domingo, 6 de mayo de 2018
lunes, 30 de abril de 2018
Batllismo y Estado: Debate impostergable.
Gran parte de la economía depende de las diferentes acciones
del Estado o del gobierno. Sin embargo hay una amplia gama de opiniones sobre
el papel que le corresponde desempeñar al Estado. Desde el extremo liberal y
librecambista que propone un Estado mínimo que solo se preocupe de la defensa
militar, los derechos de la propiedad y las obras de infraestructura hasta la
visión marxista que sostiene que los mercado deben ser secundarios o eliminados
directamente y que la economía debe ser manejada en su conjunto mediante la
estricta planificación estatal. Si avanzamos en el análisis histórico la visión
contractualista sostenía que el Estado no puede estar por encima del individuo.
Hoy la mayoría de los economistas creen en la postura de que puede ni debe
existir una autoridad que sea superior a los individuos. Por lo tanto esto se
inicia con la teoría del “contrato social” entre los individuos actuando
soberanamente, o sea el Estado puede actuar cuando el individuo le da su
consentimiento.
Es el pensamiento del filósofo político inglés del siglo XVII
Thomas Hobbes que en su libro “El Leviatan” de 1651 en el cual presupone un
estado natural en el que los individuos terminan enfrentándose todos contra
todos y para solucionar este problema los individuos voluntariamente aceptan
algunas restricciones a su libertad transfiriendolas a un gobierno para poder
alcanzar la paz social. Hobbes justificaba así el Estado Absolutista, muchos
siglos después el economista ganador del Premio Nobel de Economía en 1986
interpreta las ideas de Hobbes para fundamentar la presencia de un estado
mínimo. Es más para él, y varios antibatllistas me atrevo a decir, el Estado es
como un gran monstruo que debe domar y mantener controlado. Cosa que Hobbes no
pretendía. Eran tiempos de Ronald Reagan que resume esta postura con un
comentario citado permanentemente: “ El gobierno existe para protegernos los
unos de los otros. El gobierno ha ideo más allá de sus límites al decidir
protegernos de nosotros mismos”. Siguiendo con esta línea de pensamiento las
únicas acciones que se podrían justificar del gobierno serían el mantenimiento
de la Ley y el Orden, la defensa nacional y las obras públicas. Cualquier cosa
que excediera estas posturas como ser un estado de bienestar o de
proteccionismo arancelario se consideraría una violación de la soberanía de los
individuos y el primer paso al “camino de la servidumbre” como sostiene
Friedrich von Hayek en 1944. Sin embargo debemos tener precaución al pensar que
el Esyado esta por encima de los individuos, el mundo tiene muchos ejemplos de
patologías de este pensamiento, desde la izquierda como el caso Pol Pot o
Stalin y por la derecha Hitler o Pinochet. El debate entre economistas sobre la
soberanía del individuo y las fallas de los mercados cuando se producen
monopolios u oligopolios recién fue bautizada en el período neoclásico con el
nombre de competencia imperfecta. La creciente desconfianza hacia la política a
favorecido algunas posturas de economistas que proclaman el libre mercado sosteniendo
que cuanto menos haga el gobierno en intervención económica mejor le irá al
país. Es innegable que el Estado es la mejor tecnología organizativa y a su vez
la más poderosa que ha desarrollado la humanidad, es claro que es imposible
alcanzar grandes cambios económicos sin el Estado.
Batlle y Ordóñez sostenía al
asumir su segunda presidencia en 1911 con respecto al rol de las empresas del
Estado que: “ La gran ventaja de las empresas del Estado y lo que debe asegurar
su marcha triunfal es que no tienen que entregar sus utilidades a los
capitalistas, como las empresas particulares, y como pueden aplicar cuanto
producen a su perfeccionamiento, baratura de sus servicios y mejor retribución
de quienes les sirven; pero si el Estado se sustituyen al capitalista para
aplicar a otros fines las utilidades, apropiándoselas con tanta avidez como
este, y con un interés menos vivo y previsor que el que asegura a las empresas
particulares su marchar regular, esa ventaja desaparece y quedan solo para
aquellas empresas los peligros que llevan consigo las conductas más altruistas,
de ser arrastradas a la ruina en su oposición con los intereses amorales” El
Día setiembre de 1919.
