martes, 14 de noviembre de 2017
jueves, 2 de noviembre de 2017
Los diputados batllistas en la década del 60: Tiempos complejos.
A fines de los años 50 nuestro país
se enfrenta al final de una coyuntura externa muy favorable que había
posibilitado el crecimiento del desarrollo industrial y una cierta
mejora de los sectores asalariados y la clase media. Los efectos de
la crisis se perciben cuando se agota el crecimiento de la industria
protegida que funcionó claramente hasta que las economía europea
comienza a desarrollarse, también con el profundo estancamiento del
sector agropecuario y el inicio de la especulación en distintos
actores sociales. Inmediatamente repercute en las tensiones sociales
lo que convierte a la crisis en un proceso más profundo que incluía
todos los aspectos estructurales del país. El segundo Gobierno
Colegiado se enfrenta al proceso eleccionario con desprestigio y con
cuestiones desde varios sectores, incluso desde el mismo batllismo.
Muchos de los críticos se había enriquecido con la política
redistributiva que alentaban y que en momentos de campaña electoral
denigraban. Los más críticos, entonces, eran los industriales, los
obreros y la clase media. En verdad, como sostiene el Dr. Caetano,
una respuesta que la sociedad buscó fue la victoria de os
nacionalistas que van a asumir el gobierno el 1 de marzo de 1959 con
mayoría de seis integrantes de la alianza “ herrerista/ruralista”
por la minoría dos batllistas de la lista 15 y uno de la lista 14.
Inmediatamente comienzan profundos cambios en a dirección económica
con el objetivo de desbatllistizar la política. En el mes de
diciembre de 1959 se aprueba la Ley de Reforma Cambiaria y Monetaria
con el objetivo de eliminar los controles a las importaciones y el
sistema de cambios múltiples. Se devaluó el peso, se elimina
subsidios a la producción y al consumo y se determinan detracciones
a las exportaciones de los productos principales como la lana, carne
y cueros. También se inician relaciones con el FMI.
En resumen se
pone un punto final al dirigismo estatal y el inicio de un modelo
liberal. Era una alternativa al modelo batllista. El 20 de julio de
1960 apuntalando a sus compañeros de sector, los diputados
batllistas Glauco Segovia y Luis Hierro Gambardella, Zelmar
Michelini se pronunció con la visión del batllismo con referencia
al FMI y a los cambios en la redistribución de la riqueza:
“Cada vez que el FMI ha tenido que
acudir a América Latina, ha tenido en cuenta estos cuatro puntos:
primero, la transferencia del sector agropecuario- en este caso del
Uruguay fundamentalmente al sector ganadero, carnes y lanas- de una
mayor porción del ingreso nacional mediante el aumento de los
precios de los productos agropecuarios, el encarecimiento de ls
productos de importación, la liberalización de los controles de
precios y la congelación de salarios. Segundo, un amplio concurso al
capital extranjero bajo la forma de empréstitos, comenzados
generalmente con los institutos internacionales. Tercero, una
política desinflacionaria tendiente a comprimir el actual nivel de
ocupación y a transferir mano de obra. Y, cuarto, eliminación de
los cauces laterales en el comercio exterior con miras a la adopción
de una multilateralidad limitada”( Parlamento del Uruguay, Diarios
de sesiones de la Cámara de Representantes, 20 de julio de 1960,
p.p. 317-326 en Zelmar Michelini, Planeta 2017, pág.205).
Los diputados batllistas intentan
demostrar que la política dependiente del FMI al poner el foco de la
crisis en el exceso de dinero circulante, dentro de un proceso de
estancamiento productivo no solo impedía una justa redistribución
sino que transfería el capital hacia los grandes ganaderos y
tenedores de tierras. Para los batllistas era imperioso defender al
pequeño industrial que significa en definitiva defender a los
sectores medios de la sociedad. En definitiva aquellos debates los
podemos vivenciar posteriormente este modelo económico apuntaba a
desmantelar el sistema proteccionista y junto con él a la industria
nacional, lo que traducido en lo social al desempleo. “La paz, la
fortuna de la paz nos ha provocado algún trastorno económico.
Durante la guerra, nosotros tuvimos que proveernos a nosotros mismos
y proveer al mundo comprador. En nuestro país tnemos casi 200mil
obreros industriales y en la industria de la lana, tejidos y tops,
tendremos unas 20 mil persona. I nos pusieramos a vender lana sucia,
lana virgen, tendríamos que cerrar todas esas industrias” (Nahum,
B. Historia del Uruguay, tomo 11).
Las protestas en las calles no se
hicieron esperar y el batllismo en los sesenta existía preocupación
sobre los excesos en el empleo de la violencia y al procesamiento de
los dirigentes sindicales en pleno auge de la guerra fría, viendo al
“enemigo” comunista en todas partes, el propio Michelini
sostenía que el conflicto era la crisis económica que afectaba a
los asalariados de ingresos fijos: “ En circunstancias en que el
país atraviesa la crisis económica más grande de su historia; en
circunstancias en que el pueblo tiene hambre(...) creemos que es
totalmente absurdo, arbitrario y peligroso, que conspira contra la
paz social, que se busque por medidas disciplinarias reprimir al
movimiento sindical.( Parlamento del Uruguay, 5 de mayo de 1960)
Hoy tenemos varios “batllismos” en
el Partido Colorado, quizás el discurso más cercano a las posturas
históricas, desde perspectivas diferentes, las tengan los actuales
diputados Fernando Amado y Tabaré Viera. Sin embargo todavía, el
discurso y la acción no se han acercado a la comprensión del
votante batllista.
domingo, 29 de octubre de 2017
Crimen que estremeció al mundo
Crimen que estremeció al mundo: Revelan 2.891 documentos del magnicidio de Kennedy; URSS temía que se lo adjudicaran.
sábado, 28 de octubre de 2017
Zelmar Michelini y su visión del batllismo.
