Adam Smith
La riqueza de las naciones, ha sufrido el destino reservado a la mayoría de los clásicos: es una obra más comentada que leída. Aunque Smith se opuso claramente al “sistema mercantil” y al aparato de privilegios y protección estatal en que se apoyaba hay párrafos en su obra que merecen ser analizados:
La gente de un mismo gremio rara vez se reúne, aunque solo sea para su entretenimiento y diversión, sin que la conversación termine en una conspiración contra el público o en algún tipo de arbitrio para elevar los precios.
El interés de los negociantes...de cualquier ramo del comercio o de la industria es siempre diferente en algunos Aspectos Del interés público, e incluso opuesto a él...Cualquier nueva ley o regulación del comercio propuesta por ese estamento debería escucharse con gran precaución y no adoptarse nunca sin antes examinarla larga y cuidadosamente...Hay que tener en cuenta que proviene de un estamento cuyo interés no coicide nunca exactamente con el del público..
Al mismo tiempo Smith consideraba a los manufactureros como portadores del progreso e instaba a que se les permitiese un mayor margen de maniobra. Publica en 1776 La riqueza de las naciones, estas son sus ideas principales:
1- El trabajo es el origen de la riqueza.
2- El trajo se realiza en función del “interés particular”, por lo que el enriquecimiento de los particulares es el único camino para conseguir la riqueza.
3- Debe existir una armonía social fundada sobre la igualdad entre el interés particular y el interés general.
4- Para desarrollar la riqueza, la iniciativa particular no ha de ser coartada por actuaciones exteriores; de donde se sigue que el estado no debe ser intervensionista, que debe regirse por el libre juego de la oferta y la demanda tanto en la producción y la venta como en la contratación laboral.
5- Para ejercer esta libertad de la iniciativa particular, no hay inconvenientes en reclamar la intervención del estado: en lo interno, para garantizar un orden concreto-el orden burgués; en el exterior, para defenderse de la competencia comercial incluso con medidas proteccionistas.
Por lo tanto, el sistema capitalista preconizado por Adam Smith consagraba la defensa total de la iniciativa privada y del enriquecimiento sin límites, que se convertirían en los pilares básicos de la sociedad burguesa.
Fragmentos de la Riqueza de las Naciones.
Los tres deberes del Estado Liberal
“todo hombre, con tal que no viole las leyes de la justicia, debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor le parezca para buscar su modo de vivir, y sus intereses; y que puedan salir sus producciones a competir con las de cualquier otro individuo.
Según el sistema de la libertad negociante, al soberano solo le quedan tres obligaciones principales: proteger a la sociedad de la violencia e invasión de otras sociedades, poner a la sociedad a cubierto de la injusticia y opresión de un miembro de la república a otro, o sea la obligación de establecer correcta justicia y mantener y erigir ciertas obras y establecimientos públicos, que nunca puedan alcanzar los intereses de los particulares”
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