viernes, 11 de octubre de 2013
creartehistoria: Revolución China 1949
creartehistoria: Revolución China 1949: Presentación utilizada al abordar la Revolución China de 1949: sus antecedentes, características, figura de Mao y las particularidades de C...
miércoles, 9 de octubre de 2013
Orígenes intelectuales del Batllismo: El Reformismo batllista.
Reformismo: Tendencia a promover el cambio más o menos radical de los modelos económicos, sociales y mentales dominantes sin recurrir a la violencia
El poder político de las ideas acapara la atención de la teoría política y social. Si pensamos en un sacerdote de la Edad Media y el experto en informática contemporáneo conquistan su lugar de influencia en la jerarquía social por el poder de sus ideas. Para algunos teóricos la acumulación de destrezas y conocimientos por parte de los dirigentes de los Partidos Políticos determinan la formación de una casta oligárquica que convierten el ideal democrático en una utopía. Max Weber sostenía que no solo el conocimiento especializado desempeñaba un papel importante en lo político, también las ideas, los valores y las creencias son determinantes en la dominación social.
Los marxistas sostienen que no existe dominación sin ideología que las legitime, la lucha de clases se resuelve en el aspecto ideológico. Finalmente Foucoult será el que unifique el saber y el poder: " El humanismo moderno se equivoca, pues, estableciendo una división entre saber y poder. Esta integrado y no se trata de soñar un momento en el que el saber no dependería más del poder, no es posible que el poder se ejerza sin el saber, es imposible que el saber no engendre poder"
Las ideas juegan un rol importante en el entramado del poder político, los individuos o grupos dominantes construyen y legitiman su predominio a partir de las ideas, Weber, Schumpeter y Duverger estudian la evolución de los partidos en la primera mitad del siglo XX. Va de suyo que los partidos políticos tienen un importante papel en los procesos políticos: en Estados Unidos el sistema económico Keynesiano, en Alemania, Italia y la URSS los Partidos- Estado, en Uruguay la construcción del hombre nuevo mediante el estado benefactor del reformismo batllista.
El reformismo batllista.
Los antecedentes los encontramos en los constitucionalistas de 1830 que creía que la mejor forma de construir una política nacional, civilizada y moderna era excluyendo a los caudillos de la Guerra de la Independencia de los cargos de representación. A partir de 1847, durante la Guerra Grande, los doctores del Partido Colorado desterraron al General Rivera que era el principal jefe y caudillo militar del Partido y además el primer Presidente Constitucional.Entre 1851 y 1855 se llevó adelante la política de fusión inspirada en el manifiesto del Dr. Andrés Lamas. Sin embargo a partir de 1875 los doctores lograron un forma racional de desarrollo político vinculado a dos fenómenos por un lado la crisis de la filosofía espiritualista y el ascenso del positivismo filosófico. El interprete del período es José Pedro Varela, se produce, entonces la transición desde el academicismo doctoral al realismo económico y social: Como sostiene Ardao " El positivismo lubricó la áspera incorporación de los doctores en los partidos caudillistas: lo nuevo y lo mejor de acuerdo a la doctrina evolucionista, debe construirse a partir de los que ya existe" Por eso mismo, buena parte de los doctores dejaron de crear nuevos partidos, excepto el Partido Constitucional, buscando llenar al decir de Barrán y Nahum "llenar vino nuevo en odres viejos"
El ascenso de la intelectualidad al interior de los partidos impacta fuertemente en el gobierno, por un lado legitima las viejas aspiraciones de los doctores, pacificación, desarrollo institucional, educación, etc. y por otro lado se desarrollan los primeros técnicos del Estado, los futuros colaboradores de Batlle. Esto lo podemos resumir en la cita de don Pepe que dice" Si en 1904 necesité de los generales del ejército para asegurar la paz, en 1905 debí recurrir a los ingenieros para segurar el progreso del país".
