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miércoles, 23 de marzo de 2016

“América Latina en la dinámica de la guerra global”: Jorge Beinstein |

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Tomás Berreta: Responsablidad en el gobierno y el retorno del batllismo.



Si tratamos de definir a un “gobierno responsable” debemos avanzar en la idea de que los gobernantes creen ser responsables ante la gente que gobiernan y por sobretodo ponen los intereses del pueblo por encima de los propios. Esta responsabilidad se logra de diferentes maneras, puede provenir de la educación, la moral, de la ética. Finalmente la preocupación por el pueblo debe estar garantizada y controlada por el principio de legalidad y por las elecciones que garantizan la voluntad popular y la rotación de opciones de gobierno. Cuando el derecho al voto se generalizó y pasó a incluir a más clases sociales e incluso a individuos sin propiedades, a las mujeres y a las minorías etnicas y raciales, las religiones y voluntades personales pasaron a un segundo plano. Estamos en el inicio del siglo XX.
A comienzos de la época Moderna, la construcción de los Estados Nacionales europeos iniciaron una serie de proyectos tendientes a la construcción de un Estado centralizado y fuerte que pudiese homogeneizar la administración en todo el territorio y alcanzara más allá de la legalidad su legitimidad. Estos intentos comenzaron a finales del siglo XV y evolucionaros hasta finales del siglo XVII. Las teorías de la soberanía del Estado parten de los escritos de Hugo Grocio y Thomas Hobbes que sostenía que el soberano no era Dios sino el monarca. Pero las ideas por sí solas no son suficientes para dar origen a una democracia liberal. Solo se pudo concretar cuando se pudo hacer cumplir la Ley.
El Uruguay de la posguerra  lo podemos definir como el vaiven entre  el “Uruguay próspero” y su crisis y lo podemos ubicar entre los años 1946 y 1964. En la década que transcurre entre 1945 y 1955 el Uruguay alcanzó el mayor desarrollo industrial en el marco de lo que se denomina economía de “crecimiento hacia afuera” una etapa de crecimiento acelerado que desde el punto de vista socio-político se ha denominado el “Uruguay feliz”. Nuestro país sobrevive a la Segunda Guerra Mundial con “ importantes reservas en monedas extranjeras, un nivel de vida en ascenso y con sus líderes políticos llenos de confianza en el país y en el futuro”. El objetivo político era, si se puede, construir una democracia perfecta. Es el período del retorno del batllismo al poder, denominado neobatllismo el cual concibe la industrialización por sustitución de importaciones como el factor que permitiría logra la democracia perfecta y el gobierno responsable equiparando con ellos el progreso, la justicia social y el orden bajo la protección del dirigismo estatal. Esto tenía un claro objetivo en la búsqueda del bienestar de la sociedad con un amplio crecimiento de las clases medias con la felicidad del crecimiento en paz. En el Partido Colorado Batllista la interna, como siempre, era compleja. La sanción del proyecto de reforma constitucional colegiada no contó con la aprobación de todos los dirigentes. Las internas de 1946 mostraron una gran preferencia por la formula  Tomás Berreta-Luis Batlle Berres venciendo con luz a César Batlle y Antonio Rubio . Las elecciones tuvieron lugar el último domingo de noviembre de 1946 triunfando la formula mencionada, le siguió el Partido Nacional Herrerista y quedó claro que habría que realizar alianzas  partidarias o incluso interpartidarias para poder gobernar debido a que no existian las suficientes mayorías parlamentarias.
