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domingo, 29 de abril de 2018

El batllismo: los obreros y el Estado


El batllismo los obreros y el Estado.


“La propiedad, en realidad, no debe ser de nadie, o más bien dicho debe ser de todos: y la entidad que representa a todos es la sociedad. Hay un escaso número de personas que son dueñas de tierras, y hay una multitud infinita que no posee un metro cuadrado de ella. ¿ Podría la sociedad decirles: -bueno, ahora pienso de otra manera y les quito a ustedes la tierra?- No se podría hacer eso, no sería justo, la que tiene que responder de eso es la sociedad misma. Todos tienen que contribuir con su pequeño sacrificio a que la tierra no sea un privilegio. Yo no sostengo que lo que digo debe aplicarse de inmediato, sino que debe ir aplicándose paulatinamente para no producir el hambre, la guerra y toda clase de calamidades….” En este discurso que realiza Don Pepe ante la Convención batllista en 1925 comienza a aclarar lo que confunden absolutamente los que se dicen batllistas. El Estado será el instrumento nivelador que se encargaría de alcanzar una igualdad natural entre  los ciudadanos. El Estado debe ser el representante de la totalidad de la sociedad, la línea de fuego contra la injusticia y dejar de lado su papel de juez y gendarme que los liberales actuales quieren volver a desarrollar con el concepto de que la libertad del individuo está por encima del grupo social, por supuesto dejando abandonados a muchos compatriotas que por diversas razones no pueden integrar el desarrollo individual en forma justa. La lucha de clases la elimina conceptualmente sin tocar la propiedad privada de los medios de producción, anticipándose siempre a las necesidades de los trabajadores o postergados por la legislación social del Estado.


 Domingo Arena sostuvo en 1905 que “ El Estado de bienestar es aquel en que todos ayudamos para lograr el mismo fin, el capital y el trabajo unido se dedicará al aumento de la producción, cuanto mayor sea el capital, mayor será el salario…”.
Luego de la revolución saravista la ideología del Batlle muy influenciado por Arena se dedican a incluir en el programa el tema de las demandas obreras, el resultado fue el Estado social uruguayo anticipatorio de muchos modelos europeos que tenía el mismo objetivo. Historiadores socialistas como Barran y Nahum en distintos trabajos analizan esta postura. Batlle había visto directamente en Europa las luchas por los derechos sociales y no quería ese mismo escenario en nuestro país propone entonces “ que había que anticiparse al estallido social mediante la intervención del Estado, arbitro y componedor de las disputas sociales. Pero enfocado hacia los más débiles: el obrero plateando una jornada laboral de 8 horas, el anciano proponiendo y logrando las pensiones a la vejez, los niños con la extención educativa, los enfermos con el desarrollo de la salud pública que sería universal, laica y gratuita y la mujer otorgándole el divorcio por su sola voluntad. Del mismo modo desarrollar la industria para disminuir la dependencia del comercio exterior y poder estabilizar la economía.” En las vísperas de otro primero de mayo vale la pena recordar nuevamente la postura de Don Domingo Arena en relación a la lucha de clases en un artículo publicado en El Día el 16 de junio de 1905: “ Se alega que las huelgas son el fruto de la presión de los menos sobre los más, que son el fruto de la propaganda de los obreros exaltados sobre los obreros tímidos, etc, etc. Pues no hay nada de eso. Las huelgas son, sencillamente, el fruto de lo mal que se paga el trabajo del obrero y los esfuerzos que realiza aquél para conseguir que se pague un mejor precio por su sudor y sus afanes. Conviene hacer notar que en esta lucha entre obreros y patrones no debe verse una verdadera lucha de clases, como algunos parecen entenderlo, examinando superficialmente las cosas. No es raro que un obrero, por su esfuerzo constante y ayudado por la fortuna se transforme en patrón y tenga que seguir la corriente de todos los patrones, ni es imposible que un patrón o alguno de sus hijos, concluya en ser obrero. De manera que, en el fondo, no hay razón alguna para que patrones y obreros se traten como adversarios y mucho menos como adversarios irreconciliables. Todos deberían esforzarse por arreglar un mal que viene de muy lejos, en el cual no sería muy fácil descubrir al culpable”. El sociólogo Filgueira resumió en cuatro grandes líneas el desarrollo del Estado Social batllista y lo encara tomado como base el año 1919 cuando se crea la asistencia pública que apuntala todo el proceso de desarrollo de la educación reformulando la educación universitaria y la instalación de liceos en todo el territorio nacional: “ la educación buscaba integrar la sociedad y sobre todo a los inmigrantes que del mismo modo era un mecanismo de control social” El punto más fuerte son las leyes obreras y el desarrollo de la seguridad social, ya en 1904 se crea la Caja Civil para los funcionarios públicos y en 1919 la La Caja de Industria y Comercio. El desarrollo cultural era el pilar fundamental para la realización de todo el proyecto. Nahum lo define claramente sosteniendo que todo este proceso es “ un postura filosófica sobre la sociedad y el hombre, que pudo llamarse solidarismo social o socialismo de Estado en Europa y que en el Uruguay se llamó batllismo incluyendo en su ideología muchos no colorados, blancos, socialistas, anarquistas y católicos”.


 Terminando esta breve aproximación dos días antes del 1 de mayo de 2018 lo cierro con un frase de un editorial del Diario El Día del 3 de enero de 1896: “…he ahí los débiles que se hacen fuertes y que, después de haber implorado justicia, la exigen”

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