En el pensamiento de Luis Batlle el Estado debía contribuir
activamente al mantenimiento de la paz social. Opuesto a la lucha de clases porque
consideraba al hombre por encima de toda clase social el batllismo se sintetiza
en su pensamiento en un discurso de 1947: “ Cuando se amasa la riqueza entre el
capitalista y el trabajador, lo que se produce es de todos y tiene que
repartirse con equidad para que no exista el que lo tiene todo y el que no
tiene nada, porque eso no es ni la tranquilidad ni la paz, ni la justicia: eso
es la arbitrariedad y con arbitrariedad no podemos asegurar la paz social” Luis
Batlle mantuvo el Estado laico, militante en su laicismo, con una gran cuota de
tolerancia en su estilo. La evolución de los Estados Unidos a partir de 1945 de
la mano de su aparato productivo e industrial hiperdesarrollado inició una gran
ofensiva para captar mercados. En nuestro país el Dr. Gervasio de Posadas que
sería el futuro presidente de la Cámara de Industrias del Uruguay en un
discurso festejando el día de la industria en 1945 sostenía que se veían
críticas a la política industrialista y por las ganancias que se habían
generado con el proteccionismo. Avisa
que existen presiones diplomáticas para abatir las tasas arancelarias y ponía
un llamado de atención sobre la postura norteamericana en restaurar el comercio
multilateral y el libre comercio mundial. No sostenía nada novedoso al sostener
que el estrecho mercado interno, la limitada capacidad de producción y la mano
de obra semicalificada le impedirían al Uruguay competir en los nuevos
escenarios de posguerra. En buen romance alertaba que se vendría inexorablemente
la ruina de la industria nacional y con ella los salarios, la desocupación, la
perdida de los capitales invertidos. Uno de los caminos propuestos por la
Cámara era aumentar los salarios para mantener el flujo circular del mercado
interno que era abastecido por la Industria Nacional. Los industriales
favorecía el proteccionismo y que se produzca una suerte de unión sagrada entre los trabajadores,
empleadores y el Estado como garante del proceso. Sostenian que la producción agrícola
no era suficiente para dar empleo a los habitantes del país. Entre el periodo
coincidente con la escalada de la Guerra Fría y el Drama de Corea entre 1949 y
1953 la industria nacional tuvo un crecimiento acelerado poniendo énfasis en la
sustitución de importaciones. Queda claro que luego de la Segunda Guerra
Mundial los países industriales principales no estuvieron en condiciones de
volcar su potencial de producción hacia los países ´periféricos. En los Estados
Unidos el problema era la reconversión del aparato industrial y el salvataje
del sistema capitalista ayudando al despegue de Europa y Japón. Los demás
aliados capitalistas estaban tremendamente debilitados y con serios problemas
para un despegue económico dentro del territorio metropolitano y en los
Imperios en plena fase de descolonización. En nuestro país la industria se
convirtió en el eje económico más importante dejando a un segundo plano a la
producción agropecuaria que entra, como una luz amarilla, en fase de
estancamiento. El desarrollo se consolidó en: papel, textiles, topos, derivados
de petróleo y del carbón, laminados y fundición de metales. Otra luz amarilla
se prende en las industrias de la alimentación, de vestimenta y en las mueblerías.
Todo desarrollo en el área industrial era dependiente de la tecnología, d ela
energía y de lso insumos industriales todos ellos importados. Acá el ahorro que
realizó el país durante la Segunda Guerra Mundial permitió tener grandes
cantidades de reservas en oro. Acá se desarrolla el dirigismo estatal. El
Estado estimuló la producción manufacturera y en especial durante el gobierno
de Luis Batlle Berres entre 1947 y 1951. Se favoreció el desarrollo de empresas
privadas y el proteccionismo fue tal que en el mercado solo había productos de
producción nacional y esto lo controlaba un sofisticado sistema de control del
tipo de cambios o Sistema de Cambios Múltiples. La industria creció a una tasa
elevada del 8,5% en tanto que el agro, si bien creció también, lo hizo a una
tasa del 3,8%. El problema mayor era la contradicción de intentar fortalecer el
mercado interno por medio de la expansión salarial por un lado y mantener los
beneficios por medio de la limitación de los salarios. A este problema debemos
agregarle el estancamiento del agro que en esencia era lo que determina la
balanza comercial favorable. La Industria Nacional no podía ni por calidad ni
por precio competir en los mercados internacionales y finalmente el Estado
creció sin ser acompañado su crecimiento por la estructura económica del país.
En 1948 se cre el Instituto Nacional de Colonización que por estatutos debía
impulsar la colonización agrícola y ganadera mediante la expropiación de
tierras. Se podrían expropiar las
propiedades de gran extensión y que su explotación fuese escasa o abandonada.
Este proyecto fue neutralizado por los ganaderos y por las cámaras
empresariales. Sin embargo en sus primeros años logró colonizar 150000 hectáreas.
El gobierno batllista para promover el desarrollo industrial
adoptó varias medidas: el control del comercio exterior, política de cambios
preferenciales a la actividad industrial, manejos de los tributos a la importación
de maquinarias industriales o materias primas, prohibición o limitar el ingreso
de productos extranjeros y los subsidios a los productos de consumo popular y
fijación de precios por venta anticipada. Durante la época del primer batllismo
se protegió para dar forma a la capacidad industrial del país en el
neobatllismo se quería fortalecer la economía para que lograse competir en los
mercados internacionales. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial la apertura
comercial impulsada desde Bretton Woods comezaron a reducir las reservas que el
país acumuló durante el conflicto. El ministro de Hacienda Ledo Arroyo Torres
explicaba en una entrevista de prensa: “(…) ante estos hechos el gobierno en
nombre de la comunidad, tomó la responsabilidad de dirigir las compras que
íbamos a realizar en el exterior”.
El Contador Luis A. Faroppa definió al periodo estudiado en
profundidad pero cabe resaltar que en el periodo neobatllista se “ creó una
estructura administrativa caracterizada por una gran cantidad de regímenes
especiales de exportación e importación. Pretendió darle, también, una gran
flexibilidad al sistema, pero ello redundó en una estructura administrativa muy
compleja y pesada que, muchas veces trabó enormemente las operaciones del comercio
exterior. Fracasó en su intento de equilibrar dinámicamente las estructuras de
producción y las de consumo con adecuados incrementos en las exportaciones y
reestructuraciones en las importaciones. Lo demuestra el hecho de que, al mismo
tiempo que logró resultados favorables en lo relativo a producción y
exportación de trigo y de industrialización y exportación de tops, soportó la
caída de las exportaciones de carne y la escasa tasa de recuperación en la
producción y exportación de lanas. Entre otras razones ello se debió a la
inexistencia de programaciones en las actividades del Banco de la República y
del Contralor de Exportaciones e Importaciones con todos los demás centros
responsables de políticas especiales que debía coordinarse con aquellas
instituciones” Como conclusión la visión conservadora sobre el batllismo, sobre
todo del liberalismo absoluto, la podemos resumir con la visión del Embajador
de Francia sobre Luis Batlle y el batllismo: “ Por la política demagógica que
ha hecho durante su presidencia el Sr. Luis Batlle ha colocado a las finanzas
públicas en una situación difícil, pero se ha ganado un sólido prestigio entre
los obreros…”