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domingo, 6 de mayo de 2018

Artigas: Liberal, republicano, federal y popular.


Artigas: El hombre y su visión. Liberal, republicana  federal y popular.



“Solo me encuentro; pero cuanto más solo me encuentro tanto más fuerte me siento” Ibsen

La vida de Artigas la podemos ordenar para su estudio en cuatro períodos bastante diferenciados: La infancia y la juventud entre 1764 a1797, su formación militar en el Cuerpo de Blandengues 1797 a 1811, entre 1811 y 1820 su etapa trascendente y finalmente entre 1820 a 1850. Finalmente su legado que es el tema que nos ocupa, la vigencia en pleno siglo XXI de su visión política, económica y social. Se debate mucho sobre revisionismo histórico sobre la Historia Oficial y los fundamentalismos partidarios que según las coyunturas enalteces o destruyen a figuras importantes de las “historias nacionales”. En general los caudillos federales rioplatenses fueron reprimidos. En nuestro país los estudios sobre José Artigas, su vida y su legado siguen un camino interpretativo permanente. Este quizás es el primer punto a tratar, nuestro principal referente histórico siempre está en discusión.
L a Historia nacional siempre procuró con mayor o menor pasión darle contenido a idea de Nación, y en ese afán la figura de Artigas siempre fue ineludible. Eduardo Acevedo con su “Alegato histórico”, la Zorrilla de San Martin con su “La epopeya de Artigas” y Héctor Miranda con “Las Instrucciones del año XIII. Muchos años después en 1950 la excelente recopilación de estudios publicados en “El País” con el título: “ estudios publicados en El País como homenaje al Jefe de los Orientales en el Centenario de su muerte
Como en toda América, también el Río de la Plata fue escenario de luchas por la tierra. El liberalismo y la revolución que se desarrollan en España y en hispanoamérica a partir de 1808 producen ardientes debates sobre la propiedad de la tierra. La visión francesa sobre el tema era el emanado de la Revolución francesa del derecho absoluto sobre la propiedad. En España fue en Cadiz donde imponen al absolutismo de Fernando VII los derechos de propiedad individual eliminando la visión colectiva de la tierra.
La obra de Artigas esta siempre inmersa en una lucha permanente, la consecuencia de las mismas fue la posterior independencia de la Provincia Oriental, pero fue un accidente, una transacción no un fin de su ideario. La visión de Artigas era regionalista y republicana enfrentándose con las ideas monárquicas que predominaban en los principales actores del período. Este fue uno de sus éxitos América estuvo libre de coronas y título nobiliarios.
En el Convento de San Francisco se forjó el espíritu republicano de Artigas, no se trataban allí abiertamente asuntos revolucionarios no eran subversivos pero estudiaban a Rousseau y Montequieu y Aristóteles con los análisis de Monarquía, Aristocracia y Democracia. La constitución de los Estados Unidos en los escritos de Jefferson  en los cuales las críticas a las monarquías europeas con su siempre presente negación de los derechos del Hombres y l falta de libertades individuales lleva siempre al análisis del proceso absolutista español.



Cuando estalla la Revolución de Mayo era director del Convento, Fray Benito Lamas, y no es extraño que fuese expulsados con aquella frase célebre “ Váyanse con sus amigos, los matreros” y se fueron dejando las ideas más importantes y que constituyen el legado del artiguismo, libertad, república y que los infelices sean los más privilegiados. Mientras San Martín, Belgrano, Rivadavia pensaban en soluciones monárquicas. Artigas defendía el ideal republicano. “Cuando Viera y Benavídez le informan al gauchaje que Artigas está con la Revolución, el pronunciamiento fue entusiasta… Ya lo sabían los revolucionarios de mayo de 1810 que en su Plan de Operaciones habían establecido que en la Banda Oriental era preciso contar con un sujeto llamado José Artigas para levantarla a favor de la revolución porque tenía “talento, opinión, concepto y respeto”.
Sin embargo Artigas no se incorporó a la revolución de inmediato. Tal vez recelaba de aquella Primera Junta que sembró el terror en las Provincias, llegando incluso a fusilar, arcabucear en palabras de Moreno, al héroe de la reconquista de Buenos Aires contra los ingleses, don Santiago de Liniers… Tal vez recelaba de aquella Primera Junta que le abría las puertas de par en par a los productos ingleses, arruinando así a las provincias interiores. Al respecto dice Alberto Methol Ferré: “Los mercaderes del librecambio querían extender su dominio definitivo por todo el país y el terror morenista era su expeditivo camino. Se trataba de liquidar rápidamente todos los obstáculos provinciales…Sin embargo las resistencias que levanta provocan a corto plazo su caída. Y surge así la Junta Grande como transacción nacional entre Buenos Aires y el interior”… Artigas recién se plegará a la revolución 9 meses después de los hechos de mayo, en febrero de 1811, cuando ya la Junta de Mayo había sido reemplazada por la Junta Grande.

