La década de 1960 mostró la incapacidad absoluta del Estado, que es casi decir del batllismo, de representar adecuadamente las necesidades sociales del país. El batllismo había logrado articular las necesidades sociales mediante la política y el rol del Estado, pero la realidad de la década y el propio modelo Colegiado complicó profundamente la unidad ideológica del Partido Colorado.
" Puede decirse, sin lugar a dudas, que hubo, además del Partido Colorado y las fracciones del Gral. Gestido y el Frente Colorado de Unidad, un verdadero triunfador: el pueblo.(...)La gran familia del Partido necesita en estos momentos estar unida para que el país se recupere. Olvidemos rencores ocasionales y marchemos juntos hombro con hombro, unidos en una tarea de reconstrucción que está por encima de pasadas discrepancias y de autenticas y sinceras convicciones o pleitos, que el pueblo, esa victima eterna, ha decidido ya" (Hechos, 1966). Este editorial marcaba con claridad el