El programa batllista era claro: democracia, libertad, progreso, justicia social, Estado dirigista con matices asistencialistas dentro de un Estado de bienestar y responsabilidad de gobierno. El desarrollo de la economía sería agroindustrial y en el desarrollo de las industrias manufactureras.  Don Tomás Berreta creía firmemente que logrados esos objetivos programáticos las diferencias sociales no tendrían sentido y por extensión no existiría la lucha de clases. En el marco naciente de la  guerra fría esta loable intención dará origen a un profundo anticomunismo y un viraje lento pero irreversible a una visión conservadora del batllismo.
Antes de asumir Tomás Berreta viajó a los Estados Unidos respondiendo a la invitación cursada por el presidente Harry S. Truman volviendo con un gran aporte de maquinarias agrícolas para el desarrollo previsto de las agroindustras. La inflación acompaño el inicio del gobierno de Berreta y sus medidas fueron el aumento del control del abastecimiento de los productos de primera necesidad y la intervención de la fijación de precios mediante el Consejo Nacional de Subsistencias que se crea en 1947. Para complicar más la situación los convenios salariales firmados durante la administración de Amézaga comienza a finalizar y Berreta no tuvo, por la necesidades de la realidad económica, la misma generosidad. No olvidemos del avance del temor comunista y el macartismo incipiente en los Estados Unidos que influía a todos sus aliados. Ante el exceso sindical Berreta aplicó “mano dura” desde la legalidad.. En el mes de abril se desarrolla una huelga en la construcción, otra en el puerto, seguida por los ferrocarriles y según algunos medios de prensa se había reforzados las guarniciones policiales de Montevideo. Explicando a la opinión publica la responsabilidad del gobierno y la aplicación de la Ley Berreta determina la detención de obreros y dirigentes de gremios afectados en las huelgas argumentando que el Código Penal consideraba delito la paralización de los servicios públicos y en forma paralela envía al Parlamento tres proyectos de Ley: 1) creación de tribunales de conciliación y arbitraje para conflictos laborales, 2) prohibición de huelga de empleados y obreros de los servicios públicos y 3) la reglamentación sindical. La respuesta a estos proyectos fue la declaración de  huelga general por la UGT, Unión General de Trabajadores, de tendencia mayoritariamente comunista. La Guerra Fría se desarrolló en la Avenida 18 de Julio cuando la Policía quitó a los manifestantes las banderas de la URSS y de la República Española.
Durante el mes de abril comienza a filtrase la información de la mala salud de Tomás Berreta y la renuncia del Ministro de Hacienda, Dr. Héctor Alvarez Cina que fue sustituído por el connotado batllista Ledo Arroyo Torres. El nuevo ministro concurre al Parlamento y expone los principales problemas económicos del Uruguay en ese momento:

1) El bloqueo en Londres de 17 millones de libras esterlinas, 2) aumento desmesurado de la importaciones pero justificada por la rnovación del parque industrial y 3) la euforia económica que era imprescindible controlar. Comienzan las negociaciones con Londres para desbloquear los pagos de alimentos y suminstros enviados por nuestro país durante la Segunda Guerra Mundial mediante la compra de las empresas de servicios públicos inglesas todavía funcionando en nuestro país y en forma paralela unos convenios que incluía carbón y carnes. Se estaban cumpliendo posturas del primer batllismo en otro contexto mundial y en otra realidad. Desde julio de 1947 Berreta gobernaba desde la cama y la situación mudial se radicalizaba. La “cortina de acero” prevista por Churchill en Fulton cae en Uruguay paralelamente con el fallecimiento de Tomás Berreta el 2 de agosto de 1947. Era la hora de Luis Batlle y el retorno del batllismo al poder .

martes, 22 de marzo de 2016

Discurso de Obama a la sociedad civil cubana en Gran Teatro Alicia Alonso

Batllismo: Estado, economía y desarrollo 1911-1930.


Todos los gobiernos reciben críticas. Se dice o que son absolutamente burocráticos, incompetentes, rígidos y se llega en algunos delirios a tratar de prescindir de ellos.. Es cierto que en algunos casos, la mayoría pienso, los gobiernos son menos eficaces que los que lo hacen dentro de los ámbitos privados como gestionando empresas o fábricas. En definitiva la delgada línea entre lo público y lo privado siempre ha estado y estará en discusión. Siempre queda claro que debe existir lo público debido a que existen determinados bienes  públicos como algunos servicios y funciones que solamente la puede realizar el Estado. En los casos de la educación y las infraestructuras como carreteras, los puertos y el abastecimiento de agua potable son muy importantes para que los gobiernos prescindan de controlarlas. El problema surge cuando la intervención del Estado es excesiva e incluso impide el desarrollo de emprendimientos privados.. Otro aspecto básico es la regulación social, o sea la construcción de una comunidad de valores que respete la ley y que desarrollen en la educación bases republicanas serias. Para lograrlo se debería controlar las élites y lograr justas redistribuciones de la riqueza. La primera medida para lograr esto fue la igualdad jurídica para todos. Los pensadores liberales desde Locke a Hayek siempre se mostraron escépticos frente a una redistribución obligatoria impuesta por el Estado.
Siempre se ha discutido el modelo batllista de desarrollo desarrollado entre 1911 y 1930 en el cual el debate entre la diversificación productiva, proyectada y con éxitos relativos, o  la construcción de un modelo urbano con servicios y  desarrollo fuerte del sector público.  Se puede afirmar que el modelo batllista apuntaba a tres objetivos: modernizar y diversificar la estructura de producción con énfasis en la industria y la expansión de un modelo agrícola. Se debía, entonces, desarrollar el mercado interno generando un buen entorno de bienestar social y nacionalizar la economía para reducir los riesgos de la dependencia extranjera y sus crisis y euforias cíclicas. La retención de la mayoría de los recursos del país van de la mano de que las compañías extranjeras reduzcan su accionar siendo sustituidas por empresas del Estado. Finalmente redistribuir los ingresos elevando el poder adquisitivo de la población y universalización el acceso de la población a bienes y servicios.
Desde el punto de vista económico el batllismo planteaba:
1) Modernización de la ganadería y expansión de la agricultura de forma combinada.
2) Desarrollo de la industria manufacturera nacional sustituyendo las importaciones.
3) Expansión de servicios en las finanzas, los transportes, comunicaciones, turismo, enseñanza y salud.
4) El incremento de la participación del Estado en los aspectos productivos y comerciales.
5) Reforma fiscal con el objetivo de estabilizar y aumentar la recaudación del Estado con el objetivo  de una mejor redistribución. También desconcentra la propiedad de la tierra.(georgismo)
Siguiendo a Benjamin Nahum el Estado para el primer batllismo tenía estos componentes: “La idea básica era que el Estado representaba a toda la sociedad y por encontrarse por encima de todas las clases sociales debía no solo arbitrar sus disputas, sino también impulsar su progreso mediante un crecimiento sostenido de la economía. Esa finalidad social era lo que daba derecho al Estado para -invadir- el campo de la actividad económica privada, desde que - el interés general- era superior al particular de las empresas” . El propio ministro José Serrato sostenía en 1911 que “ los monopolios constituirán un poderoso recurso fiscal a fin de que las cargas nuevas no contribuyan a hacer más desigual la distribución de la riqueza”

Entre 1920  y1921 el Uruguay enfrentó la fuerte caída de los precios internacionales y en especial el de la lana, cae la faena en los mataderos, lo que originó desocupación y perdidas salariales, pero entre 1920 y 1930 se retornó al crecimiento económico lo que mostró que el modelo de desarrollo del poder del Estado asignándole un rol en el proceso económico y social era todavía viable.  Fue un proceso de reforma política pacífica, basado en el apoyo de grupos sociales interesados en contar con un gobierno eficiente y no corrupto sostenido en la modernización mediante el crecimiento económico, división del trabajo. La industrialización incipiente trajo la urbanización y esta exigió mejoras en los niveles educativos y de formación ciudadana. La consecuencia fueron nuevos actores sociales separados de la sociedad agrícola y el desarrollo político. El problema latente será la relación entre el desarrollo político y el fantasma del clientelismo y la corrupción.