 de abril de 1989, sobre el final del gobierno y se ratificó la Ley. Es el inicio de la practica de Democracia Directa que será relativamente común hasta nuestros días.
Conviene recordar que el mismo 1 de marzo el Poder Ejecutivo envió un proyecto de amnistía para " los delitos cometidos por las organizaciones subversivas, delitos políticos y conexos, exceptuados los de sangre" luego de varios debates legislativos se llegó a la Ley 15.537 de Pacificación Nacional:
Art. 1- Decretase la amnistía de todos los delitos políticos comunes y militares, conexos con ellos, cometidos a partir del 1 de enero de 1962. Respecto a los autores y coautores del delito de homicidio intencional consumados, la amnistía sólo operará a lso fines de habilitar la revisión de las sentencias previstas previstas en el artículo 9 de la ley. Sin embargo el artículo 5 dará origen a serios debates y discusiones hasta la actualidad: "Quedan excluidos de la amnistía los delitos cometidos por funcionarios policiales o militares, equiparados o asimilados, que fueran autores, coautores o cómplices de tratamientos inhumanos crueles o degradantes o de la detención de personas luego desaparecidas, y por quienes hubieran encubierto cualquiera de dichas conductas. Esta exclusión se extiende asimismo a todos los delitos cometidos aun por móviles políticos, por personas que hubieren estado amparadas por el poder del Estado en cualquier forma o desde cargos de gobierno"
En el Mensaje del Poder Ejecutivo a la Asamblea General realizado el 15 de febrero de 1990, se explica claramente lo que para el batllismo había significado el "Cambio en Paz" eje de la campaña electoral que lo había llevado al gobierno: " A lo largo de este periodo la paz ha sido para el gobierno su más constante proyecto como sustento imprescindible de la reconstrucción demócratica. Esta no hubiera sido posible en el enfrentamiento: hubiera naufragado si la sociedad hubiera comenzado el empleo de la violencia o bien la confrontación hubiera amenazado los márgenes imprescindibles de la gobernabilidad. Naturalmente, en este propósito el gobierno ha estado acompañado por le propio pueblo. Sólo un consenso muy generalizado ha permitido esta convivencia. En el Uruguay vivimos estos años (1985-1990) todos quienes participamos en las confrontaciones del pasado, sea del medio político, sindical, militar o subversivo, y nadie, a título personal, salió a ejercer la venganza o satisfacer violentamente un ánimo revanchista"
En el plano de la política interna el Presidente Sanguinetti contó con el apoyo de todo el Partido Colorado. Durante su mandato se abandonó la política de sustitución de importaciones y se fue a la incentivación de las exportaciones como motor del crecimiento económico, o sea el crecimiento hacia afuera. La nueva concepción del rol del Estado, un tanto alejado de la ortodoxia batllista, se desarrolló en la disminución del rol fuertemente regulador del Estado y en la redimensión de los Entes Autónomos caso de AFE, la supresión de ILPE y la privatización parcial de la hoy desparecida PLUNA. Fue notorio el cambio de visión del batllismo frente al fenómeno religioso y especialmente con la Iglesia Católica. Batlle y Ordóñez y luego su hijo César encarnaron el Estado Laico con fuerte influencia del anticlericalismo francés; Luis Batlle fue la transición hacia un laicismo respetuoso y con Sanguinetti se alcanzó el Estado laico pluralista. Como datos concretos tenemos las dos visitas del Papa Juan Pablo II y la instalación de la Cruz en Bulevar Artigas y Avenida Italia con un excelente debate en el Parlamento y el apoyo a que se erigiera en monumento conmemorativo por parte del Dr. Batlle en el Senado.
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