Este proceso de Convergencia entre los intelectuales, poder político y racionalización va a logra su máximo desarrollo en las primeras décadas del Siglo XX, lo que constituye el reformismo batllista. Numerosas personalidades apoyaron el proceso y con gran capacidad técnica, José Serrato, Eduardo Acevedo, Pedro y Ricardo Cosio. El primer batllismo con su proceso reformista recompone la relación entre intelectuales y poder político, osea resume los anhelos de los doctores espiritualistas y la generación principista incorporando contenidos programáticos y conocimiento especializado en las decisiones gubernativas.
El modelo reformista se inicia con la incorporación de los saberes especializados al desarrollo de las reformas:
La Reforma Social se inicia con el apoyo crítico a los sindicatos con simpatía desde la prensa y con gran consideración de la realidad obrera desde la prensa reformista, o sea El Día. Continúa con el desarrollo de una legislación social protectora y obrerista con limitación de la jornada laboral, reglamentación del trabajo de mujeres y niños, salario mínimo, indemnizaciones por despido y mejora de la vivienda obrera. Además las obras solidarias como asistencia y alimentación y realización de obras públicas generadoras de empleo.
La Reforma Rural tenía el objetivo general de eliminar los latifundios ganaderos promoviendo u país de pequeños propietarios. La modificación del modelo productivo con el objetivo de terminar con el pobrerío rural. Los aspectos radicales se dirigen hacia un georgismo telúrico sosteniendo firmemente el origen social del valor de la tierra regulandolo con aumento del impuesto territorial. Se busca la reocupación y redistribución de las tierras fiscales creando un plan de colonización. En aspectos moderados la tecnificación del Estado, políticas de transporte al servicio del cambio rural completado con el control de los ferrocarriles en forma más exigente.
La Reforma Fiscal determina la ampliación de los impuestos como instrumentos de justicia social y desarrollo económico con impuestos a la tierra, a la herencia, a las exportaciones y disminuyendo los impuestos al consumo.
La Reforma Moral determina la construcción del hombre nuevo con un fuerte incremento de la educación, defender el cosmopolitismo, la apertura a las ideas extranjeras y a los inmigrantes. Anticlericalismo radical, permanencia de la ofensiva contra la Iglesia identificando al católico tradicional con el capitalista retrogrado. La Emancipación de la mujer con la equiparación legal, promoción del divorcio, protección a la madre soltera y a los hijos naturales.
La Reforma política se dirige a la politización de la sociedad a través del debate público entre los ciudadanos y la organización de los partidos y finalmente la propuesta del sistema Colegiado como última garantía frente a las tiranías ampliando el plazo de gestión gubernativa.
Batlle se vió a sí mismo como un hombre del progreso, los obreros lo consideraron un amigo, el patronato industrial y británico lo creyó un socialIsta, los socialistas un burgués de buena voluntad, los blancos un autócrata demagogo y el historiador UN REFORMADOR.(Barrán y Nahum)
Ver:
Caetano, Gerado, Alfaro, Milita. Historia del Uruguay Contemporáneo, ICP, FCS, FCU, Montevideo, Mayo de 1995, paginas 59 - 109.
El poder político de las ideas acapara la atención de la teoría política y social. Si pensamos en un sacerdote de la Edad Media y el experto en informática contemporáneo conquistan su lugar de influencia en la jerarquía social por el poder de sus ideas. Para algunos teóricos la acumulación de destrezas y conocimientos por parte de los dirigentes de los Partidos Políticos determinan la formación de una casta oligárquica que convierten el ideal democrático en una utopía. Max Weber sostenía que no solo el conocimiento especializado desempeñaba un papel importante en lo político, también las ideas, los valores y las creencias son determinantes en la dominación social.
