Presidencia de Gabriel Terra y posterior golpe de Estado.
Uruguay 1931-1934.
El eterno cuestionamiento al batllismo por parte de los
sectores conservadores.
“Como antes había acontecido en la coyuntura de 1916,
nuevamente en los años previos a 1933 el modelo batllista en su conjunto volvió
a ser puesto en el banquillo de los acusados. Se trató de un cuestionamiento radicalmente
totalizador de la experiencia reformista, involucrándose en esa requisitoria
aspectos tales como la cosmovisión y aun el modelo de racionalidad política que
habían presidido el período de transformaciones. Esta índole radical y global
de la condena anti reformista coincidía con el retorno a las posiciones hegemónicas
(dentro de las organizaciones empresariales y aun dentro de los partidos
políticos) de elementos afiliados a las tesis del “conservadurismo radical”
aunque sin duda como fenómeno político respondía a un complejo más plural de razones
(…)” Caetano-Jacob en Nahum,144).
Apenas se inicia su mandato, Gabriel Terra se niega a concurrir a las reuniones de la Agrupación Colorada de Gobierno, que era el órgano donde los distintos sectores del Partido coordinaban la acción de gobierno. Argumentando las mismas razones que llevó adelante el Dr. Feliciano Viera, cuando su famoso “alto” a las reformas, en los nombramientos ministeriales desconoció el peso decisivo del batllismo postergándolo, comienzan las tensiones, entonces, con el diario “El Día” y los hijos de José Batlle y Ordóñez. El apoyo inicial de Luis Alberto de Herrera al golpe de Estado de Gabriel Terra en 1933 y su posterior distanciamiento frente al giro estatista y autoritario del terrismo es un tema clave en en nuestra historia política: En marzo de 1933, el presidente Gabriel Terra dio un “autogolpe”, disolviendo el Parlamento e instaurando un gobierno autoritario con apoyo de sectores conservadores, la oligarquía y parte del empresariado. Luis Alberto de Herrera, líder del sector herrerista del Partido Nacional, inicialmente apoyó el golpe, viéndolo como una oportunidad para frenar el dominio del Partido Colorado y el batllismo, al que criticaba por su reformismo social y su modelo estatista. Creía que Terra impulsaría un gobierno "fuerte" que reduciría el influjo del progresismo batllista y devolvería peso político a los blancos. La Constitución de 1934: Integró al herrerismo derivado de la composición establecida para la integración del senado, el cual tendría 15 bancas para el sector ganador y otras 15 para la oposición más votada. A partir de allí Terra consolidó un régimen con rasgos autoritarios y un mayor intervencionismo estatal, aunque menos progresista que el batllismo original. Esto generó descontento en Herrera, quien defendía el liberalismo económico y el federalismo. Entonces Herrera pasa a la oposición, aunque algunos nacionalistas siguieron colaborando con Terra (como el sector de, Herrera rompió con el régimen al ver que no cumplía sus expectativas de descentralización y libre mercado. Herrera criticó el centralismo terrista, argumentando que el gobierno había traicionado sus principios iniciales y acercándose a un modelo corporativista.
Medidas represivas del gobierno de Gabriel Terra
(1933-1938): Libertad de expresión, prensa y opositores. Su primer enfoque se refirió a las restricciones
a la libertad de expresión con el Decreto de "Seguridad Interna"
(1933): que prohibió reuniones públicas
sin autorización policial. Además,
persiguió la "propaganda subversiva" que incluía las críticas al
gobierno. Con referencia a la censura
previa: Los periódicos debían enviar
ejemplares a la Dirección de Policía antes de su publicación. Clausura de medios: El Diario (colorado) y Justicia (comunista)
fueron clausurados en 1933. El Plata
sufrió multas y censura. Se obligó a
medios a publicar comunicados oficiales.
Los Periodistas críticos fueron detenidos o exiliados (ej: Carlos Quijano). En lo referente a la persecución a opositores
políticos hubo detenciones arbitrarias: Los miembros del Partido Comunista y anarquistas
fueron encarcelados (ej: huelguistas de 1934).
Líderes batllistas como Luis Batlle Berres y Eduardo Blanco Acevedo partieron
a Argentina. La Universidad de la
República fue intervenida y los profesores críticos fueron destituidos. Se produjo la prohibición de partidos y
sindicatos: El Partido Comunista declarado ilegal (1933). Los Sindicatos
anarquistas (FORU) disueltos; la CSU (comunista) perseguida. Se estableció la Ley
de Asociaciones Ilícitas (1934) con el objetivo de cerrar organizaciones
"peligrosas".
"El terrismo combinó la represión legal con la
violencia extrajudicial, siguiendo el modelo de los autoritarismos europeos de
los años 30” (Caillaert, 2015, p. 89).
"Herrera fue un actor clave en la legitimación
inicial del golpe de 1933, pero su discurso evolucionó hacia una crítica
frontal al autoritarismo de Terra" (Zubillaga, 1985, p. 145). En
un discurso en el Club Uruguay (abril de 1933): defendió la disolución del
Colegiado, llamándolo "una máquina de ineptitud y despilfarro”.
Argumentó que el presidencialismo fuerte era necesario para "poner
orden en la República"
"No es una dictadura
lo que surge, es la salvación de la patria frente a la anarquía batllista".
En otro Artículo en El Debate (mayo de 1933): Criticó al Batllismo por
su "estatismo agobiante" y su "demagogia
obrerista”. Apoyó la Constitución de 1934, pero exigió "garantías
para los departamentos" (federalismo). (El Debate (1933). Hemeroteca
de la Biblioteca Nacional de Uruguay.) en un Discurso en Paysandú (1933): Herrera
justificó su alianza con Terra como un "mal necesario" para
acabar con el dominio
"Apoyamos al Dr. Terra, pero no permitiremos que
Uruguay caiga en un personalismo sin límites".