Posteriormente Luis Batlle en otro entorno económico pero
con la misma visión del Estado como motor del desarrollo y la justicia social
sostenía: “
en dos discursos Luis Batlle define
la política económica y redefine los mecanismos para hacer frente al déficit
fiscal que se agrandaba día a día: “ El capitalista tiene el derecho a
los beneficios de su capital invertido, pero el obrero tiene el derecho de su
capital-trabajo, que es igualmente o más respetable que el capital-dinero,
porque al fin capital-trabajo es sudor, es desgaste, es esfuerzo personal y
permanente y es lo único que tiene los hombres para poder ir atendiendo y
resolviendo sus problemas diarios...” Pero luego agregaba Luis Batlle: “ En
materia de seguridad social también nos encontramos con el déficit y con la
crisis, perturbando y poniendo en peligro servicios de interés general que
afectan de manera profunda y directa a la sociedad y especialmente a sus clases
laboriosas(...) nos embarcaremos en el desarrollo y en la ampliación de nuevos
beneficios en el orden de la pasividad hasta que(...) los patrimonios y las
rentas han recuperados los niveles adecuados” En realidad nunca más recuperaron
sus niveles adecuados y 60 años después podemos decir que el batllismo en
ese rubro finalizo en aquél período”
Hoy el debate sobre las empresas
públicas, el rol del Estado, y la postura económica del batllismo no es tema de agenda. Quizás por eso mismo nunca estuvo el batllismo tan lejos de tener
presencia contundente en las urnas.
domingo, 29 de abril de 2018
El batllismo: los obreros y el Estado
El batllismo los obreros y el Estado.
“La propiedad, en realidad, no debe ser de nadie, o más bien
dicho debe ser de todos: y la entidad que representa a todos es la sociedad.
Hay un escaso número de personas que son dueñas de tierras, y hay una multitud
infinita que no posee un metro cuadrado de ella. ¿ Podría la sociedad decirles:
-bueno, ahora pienso de otra manera y les quito a ustedes la tierra?- No se
podría hacer eso, no sería justo, la que tiene que responder de eso es la
sociedad misma. Todos tienen que contribuir con su pequeño sacrificio a que la
tierra no sea un privilegio. Yo no sostengo que lo que digo debe aplicarse de
inmediato, sino que debe ir aplicándose paulatinamente para no producir el
hambre, la guerra y toda clase de calamidades….” En este discurso que realiza
Don Pepe ante la Convención batllista en 1925 comienza a aclarar lo que
confunden absolutamente los que se dicen batllistas. El Estado será el
instrumento nivelador que se encargaría de alcanzar una igualdad natural entre los ciudadanos. El Estado debe ser el
representante de la totalidad de la sociedad, la línea de fuego contra la
injusticia y dejar de lado su papel de juez y gendarme que los liberales
actuales quieren volver a desarrollar con el concepto de que la libertad del
individuo está por encima del grupo social, por supuesto dejando abandonados a
muchos compatriotas que por diversas razones no pueden integrar el desarrollo
individual en forma justa. La lucha de clases la elimina conceptualmente sin
tocar la propiedad privada de los medios de producción, anticipándose siempre a
las necesidades de los trabajadores o postergados por la legislación social del
Estado.
Domingo Arena sostuvo en 1905 que “ El Estado de bienestar es aquel en
que todos ayudamos para lograr el mismo fin, el capital y el trabajo unido se
dedicará al aumento de la producción, cuanto mayor sea el capital, mayor será
el salario…”.