Los marxistas sostienen que no existe dominación sin ideología que las legitime, la lucha de clases se resuelve en el aspecto ideológico. Finalmente Foucoult será el que unifique el saber y el poder: " El humanismo moderno se equivoca, pues, estableciendo una división entre saber y poder. Esta integrado y no se trata de soñar un momento en el que el saber no dependería más del poder, no es posible que el poder se ejerza sin el saber, es imposible que el saber no engendre poder"
Las ideas juegan un rol importante en el entramado del poder político, los individuos o grupos dominantes construyen y legitiman su predominio a partir de las ideas, Weber, Schumpeter y Duverger estudian la evolución de los partidos en la primera mitad del siglo XX. Va de suyo que los partidos políticos tienen un importante papel en los procesos políticos: en Estados Unidos el sistema económico Keynesiano, en Alemania, Italia y la URSS los Partidos- Estado, en Uruguay la construcción del hombre nuevo mediante el estado benefactor del reformismo batllista.
El reformismo batllista.
Los antecedentes los encontramos en los constitucionalistas de 1830 que creía que la mejor forma de construir una política nacional, civilizada y moderna era excluyendo a los caudillos de la Guerra de la Independencia de los cargos de representación. A partir de 1847, durante la Guerra Grande, los doctores del Partido Colorado desterraron al General Rivera que era el principal jefe y caudillo militar del Partido y además el primer Presidente Constitucional.Entre 1851 y 1855 se llevó adelante la política de fusión inspirada en el manifiesto del Dr. Andrés Lamas. Sin embargo a partir de 1875 los doctores lograron un forma racional de desarrollo político vinculado a dos fenómenos por un lado la crisis de la filosofía espiritualista y el ascenso del positivismo filosófico. El interprete del período es José Pedro Varela, se produce, entonces la transición desde el academicismo doctoral al realismo económico y social: Como sostiene Ardao " El positivismo lubricó la áspera incorporación de los doctores en los partidos caudillistas: lo nuevo y lo mejor de acuerdo a la doctrina evolucionista, debe construirse a partir de los que ya existe" Por eso mismo, buena parte de los doctores dejaron de crear nuevos partidos, excepto el Partido Constitucional, buscando llenar al decir de Barrán y Nahum "llenar vino nuevo en odres viejos"
El ascenso de la intelectualidad al interior de los partidos impacta fuertemente en el gobierno, por un lado legitima las viejas aspiraciones de los doctores, pacificación, desarrollo institucional, educación, etc. y por otro lado se desarrollan los primeros técnicos del Estado, los futuros colaboradores de Batlle. Esto lo podemos resumir en la cita de don Pepe que dice" Si en 1904 necesité de los generales del ejército para asegurar la paz, en 1905 debí recurrir a los ingenieros para segurar el progreso del país".
Este proceso de Convergencia entre los intelectuales, poder político y racionalización va a logra su máximo desarrollo en las primeras décadas del Siglo XX, lo que constituye el reformismo batllista. Numerosas personalidades apoyaron el proceso y con gran capacidad técnica, José Serrato, Eduardo Acevedo, Pedro y Ricardo Cosio. El primer batllismo con su proceso reformista recompone la relación entre intelectuales y poder político, osea resume los anhelos de los doctores espiritualistas y la generación principista incorporando contenidos programáticos y conocimiento especializado en las decisiones gubernativas.
El modelo reformista se inicia con la incorporación de los saberes especializados al desarrollo de las reformas:
La Reforma Social se inicia con el apoyo crítico a los sindicatos con simpatía desde la prensa y con gran consideración de la realidad obrera desde la prensa reformista, o sea El Día. Continúa con el desarrollo de una legislación social protectora y obrerista con limitación de la jornada laboral, reglamentación del trabajo de mujeres y niños, salario mínimo, indemnizaciones por despido y mejora de la vivienda obrera. Además las obras solidarias como asistencia y alimentación y realización de obras públicas generadoras de empleo.
