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martes, 29 de diciembre de 2015

EL FRACASO DEL BATLLISMO EN REFORMULAR SU UNIDAD PROGRESISTA EN 1962.


Desde la Segunda Guerra Mundial nuestro país, panamericanismo mediante y férrea oposición a los fascismos, empezó a realinear la política interna.  Se produce la casi inmediata asociación entre  el “totalitarismo” con el comunismo y la identificación macartista del “ peligro comunista”  con aspectos tan diferentes como los sindicatos, el movimiento estudiantil o el neo –batllismo “chapa 15. Lógicamente surgen movimientos antiliberales y de derecha como el ruralismo que era sin lugar a dudas LA derecha a fines del 50. Posteriormente en los sesenta el enemigo de los conservadores dejó de ser el batllismo. Los sectores dominantes nacionales que sentían profundo temor por el inquietismo batllista ahora se  focalizaban en las clases trabajadoras organizadas y su capacidad de presión y organización. Este se debía sin lugar a dudas por el “luisismo” con su sensibilidad social y nuevo impulso redistributivo y con un radicalismo fuerte en momentos de la Guerra Fría. La crisis económica adobaba los reclamos sociales y el miedo al avance del comunismo sumado a la Revolución Cubana, desencadena un fuerte sentimiento antisindical y anticomunista que va a marcar el inicio de la década del sesenta. El modelo desarrollado por Luis Batlle Berres se sostenía en la exportación y en el modelo de industrialización sustitutiva. La idea era industrializar la lana y el cuero y buscó afanosamente capitales extranjeros. Sin lugar a dudas consolidó la clase media y no se deslumbró con el desarrollismo tan de moda en esa época y sostuvo en un discurso citado por el Dr. Sanguinetti, ( Relatos de la Memoria, 2015, 16) “ Es un inmenso error creer que el desarrollo de la industria nacional tiene valor por ella misma y que es un problema circunscripto solo a la que puede ser la Industria Nacional. No, el desarrollo, el afianzamiento, corren parejos con toda nuestra estabilidad social, económica y política y si decae podremos enfrentarnos a problemas insolubles”.
 La década del 60 dejó huellas profundas en cada país tanto en costumbres, formas de convivencia, etc. En Uruguay comenzó  en 1959 de la mano de varios hechos importantes en lo nacional y en lo internacional. En nuestro país, el herrerismo establece alianza con   la Liga Federal de Acción Ruralista que le permitió al Partido Nacional llegar al gobierno. El hecho internacional fue el triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959. El Colegiado “blanco” fue el episodio político más importante desde el retorno del batlllismo al gobierno. Evidentemente la sociedad uruguaya buscaba cambios y caminos para solucionar la gran crisis económica. En tanto dentro del Partido Colorado la división ideológica entre los quincistas y catorcistas pone en evidencia la necesaria  búsqueda de unidad para enfrentar políticamente a los blancos en el gobierno. El más radical era el antiguo secretario de Batlle Berres, Zelmar Michelini que sostenía la imperiosa necesidad de volver al radicalismo batllista y sostenía : “ Ha llegado el momento de abandonar los paños tibios. Los que pertenecemos a mi generación debemos aprender a no vivir de tradiciones ni de recuerdos. A las nuevas generaciones hay que hablarles de  programas y realizaciones. El Golpe de Estado de Marzo ha quedado muy atrás; la formidable época de José Batlle y Ordóñez, también, así como alguno de sus principios que parecían inamovibles. Soy anticolegialista porque los ejecutivos pluripersonales son lentos e inefectivos. Con mucha más razón soy anticolegialista en materia departamental. Me gustaría un retorno a la Constitución del 42, corrigiéndole algunos de sus defectos. No creo en frentes populares ni en Partidos Internacionales, a los problemas nuestros , soluciones nuestras. El Partido Colorado batllista hubo escisiones y reagrupaciones. Surge el sub lema “Por el gobierno del Pueblo”, lista 99 que lideraba el propio Zelmar Michelini levantando las viejas y mejores tradiciones del batllismo. La Lista 15 se une a viejos enemigos, riveristas, baldomiristas y blacoacevedistas. La lista 14 forma la Unión Colorada y Batllista que llevó como primer candidato del Consejo Nacional  de Gobierno al General Oscar D. Gestido. Sin embargo el triunfo correspondió nuevamente al Partido Nacional y en particular a la UBD.
Ver:
Frega, A. y Otros. Historia del Uruguay en el Siglo XX. EBO Montevideo 2007. Pp. 158-160.
Broquetas, M. La trama autoritaria. Derechas y Violencia en Uruguay (1958-1966) Pp 45 y Ss.
Michelini, Z.  Artículos Periodísticos y Ensayos. Tomo I Cámara de Senadores, 1986. 