Luego de la revolución saravista la ideología del Batlle muy
influenciado por Arena se dedican a incluir en el programa el tema de las demandas
obreras, el resultado fue el Estado social uruguayo anticipatorio de muchos
modelos europeos que tenía el mismo objetivo. Historiadores socialistas como
Barran y Nahum en distintos trabajos analizan esta postura. Batlle había visto
directamente en Europa las luchas por los derechos sociales y no quería ese
mismo escenario en nuestro país propone entonces “ que había que anticiparse al
estallido social mediante la intervención del Estado, arbitro y componedor de
las disputas sociales. Pero enfocado hacia los más débiles: el obrero plateando
una jornada laboral de 8 horas, el anciano proponiendo y logrando las pensiones
a la vejez, los niños con la extención educativa, los enfermos con el
desarrollo de la salud pública que sería universal, laica y gratuita y la mujer
otorgándole el divorcio por su sola voluntad. Del mismo modo desarrollar la
industria para disminuir la dependencia del comercio exterior y poder
estabilizar la economía.” En las vísperas de otro primero de mayo vale la pena
recordar nuevamente la postura de Don Domingo Arena en relación a la lucha de
clases en un artículo publicado en El Día el 16 de junio de 1905: “ Se alega
que las huelgas son el fruto de la presión de los menos sobre los más, que son
el fruto de la propaganda de los obreros exaltados sobre los obreros tímidos,
etc, etc. Pues no hay nada de eso. Las huelgas son, sencillamente, el fruto de
lo mal que se paga el trabajo del obrero y los esfuerzos que realiza aquél para
conseguir que se pague un mejor precio por su sudor y sus afanes. Conviene
hacer notar que en esta lucha entre obreros y patrones no debe verse una
verdadera lucha de clases, como algunos parecen entenderlo, examinando
superficialmente las cosas. No es raro que un obrero, por su esfuerzo constante
y ayudado por la fortuna se transforme en patrón y tenga que seguir la
corriente de todos los patrones, ni es imposible que un patrón o alguno de sus
hijos, concluya en ser obrero. De manera que, en el fondo, no hay razón alguna
para que patrones y obreros se traten como adversarios y mucho menos como
adversarios irreconciliables. Todos deberían esforzarse por arreglar un mal que
viene de muy lejos, en el cual no sería muy fácil descubrir al culpable”. El
sociólogo Filgueira resumió en cuatro grandes líneas el desarrollo del Estado
Social batllista y lo encara tomado como base el año 1919 cuando se crea la
asistencia pública que apuntala todo el proceso de desarrollo de la educación
reformulando la educación universitaria y la instalación de liceos en todo el territorio
nacional: “ la educación buscaba integrar la sociedad y sobre todo a los
inmigrantes que del mismo modo era un mecanismo de control social” El punto más
fuerte son las leyes obreras y el desarrollo de la seguridad social, ya en 1904
se crea la Caja Civil para los funcionarios públicos y en 1919 la La Caja de
Industria y Comercio. El desarrollo cultural era el pilar fundamental para la
realización de todo el proyecto. Nahum lo define claramente sosteniendo que
todo este proceso es “ un postura filosófica sobre la sociedad y el hombre, que
pudo llamarse solidarismo social o socialismo de Estado en Europa y que en el
Uruguay se llamó batllismo incluyendo en su ideología muchos no colorados,
blancos, socialistas, anarquistas y católicos”.
Terminando esta breve
aproximación dos días antes del 1 de mayo de 2018 lo cierro con un frase de un
editorial del Diario El Día del 3 de enero de 1896: “…he ahí los débiles que se
hacen fuertes y que, después de haber implorado justicia, la exigen”
sábado, 28 de abril de 2018
Jorge Batlle y la Infidencia.
Jorge Batlle: Como el
Cid sigue vivo y luchando.
“Una vez descartado lo imposible, lo
que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad” Arthur Conan Doyle
Breve entorno político
y social del Uruguay a fines de los 60.
A fines de 1967 y
comienzos de 1968 los problemas generales del Uruguay se agravaban. El
presidente Jorge Pacheco Areco mantenía silencio, estilo que marcaría su
gestión. El problema mayor por su incidencia en todos los aspectos políticos
económicos y sociales era la inflación. Los precios de venta la público
aumentaron 135,9% y seguía en aumento a comienzos de 1968. La relación del
gobierno con los funcionarios públicos, los estudiantes y los gremios se
complicaba cada día un poco más. El sector empresarial manifestaba también
disconformidad. Comienza una espiral de desorden en las calles y en los centros
de enseñanza así como también en las oficinas públicas y además surge el primer
flujo de emigración de jóvenes al exterior.