La Reforma Rural tenía el objetivo general de eliminar los latifundios ganaderos promoviendo u país de pequeños propietarios. La modificación del modelo productivo con el objetivo de terminar con el pobrerío rural. Los aspectos radicales se dirigen hacia un georgismo telúrico sosteniendo firmemente el origen social del valor de la tierra regulandolo con aumento del impuesto territorial. Se busca la reocupación y redistribución de las tierras fiscales creando un plan de colonización. En aspectos moderados la tecnificación del Estado, políticas de transporte al servicio del cambio rural completado con el control de los ferrocarriles en forma más exigente.
La Reforma Fiscal determina la ampliación de los impuestos como instrumentos de justicia social y desarrollo económico con impuestos a la tierra, a la herencia, a las exportaciones y disminuyendo los impuestos al consumo.
La Reforma Moral determina la construcción del hombre nuevo con un fuerte incremento de la educación, defender el cosmopolitismo, la apertura a las ideas extranjeras y a los inmigrantes. Anticlericalismo radical, permanencia de la ofensiva contra la Iglesia identificando al católico tradicional con el capitalista retrogrado. La Emancipación de la mujer con la equiparación legal, promoción del divorcio, protección a la madre soltera y a los hijos naturales.
La Reforma política se dirige a la politización de la sociedad a través del debate público entre los ciudadanos y la organización de los partidos y finalmente la propuesta del sistema Colegiado como última garantía frente a las tiranías ampliando el plazo de gestión gubernativa.
Batlle se vió a sí mismo como un hombre del progreso, los obreros lo consideraron un amigo, el patronato industrial y británico lo creyó un socialIsta, los socialistas un burgués de buena voluntad, los blancos un autócrata demagogo y el historiador UN REFORMADOR.(Barrán y Nahum)
Ver:
Caetano, Gerado, Alfaro, Milita. Historia del Uruguay Contemporáneo, ICP, FCS, FCU, Montevideo, Mayo de 1995, paginas 59 - 109.
martes, 8 de octubre de 2013
domingo, 6 de octubre de 2013
Orígenes intelectuales del batllismo: José Batlle y Ordóñez escribe sobre entes del Estado y participación obrera
Las actividades industriales del Estado no deben ser fuente de oro sino de abaratamiento de bienestar. A aquellas actividades que tiendan a combatir causas de desmejoramiento humano como las que se relacionan con el alcohol y el tabaco, se les pueden pedir rendimientos monetarios, más no así a los servicios públicos de crédito, previsión, consumo, transportes, etc. cuyo mayor rendimiento consiste en la bondad y en la baratura de los servicios- una vez lograda la consolidación definitiva- que es un bien general. Encarézcase en buena hora el consumo el consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco que el encarecimiento significa reducción del consumo y, por lo tanto, mayor salud, pero procuremos abaratar y facilitar los otros servicios públicos en lugar de cercenar las actividades restringiendo su acción. Los enemigos del industrialismo del Estado saben bien que esos recursos que pretenden extraer los Entes Autónomos están destinados a la consolidación y al progreso, al rápido crecimiento de las instituciones que los poseen(El Día, 30 de junio de 1923)
La tendencia al desarrollo de las Empresas industriales del Estado es una característica de la época actual. Ella obedece fundamentalmente a tres causas. En primer término una causa fiscal que radica en la necesidad de hallar nuevos recursos para proveer a los gastos cada vez más crecientes que reclama el progreso de la nación. En segundo lugar una causa social que tienda a poner freno a las ganancias sin tasa del capitalismo, cuyos dividendos y beneficios se obtienen a base del dinero del pueblo. Por último una causa política que consiste en la necesidad ineludible en las organizaciones democráticas, el vincular lo más estrechamente posible, en todos los aspectos de la actividad social, al Estado con la masa de la Nación de que es aquél expresión jurídica(...) El Estado llegará hasta sufrir pérdidas con el propósito de beneficiar al productor, facilitándole la colocación de sus productos en el mercado donde haya mayor demanda de ellos(El Día, 30 de junio de 1923)
