En tiempos actuales, en el contexto de la globalización, ha surgido la necesidad de un nuevo contrato social. El modelo político consumista actual ha marginado gradualmente la dimensión social de la economía y se ha convertido más bien en un modelo conservador, comandado por tecnócratas sin sensibilidad ni responsabilidad social. El batllismo, entonces busca humanizar la política y abordar las necesidades más fundamentales de las personas, su dignidad, sus anhelos y el desarrollo de sus potencialidades. La teórica política Hannah Arendt abordó el humanismo en la política. Según Arendt,
la humanidad ha dejado de ser un concepto o un ideal para convertirse en una realidad urgente debido al desarrollo técnico del mundo occidental contemporáneo. El humanismo como ideología política se centra en poner a las personas en el centro de las políticas y decisiones, buscando un equilibrio entre el desarrollo económico y el bienestar social.El batllismo se relaciona con otras corrientes políticas de
varias maneras.
Con todas aquellas que se enfoquen en el individuo: A diferencia de algunas posturas que pueden ver a las personas principalmente en términos de su papel en la economía o la sociedad, el batllismo pone énfasis en la dignidad y el valor de cada individuo. Con todas aquellas que tengan énfasis en la razón y la evidencia: El batllismo pone énfasis en la razón y la evidencia como la base para la toma de decisiones. Sin embargo, el batllismo rechaza las afirmaciones dogmáticas o ideológicas que no están respaldadas por la evidencia. Con todas aquellas que sean democráticas: El énfasis está en la igualdad de derechos y oportunidades para todos los individuos. La relación con el socialismo: El batllismo puede tener similitudes con el socialismo en lo referente a la justicia social y económica. Sin embargo, su diferencia sustancial es no coincidir con la postura socialista de la abolición de la propiedad privada o enfrentar la economía de mercado. Relación con el liberalismo: El batllismo comparte con el liberalismo la libertad individual. Sin embargo, pone un fuerte énfasis en la responsabilidad social y la justicia económica. Para estudiar el liberalismo deberíamos utilizar dos enfoques diferentes uno ideológico que se interesa por las ideas y uno sociológico que se enfoque en las bases sociales. Parecen enfoques contradictorios pero son complementarios. El liberalismo es un filosofía global, que con frecuencia se lo vincula solamente en los aspectos económicos, siendo este aspecto uno dentro de una visión más completa que busca, en definitiva manejar todos los aspectos de la vida en sociedad y los problemas que engloba la existencia colectiva. El liberalismo, entonces es un filosofía política regida en su totalidad por la idea de la libertad y que además la actividad de la sociedad actuando en política debe estar sostenida en la libertad y en la consagración de la misma. O sea que para los liberales una sociedad no es viable ni legitima si sus instituciones y el funcionamiento de las mismas no reconocen la libertad. También es una filosofía individualista puesto que el individuo está por encima de la razón del Estado, de los intereses del grupo y más todavía de las exigencias de la colectividad: el liberalismo primigenio ignoraba por completo a los grupos sociales en definitiva por el temor de que la libertad de asociación llevara a que el individuo fuera absorbido y esclavizado por los grupos. El liberalismo es también una filosofía de la Historia, según la cual la Historia la hacen los individuos y de ningún modo las fuerzas sociales. En definitiva el liberalismo cree en el descubrimiento de la verdad por el accionar individual. Acá es cuando el liberal percibe en el Parlamento la búsqueda de la verdad en una representación común a todos. Por lo tanto la filosofía liberal es un filosofía del conocimiento que rechaza los dogmas impuestos por las iglesias, afirma que la verdad es relativa y es tolerante. Por lo tanto el liberalismo es una filosofía global, del mismo modo que el marxismo, buscando todas las respuestas que pueden platearse en la sociedad. Si vemos al liberalismo actuando solamente en la producción, en el trabajo y en las relaciones entre productores y consumidores cometemos un grave error.
Los sectores productivos e industriales inteligentemente conducidos por Batlle y Ordóñez lo enfrentaron con vehemencia, pero eran conscientes de que es la forma real de enfrentar las políticas de los trabajadores organizados. El proletariado, por otra parte, era débil social, política e ideológicamente. Favorecido por esas circunstancias, dentro del batllismo se habla de conquistar una autentica libertad y justicia a través de la acción paternalista del Estado. Permite que el Estado se mantenga neutral en los conflictos. Sin embargo la postura de don Domingo Arena, que sostenía que debe dejarse de lado la simple neutralidad estatal en los conflictos obrero-patronales para colocarse de parte del más débil.
Tan liberal era la visión batllista que se denunciaba duramente a la sociedad capitalista:
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