Luego de un virulento festejo del 1 de mayo con fuertes críticas al gobierno y al Imperialismo Yankee por parte de los sindicatos, el gobierno el día 2 de mayo sorprendió a los analistas con una gran reestructura ministerial en la cual sustituyó a políticos por empresarios y representantes de los grandes intereses económicos pero sin antecedentes de participación política y/o partidaria. Esto tenía antecedentes en la administración Gestido que había abierto la participación a personas vinculadas al capital y a visiones consideradas conservadoras y de derecha por la intelectualidad de la izquierda. Entre ellos César Charlone que hasta 1970 fue ministro de Economía y Finanzas, Horacio Abadie Santos, Carlos Manini Ríos y Walter Pintos Risso. En 1968 se suman al elenco Jorge Peirano Facio, Carlos Frick Davies, Eduardo Jimenez de Aréchaga, el Ing. José Serrato y posteriormente Juan María Bordaberry y Jorge Sapelli, estos últimos conformarían la fórmula presidencial que ganaría en las elecciones de 1971.La lógica de este gabinete fue técnica buscando soluciones desde la teoría fría y sin consultas a sectores sociales, gremiales e incluso políticos partidarios. Apenas la comunicación fluía, sin mucha vehemencia, con sectores empresariales y las cámaras que los representaban. El primer objetivo era reducir la inflación y controlar la volatilidad de la moneda nacional. Existió una suerte de ambiguedad técnica en la que convivió el liberalismo aperturista de los mercados cambiarios con el congelamiento universal de precios y salarios. Para el desarrollo de esta política se crea la DINACOPRIN (Dirección Nacional Comisión de Precios e Ingresos) que incluía representantes de empleados y asalariados pero prevalecía la opinión del Poder Ejecutivo. El congelamiento de precios y salarios se inicia el 28 de junio de 1968 por decreto y con nuevas condiciones políticas e institucionales: el 13 de junio se habían establecido las Medidas Prontas de Seguridad, instituto de excepción previsto en la constitución que comenzó a aplicarse con continuidad y permanencia que superaba el espíritu previsto en la legislación. Con la aplicación de las Medidas Prontas de Seguridad se limitaban los derechos de reunión, de asociación, libre comunicación del pensamiento e influía en la libre contratación y el trabajo. En un análisis proyectivo este mecanismo con diferentes formas va a existir en forma intermitente hasta el 1 de marzo de 1986. El Poder Legislativo se vio avasallado y dubitativo para enfrentar esto, lo que sumado a la guerrilla urbana y a la inseguridad general, marcó el preámbulo de descaecimiento de valores republicanos y democráticos que llevaran lentamente al país a la perdida de sus punto de referencia históricos.
Según Henry Finch "La orientación económica del gobierno de Pacheco Areco fue notablemente exitosa no solo en lo que respecta a la desaceleración de un proceso inflacionario extremadamente rápido sino también en el logro de la elevación de la tasa de crecimiento que llegó a alcanzar niveles sin precedentes desde mediados de la década de 1950"(...)"Los precios aumentaron un 125% en 1968 pero en 1969 el aumento llegó a un 21% y en 1970 a un 16%. El crecimiento del PBI, es decir el valor de los bienes y servicios obtenidos en un período determinado, en términos reales fue del 5.1% en 1967, bajando al 1.4% en 1968, pero subiendo por encima del 5% en los años subsiguientes"(...)"El éxito de debió en primer lugar a que el sector exportador respondió muy vigorosamente al alza de los precios de la devaluación. El valor de los productos se vio fortalecido por el alza de los precios mundiales en 1969 y 1970, los resultados por exportaciones fueron los más altos desde la década de 1950 y un 47% mayores que en 1967(...) en segundo lugar la orientación pachequsita significó una clara ruptura con las formas anteriores de dirección económica ante la cual el sector privado respondió con inusual confianza"
Se deba agregar la creación del Fondo Nacional de Viviendas en diciembre de 1968, un amplio plan de obras públicas y la declaración de las 200 millas de soberanía en el mar territorial. Este programa económico se fue complicando en la medida que se acercan las elecciones de diciembre de 1971, la CNT pide un aumento del 25% en los salarios y el gobierno concedió, para sombro de todos, un 27.2% de aumento. Sin embargo la acumulación de poder en torno a las Medidas Prontas de Seguridad hizo que la oposición política enmarcar su gestión en un marco de autoritarismo creciente que curiosamente el primer paso había sido la nueva constitución que entró en vigencia en 1967. Sin embargo, la reforma constitucional pensada para prevenir la posibilidad de golpe de estado, hizo posible la independencia del Poder Ejecutivo a las presiones delo partidos políticos. pensamos, sin embargo, que la causa fundamental de la concentración de poder en el Poder Ejecutivo se debió al creciente clima de Inseguridad que vivía el país en relación a los conflictos obreros y estudiantiles y el aumento del accionar de los grupos subversivos y al interés de la sociedad en la gestión de un gobierno fuerte. En este entorno se produce el episodio denominado “La Infidencia” que toma un giro inesperado con la publicación del libro de Raul Ronzoni “El Infidente” (Fin de Siglo, 2018) en el que aporta finalmente la autoría del infidente que no fue precisamente el Dr. Jorge Batlle.