Los méritos de la participación como principio ordenador del contrato de trabajo pueden resumirse sintéticamente en breves palabras. En primer lugar crea una deseable y estrecha vinculación entre el capital y el trabajo, mostrando con hechos concretos que no hay razón para que ambos estén divididos y en pugna, sino que al contrario, ambos deben colaborar en íntima comunión de esfuerzos en la actividad productora del organismo social. El concepto de la lucha del capital y el trabajo debe dar lugar, cuando se haga estricta gestión distributiva a un nuevo y más elevado concepto: el de la solidaria cooperación de ambos elementos en la vida de la humanidad(...) el salario es el precio mínimo de un trabajo realizado y, por consecuencia no se puede bajar de él a ningún título. Cuando no hayan beneficios no habrá participación obrera pero no se puede ir más allá. Capital y trabajo son factores igualmente importante de la producción, y la mejor prueba de ello es que, sin el trabajo, el capital nada daría, o a lo sumo arrojaría un simple interés, siempre inferior a las ganancias que se obtienen dedicando el mismo capital a una actividad industrial. Fuera de esto el mismo proyecto de intervención directa, en la marcha y administración de las empresas públicas no solo a los obreros de ellas, sino también a sus clientes y consumidores haciendo que unos y otros estén representados en los directorios de dichas Empresas con lo cual se atribuye a éstas un carácter que les asemeja a verdaderas cooperativas de producción.(El Día, 10 de noviembre de 1923)
Ver:
El Dia ediciones del 30 de junio de 1923 y 10 de noviembre de 1923.
La tendencia al desarrollo de las Empresas industriales del Estado es una característica de la época actual. Ella obedece fundamentalmente a tres causas. En primer término una causa fiscal que radica en la necesidad de hallar nuevos recursos para proveer a los gastos cada vez más crecientes que reclama el progreso de la nación. En segundo lugar una causa social que tienda a poner freno a las ganancias sin tasa del capitalismo, cuyos dividendos y beneficios se obtienen a base del dinero del pueblo. Por último una causa política que consiste en la necesidad ineludible en las organizaciones democráticas, el vincular lo más estrechamente posible, en todos los aspectos de la actividad social, al Estado con la masa de la Nación de que es aquél expresión jurídica(...) El Estado llegará hasta sufrir pérdidas con el propósito de beneficiar al productor, facilitándole la colocación de sus productos en el mercado donde haya mayor demanda de ellos(El Día, 30 de junio de 1923)
Los méritos de la participación como principio ordenador del contrato de trabajo pueden resumirse sintéticamente en breves palabras. En primer lugar crea una deseable y estrecha vinculación entre el capital y el trabajo, mostrando con hechos concretos que no hay razón para que ambos estén divididos y en pugna, sino que al contrario, ambos deben colaborar en íntima comunión de esfuerzos en la actividad productora del organismo social. El concepto de la lucha del capital y el trabajo debe dar lugar, cuando se haga estricta gestión distributiva a un nuevo y más elevado concepto: el de la solidaria cooperación de ambos elementos en la vida de la humanidad(...) el salario es el precio mínimo de un trabajo realizado y, por consecuencia no se puede bajar de él a ningún título. Cuando no hayan beneficios no habrá participación obrera pero no se puede ir más allá. Capital y trabajo son factores igualmente importante de la producción, y la mejor prueba de ello es que, sin el trabajo, el capital nada daría, o a lo sumo arrojaría un simple interés, siempre inferior a las ganancias que se obtienen dedicando el mismo capital a una actividad industrial. Fuera de esto el mismo proyecto de intervención directa, en la marcha y administración de las empresas públicas no solo a los obreros de ellas, sino también a sus clientes y consumidores haciendo que unos y otros estén representados en los directorios de dichas Empresas con lo cual se atribuye a éstas un carácter que les asemeja a verdaderas cooperativas de producción.(El Día, 10 de noviembre de 1923)
Ver:
El Dia ediciones del 30 de junio de 1923 y 10 de noviembre de 1923.
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