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martes, 4 de enero de 2011

El Banco de Seguros del Estado, esencia del sistema batllista:Intervención del Estado en la vida económica, pero sin suprimir la libertad.


El Ing. José Serrato, al defender en el Parlamento uruguayo el proyecto de creación del Banco de Seguros del Estado sostuvo:
" Decir que este proyecto es un proyecto netamente socialista es como anunciarles el principio de  la revolución social, con todas sus oscuras, confusas y complejas conclusiones que los hombres de gobierno tampoco pueden aceptar. Suponen que el socialismo aspira, de inmediato, a arrasar con la propiedad privada, convirtiéndola en propiedad común, y a apropiarse de todos los medios de producción. Y como consecuencia natural, suponen que la tendencia o el propósito gubernamental es entrar en las vías del comunismo y colectivismo, transformando la organización económico-social en que reposa actualmente la vida nacional. Pero lo primero que habría que determinar, lo que habría derecho a exigir, es saber que es el socialismo y a que aspira en el momento actual nuestro país(...) Porque si por socialismo se entiende el mejoramiento de las clases obreras y trabajadoras, tendiendo a elevar su cultura, sus medios de existencia y su dignidad humana, si se entiende también el procurar a la sociedad una distribución más racional de la riqueza, si por socialismo se entiende defender y buscar de mejorar ese valor económico que se llama hombre y sin el cual no hay  progreso ni adelanto, en ese caso este proyecto es netamente socialista. Pero si por socialista o aspiración socialista se entiende la desaparición de la propiedad individual, si por socialista se entiende la apropiación de todos los medios de producción, yo digo entonces que este proyecto no ha sido inspirado en las ideas de esa escuela " 
El Proceso que culminó con la creación del Banco de Seguros del Estado se inició en el primer decenio del siglo pasado, cuando los doctores Domingo Arena y Pedro Manini Ríos presentaron un proyecto de ley cuyo punto esencial era la institución de un departamento dedicado a seguros en el Banco de la República. Los fundamentos de su proyecto eran similares a algunos de los que se utilizarían, años después, para decidir la constitución del Banco de Seguros del Estado.
Según los autores del proyecto, la inexistencia en el país de ˜una gran institución de crédito de carácter nacional˜ dedicada a los seguros provocaba que las personas que deseaban asegurar se dirigieran, casi inevitablemente, a las sociedades extranjeras, ya que las compañías nacionales, de reciente fundación, con capitales que se iban formando casi siempre con las propias primas, no ofrecían la solvencia que buscaba el asegurado.
Finalmente, dispuesto con toda firmeza a limitar la salida al exterior de ganancias de las compañías extranjeras, el gobierno uruguayo presentó, el 26 de abril de 1911, un proyecto de ley que proponía la creación de un ˜Banco de Seguros del Estado˜.
Se deseaba , con la importante iniciativa, obtener beneficios que, reintegrados a la comunidad, podrían llegar a atenuar las cargas impositivas a favor del desarrollo nacional y además, difundir el beneficio de la seguridad entre todas las clases sociales, mediante una reducción apreciable de las primas.
Comenzaría de ese modo para nuestro país un nuevo ciclo en la evolución histórica de los seguros, caracterizado por el monopolio de algunos de ellos, a cargo de una institución estatal. El hecho iba a introducir una inmensa y saludable revolución en el régimen de los seguros, llevando la previsión a los hogares más modestos, en razón del abatimiento de las primas y la absoluta garantía de las reservas.
A fines de 1911, actuaban en el campo del seguro muchas empresas privadas. Y, como era lógico prever, influencias de todo tipo se pusieron en juego para hacer fracasar el intento gubernativo. Un sector de la prensa editorializaba sobre las dificultades en que se vería el Estado para encarar con criterio utilitario una ˜industria cuya índole requería especial competencia y que excedía de sus posibilidades˜. Pero esos pronósticos pesimistas, que tenían su origen en intereses creados, no tuvieron éxito. El 27 de diciembre de 1911 se promulgó la ley que creó el Banco de Seguros del Estado.
El Banco ocupó diversas sedes, pero el 10 de junio de 1934, se colocó la piedra fundamental del nuevo edificio a construirse en la entonces avenida Agraciada. La obra fue concebida dentro de los más modernos criterios de la época por los arquitectos Italo Dighiero y Beltrán Arbeleche, y actuó como Consejero Técnico Supervisor de la construcción el General arquitecto don Alfredo R. Campos. La inauguración de la nueva sede marcó una época en la historia de la institución.

Ver: RR.PP. BSE.
     José Batlle y Ordóñez. Jorge Buscio.F. de Siglo 2009.Pp.87SS

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