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lunes, 19 de enero de 2015

Entre Amézaga y el Colegiado. La reconstrucción de los valores batllistas.

El proceso político uruguayo entre 1942 y 1947 muestra distintas modalidades de relacionamiento interpartidario. Hasta mediados de los años 50 la búsqueda de soportes sólidos para la acción de gobierno se desarrolló tratando de profundizar las bases de un un país reformista e industrialista , que inmediatamente debió dirigirse hacia la búsqueda de respuestas a una crisis creciente con el agotamiento del modelo de desarrollo por sustitución de importaciones. Dentro del Partido Colorado la visión del Dr. Amílcar Vasconcellos muestra la realidad de los acuerdos políticos para formar gobierno:"Y vino la lucha electoral de 1954. Nuevamente los dos  sectores del batllismo, la 14 y la 15, se presentaban a dirimir fuerzas. Y el sector de la 15 triunfó. En la misma noche del triunfo, su leader Luis Batlle reclamó el apoyo del otro sector batllista para la labor de gobierno. El apoyo se obtiene y hombres del sector catorcista ocupan ministerios. La labor de gobierno se va desarrollando y aunque sobreviven dificultades, el batllismo se presenta unido en la acción de gobernar. Unidos, los votos batllista a otros votos de sectores colorados menores, permiten lograr una mayoría en dos ramas del parlamento.
Hasta que un buen día ocurre un hecho insólito. Un senador batllista de la 14, cuyos compañeros de grupo están en función de un acuerdo político en Ministerios prestando su colaboración al gobierno, interpela a un Ministro. La interpelación se lleva a cabo y el acuerdo político denunciado de tan original manera se rompe. El sector batllista de la 15 asume la tarea de gobernar; pero no tiene el respaldo necesario para lograr la sanción de las leyes que el país reclama y necesita" (Vasconcellos, Febrero Amargo, pág. 17) En el Partido Colorado Batllista la interna no era fácil. La sanción del proyecto de reforma constitucional colegiada no había contado con la aprobación explícita de todos sus dirigentes. Las elecciones de internas de mayo de 1946 para definir candidaturas habían mostrado una preferencia amplia por Tomás Berreta y Luis Batlle Berres que duplicaron los votos de Lorenzo Batlle y Antonio Rubio. La candidatura de Luis Batlle a la Intendencia de Montevideo, según se ha repetido constantemente, fue vetada por sus primos César y Lorenzo Batlle Pacheco, hijos de Don Pepe y dueños del diario El Día. El 2 de octubre de 1946 se proclamaron las candidaturas batllistas de Berreta y Batlle al posible órgano colegiado. Por otra parte estaban pendientes varios proyectos sociales. Las elecciones nacionales tuvieron lugar el último domingo de noviembre de 1946 dando un claro triunfo al batllismo. El programa del batllismo era claro y directo: democracia, libertad, progreso y justicia social impulsados por un Estado dirigista oscilante entre Estado de bienestar y Estado asistencial y sostenido por el desarrollo agroindustrial y la industria manufactirera.. Para Tomás Berreta el batllismo permitiría lograr un mundo mejor donde la lucha de clases no tendría sentido. En un mundo que iniciaba la Guerra Fría esta visión llevó al Uruguay a  adherirse a la influencia estadounidense, con una postura anticomunista y con visión social. Antes de asumir Tomás Berreta fue invitado a los Estados Unidos por el presidente Harry S. Truman obteniendo una previsión importante de maquinarias agrícolas verdadera preocupación del presidente uruguayo.

Ver:
Maiztegui, L. Orientales.Tomo 3 Planeta Montevideo 2008. pag.121 y Ss.

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