El batllismo en los años Sesenta. Zelmar: “ Debemos hacer una lista con la gente de izquierda”


A partir de los años 30 nuestro país sufrió los efectos de la crisis mundial en el sector agrario. En un primer momento  disimuló el problema con un crecimiento industrial y agrícola, luego de la segunda guerra mundial y con el entorno ideológico de la guerra fría los vaivenes económicos fueron constantes. A  mediados de la década de 1950, la crisis nacional se agravó. El crecimiento industrial dinamizó a la agricultura al necesitarse mayores cantidades de lio, maíz, girasol, azúcar, cebada, trigo, pero no pasó lo mismo con la ganadería. Entre 1935 y 1961 la producción ganadera por habitante creció a 0.02% anual o sea casi inexistente- La crisis agraria hasta entonces latente por el escaso crecimiento ganadero despertó brutalmente sumándose a la crisis en el sector industrial y con él, las agroindustrias vinculadas. A partir de 1957 se vivió una doble crisis: la vinculada con la ganadería y la de producción de manufacturas. La Política desarrollada por el primer Colegiado “blanco” adoptó una serie de medidas pretendidamente liberales que lo único que consiguió fue desmantelar la industria nacional  con el claro objetivo de desballistizar la política general del Uruguay. Evidentemente  la línea de flotación del Estado de bienestar batllista fue alcanzada con estas medidas. La seguridad social tenía un sistema agotado y politizado. Si sumamos el aumento del costo del trabajo , el estancamiento económico y la inflación los efectos sobre las diferentes Cajas fueron demoledores. En los sesenta la real función del sistema dejó de ser la protección de los necesitados para convertirse en un instrumento para atenuar las tensiones sociales en beneficio de sectores políticos.
Durante el período que transita entre 1946 y 1962 fracasan irremediablemente losúltimos dos proyectos  políticos sostenidos por la histórica matriz bipartidista de los Partidos Tradicionales: el proyecto de Luis Batlle denominado comúnmente neo.batllismo y el ruralismo liderado por Benito Nardone. Desde la época del debate entre batllistas y riveristas nunca, haste este momento, los partidos políticos tenían una interna de debate ideológico tan fuerte. En las elecciones de 1958 se producen una serie de alineamientos sociales, por un lado los históricos grupos de poder de los grandes productores rurales y por el otro una gran masa de asalriados, de clases medias y sectores obrero –industriales. En 1959 y comienzos de 1960 el nuevo gobierno arremete con una política antiindustrial con liberalización del mercado de cambios, desmatelamiento de las políticas batllistas de proteccionismo industrial, contención del gasto público. Este debate también se desarrolla en la interna batllista. Allí tenemos las posturas de la lista 14 y la lista 15 que alejaban cualquier posibilidad de lista única.
¿Ud. No cree posible un acercamiento entre Luis Batlle y César Batlle?
Le pregunta César di Candia a Zelmar Michelini el 7 de octubre de 1961 sobre la posibilidad de una lista única:  “(No lo veo posible) De manera absoluta y definitiva. Debemos hacer una lista con la gente de izquierda, que también incluya  elementos de la 14  y del Coloradismo Independiente, fracciones en las cuales militan gente de ideas similares y que no se apartan de las clásicas orientaciones del Partido Colorado. Y que César Batlle y sus amigos hagan otra con los colorados reaccionarios” El acercamiento entre César y Luis “No solo no lo veo, sino que en caso de suceder, sería lo peor que le puede ocurrir al país y al Partido. Son dos hombres que encarnan corrientes de pensamiento radicalmente  distintas. La unión solo se haría en el papel. Pero de cualquier modo creo que hay que buscar alguna fórmula de unidad, porque es necesario darle alguna esperanza al pueblo. Sin esa esperanza , que mantenga a la gente optimista para el año 1962, podría pasar cualquier cosa, pues el gobierno blanco ya no es solución ni para ellos mismos. Debemos partir de tres postulados: a) Un programa mínimo al cual ajustar las tareas de gobierno; b) el respeto a todas las fuerzas coloradas que intervengan representándolas proporcionalmente en las posiciones a distribuir y c) Un compromiso entre los grupos colorados, en el sentido de actuar siempre de acuerdo con la Agrupación Colorada de Gobierno Nacional, integrada por consejeros, ministros, subsecretarios, senadores y diputados.
La propuesta programática de la 15: el programa mínimo.
Cinco principios:
1)      Una justa distribución de la riqueza que impida las grandes acumulaciones. No hablemos de reforma agraria, slogan gastado y promesa incumplida por todos. Distribuyamos la tierra para una producción intensiva en manos de quienes la trabajen.
2)      Jerarquización total de la Escuela Pública dotándola de mayores recursos. Es la única forma de elevar el nivel moral de la juventud y eliminar la delincuencia juvenil. No olvidemos que el auge de la Escuela Privada se debe a la decadencia de la Escuela Pública.
3)      Un sistema de previsión social distinto. Hay que terminar con el vergonzoso trabajo político que hacen algunos directores de las Cajas de Jubilaciones.
4)      Una distinta manera de encarar el Estado los problemas sindicales. Los Poderes Públicos no han sabido despertar confianza en las masas obreras, fomentando a su pesar la popularidad de los políticos de la extrema izquierda. El gobierno espera el conflicto para solucionarlo.
5)      Total independencia económica  de los Estados Unidos. Si lo tratamos de igual a igual nos vamos a entender mejor que agachando la cabeza. Debemos comerciar con todos los países del mundo y no cerrar las puertas a los países comunistas.
Este proyecto de unidad derivará en una fragmentación del batllismo, del sistema político y en la incapacidad del Estado uruguayo de mantener políticas estables y a largo plazo. Al decir de Germán Rama “ el país  asistía con sorpresa a su propia crisis, sin un análisis crítico de su modelo de desarrollo y del proyecto societal vigente y en definitiva sin la capacidad de elaborar alternativas”
Ver:
Michelini, Z. El programa mínimo.  Artículos periodísticos y ensayos. Cámara de Representantes 1986, Pág. 96-97.

Caetano, G. Alfaro, M. Historia del Uruguay Contemporáneo. FCU-ICP. 1995