Podemos decir que el ideario artiguista descansa sobre tres elementos esenciales: la soberanía particular de los pueblos, la opción preferencial por los pobres (“que los más infelices sean los más privilegiados”) y la inclusión social, particularmente en lo que se refiere a la incorporación de los indios a su sistema. Este es el trípode del ideario artiguista, que tiene un eje dinamizador: la activa participación popular, no al modo liberal sino a través de los Cabildos y congresos que auspició y respaldó vigorosamente.
La idea de soberanía particular de los pueblos y de gobierno inmediato no viene de Estados Unidos, sino que viene de corrientes españolas de larga data (la soberanía del común). Nótese que el artiguismo se refiere a “los pueblos”, no al “pueblo” en forma abstracta, concepto roussoniano que difunde la Revolución Francesa. Los pueblos son realidades visibles, tangibles, son el pueblo de Maldonado, de Colonia, de Montevideo, de Córdoba, etc…
Cuando Buenos Aires sustituye a la España borbónica en la hegemonía sobre el resto de las Provincias, todas ellas se levantan en su contra. Pero de todos los caudillos es Artigas el que más hondo y lejos ve el conjunto de los problemas históricos en juego. Al decir de Jorge Abelardo Ramos: “escribir su historia sería en cierta forma reescribir la historia argentina, porque hemos pagado tributo a la falsía de nuestro origen y, víctimas solidarias de la balcanización, hemos balcanizado a Artigas, amputándolo de nuestra existencia histórica para confinarlo a la Banda Oriental. Entre Mitre y Vicente Fidel López, las dos figuras mayores de la historia oficial, han hecho del Artigas histórico, lo mismo que la oligarquía porteña logró hacer con el Artigas vivo”.” (Gral. Guido Manini Ríos, en la Escuela de Defensa de Buenos Aires – 2 de julio de 2015)

Artigas forjó las instituciones republicanas y federales que en definitiva se implantan y desarrollan posteriormente la Nación argentina. La Banda Oriental era su Patria Chica que era integrante del antiguo virreinato del Río de la Plata y su legado fue tan fuerte la misma conciencia republicana y  autonomista que la invasión portuguesa no pudo eliminar. Artigas no tuvo participación directa en los sucesos de 1830 pero si contribuyó a forjar una conciencia libertaria que fue la que finalmente se impuso. No olvidemos que la fundación de Montevideo estabiliza el poder español sobre nuestro territorio pero hubo sucesivos intentos desestabilizadores, el dominio inglés, el español nuevamente, el porteño, el oriental, el brasileño, las Provincias Unidas. Artigas acompañó a Liniers en la Reconquista de Buenos Aires, participó en la Defensa de Montevideo, luchó contra los españoles entre 1811-1813 y luego contra los directores supremos Posadas y Alvear entre 1814-1815 y contra los Portugueses entre 1816-1820. Al adherirse a la Revolución de Mayo Artigas no pensó en convertir al territorio Oriental en una nación soberana e independiente del ex-virreinato español, llamadas Provincias Unidas del Río de la Plata y que comprendía las actuales Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Siempre luchó por la integración republicana en una gran confederación y el mismo sostiene “ cada provincia retiene su soberanía, libertad e independencia y todo poder, jurisdicción y derecho no delegado en la confederación”- Este principio fue tomado de la Constitución norteamericana de 1778 pero lo que reclama Artigas era de carácter provincial. El propio Artigas aclara estos conceptos de la siguiente manera: “ esta independencia no es una independencia nacional; y por consecuencia ella no debe considerarse como bastante a separar de la gran masa a unos  ni otros pueblos, ni a mezclar diferencia alguna en los intereses generales de la Revolución”(23 de abril de 1814). En su guerra contra Artigas, Ramírez contó con el apoyo de Buenos Aires en armas y en dinero. Las fuerzas artiguistas estaban muy diezmadas. En enero se produce la batalla final de Tacuarembó que puso fin a la resistencia armada de los orientales contra los portugueses. Contaba solo con los restos de las milicias orientales y fuerzas que proporcionaron Corrientes y Misiones. En septiembre de 1820 se interna en el Paraguay donde vivirá en el exilio hasta su muerte.



¿Qué pasó en Mayo del 68? - Espectador.com

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lunes, 30 de abril de 2018

Batllismo y Estado: Debate impostergable.






Gran parte de la economía depende de las diferentes acciones del Estado o del gobierno. Sin embargo hay una amplia gama de opiniones sobre el papel que le corresponde desempeñar al Estado. Desde el extremo liberal y librecambista que propone un Estado mínimo que solo se preocupe de la defensa militar, los derechos de la propiedad y las obras de infraestructura hasta la visión marxista que sostiene que los mercado deben ser secundarios o eliminados directamente y que la economía debe ser manejada en su conjunto mediante la estricta planificación estatal. Si avanzamos en el análisis histórico la visión contractualista sostenía que el Estado no puede estar por encima del individuo. Hoy la mayoría de los economistas creen en la postura de que puede ni debe existir una autoridad que sea superior a los individuos. Por lo tanto esto se inicia con la teoría del “contrato social” entre los individuos actuando soberanamente, o sea el Estado puede actuar cuando el individuo le da su consentimiento.

