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miércoles, 5 de febrero de 2014

El Batllismo en la encrucijada: ¿ Somos Colorados o somos Socialistas?

" Decir que nuestro proyecto es un proyecto netamente socialista es como anunciarles a las clases conservadoras el principio de la revolución social, con todas sus oscuras, confusas y complejas conclusiones que los hombres de gobierno pueden aceptar. Suponen que el socialismo aspira, de inmediato, a arrasar con la propiedad privada, convirtiéndola en propiedad común, y apropiarse de todos los medios de producción; y, como consecuencia natural, suponen que la tendencia o el propósito gubernamental es entrar en las vías del comunismo y el colectivismo, transformando la organización económico social en que reposa la vida nacional. Pero lo primero que habría de determinar, lo primero que habría derecho a exigir, es saber qué es el socialismo y a qué aspira en el momento actual en nuestro país. Porque si por socialismo se entiende el mejoramiento de las clases obreras y trabajadoras, tendiendo a elevar su cultura y su dignidad humana, sus medios de existencia y su dignidad humana, si se entiende también el procurar a la sociedad una distribución más racional de la riqueza, si por socialismo se entiende defender y buscar de mejorar ese valor económico que se llama hombre y sin el cual no hay progreso ni adelanto, en ese caso, este proyecto es netamente socialista; pero si por socialista o por aspiración socialista inmediata se entiende la desaparición de la propiedad individual; si por socialismo se entiende la apropiación de todos los medios de producción, yo digo entonces que este proyecto no ha sido inspirado en las ideas de  esa escuela" Ministro de Hacienda. Ing. José Serrato durante la defensa de la monopolización de los Seguros. 1911.

El Batllismo y la voluntad popular en la visión de Don Tomás Berreta.

"El ejemplo tan grande como la historia quería que fuera, en las masas proletarias reclamando su jornada mínima de ocho horas, que determinó en la gloriosa Francia cruentas luchas y en la democracia del Norte, en la Patria de Washington, de Lincoln y Roosevelt, costó ríos de sangre, en nuestro Uruguay fue el gobernante vidente de 1911, Batlle y Ordóñez, que desde los balcones de la vieja casa de Gobierno, anticipándose a los sucesos les decía a las multitudes obreras de los comercios y empleados de las industrias que desfilaban por las calles de la ciudad "organizáos, que vuestro reclamo será escuchado" lo que entonces no fue comprendido por algunos y fue en cambio considerado como un atentado del gobernante a la libertad de trabajo, fue lo que impidió que corriera sangre de esforzados trabajadores como en Nueva York y en otras partes del mundo de más avanzada civilización, entonces, que la nuestra. La Ley firmemente auspiciada por le nombrado gobernante del pueblo, llevó a todos los hogares proletarios un poco más de justicia y una llamarada de esperanza hacia un futuro más venturoso para la gran masa obrera del músculo y del intelecto. 1ro. de mayo y 8 horas fueron las conquistas legales de nuestro pueblo obtenidas sin violencias: ese es el minuto de la historia que nada ni nadie altra ni modifica, animado de un gran corazón que iluminó aquel estadista que se llamó Batlle. Desde lo alto contribuyó a estructurar la democracia que el motín destruyó. Como los obreros de 1911, como los cruzados de todas las democracias nuestro pensamiento se leva hacia una única consideración: Por nueva constitución y leyes democráticas emanadas de asamblea, que signifiquen el fiel reflejo de la voluntad soberana del pueblo"  Tomás Berreta en la etapa final del retorno del batllismo al poder luego del terrismo y baldomirismo.

Ver:
Cigluiti, Carlos Walter. Vida de don Tomás Berreta. Edición del Autor, Canelones, 1975. Página 128.