Luis Batlle y Fukuyama. Puntos de encuentro.
Un gobierno moderno y eficaz debe encontrar el equilibrio
entre un Estado sólido y competente con las instituciones jurídicas que lo
obligan a actuar en pos del interés de los ciudadanos en un sentido amplio.
Muchos países consolidan las instituciones democráticas mientras realizan la
construcción estatal. No es nuestro caso. Se pregunta Francis Fukuyama en
Autonomía y subordinación( Deusto, 1914): ¿ Cómo se alcanza un Estado
productivo y administrativamente competente? La verdad es que desde el fin de
la Segunda Guerra Mundial muchos Estados han fomentado intentos de reforma de
sectores públicos. Uno de los caminos es aumentar la transparencia de la
gestión y las responsabilidades
democráticas. Para que esto tenga éxito se parte de una base generalmente
equivocada que es que los votantes tienen información concreta acerca de los
funcionarios públicos incompetentes o corruptos, entonces utilizaran el poder
de las urnas para desplazarlos de sus cargos. Muchas reformas han tratado
también de aumentar el número de normas que deben cumplir los funcionarios
estatales. Las reformas pasan por la relación que establecen los economistas de
Principal-Agente. El principal es el encargado de llevar adelante la toma de
decisiones y el que da las instrucciones a las jerarquías de agentes
subordinados. En una empresa privada el principal es el dueño del negocio el
cual delega su autoridad en una junta directiva, por ejemplo. En una
Democracia, el principal es todo el pueblo el cual a través de las elecciones
delega su autoridad en una asamblea legislativa, o sea sus representantes.
Siguiendo este análisis a mayor democracia menor corrupción y mejor gobierno.
De esto suponemos con razón que la construcción estatal y la construcción de la
democracia no es sinónimo y que existe siempre una tensión entre ambos
conceptos.. Los gobiernos modernos deben proporcionar una amplia variedad de
servicios complejos desde informes meteorológicos hasta la dirección de las
fuerzas armadas, regula los servicios de apoyo a la agricultura. En definitiva
la capacidad estatal esta condicionada a los recursos, los funcionarios mejor
formados y comprometidos no lo estarán si no reciben una remuneración acorde o
no tiene los instrumentos indispensables para su función. Los componentes del
orden político que conforman la democracia liberal moderan o sea el Estado, el
principio de legalidad y la responsabilidad son complementarios. La realidad en
los tiempos que corren es que la democracia contemporánea debe hacer frente es
a la incapacidad para proporcionar lo esencial que la gente espera, la
seguridad, el crecimiento económico y servicios públicos de calidad.
Como el Uruguay, no hay.
Luis Batlle Berres en su pensamiento político, económico y
social sostenía que el el desarrollo de un modelo industrialista en el que el
Estado ejerciese un importante rol de árbitro en materia de conciliación de
clase y de dirigismo económico permitiría la paz social y el desarrollo.
También planteó la plena vigencia de la democracia y la libertad consolidando
los interese del sector empresarial y de los sectores medios y obreros en torno
a la industria nacional. Por supuesto que era una visión contraria al que
proponía los sectores agropecuarios. La idea era no imitar los modelos
populistas latinoamericanos cuyo arquetipo era el peronismo. En el discurso que
realiza al asumir la presidencia Don Luis sostuvo: “ Nosotros, los que fuimos
formados en los últimos aleteos de la filosofía liberal y dimos los primeros
pasos hacia la socialización de ciertas actividades del organismo social,
comprendemos que tenemos que continuar ese ritmo para encauzarlo en las vías
normales. Apresurase aser justos, es asegurar la tranquilidad; es brindarle al
ciudadano los elementos principales y básicos para que tenga la felicidad de
vivir y hasta él lleguen los beneficios de la riqueza. Apresurarse a ser
justos, es luchar por el orden y es asegurar el orden”
El Estado debía adelantarse al conflicto social a través de
una política de equilibrio que diese seguridad a los sectores más desposeídos
con una adecuada redistribución de la riqueza y una mayor justicia social
siempre en el marco de respeto a la democracia y a sus principios como la
libertad de expresión, la libertad de opinión, las garantías individuales, la
propiedad privada.
Para Luisito y para los batllistas la democracia y la
libertad son la base del progreso y la justicia social y siguiendo el
pensamiento de Don Pepe que los ricos sean menos ricos para que los pobres sean
menos pobres. El batllismo integra los conceptos de Democracia, libertad,
orden, paz social y pueblo. La lucha por la paz exige el respeto a la ley. Nada
es más neceario para el individuo que la libertad que solo se alcanza con la
democracia. La seguridad económica sin libertad es opresión en lo social y
dictadura en lo político. Sin libertad los obreros no podrán alcanzar ninguan
conquista económica.
El modelo industrialista planteaba el desarrollo de las
industrias existentes y tratar de crea otras nuevas aplicando medidas
proteccionistas sostenidas en el manejo del tipo de cambios. La actividad
privada debía ser apoyada y sería el centro de la actividad económica amparadas
pro el proteccionismo estatal. Pero en caso de necesidad el Estado debe ampliar
sus funciones asumiendo la responsabilidad del manejo de Empresa Públicas
estratégicas. Todo este proceso no debía obviar el factor humano, el trabajador
es el principal protagonista, por lo tanto se le debía otorgar toda clase de
compensaciones. El capital debía ser benefactor y su objetivo no sería la
simple ganancia sino la distribución de
la riqueza. El intervencionismo estatal, entonces, se debe realizar en defensa
del interés general, la acción estatal es crear nuevas soluciones que den
solidez a la organización social. Ya Don José Batlle y Ordóñez rechazaba el
antagonismo entre el capital y el trabajo y por extensión la lucha de clases.
La conciliación de clases la realiza el Estado con el concepto de que la
riqueza no es solo del propietario, también lo es del trabajador que con su
trabajo la crea y por lo tanto se debe compartir con la frase de que la lucha
de clases surge d ela injusticia de clases, el batllismo construyó el Uruguay
tal cual lo disfrutamos hoy.
Es imprescindible el retorno del batllismo al
gobierno.
Ver:
Fukuyama, Francis. Orden y Deccadencia de la Política. Deusto. 2014
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