“Un 19 de setiembre de 1936 nacieron las divisas de los
Partidos tradicionales en los campos de Carpintería. Blanca la de Oribe, colorada,
desgarrada del revés de los ponchos, la de Don Frutos Rivera. De este modo
comenzaba el Dr. Enrique Tarigo un artículo publicado en el vespertino El
Diario el viernes 19 de setiembre de 1986. El Partido Colorado, sigue el Dr.
Tarigo, como lo dijera de manera estupenda en el Senado un mes atrás el senador
don Carlos W. Cigliutti, no tiene una fecha precisa de nacimiento-como tampoco
ha tenido, para la Historia, su ilustre fundador- puesto que fue naciendo en
los campamentos artiguistas y en los fogones criollos al calor de las primeras
e imprecisas reflexiones sobre la patria y su destino. Pero puestos a elegir,
esta fecha de la batalla de Carpintería y ese gesto de desgarrar los ponchos
para con un trozo de bayeta hacer la vincha que ha de anudarse alrededor de la
frente para distinguirse del adversario, adquiere la simbología fundacional de
este Partido que nació a caballo en las horas augurales de la República.
Conmemoramos en Durazno la fundación del Partido Colorado. De este Partido que
reconoce con respeto y con admiración, a don Frutos Rivera como su fundador.
Ese don Frutos que, después de la Guerra Grande, después de superadas sus
desinteligencias con los hombres de la Defensa, después de quince años de luchas,
de dolor y de luto, cuando llegan a su fin el exilio y la prisión de don Frutos
en el Janeiro, cuando el Partido Colorado parece hallarse en camino a su
extinción, acepta, de plano y sin hesitación, el convite de Melchor Pacheco y
Obes: “Lo que nos aseguraría verdaderamente sería la reorganización del Partido
Colorado, como yo lo entiendo, como solo podrá ser conveniente para el Partido
y para el país…” conformes todos “ en que Ud. Venga al seno del Partido
Colorado para tomar parte en la dirección de los trabajos que él debe iniciar y
darle con el apoyo de su influencia la posibilidad de ser útil y no perderse
como partido…”
Otros tiempos, duros y difíciles como aquellos primeros
veinte años de la República vendrán después para el país. La tiranía santista
encontrará en la juventud, en la valentía y en el talento de otra de las
figuras inmensas del Partido Colorado, la oposición cerrada y tenaz que la
combatirá con las armas en la mano y sin suerte en el combate, en los campos
del Quebracho, cincuenta años más tarde. Y otra vez, como luego de la Guerra Grande
el Partido Colorado resurgirá de lo que en ese momento pareció su ocaso., para,
al impulso formidable de don José Batlle
y Ordóñez reorganizarse y revitalizarse, para dejar, porque los tiempos y las
exigencias eran otras, de ser un partido de elites y, a través de los clubes
seccionales y de las convenciones, ir forjando su perfil de partido popular, de
partido de masas. Y abatida la tiranía, sofocada la última de la revoluciones,
consolidada definitivamente la paz, vendrán los maravillosos años de forja en
los que el Uruguay se pondrá al acompás de lso pueblos civilizados del mundo y
en muchos aspectos servirá de lección y de ejemplo, al sumarle a la pasión
libertaria que fue siempre sustancia indestructible, una visión avancista del
papel del Estado y una concepción solidarista de la sociedad.
Y hoy, en este año en que se cumplen los ciento ochenta años
de Carpintería y del nacimiento de la divisa colorada, en este año en también se
conmemor el aniversario de la batalla
perdida del Quebracho el mismo año en
que se había fundado El Día que fuera para Batlle una de sus más preciosas
herramientas para construir infatigablemente, lo que en su tiempo dio en
llamarse el Uruguay moderno, los colorados hacemos una pausa en nuestros
quehaceres para evocar, con emoción, con recogimiento esta trayectoria. Puesta,
invariablemente, al servicio de la República y a la que la República tanto le
debe. Para meditar sobre ese superior legado histórico y sobre este presente
complejo y difícil, a la salida de una dictadura militar que nos dejó como
legado tantos infortunios y tantas desventuras. Para tantos infortunios y
tantas desventuras. Para pensar que, apenas un año y medio de recuperada la libertad y la democracia-
recuperación en la que el Partido Colorado tuvo, como tantas otras veces, un
papel decididor- La república recompone, paso a paso pero con firmeza y con
seguridad, su convivencia social y política, su economía. La fe en su destino y
en su porvenir.
A ciento cincuenta (ochenta) años
de Carpintería y a modo de resumen apretado, solo atinamos a gritar con la voz
del corazón: ¡Viva don Frutos Rivera! ¡Viva Batlle! ¡Viva el Partido Colorado! ¡Viva
la República!( Tarigo, E. A 150 años del nacimiento de la divisa y el Partido.
La Mañana y El diario, suplemento, pág. 2. Viernes 19 de setiembre de 1986)