- Movimientos
estudiantiles: En varios países de América Latina, los estudiantes se
movilizaron para exigir reformas educativas y políticas. En México, el
movimiento estudiantil de 1968 culminó en la trágica masacre de Tlatelolco.
- Movimientos
feministas: A principios de la década de 1960, surgieron movimientos
feministas que buscaban incorporar los derechos civiles de las mujeres en
la sociedad moderna y también la incorporación de la visión femenina del
mundo.
- Movimientos
de derechos civiles: Inspirados en parte por el movimiento de derechos
civiles en los Estados Unidos, los activistas en América Latina lucharon
contra la discriminación racial y por la igualdad de derechos para todos
los ciudadanos.
- Movimientos
de liberación nacional: En respuesta a las dictaduras militares y al
imperialismo estadounidense, surgieron movimientos de liberación nacional
en varios países de América Latina.
- Movimientos
indígenas: Los pueblos indígenas de América Latina comenzaron a
movilizarse para defender sus derechos y su cultura, y para exigir el
reconocimiento de sus tierras ancestrales.
Estos movimientos jugaron un papel crucial en la
configuración de la historia cultural, política y social de América Latina durante la
década de 1960.
La cultura latinoamericana en la década de 1960 fue un
factor importante en los enfrentamientos políticos de la época. Durante este
período, América Latina experimentó una serie de cambios políticos y sociales
significativos, muchos de los cuales estuvieron influenciados por la cultura de
la región
En la década de 1960, los países latinoamericanos ya
experimentaban la presencia hegemónica de los Estados Unidos a través de
estrategias políticas y económicas para extender su influencia y evitar la
instauración del comunismo en los países del sur. Sin embargo, para que la
fiebre revolucionaria se extendiera solo hacía falta que en algún lugar
detonarán las protestas en contra del autoritarismo y el sistema dictatorial
que caracterizó a los gobiernos de varios países latinoamericanos en el siglo
XX
Además, la emergencia de nuevas temáticas y realidades
volvieron a poner en el tapete la necesidad de una izquierda radical, pero no
militarista ni elitista, sino que revolucionaria en tanto Latinoamericana e
integradora de los diferentes movimientos sociales que se oponen a una
globalización “en una sola dirección”
Por lo tanto, la cultura latinoamericana en la década de
1960 no solo influyó en los enfrentamientos políticos de la época, sino que
también jugó un papel crucial en la formación de movimientos sociales y
políticos que buscaban un cambio radical en la sociedad.
El Mayo francés de 1968 tuvo un impacto significativo en
América Latina, acelerando procesos y movimientos que ya estaban en marcha.
En América Latina, el año 1968 también fue muy
significativo. Tanto en México, donde el movimiento estudiantil fue reprimido
de manera sangrienta el 2 de octubre, como en el Cono Sur, en Uruguay, Brasil,
Chile. Los tres 68 latinoamericanos tienen esta misma característica: una
acumulación de la protesta con protagonismo estudiantil en alianza con otros
sectores, y la represión y la deriva autoritaria.
La idea de circulación global de lo que significa ser joven,
una idea de revuelta contra el orden burgués de la post guerra, eso es lo
global del movimiento. Aunque la revolución sexual consistió en cambios y
procesos muy lentos que dejó consecuencias en la generación que nació en los
70, en materia de sexualidad, de nuevas formas de familia, de relacionarse
entre las mujeres y los hombres, en todo esto somos hijos del 68.
El Mayo francés de 1968 dejó huellas profundas en la
sociedad y tuvo un impacto significativo en América Latina, influyendo en los
movimientos sociales y políticos de la época.
Los principales intelectuales del Mayo francés incluyen a:
- Jean-Paul
Sartre: Fue uno de los intelectuales franceses más influyentes del
siglo XX. Se interesó y participó de los debates políticos de los años
sesenta junto a dirigentes políticos y estudiantiles.
- Michel
Foucault: Fue una figura importante de la cultura que se unió a la
rebelión.
- Alain
Geismar: Identificado con el
maoísmo.
- Alain
Krivine: Se mantuvo durante décadas como portavoz de la Liga Comunista
Revolucionaria francesa.
Estos intelectuales jugaron un papel crucial en los debates
y discusiones que tuvieron lugar durante el Mayo francés.
Varios intelectuales
latinoamericanos jugaron un papel importante en la interpretación y difusión de
las ideas y los ideales de este movimiento en la región:
- Regis
Debray: Fue uno de los emblemas del Mayo del 68, pero no porque en
aquellos fechas se enfrentara con los antidisturbios de la policía
francesa en el Quartier Latin, sino porque en aquellas fechas estaba preso
en Bolivia, por haber estado con el Che en la guerrilla. De esta forma,
Debray se convirtió en un mito. Debray formaba parte de un entorno que sin
duda tenía paralelismos con la gauche divine catalana. Venía de un
ambiente acomodado, pero se había radicalizado y acabó simpatizando con
las causas más izquierdistas. Fue el impulsor del foquismo utilizado por
las guerrillas latinoamericanas.
