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martes, 18 de marzo de 2014

Cuarto Año. Ficha 6. Orígenes de la Guerra Fría: Capitalismo.


Capital


Término genérico que designa un conjunto de bienes y una cantidad de dinero de los que se puede obtener, en el futuro, una serie de ingresos. Para los economistas del Siglo XIX, el término capital se refería únicamente a la parte de la riqueza que había sido anteriormente producida. La riqueza no producida, como la tierra o los yacimientos naturales, no se incluían en la definición. Los economistas franceses del Siglo XVIII, a los que denominamos fisiócratas, fueron los primeros que expusieron un sistema económico: Su trabajo fue desarrollado luego por Smith, de donde surge la teoría clásica del capital tras su posterior perfeccionamiento por Ricardo. Para los clásicos el capital es: el conjunto de valores creados mediante el trabajo. Una parte de este capital viene dado por los bienes de consumo utilizados por los trabajadores que producen bienes para el consumo futuro.




Instrumentos del Capitalismo


Empresa familiar- La fábrica pertenece a una familia que corre con las ganancias y con las pérdidas.

Sociedad anónima- El Capital de una empresa se reúne por la aportación de muchas personas que entran a participar en los beneficios o en las pérdidas.

Acciones- Participaciones en la sociedad anónima, por las que el “socio” recibe unos beneficios proporcionales al dinero invertido.

Bolsa- Institución destinada a la compra y venta de acciones. Cuando aumenta el número de vendedores el precio de cada una baja y viceversa.

Banco- Fueron creados para guardar el ahorro de los particulares y para prestar dinero mediante el cobro de un interés.


La Sociedad Capitalista: La Burguesía.

El Triunfo de la burguesía.

Las revoluciones de finales del siglo XVIII supusieron el triunfo político, económico y social de la burguesía. Pero, aunque pusieron fin a la sociedad aristocrática, no acabaron con su esquema de organización social, ya que los “burgueses conquistadores” también establecieron una jerarquía social basada en el éxito económico. El nuevo orden burgués no se basaba en los privilegios del nacimiento sino en la posesión de la riqueza.
La burguesía industrial y comercial y, más tarde, la financiera protagonizaron el desarrollo del capitalismo, primero desde las prósperas empresas familiares y luego desde las sociedades anónimas y la banca. La gran prosperidad de la segunda mitad del Siglo XIX fue la época dorada de la burguesía.

Cuarto Año ficha 5. Adam Smith


Adam Smith


La riqueza de las naciones, ha sufrido el destino reservado a la mayoría de los clásicos: es una obra más comentada que leída. Aunque Smith se opuso claramente al “sistema mercantil” y al aparato de privilegios y protección estatal en que se apoyaba hay párrafos en su obra que merecen ser analizados:

   La gente de un mismo gremio rara vez se reúne, aunque solo sea para su entretenimiento y diversión, sin que la conversación termine en una conspiración contra el público o en algún tipo de arbitrio para elevar los precios.

   El interés de los negociantes...de cualquier ramo del comercio o de la industria es siempre diferente en algunos Aspectos Del interés público, e incluso opuesto a él...Cualquier nueva ley o regulación del comercio propuesta por ese estamento debería escucharse con gran precaución y no adoptarse nunca sin antes examinarla larga y cuidadosamente...Hay que tener en cuenta que proviene de un estamento cuyo interés no coicide nunca exactamente con el del público..

Al mismo tiempo Smith consideraba a los manufactureros como portadores del progreso e instaba a que se les permitiese un mayor margen de maniobra. Publica en 1776 La riqueza de las naciones, estas son sus ideas principales:

1-      El trabajo es el origen de la riqueza.
2-      El trajo se realiza en función del “interés particular”, por lo que el enriquecimiento de los particulares es el único camino para conseguir la riqueza.
3-      Debe existir una armonía social fundada sobre la igualdad entre el interés particular y el interés general.
4-      Para desarrollar la riqueza, la iniciativa particular no ha de ser coartada por actuaciones exteriores; de donde se sigue que el estado no debe ser intervensionista, que debe regirse por el libre juego de la oferta y la demanda tanto en la producción y la venta como en la contratación laboral.
5-      Para ejercer esta libertad de la iniciativa particular, no hay inconvenientes en reclamar la intervención del estado: en lo interno, para garantizar un orden concreto-el orden burgués; en el exterior, para defenderse de la competencia comercial incluso con medidas proteccionistas.

