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lunes, 2 de marzo de 2015

La hora de Enrique Tarigo: " Queremos la restauración de la Democracia y La libertad"


El viernes 14 de noviembre a las 20 horas se produce el acto convocado por distintos sectores del Partido Nacional, en el cual se dio lectura a una declaración conjunta con el Partido Colorado. Mientras adentro se gritaba "Wilson vuelve" afuera comienza una fuerte represión policial que ingresa al hall del Cine Cordón a caballo. El 15 de noviembre el partido Nacional emite un comunicado titulado "salvaje represión de un acto opositor" (Maiztegui, L. pp 206). En este marco de escalada represivas surge una nueva agrupación en el Partido Colorado, la Corriente Batllista Independiente, presentándose en un acto con la presencia de unos 150 jóvenes el 13 de noviembre de 1980 en el Club Residentes de Río Negro y en el acta de creación declaraba su oposición a la nueva constitución: "(...)Se presentó este proyecto de Constitución, como la única salida posible del régimen de excepción que desde hace siete años impera en la República. Afirmamos que la salida ofrecida no es tal y que el texto proyectado no ofrece más que la insitucionalización del actual estado de Cosas" (Corbo, D. El plebiscito constitucional pp 176) Esta declaración estaba firmada entre otros por Manuel Flores Silva, Roberto Asiaín, Ope Pasquet, Washington Abdala, Miguel Manzi y su priemra acción fue un acto por el NO en el cine Arizona. Un par de meses antes habìa inicado desde la Coordinadora de la Juventud del Partido Colorado reflexiones sobre  la democracia, el liberalismo y el compromiso de buscar la plena vigencia de la institucionalidad, el Dr. Enrique  Tarigo sosteniendo: "(...)¿ qué somos los jóvenes uruguayos hoy? ¿en qué creemos? ¿Cuáles son nuestras convicciones?
Y bien. Somos, en primer lugar, demócratas.
No hagamos grandes frases ni acudamos a las definiciones de la doctrina, que nada de ello resultará necesario. Somos demócratas porque creemos en el pueblo y no en una clase social determinada o en un sector o en una casta cualquiera que ella sea, reside la soberanía.
La soberanía en toda su plenitud existe radicalmente en la Nación, dice desde siempre, la Carta de los uruguayos todos, y la Nación somos todos, sin exclusiones, sin discriminaciones, sin proscripciones de ningún tipo o especie. Porque somos demócratas, y los uruguayos somos demócratas por parte de padre y de madre, somos demócratas desde nuestros abuelos y nuestros bisabuelos, desde nuestros abuelos cuartos y quintos, somos demócratas desde Artigas, somos demócratas antes aun de ser uruguayos, porque somos demócratas, sabemos, con esa convicción profunda que solo nos puede dar la fe, sin necesidad de acudir a la demostración racionalista, aunque sabiendo que ella confirma nuestra convicción, que tenemos el, antes que nada, sagrado derecho al autogobierno, el derecho a gobernarnos por nosotros mismos, el derecho de elegir libremente a nuestros gobernantes, que no son ni pueden ser otra cosa que nuestros representantes en el gobierno.(...) Pero, además de demócratas, en el mismo plano que demócratas, tanto como demócratas somos liberales.(...) Somos liberales porque creemos por encima de todo en la libertad; porque amamos la libertad, porque sabemos que sin la libertad la vida no vale la pena de ser vivida. Porque la libertad es tan necesaria, tan imprescindible espiritualmente, como fisicamente nos son necesarios e imprescindibles el aire y la luz del sol(...) Somos demócratas y somos liberales y somos además colorados. Es decir pertenecemos, nos sentimos parte, de un partido polìtico nacido en los albores mismos de nuestra vida de Nación independiente, que de manera intuitiva, como expresión de sentimiento más que de razonamiento adoptó para sí, como atributo de su esencia y de su razón de ser, los principios de la libertad y la democracia(...) Y muchos de nosotros somos, además, de demócratas y de liberales y de colorados, batllistas.
Y ser batllista significa, además de todo lo anterior, tener una conciencia social muy viva, muy a flor de piel, sentir que la democracia no se agota con la libertad ni, tampoco, con la igualdad de derechos, sino que precisa también de la fraternidad, de la solidaridad y - no tengamos temor o pudor a las palabras- de verdadero amor entre los hombres, en especial por los más necesitados,(...)
Qué queremos: la restauración de la democracia y la restauración de la libertad." (Tarigo, E. articulos por el No. Pp 11-17.)

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