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sábado, 4 de junio de 2016

El fin del batllismo como ideología.


En un partido Colorado deprimido en el cual convivimos teóricos, intelectuales, conservadores más o menos radicales el debate siempre es el batllismo. No ocurre lo mismo fuera de estas tiendas donde es aceptado a rajatabla como el ADN de nuestro país. Se bastardeó el termino batllista adaptándolo como un chicle a casi todo. Y lo peor llegando a lo máximo que puede un partido hacer, expulsar a sus integrantes. Hemos estado en discusión, yo mismo, sobre si podía ser merecedor de definirme como batllista. Algunos integrantes del sector Colorado tradicional, hoy mayoría, me han criticado por sentir que estoy cerca del socialismo. En tanto algunos batllistas  ortodoxos han sostenido que de ninguna manera lo soy por ser existencialista cristiano. Sin embargo hemos tratado en unas 50 notas de buscar el ser batllista, y con respeto a todas las opiniones así me considero. Por lo tanto seguiremos buscando al ciudadano que se fue buscando su utopía en otras tiendas, y mire que los entiendo. Estamos enfrascados en la década del 60, en la época del fin del batllismo para algunos y en el despegue de un Partido Colorado moderno, post dictadura para otros. El resultado demuestra lo primero, aunque lo segundo, excepto por la soberbia de algunos fue trascendente.
El 30 de noviembre de 1958 con una mezcla de sorpresa y expectativa los blancos alcanzan el poder gracias al sistema colegiado de gobierno. Su anterior experiencia había sido en el lejano 1868 cuando Atanasio Aguirre había comandado el Poder Ejecutivo. Llegaron al gobierno de la mano de un gran deterioro económico y el sentir de la gente, más allá de los números que lo aseguraban, era que cada vez se exportaba menos y nuestros productos perdían constantemente valor en los mercados. El proyecto industrializador que había creado un excelente stado de bienestar bajo el denominado Neobatllismo tenía ahora la gran contra del despegue de los precios de los insumos industriales. Había un gran desequlibrio en el comercio exterior y que se solucionaba con la pérdida de reservas y con el fantasma por entonces corporizado, de la inflación que había subido un 20% entre los años 1957 y 1958. La política de Industrialización por Sustitución de Importaciones estaba llegando a su fin debido a que el instrumento del control de cambios a través del Sistema de Cambios Múltiples  no podía seguir transfiriendo el capital del  agro a la industria.
A comienzos de los 60 el Uruguay tenía como características predominantes en materia social ser rutinario, pacífico y con unos sectores medios conformistas y mayoritariamente urbanos. La efervescencia estaba en el movimiento estudiantil que reclamaba la Reforma de la Carta Orgánica de la Universidad de la República. es el momento de los primeros enfrentamientos de la Policía y los estudiantes en las calles de Montevideo. Desde el punto de vista político la novedad era la trascendencia del ruralismo que se había aliado con los blancos para alcanzar el poder. Luis Alberto de Herrera luego de logrado el objetivo y con la frase de que se había infiltrado  dentro del Partido Nacional una “ comadreja colorada” rompe con la alianza con Benito Nardone y se fractura el sector mayoritario que había logrado la mayoría en el gobierno. En tanto el sector minoritario que era la UBD ( Unión Blanca Democrática) había sido relegada por alrededor de 10.000 votos. Lo primero que deciden enfrentar con una doble aspiración era la crisis económica y desballistizar la política nacional. La campaña electoral fue en base a la crisis económica y el eje era limitar el poder del Estado. Por lo tanto entra en escena el Fondo Monetario Internacional que desde 1947 el Uruguay estaba afiliado pero nunca , hasta ese momento, había aceptado sus recetas. Lo que proponía el FMI por ese  entonces era el librecambismo y una apertura comercial que explicaba la inflación como exceso de demanda de los asalariados. Era la referencia permanente en el debate político y económico del momento. Surge el instrumento económico y político del gobierno colegiado blanco que fue la Reforma Cambiaria y Monetaria llevada adelante por el Cr. Juan Eduardo Azzini que incluía un conjunto de normas que incluían la fijación de normas monetarias, la liberalización de importaciones y  exportaciones. En definitiva le daba al Poder Ejecutivo la facultad de hacer reformas económicas sin consultar al parlamento.
Esta política tuvo muchos problemas a las que se debe sumar  una serie de fenómenos naturales como las grandes inundaciones de 1959, la sequía profunda de 1960 que trajo como consecuencia pérdidas agropecuarias muy grandes y el colapso de la producción de energía hidroeléctrica. Nada es gratis y estas penurias inician la reacción de diversos sectores sociales a los cuales la Suiza de América se  alegaba en forma inexorable de sus bolsillos y del estado de bienestar superior generado durante el neobatllismo. La respuesta fue el inicio de la búsqueda de la unidad sindical por un lado y tendencias conservadoras extremistas de perfil macartista por otro que incluía ambos fenómenos a sectores de los Partidos Tradicionales que comulgaban con una u otra opción. En los sectores populares y de la izquierda tradicional el problema mayor era la existencia de dirigencias y visiones diferentes, los anarquistas, los socialistas y los comunistas formaron y desarrollaron sus propios sindicatos y hasta este momento todos los intentos de unidad había fracasado. Había también subgrupos derivados de cada postura.. Evidentemente la solidaridad se había complicado por el desarrollo radicalizado de la Guerra Fria. La temperatura política sube cuando nos visita  Fidel Castro en 1959 y siguiendo el juego de ajedrez ideológico en 1960 el presidente norteamericano Dwight Eisenhower. Hubo incidentes con estudiantes de la Facultad de Agronomía y frente a la Universidad cuando pasa la comitiva por 18 de Julio. En este momento podemos ver el fin de la Suiza de América, la fragmentación del Partido Colorado y el fin , además de la unidad ideológica del batllismo.  Los partidos políticos sintieron la crisis económica y para las elecciones de 1962 los cambian: EL Partido Comunista, el Partido Socialista y la Unión Cívica  desaparecen siendo sustituídos por diferentes alianzas entre las que se destacan la Unión Popular, el FIDEL y el Partido Demócrata Cristiano comienzan a jugar un partido que posteriormente conformaran el Frente Amplio. Tambin el Herrerismo se dividió en sectores comandados por Martín Echegoyen del eje ruralista y Eduardo Víctor Haedo representado al Herrerismo ortodoxo. Comienzan, además, lentamente los movimientos guerrilleros. La tormenta con forma de pérdida de los valores democráticos se estaba formando lentamente sobre la otrora Suiza de América.

El Partido Colorado dividido entre la 15 dirigida primero por Luis Batlle y luego por Jorge Batlle. La 14 dirigida por César Batlle Pacheco que va a fallecer en 1966 y la 99 ahora escindida de la 15 dirigida por Zelmar Michelini. Por otro lado  de la 15 tambíen se fue Amilcar Vasconcellos que funda su propio sector y un grupo de senadores entre ellos, Carrere Sapriza, Alba Roballo, Glauco Segovia que pasan a apoyar a Oscar Gestido en la Unión Colorada y Batllista. El panorama para el batllismo era oscuro. Y de hecho quizás allí fue su último accionar. En 1966, el batllismo como tal deja de existir para iniciarse, al decir de Yamandú Fau una batllidad. O sea seguidores de diferentes  parcialidades  e interpretaciones sobre el ser batllista que inexorablemente llevaran a la descomposición del Partido Colorado devenido en sectores ultraconservadores y otras apreciaciones de sectores nostálgicos del Uruguay que había sido un laboratorio social.