Por lo tanto, el sistema capitalista preconizado por Adam Smith consagraba la defensa total de la iniciativa privada y del enriquecimiento sin límites, que se convertirían en los pilares básicos de la sociedad burguesa.

Fragmentos de la Riqueza de las Naciones.

Los tres deberes del Estado Liberal



“todo hombre, con tal que no viole las leyes de la justicia, debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor le parezca  para buscar su modo de vivir, y sus intereses; y que puedan  salir sus producciones a competir con las de cualquier otro individuo.

Según el sistema de la libertad negociante, al soberano solo le quedan tres obligaciones principales: proteger a la sociedad de la violencia e invasión de otras sociedades, poner a la sociedad a cubierto de la injusticia y opresión de un miembro de la república a otro, o sea la obligación de establecer correcta justicia y mantener y erigir ciertas obras y establecimientos públicos, que nunca puedan alcanzar los intereses de los particulares”

Cuarto Año. Ficha 4. Orígenes de la Guerra Fría. El liberalismo económico.


Capitalismo y Sociedad Burguesa


Ideas Principales.

1)      El triunfo económico y social dela burguesía: En el siglo XIX, el sistema capitalista triunfó con la Revolución Industrial, pero aún tuvo que  luchar con los planteamientos económicos tradicionales hasta conseguir la primacía de la iniciativa privada y de la absoluta libertad de acción económica. La burguesía, dueña del poder económico e instalada ahora en el poder político, consigue altas cotas de prosperidad y de bienestar, a la vez que propicia un importante desarrollo cultural y artístico.
2)      El nacimiento del proletariado: El nuevo orden burgués dio origen a una clase social, el proletariado, sobre la que fundamentó su desarrollo y a la que no concedió de hecho ninguna oportunidad política, económica o cultural.
3)      Mayor equilibrio social: La evolución histórica fue aliviando esta fuerte contraposición gracias a la acción reivindicativa del proletariado, al aumento de la intervención del estado en los campos económico y social y al aumento de la participación política ciudadana.


Esquema de desarrollo:

El capitalismo liberal: En el siglo XIX triunfó el capitalismo liberal, basado en las teorías expuestas por Adam Smith, David Ricardo y John Stuart  Mill.

La burguesía: La burguesía enriquecida impuso nuevos ideales de vida y una nueva jerarquía social fundamentada en el éxito económico.

El proletariado: Las condiciones de trabajo provocado por el capitalismo liberal generaron una nueva clase social, el proletariado que se vio afectado por las duras condiciones de trabajo en las fábricas y las penosas formas de vida, como consecuencia de la concentración de población en los suburbios de las ciudades industriales.

El movimiento obrero: El proletariado se organizó y aunó sus fuerzas en defensa en sus derechos. Surgieron en toda Europa propuestas utópicas que buscan un nuevo orden social. El marxismo propuso soluciones prácticas de carácter revolucionario.

El capitalismo liberal.

En la terminología actual hay dos liberalismos que, no obstante, su origen común, pueden representar posiciones antagónicas. El primero es el que designa a la filosofía política de la libertad, del progreso intelectual y ruptura de las cadenas que inmovilizan al pensamiento. En este sentido liberalismo significa actitud de renovación y avance. El segundo es concretamente el liberalismo económico nacido en el Siglo XVIII, a la que dio su expresión clásica Adam Smith, como aplicación específica del liberalismo individualista al fenómeno económico.

domingo, 16 de marzo de 2014