En época de coalición, creo, es pertinente tener en cuenta los principios que forjaron la corriente de pensamiento batllista. Claro, mirando al porvenir y con el avancismo imprescindible para definirnos como batllistas hoy. En ambas márgenes del Río de la Plata la preocupación reformista estaba en función de los más desposeídos y el rol del Estado en la búsqueda de soluciones para esos sectores sociales. Hace un siglo ya de estos debates. Vale la pena, pienso, reflexionar sobre ellos.
Alfredo L. Palacios nació en Buenos Aires el 10 de agosto de 1878. Fue uno de los 19 hijos que tuvo su padre, Aurelio José Florencio Palacios Bustamante, un político uruguayo de renombre. Sin embargo es a su madre, Ana Ramón Beltrán, a quién Alfredo reconoce como mentora de las ideas socialistas que madurarían en él años después.
"En el socialismo me inició mi
madre a los 11 años. Ella puso en mis manos el Nuevo Testamento, con el sermón
de la montaña, y llegó a apasionarme la figura de Jesús. Luego hice mías las
palabras del doctor Juan B. Justo, fundador del Partido Socialista que decía:
'Socialismo es la lucha en defensa y por la elevación del pueblo trabajador
que, guiado por la ciencia, tiende a realizar una libre e inteligente sociedad
humana basada sobre la propiedad colectiva de los medios de producción, o sea
la tierra, las máquinas, los medios de transporte”
A medida que iba creciendo probó sus dotes
como periodista, como orador elocuente y se recibió de abogado en la
Universidad de Buenos Aires (UBA). El 11 de marzo de 1904, con 24 años, Alfredo fue elegido por la cuarta
circunscripción electoral como diputado por Buenos Aires. Los obreros de La
Boca parieron al primer diputado socialista de la Argentina y del continente
americano.
Su especialidad fue reconocida
internacionalmente. La Oficina Internacional del Trabajo le encarga un estudio
sobre “la fatiga y sus proyecciones sociales” y para ello, Palacios recurre a
expertos e instala el laboratorio en los Talleres del Estado, situados en el
Riachuelo, y durante el mes de julio de 1921 estudia a los trabajadores in situ. Sus conclusiones son terminantes y asestan un
duro golpe al taylorismo: concluye diciendo que a medida que avanza la extensa
jornada laboral, el rendimiento de los obreros decae y la fatiga llega a la
extenuación si no se realizan medidas tendientes a fomentar los descansos.
En 1922 es elegido por profesores y alumnos decano de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata.
Durante 1923 realiza una gira por América Latina: viaja a Uruguay, Brasil,
México, Panamá, Perú y Bolivia; y es designado miembro honorario de las
universidades de Mérida, Lima, Arequipa, Cuzco, y La Paz.
Es en estos acontecimientos que Palacios toma
nota del debate sobre las políticas impositivas que lleva adelante en nuestro
país el Dr. Baltasar Brum, en especial la vinculación entre los impuestos
directos y la familia. Ya había citado a Brum en un artículo publicado en “El
nuevo Derecho”. Lo invita a dar una conferencia en la Facultad de La Plata, el
18 de abril de 1924 donde Brum expone sobre los monopolios de seguros y energía
eléctrica en nuestro país. El resultado de esta ponencia de Brum fue la
solicitud de Alfredo Palacios un artículo para ser publicado en los “Anales de
la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de La Plata” titulado “La familia
y los impuestos directos” en el mes de agosto de 1929. En dicho artículo
sostenía Brum:
“Sea cual fuera la escuela económica a que se
pertenezca es forzoso reconocer que los egresos públicos crecen conjuntamente
con los habitantes y con la afirmación del concepto de solidaridad social, que
se traduce por el mejoramiento moral y por el mayor bienestar de las clases
proletarias. Para evitar que el crecimiento de los gastos – tan inevitables
como los que se producen en la familia a consecuencia del aumento de sus miembros-
arruine al país, hay que recurrir, entre otras a estas soluciones: aumentar por
un eficaz proteccionismo la capacidad económica para que soporte sin
perturbaciones nuevas cargas; nacionalizar o estatizar todos los servicios
públicos, único medio de que sean atendidos por la comunidad en su propio
beneficio y crear gravámenes directos o indirectos que contemplen los intereses
económicos”(…)” La tasa inmobiliaria es proporcional y si bien, en algunos
casos, se ha pretendido corregir las injusticias de la proporcionalidad,
aplicable al pequeño propietario lo mismo que al riquísimo, por medio de la
tasa progresiva, es evidente que ni la proporcionalidad, ni la progresividad
son justas, porque para determinar el impuesto solo toman como elemento decisivo
el valor del bien, prescindiendo de la mayor o menor contribución que a la
riqueza general presta el factor población”
El pensamiento social del batllismo lo
podemos ver con claridad en el fundamento del proyecto de “Vivienda para pobres”
llevado adelante por el Dr Brum:
“(…)Es la
naturaleza humana y no la calidad de funcionario la que con la necesidad de
disponer de un pedazo de tierra y una casa donde vivir, trae aparejado el
derecho social de contribuir a que todos puedan lograr esa finalidad(...) Desde
la Presidencia del Banco Hipotecario me he convencido de que esta institución,
mediante la contribución del Estado podría cumplir, sin perjudica sus funciones
esenciales la alta misión de proporcionar a todos los habitantes pobres del
país el modo de adquirir la propiedad de su hogar.
Fruto de tal convicción es la iniciativa que, con la
inteligente cooperación del gerente, ingeniero Raul Bonino, adjunto y que
justifico con esta exposición. Al formularla, tuve presente la necesidad de no
confundir la acción económica que debe satisfacer el Banco-y que no puede
afectarse sin ocasionar grandes perjuicios generales- con el otorgamiento del
crédito que permitiera construir la vivienda mínima(...) Para evitar evitar la
confusión independizo la emisión de los títulos que facilitaría la adquisición
de la vivienda mínima, propongo una sección especial que se denominaría "
Sección Constructora del Banco Hipotecario del Uruguay"
La mujer mayor de edad y el hombre uruguayo o
extranjero que este inscripto en el Registro Cívico aunque careciera de ahorros
tendrán derecho a un crédito de $ 1500 pagaderos a treinta años para adquirir
una vivienda con inclusión del valor del terreno y abonaría dicha suma el 3% de
interés y el 2% de amortización.. Se extienden los efectos de la Ley Serrato a
toda la población de la República. Así se prestaría hasta el 95% para construir
viviendas de $1500 a $ 2500. 90% para las que oscilen entre $ 2500 y $ 3500 y
85% para los que excedan esta última suma.(...)
Como se ve con un pequeño sacrificio de los
terratenientes se resolvería el magno y grave problema de la vivienda de
las clase pobres de la sociedad, sacrificio facilmente soportable y que dado su
destino redundaría en notables beneficios generales.(...) Ganaría la salud
pública, se beneficiaría el orden social, prosperaría la República, se
embellecerían las ciudades y la campaña y podríamos proclamar que en el
Uruguay(...) ya no existen parias a los cuales les falte un pedazo de tierra
donde detenerse y un techo propio para instalar su familia.
Baltasar Brum Presidente, E. Rodríguez Castro,
Secretario General."
Ver:
García Bouzas, R. La Justicia de los doctores 1900-1930. Facultad de Derecho-FCU. Mvd. 2001
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.