- Martha
Harnecker: Fue una divulgadora del pensamiento marxista, una pedagoga
popular, y su obra, fundamentalmente, consiste en eso, en un intento por
difundir, popularizar, hacer asequibles las ideas de Marx y otros
revolucionarios. En términos muy generales, podemos decir que Marta
Harnecker fue una divulgadora del pensamiento marxista.
- Frantz
Fanon: Fue un revolucionario psiquiatra, filósofo y escritor francés
cuya obra es muy influyente en los campos de los estudios poscoloniales,
la teoría crítica y el marxismo. Fanon (1925–1961) fue un revolucionario
psiquiatra, filósofo y escritor francés cuya obra es muy influyente en los
campos de los estudios poscoloniales, la teoría crítica y el marxismo. Su
principal obra “Los condenados de la tierra” se convirtió en la
justificación de la utilización de la violencia política.
- Revolucionarios
cubanos: La victoria de la revolución cubana se transformó
rápidamente, pasando del derrocamiento de una dictadura a un régimen que
asumía, por primera vez en el continente y en el hemisferio occidental, el
socialismo. Esto representó una novedad radical para América Latina. La
idea era convertir América Latina en un símil de Vietnam.
Otro de los objetivos tradicionalmente utilizados por el
Estado en relación con la cultura fue la difusión de manifestaciones
artísticas. Durante el siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, prácticas
como las de promover la actuación de bandas de música que actuaban en eventos o
festividades al aire libre constituyeron formas de esparcimiento popular
frecuentes que a su vez contribuían a la difusión de distintos tipos y formas
de expresión musical. Algo similar ocurrió con el carnaval, la mayor manifestación
popular de la época, en la que confluían distintas disciplinas artísticas, y
que fue logrando creciente apoyo del gobierno municipal. También las sociedades
filarmónicas habían contado con la adhesión creciente de sectores medios y
altos de la sociedad desde el siglo XIX.
El Estado incentivó además la creación artística, en especial la creación individual, a través de instrumentos como el encargo, o los premios, muchas veces acompañados de erogaciones destinadas al financiamiento de la realización de una obra, la publicación de un libro o la erección de un monumento. La formación artística como objetivo de una política cultural corresponde en los hechos a un segundo momento o segunda fase del proceso de formación de una institucionalidad para las políticas culturales. A diferencia de la actuación de una banda, del encargo de un monumento o de un premio a una obra literaria, la formación artística requiere una inversión sostenida cuyos resultados se verán solo a mediano o largo plazo. Otro instrumento muy utilizado por el Estado como forma de incentivo artístico fue la provisión de infraestructura cultural, de fundamental importancia en especial para el desarrollo de los campos artísticos como el teatro, música sinfónica o de cámara, danza o las artes plásticas o visuales, pertenecientes a los circuitos de la alta cultura, que tradicionalmente hacían de los espacios cerrados su seña de identidad. Manifestaciones culturales de perfil popular, como el carnaval, el circo, las bandas militares, no requerían de un espacio cerrado específico para sus prácticas, sobre todo en sus inicios, cuando muchas veces su quehacer tenía carácter incluso itinerante. En definitiva, nuestra evolución en el ámbito de la cultura contribuyó al concepto de republicanismo democrático que nos ha caracterizado en casi toda nuestra vida independiente. Las políticas culturales durante el siglo XX estuvieron alineadas con el paradigma de democratización. La abrumadora mayoría de las políticas implementadas desde la Dirección Nacional de Cultura estuvieron orientadas a la difusión y formación en bellas artes, museos, ópera, ballet, conservatorio de música. Hacia fines del siglo XX y durante el período postdictadura, el eje estuvo en la descentralización geográfica y difusión de artistas nacionales. bajo la premisa de “llevar a todo el país eventos de primer nivel cultural”. Es el desarrollo concreto de políticas desde el estado y de grupos independientes. La gestión cultural se refiere a la planificación, organización, dirección y control de proyectos y programas relacionados con el arte y la cultura. Es un área interdisciplinaria que combina aspectos de administración, economía, sociología, comunicación, entre otras disciplinas, para lograr objetivos culturales en diferentes contextos. Y que nos exige en forma permanente.
Ver:
Rapetti, S. Pasión por la cultura. Montevideo s/f Trilce.
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