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domingo, 11 de diciembre de 2016

Sanguinetti y Tarigo: El cambio en Paz.



Al asumir la presidencia el Dr. Julio María Sanguinetti y  pero con un gran apoyo político tanto nacional como regional. Ocho jefes de Gobierno, varios vicepresidentes y dignatarios de  72 países, entre los que se contaban Cuba y Angola con los que Uruguay no mantenía relaciones, así como representantes de unos veinte organismos internacionales. Sanguinetti y Tarigo juraron cumplir y hacer cumplir la Constitución en el Palacio Legislativo ante la Asamblea General. En el acto también estuvieron presente dirigentes destacados de todas las fuerzas políticas entre ellos Wilson Ferreira Aldunate y Juan Pivel Devoto por el Partido Nacional, Liber Seregni y Juan José Crottogini por el Frente Amplio y Humberto Ciganda por la Unión Civica. Frente a la mesa de la Asamblea General se encontraba Washington Beltran, Jorge Pacheco Areco y los Presidentes Raúl Alfonsín de Argentina, Hernán Siles Suazo de Bolivia, Belisario Bentancur de Colombia, Luis Alberto Monge de Costa Rica, Oscar Mejía de Guatemala, Daniel Ortega de Nicaragua, Felipe González de España y Bettino Craxi de Italia. El Presidente Sanguinetti había dicho en su discurso de toma de posesión; “ Mi mayor ambición es la de estar el 1 de marzo de 1990 entregándole el mando al nuevo Presidente constitucionalmente electoñ Sólo ese día podremos decir que hemos cumplido. Habré cumplido yo con mi misión y habremos cumplido todos nuestro deber” Las primeras medidas del Poder Ejecutivo fueron:
1)      Proyecto de Ley por el cual se suprime el Ministerio de Justicia  conjuntamente con otro proyecto que le otorga al Ministerio de Educación y Cultura las competencias hasta que sea eliminado.
2)      Rehabilitación de las organizaciones ilegalizadas por el gobierno de facto: Convención Nacional de Trabajadores (CNT), Partido Comunista, Partido Socialista, Unión Popular, Movimiento 26 de Marzo, Movimiento Revolucionario Oriental. Partido Comunista Revolucionario. Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). Resistencia Obrero Estudiantil (ROE), Federación de Estudiantes Revolucionarios(FER) Grupos de Acción Unificadora(GAU), Grupos de Autodefensa Plenario Intersindical de Trabajadores, Asociación de Magistrados del Uruguay, diarios El Popular y Crónica, Grupo de Teatro El Galpón y Servicio de Paz y Justicia(SERPAJ)
3)      Proyecto de regulación del Servicio de Ampara}
4)      Proyecto de  modificación de integración de los Entes Autónomos
5)      Proyecto de creación de la Oficina del Registro Civil
6)      Rehabilitación de los medios de prensa clausurados en los últimos 11 años.
7)      Supresión de la DINARP y creación de la Secretaría de Información de la Presidencia.
8)      Derogación de las disposiciones que trababan el ejercicio de la actividad periodística.
Esta fue la gran tarea del gobierno curiosamente soslayada por la Historia reciente con cierta interpretación segmentada. El nuevo gobierno dejó de lado lo acordado en la Concertación Nacional Programática (CONAPRO) dando paso a lo que se llamó “ gobierno de entonación nacional” con una serie de trabajosos acuerdos, limitados pero racionales y operativos con el Partido Nacional, cuyo líder era en ese entonces Wilson Ferreira Aldunate. Este acuerdo se consolidó mediante la presencia en el gabinete y en otros cargos públicos importante con figuras de origen nacionalista a título personal pero con el respaldo del Partido, entre ellos vale la pena recordar al Canciller Enrique Iglesias. También se le otorgó seis cargos de dirección en Dependencias del Estado al Frente Amplio, indudable reconocimiento del batllismo al incorporar a la izquierda en el esquema de fiscalización del nuevo gobierno. Por lo tanto era un gobierno de partido minoritario pero con un inteligente mecanismo de gobernabilidad sostenida con arduas y permanentes negociaciones en los más variados asuntos. Se realizaron con