Luego de un virulento festejo del 1 de mayo con fuertes críticas al gobierno y al Imperialismo Yankee por parte de los sindicatos, el gobierno el día 2 de mayo sorprendió a los analistas con una gran reestructura ministerial en la cual sustituyó a políticos por empresarios y representantes de los grandes intereses económicos pero sin antecedentes de participación política y/o partidaria. Esto tenía antecedentes en la administración Gestido que había abierto la participación a personas vinculadas al capital y a visiones consideradas conservadoras y de derecha por la intelectualidad de la izquierda. Entre ellos César Charlone que hasta 1970 fue ministro de Economía y Finanzas, Horacio Abadie Santos, Carlos Manini Ríos y Walter Pintos Risso. En 1968 se suman al elenco Jorge Peirano Facio, Carlos Frick Davies, Eduardo Jimenez de Aréchaga, el Ing. José Serrato y posteriormente Juan María Bordaberry y Jorge Sapelli, estos últimos conformarían la fórmula presidencial que ganaría en las elecciones de 1971.La lógica de este gabinete fue técnica buscando soluciones desde la teoría fría y sin consultas a sectores sociales, gremiales e incluso políticos partidarios. Apenas la comunicación fluía, sin mucha vehemencia, con sectores empresariales y las cámaras que los representaban. El primer objetivo era reducir la inflación y controlar la volatilidad de la moneda nacional. Existió una suerte de ambiguedad técnica en la que convivió el liberalismo aperturista de los mercados cambiarios con el congelamiento universal de precios y salarios. Para el desarrollo de esta política se crea la DINACOPRIN (Dirección Nacional Comisión de Precios e Ingresos) que incluía representantes de empleados y asalariados pero prevalecía la opinión del Poder Ejecutivo. El congelamiento de precios y salarios se inicia el 28 de junio de 1968 por decreto y con nuevas condiciones políticas e institucionales: el 13 de junio se habían establecido las Medidas Prontas de Seguridad, instituto de excepción previsto en la constitución que comenzó a aplicarse con continuidad y permanencia que superaba el espíritu previsto en la legislación. Con la aplicación de las Medidas Prontas de Seguridad se limitaban los derechos de reunión, de asociación, libre comunicación del pensamiento e influía en la libre contratación y el trabajo. En un análisis proyectivo este mecanismo con diferentes formas va a existir en forma intermitente hasta el 1 de marzo de 1986. El Poder Legislativo se vio avasallado y dubitativo para enfrentar esto, lo que sumado a la guerrilla urbana y a la inseguridad general, marcó el preámbulo de descaecimiento de valores republicanos y democráticos que llevaran lentamente al país a la perdida de sus punto de referencia históricos.
Según Henry Finch "La orientación económica del gobierno de Pacheco Areco fue notablemente exitosa no solo en lo que respecta a la desaceleración de un proceso inflacionario extremadamente rápido sino también en el logro de la elevación de la tasa de crecimiento que llegó a alcanzar niveles sin precedentes desde mediados de la década de 1950"(...)"Los precios aumentaron un 125% en 1968 pero en 1969 el aumento llegó a un 21% y en 1970 a un 16%. El crecimiento del PBI, es decir el valor de los bienes y servicios obtenidos en un período determinado, en términos reales fue del 5.1% en 1967, bajando al 1.4% en 1968, pero subiendo por encima del 5% en los años subsiguientes"(...)"El éxito de debió en primer lugar a que el sector exportador respondió muy vigorosamente al alza de los precios de la devaluación. El valor de los productos se vio fortalecido por el alza de los precios mundiales en 1969 y 1970, los resultados por exportaciones fueron los más altos desde la década de 1950 y un 47% mayores que en 1967(...) en segundo lugar la orientación pachequsita significó una clara ruptura con las formas anteriores de dirección económica ante la cual el sector privado respondió con inusual confianza"
Se deba agregar la creación del Fondo Nacional de Viviendas en diciembre de 1968, un amplio plan de obras públicas y la declaración de las 200 millas de soberanía en el mar territorial. Este programa económico se fue complicando en la medida que se acercan las elecciones de diciembre de 1971, la CNT pide un aumento del 25% en los salarios y el gobierno concedió, para sombro de todos, un 27.2% de aumento. Sin embargo la acumulación de poder en torno a las Medidas Prontas de Seguridad hizo que la oposición política enmarcar su gestión en un marco de autoritarismo creciente que curiosamente el primer paso había sido la nueva constitución que entró en vigencia en 1967. Sin embargo, la reforma constitucional pensada para prevenir la posibilidad de golpe de estado, hizo posible la independencia del Poder Ejecutivo a las presiones delo partidos políticos. pensamos, sin embargo, que la causa fundamental de la concentración de poder en el Poder Ejecutivo se debió al creciente clima de Inseguridad que vivía el país en relación a los conflictos obreros y estudiantiles y el aumento del accionar de los grupos subversivos y al interés de la sociedad en la gestión de un gobierno fuerte. En este entorno se produce el episodio denominado “La Infidencia” que toma un giro inesperado con la publicación del libro de Raul Ronzoni “El Infidente” (Fin de Siglo, 2018) en el que aporta finalmente la autoría del infidente que no fue precisamente el Dr. Jorge Batlle.