El batllismo que fue y no será. La 99
batllista y su visión del Uruguay en la crisis de los 60.
Cuando entramos en el debate,
desgastante e inútil, del batllismo en los tiempos que corren no
podemos dejar de lado a corrientes de pensamiento claves en su
conformación. Hemos avanzado en profundidad sobre las realidades y
utopías de Domingo Arena (Arca,2010). Sobre la libertad como
Revolución de Enrique Rodríguez Fabregat (Ponencia en UCU,Cátedra
de Judaísmo, sobre la creación del Estado de Israel,2017) y la
monumental figura del Dr. Enrique Tarigo y sus muchas razones
(Planeta 2015 con Esteban Leonís) Sin embargo nunca logramos que el
debate prenda en los líderes partidarios excepto con el Prof.
Yamandú Fau que siempre nos apoyó. Pues bien estamos ahora
incursionando nuevamente en la figura de Zelmar Michelini, ya lo
hicimos en tres artículos en el blog profelagrotta,blogspot.com. Y
contamos con el apoyo del Prof. Jorge Genta. Y me propongo continuar
ahora con una serie de documentos que me ha proporcionado
generosamente el Diputado Tabaré Viera y con las últimas
publicaciones coordinadas por mi profesor en el Claeh, Dr. Gerardo
Caetano..
En un artículo publicado el 21 de
enero de 1964( Zelmar Michelini, razones de una conducta. Acción y
pensamiento, Planeta,2017) titulado: “Por nuestro propio camino”
comenzamos a trabajar con la vigencia real y absoluta del radicalismo
liberal y progresista de Don Pepe.
“ Nuestro punto de partida es la
igualdad en el ámbito de la libertad, no aceptamos otra base para
las relaciones de los hombres entre si. Rechazamos todas las
discriminaciones sociales que se fundamentan en los privilegios,
originados en la fortuna, en la familia, en la religión, en la raza
o en el partido. Sostenemos como base de la arquitectura social el
principio de la dignidad humana. Y no hay dignidad posible para el
hombre si carece de libertad o si no se siente igual entre iguales.
No aceptamos, no podemos aceptar, que haya un orden democrático y
justo allí donde los hombres se reconocen súbditos de otros, en
razón de privilegios azules de familias elegidas por principios
aristocráticos, por imposiciones dictatoriales o por interese
oligárquicos. No aceptamos, no podemos aceptar, que se se pretenda
imponer una sujeción económica y una subordinación financiera, una
calificación de nacionalidades en superiores o inferiores, de
pueblos a pueblos, de gobierno a gobiernos, porque unos sean
poderosos y otros seamos débiles e incipientes. Menos podemos
aceptar aun que quienes invocan defender la Justicia Social. Arrasen
los derechos naturales del hombre y los políticos del ciudadano allí
donde mandan, y se proclamen reivindicadores de esos mismos derechos
allí donde pretenden llegar a mandar. No queremos ideologías
importadas ni aceptamos servilismos económicos ni dependencias de
pueblos o intereses foráneos. Luchamos por una estructura económica
que suprima el latifundio asfixiante, la propiedad improductiva y la
tenencia sin fundamentos de los bienes colectivos; por una estructura
social que asegure iguales puntos de partida para todos y metas para
cada uno, de acuerdo a los talentos, esfuerzos, virtudes y
rendimientos personales. Por una estructura política que permita la
libre y cabal expresión de todos los sectores que componen la
voluntad popular sin las cortapisas que los intereses particulares de
personas o grupos imponen. Por una estructura jurídica que sea el
escudo del derecho de los débiles y muralla contra la prepotencia de
los fuertes. Luchamos por la justicia integral, como única fórmula
para la convivencia digna de los hombres.(...)Los conservadores que
están apegados a una posición privilegiada, y quienes sin tenerla
la ambicionan, se afanan por mantener la sociedad actual tal como
está, no quieren cambios ni modificaciones estructurales, las
reformas los asustan y los descontrolan. Los resentidos sociales, de
ambos extremos, predican en cambio por la ruptura, por la violencia
del orden actual. El procedimiento es conocido y pudo ser válido
para otros pueblos y para otras épocas, no lo aceptaremos para
nosotros. La violencia es sangre fraterna derramada, destrucción,
muerte, ruina y trae como secuela natural la entronización de los
gobiernos fuertes y autoritarios que imponen la supresión de las
libertades. Unos y otros conspiran contra el progreso.(...) La
evolución democrática de nuestro país, impulsada-en un momento
histórico- por José Batlle y Ordóñez al frente del Partido
Colorado, fue acelerada y ejemplar.(...) Es necesario seguir
avanzando para no perecer(...) (Planeta,2017. Pág 63)
Estos conceptos en la dura
confrontación en la década del 60 muestra claramente el reformismo
batllista y su republicanismo radical en la pluma de Zelmar
Michelini.
Estamos en un momento crucial para el
batllismo, que oscila entre una etiqueta que sirve a casi cualquier
interpretación y sus fuentes genuinas, muy alejado de la
interpretación del votante que hace mucho se fue a buscar estos
principios en otros sitios. Hay temas que no se deben dejar de
debatir y ser claros con los militantes batllistas: 1) flexibilidad
laboral, 2) renta básica, 3) Estado y sus empresas, 4) propuestas en
educación claras y contundentes. Pero respetando esos principios que
sostenía Zelmar Michelini, batllista.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)