Herrera no era terrrista, pero vio en Terra un aliado
circunstancial contra el batllismo. Por lo tanto, su apoyo fue pragmático,
no ideológico. Herrera y el fascismo: ¿Simpatías o rechazo? Se presenta una Postura
ambivalente. Tuvo Elogios al orden corporativista italiano (1934): En privado,
Herrera admiraba la estabilidad de Mussolini, pero rechazaba su totalitarismo.
En un discurso en Melo (1935): sostuvo:
"El fascismo tiene cosas buenas, pero Uruguay no
debe copiar modelos extranjeros".
En un Artículo en El País (1938): Criticó
la influencia estadounidense en la región, pero también el nazismo
alemán:
"Entre Roosevelt y Hitler, Uruguay debe ser
neutral". (Archivo Luis Alberto de Herrera (Museo
Histórico Nacional) Podemos inferir que Herrera apoyó a Terra por conveniencia,
pero no fue un fascista. Sus discursos muestran un nacionalismo conservador,
con rechazo al centralismo estatal y al comunismo, pero también
al autoritarismo sin límites.
Las obras concretas del Terrismo en política económica:
Moneda, ANCAP y energía hidroeléctrica.
El gobierno de Gabriel Terra (1931-1938) implementó un
modelo económico estatista y nacionalista, enfrentándose a intereses
extranjeros y promoviendo la industrialización.
La Política monetaria y financiera: Se manifestó en el
manejo de la Devaluación y control cambiario. Si bien es anterior está
determinado el proceso por la crisis de 1931 y la Ley de Vigilancia Económica. La Gran
Depresión (1929) generó fuga de capitales, caída de reservas y desconfianza en el
modelo del peso oro. La Ley de
Vigilancia Económica (1931), estableció un régimen de control de cambios. El Banco de la República (hoy BROU)
monopolizó las transacciones en divisas.
Se produce una devaluación del
peso: se abandonó el patrón oro, depreciándose la moneda en un 40% para
favorecer exportaciones. Las consecuencias fueron la reducción del
déficit fiscal. Y una mayor intervención
estatal en el comercio exterior. Realiza
una Reforma bancaria (1936) Aunque no se concretó hasta 1967, Terra sentó las
bases con la supervisión estatal de la banca privada. Regulación del crédito: Prioridad a sectores industriales y
agroexportadores. (Finch, H. (1981). La
economía uruguaya (1914-1933). Ediciones de la Banda Oriental.)
La creación de ANCAP (1931) y la lucha contra las
"Siete Hermanas" (Exxon, Shell, BP, etc.) dominaban el mercado
global. Uruguay dependía de **importaciones de carbón y petróleo, con precios
manipulados por trusts extranjeros. Esto
acelera el proceso de fundación de ANCAP (15 de octubre de 1931) con la Ley
8.764: Se Crea la Administración
Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP). Que determinó
el monopolio estatal de importación, refinación y distribución de hidrocarburos
con los objetivos de reducir costos para la industria y el transporte y romper
el oligopolio de las petroleras extranjeras.
Por supuesto hubo resistencia de las petroleras a las medias del Terrismo,
en primer lugar, un boicot internacional:
Las compañías redujeron suministros y
presionaron diplomáticamente a través de las embajadas británica y norteamericana.
La respuesta de Terra:
fue realizar compras directas a
la URSS y Venezuela como ruta alternativa a las "Siete Hermanas". La construcción
de la Refinería de La Teja (inaugurada en 1937), primera en América Latina bajo
control estatal. (ANCAP (1951). 20 años
de ANCAP: Memoria y balance. ,Rilla, J.
(1998). Historia reciente de Uruguay (1930-1998). Fin de Siglo.)
Energía hidroeléctrica: Las represas y la industrialización.
Uruguay dependía de carbón importado y pequeñas centrales térmicas. Terra impulsó un plan energético nacional,
inspirado en el New Deal de EE. UU. y el modelo italiano de Mussolini. La principal obra fue la Represa de Rincón
del Bonete (iniciada en 1937) Ubicada en el Río Negro, fue la primera gran obra
hidroeléctrica del país. Construida por
la alemana AEG y la estadounidense “Uruguayan Electric Co., pero bajo control
estatal. Se logró la electrificación del
interior y reducción de costos para industrias.
En Montevideo se construye la Central
Batlle en 1937 como alternativa termoeléctrica para complementar la
hidroelectricidad. Las críticas fueron mayoritariamente de los sectores rurales
que rechazaban el gasto público. Sin embargo,
el Uruguay pasó de importar energía a generar el 60% de su demanda en 1940. (UTE (1945). Memoria de la Usina
Hidroeléctrica Rincón del Bonete).
A modo de conclusión
podemos afirmar que el Terrismo aplicó un nacionalismo económico pragmático: con
una devaluación controlada y banca regulada.
En relación con el Petróleo se posicionó a ANCAP como símbolo de
soberanía frente a las multinacionales. En
relación con la energía se utilizó recursos de energía limpia como la hidroeléctricas
para reducir dependencia externa. "La
creación de ANCAP y Rincón del Bonete reflejaron un proyecto desarrollista,
aunque condicionado por la falta de capitales y la presión internacional"(Rilla,
1998, p. 112).
Ver:
- Decretos de 1933-1934 (Archivo General de la Nación).
- Hemeroteca de la Biblioteca Nacional (ejemplares de El Día
y El País).
- Informes de la Dirección de Policía (1933-1938), en Museo
de la Policía.

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