frecuencia “reuniones de cúpula” y el principal objetivo era consolidar la transición democrática que se complica cada vez más con la denominada Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado que fue votada en el Parlamento en diciembre de 1986. Además de las medidas y de los problemas políticos se lograron otras como las medidas de un Plan de Complementación Alimentaria entregándose canastas de alimentos a las familias con problemas económicos, planes de desarrollo de la cuenca arrocera. El plan de Desarrollo de las Ciencias Básicas en cooperación con la Universidad. Se iniciaron las obras de reconstrucción del SODRE. Se aprobó el Código General del Proceso, se logró la automatización de todas las estaciones telefónicas del país. Se reestructuró el sistema de Enseñanza creándose la ANEP y los Consejos desconcentrados. El CODICEN lo presidió el prof.  Pivel Devoto que instrumentó el Ciclo Básico. Se creó el Centro de Diseño Industrial y muchas obras más que el Partido Colorado no sabe ni supo defender como realizar de claro cuño batllista y que cumplió el principal objetivo. Llevamos al país a las primeras elecciones totalmente libres desde 1971, y las primeras sin ninguna crítica desde 1966. El batllismo cerró un paréntesis iniciado 15 años antes en una  de las páginas más oscuras de la historia política del Uruguay. El vicepresidente durante todo este período fue el Dr. Enrique Tarigo que al preguntársele como se había logrado la transición en un momento tan complejo sostuvo: “el Partido Colorado, no se agota en su concepción liberal, sino que es el cimiento sobre el cual edifica sus concepciones en materia política, social, económica. En el programa del Partido que lo cumplimos absolutamente se sostiene que en "el siglo XX y fundamentalmente por obra de José Batlle y Ordóñez, a los rasgos tradicionales del coloradismo (o sea el liberalismo político) se fueron sumando otros que define el perfil actual del Partido" y los enumeró:
1- Su vocación democrática: en el Estado, en el Partido, en la Sociedad Civil y en los planos cultural, económico y sindical.
2- Su voluntad reformista: el orden social vigente conlleva injusticias y debe ser profundamente transformado buscando una efectiva igualdad de oportunidades en  el punto de partida para que cada uno desarrolle libremente sus capacidades sin privilegios heredados.
3- Su jerarquización del Estado:  para ejecutar un proyecto solidarista, orientando con una propuesta deliberada los diferentes sectores de la actividad. No para sofocar la iniciativa privada, cuyo dinamismo la hace indispensable para el desarrollo, pero sí para informarla y orientarla ajustando su actuación al interés general.
4- El nacionalismo batllista: que no se confunde con la hueca exaltación de folklorismos ni con irracional hostilidad a lo extranjero sino que propugna la legítima y sensata defensa de lo nuestro en un mundo en el cual los demás defienden lo suyo.
5- Nuestro latinoamericanismo: porque nacionalismo no es aislacionismo y la integración de los países latinoamericanos es necesaria para nuestra plena realización como comunidad nacional.

Finalmente el Dr. Tarigo concluye: " diría que el Partido Colorado a influjos del batllismo, es hoy, un Partido profundamente liberal en lo político y social-demócrata en lo económico y social. Este segundo rasgo surge claramente de esa voluntad reformista y de esa jerarquización del Estado que no puede ser, desde nuestro punto de vista, ni el ogro filantrópico de las dictaduras más o menos totalitarias, ni el mero arbitro de la contienda social dedicado a marcar los tantos de cada uno de los sectores partícipes del quehacer colectivo como querrían los liberales en materia económica, los liberlistas como los llamaba Benedetto Croce para marcar la diferencia conceptual entre liberalismo político y liberalismo económico"
Y se cumplió, se entregó el gobierno luego de elecciones absolutamente libres.


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