Una aproximación.
La muerte del
Presidente Gestido a las 5 y 20 de la mañana del 6 de diciembre de 1967 lleva a
la presidencia a Jorge Pacheco Areco. El año culmina con una inflación record e
histórica cercana al 137%. El Ministro de Hacienda era el Dr. César Charlone
con casi 90 años edad. Su gestión se estima que fue influenciada fuertemente
por el director de la OPP,( Oficina de
Planeamiento y Presupuesto). El tipo de cambio salta de 200 a 250 pesos por U$S
pero se necesitaba una solución definitiva a este problema y en dos actos uno
iniciado en La Casa de Gobierno y el otro en la casa del Cr. Enrique Iglesias
que era presidente del Banco Central el sábado 28 de abril. La falta de
confianza de la población en la estabilidad de nuestra moneda origina una
compra desesperada de billetes norteamericanos. Se abre así lo que la historiografía
denominó “ semana negra” de abril de 1968. Siguiendo a Lincoln Maiztegui (
Historia de los Orientales, tomo 3, página463 y Ss). El viernes 27 de abril la
compra de U$S fue todavía mayor a pesar de todas las jugarretas que hacía el
BROU, únic entidad que comercializaba la divisa norteamericana abriendo una
sola caja y con varias colas y horas de espera para poder acceder a comprar los
ansiados billetes norteamericanos.
El sábado 28, como mencioné anteriormente,
se reúnen las autoridades económicas, César Charlone, Aquiles Lanza y el
vicepresidente del Banco Central José
Guntín en la residencia de Suárez con el Presidente Jorge Pacheco Areco, las diferentes
crónicas sostienen que allí se decide la devaluación pero no el monto de la
misma. Posteriormente se reúnen en la casa de Enrique Iglesias y de modo casual
se integra al reunión el Dr. Batlle que se dirigía a realizar un planteamiento
particular a Iglesias. La reunión se extendió hasta altas horas de la noche
ante la inerrogante realizada al Dr. Batlle si se habló de la devaluación
sostuvo “ estando yo allí no se habló para nada de devaluación(…). En la
investigación parlamentaria tanto Laffitte como Lanza, integrantes de la
reunión dijeron que sí se había conversado de la devaluación.
El domingo 29 de abril
de 1968, Alberto Astesiano que era periodista del diario BP Color publica un
título sensacional: “ Desde mañana lunes, el dólar oficial se cotizará a $250 “
y eso fue lo que ocurrió. “!Qué horror! Ha habido una infidencia”. Quizás, tal
cual sostiene Bernardo Wolloch en “Jorge Batlle: el profeta liberal. Fin de
Siglo, 2017 página 92. Si Charlone hubiese utilizado otra palabra en lugar de “infidencia”
la historia posterior hubiese sido diferente. El propio Jorge se refirió a
esto en una nota de Búsqueda del año
2016: “ Me dolió mucho que la gente pudiera pensar que a esa altura de mi vida
pudiera utilizar el gobierno para un beneficio personal cuando había estado
desde joven dentro de él(…).El excelente libro de Ronzoni relata el final de
este largo proceso moral y ético que caía sobre las espaldas del Dr. Batlle el
cual recomiendo leer: Astesiano un periodista con una gran capacidad para
conseguir información y que poseía muchos contactos se reúne con uno de ellos,
una importante fuente política y a su vez integrante del sistema financiero,
como relata Ronzoni se reunieron en el desaparecido Bar del Rex en Julio
Herrera y Obes y 18 de Julio, y frente a la presión sobre su contacto sostuvo
finalmente que se había reunido con el escribano Felisberto Carámbula, director
del Banco República: Raul Ronzoni, El Infidente, Fin de Siglo 2018 página 36.
El Dr. Jorge Batlle
pidió en los términos más fuertes que se investigase a fondo todo, nunca se
pudo comprobar nada, y este libro de Ronzoni parece poner fin a una de las tantas
calumnias que se han construido sobre figuras políticas de todos los partidos
políticos de nuestro país.
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