 Es el pensamiento del filósofo político inglés del siglo XVII Thomas Hobbes que en su libro “El Leviatan” de 1651 en el cual presupone un estado natural en el que los individuos terminan enfrentándose todos contra todos y para solucionar este problema los individuos voluntariamente aceptan algunas restricciones a su libertad transfiriendolas a un gobierno para poder alcanzar la paz social. Hobbes justificaba así el Estado Absolutista, muchos siglos después el economista ganador del Premio Nobel de Economía en 1986 interpreta las ideas de Hobbes para fundamentar la presencia de un estado mínimo. Es más para él, y varios antibatllistas me atrevo a decir, el Estado es como un gran monstruo que debe domar y mantener controlado. Cosa que Hobbes no pretendía. Eran tiempos de Ronald Reagan que resume esta postura con un comentario citado permanentemente: “ El gobierno existe para protegernos los unos de los otros. El gobierno ha ideo más allá de sus límites al decidir protegernos de nosotros mismos”. Siguiendo con esta línea de pensamiento las únicas acciones que se podrían justificar del gobierno serían el mantenimiento de la Ley y el Orden, la defensa nacional y las obras públicas. Cualquier cosa que excediera estas posturas como ser un estado de bienestar o de proteccionismo arancelario se consideraría una violación de la soberanía de los individuos y el primer paso al “camino de la servidumbre” como sostiene Friedrich von Hayek en 1944. Sin embargo debemos tener precaución al pensar que el Esyado esta por encima de los individuos, el mundo tiene muchos ejemplos de patologías de este pensamiento, desde la izquierda como el caso Pol Pot o Stalin y por la derecha Hitler o Pinochet. El debate entre economistas sobre la soberanía del individuo y las fallas de los mercados cuando se producen monopolios u oligopolios recién fue bautizada en el período neoclásico con el nombre de competencia imperfecta. La creciente desconfianza hacia la política a favorecido algunas posturas de economistas que proclaman el libre mercado sosteniendo que cuanto menos haga el gobierno en intervención económica mejor le irá al país. Es innegable que el Estado es la mejor tecnología organizativa y a su vez la más poderosa que ha desarrollado la humanidad, es claro que es imposible alcanzar grandes cambios económicos sin el Estado.


 Batlle y Ordóñez sostenía al asumir su segunda presidencia en 1911 con respecto al rol de las empresas del Estado que: “ La gran ventaja de las empresas del Estado y lo que debe asegurar su marcha triunfal es que no tienen que entregar sus utilidades a los capitalistas, como las empresas particulares, y como pueden aplicar cuanto producen a su perfeccionamiento, baratura de sus servicios y mejor retribución de quienes les sirven; pero si el Estado se sustituyen al capitalista para aplicar a otros fines las utilidades, apropiándoselas con tanta avidez como este, y con un interés menos vivo y previsor que el que asegura a las empresas particulares su marchar regular, esa ventaja desaparece y quedan solo para aquellas empresas los peligros que llevan consigo las conductas más altruistas, de ser arrastradas a la ruina en su oposición con los intereses amorales” El Día setiembre de 1919.


Posteriormente Luis Batlle en otro entorno económico pero con la misma visión del Estado como motor del desarrollo y la justicia social sostenía: “ en dos discursos Luis Batlle define la política económica y redefine los mecanismos para hacer frente al déficit fiscal que se agrandaba día a día: “ El capitalista tiene el derecho  a los beneficios de su capital invertido, pero el obrero tiene el derecho de su capital-trabajo, que es igualmente o más respetable que el capital-dinero, porque al fin capital-trabajo es sudor, es desgaste, es esfuerzo personal y permanente y es lo único que tiene los hombres para poder ir atendiendo y resolviendo sus problemas diarios...” Pero luego agregaba Luis Batlle: “ En materia de seguridad social también nos encontramos con el déficit y con la crisis, perturbando y poniendo en peligro servicios de interés general que afectan de manera profunda y directa a la sociedad y especialmente a sus clases laboriosas(...) nos embarcaremos en el desarrollo y en la ampliación de nuevos beneficios en el orden de la pasividad hasta que(...) los patrimonios y las rentas han recuperados los niveles adecuados” En realidad nunca más recuperaron sus niveles adecuados y  60 años después podemos decir que el batllismo en ese rubro finalizo en aquél período”



Hoy el debate sobre las empresas públicas, el rol del Estado, y la postura económica del batllismo no es tema de agenda. Quizás por eso mismo nunca estuvo el batllismo tan lejos de tener presencia contundente en las urnas.