La gestión del batllismo para consolidar El cambio en Paz.1985-1990
Al retornar a la Democracia, restaurándose todo el sistema
democrático, el sistema económico
padecía de grandes desequilibrios macro económicos. La inflación seguía
marcado puntos altos desde el abandono del tipo de cambio fijo a fines de 1982
y un déficit fiscal muy abultado. Todo esto en un contexto de crisis y caída
del PBI. Los banco seguían con grandes problemas de solvencia y la banca
estatal tenía la mayoría de cuentas incobrables o en el mejor de los casos de difícil
recuperación,
sobretodo luego de tomar las carteras de los bancos privados en
crisis.. No terminaba allí la deuda externa había crecido en forma
descontrolada. Todo esto cambia en los aspectos sociales, la población tenía
grandes esperanza en la restauración democrática y que mejoraría las
condiciones de vida.
El gobierno batllista liderado por la dupla que encarnó el
cambio en Paz, los doctores Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo, llevan
adelante conjuntamente con los demás actores políticos, asociaciones
empresariales y sociales , dentro del marco de la CONAPRO ( Concertación
Nacional Programática) líneas económicas reactivadoras y redistributivas con el
objetivo principal de generar la confianza en los agentes económicos para poder
encarar nuevamente el dialogo político y social y recuperar la producción
nacional. La CONAPRO conformad por partidos políticos, asociaciones sociales,
empresariales y estudiantiles funcionó durante dos fases, una antes de las
elecciones de 1984 tratando allí temas como reparaciones a los desaguisados
realizados en la dictadura y la otra luego de las elecciones tratando los temas
económicos, educativos y las imprescindible amnistías. En febrero de 1985 se
aprueba el Documento Económico en el cual se afirmaba:” La política económica a
partir del 1 de marzo de 1985 se diferenciará claramente de la que caracterizó
el período autoritario y supondrá una actitud activa por parte del Estado” Podemos decir que la primera presidencia del
Dr. Sanguinetti fue una transición pero en el que predominó el marco de
funcionamiento liberal anterior con más preocupación estatal en los equilibrios
económicos. El gobierno tenía como objetivos principales estimular la
recuperación del salario y las jubilaciones, evitar crecimientos
inflacionarios, cumplir con el pago puntual de las obligaciones y garantizar la
estabilidad del sistema financiero. Uno
de los éxitos fue el crecimiento del sector servicios que en relación al PBI
creció en el entorno del 56% pero baja la participación del agro y la industria
manufacturera. La balanza de pagos fue favorable durante todo el periodo de
gobierno batllista, la deuda externa que fue refinanciado se mantuvo en un 4,5%
del PBI y fue pagada puntualmente mejorando la imagen del Uruguay obteniendo el
ansiado Investment grade. La desocupación bajó de 13% a 8% en 1989. La inflación
se mantuvo alta llegando a un 89% cuando se traspasa el gobierno. Se aprueba la
Ley Forestal ley 15939 el 28 de diciembre de 1987 que calificaba los terrenos
aptos para esa actividad y que incluía una gran cantidad de beneficios
tributarios para facilitar el desarrollo de esta actividad. Hubo un plan para
forestar 100000 hectáreas de bosques en cinco años. Estos campos debían ser
aquellos que el índice CONEAT (Comisión Nacional de Estudio Agronómico de la
Tierra) no fueran aptos para otras actividades agropecuarias. El problema que puso a prueba y en tensión al
denominado cambio en Paz llevado adelante por el batllismo fue la grave crisis
del sisteam financiero. En mayo de 1985 cuatro instituciones bancarias, el
Banco Comercial, Banco Pan de Azúcar, La Caja Obrera y el Banco de Italia
entraron en cesación de pagos con rentabilidad negativa, carteras de difícil cobre
y gandes costos administrativos. Acá el Esatado asume el control de esas
carteras, controlando las instituciones pero manteniéndolas en las esfera del
derecho privado, el objetivo era sanearlas, reciclarlas l vender posteriormente
su capital accionario. La postura de la izquierda fue virulenta y en su
discurso sostenía que el gobierno “socializaba las pérdidas”. En lo referente a
los Derechos Humanos la actitud del Partido Colorado fue muy clara, el objetivo
era la plena restauración democrática y tener problemas con los militares en
plana salida no parecía el mecanismo ideal. El Propio Dr. Sanguinetti en una nota con Diego Achard sostuvo: “ (…) nuestro
compromiso con los Derchos Humanos era afirmar la democracia para que nunca más
en el Uruguay se volvieran a repetir episodios como los que habíamos vivido(…)
me parece que las investigaciones del pasado son muy difíciles de hacer y no
son positivas para lo que sí importa que es evitarlas en el futuro”
En aspectos sociales
se aprueba un Plan de Complementación Alimentaria que incluía la entrega de canastas
de alimentos a familias con su economía sumergida. Se instrumentó varios planes
de inversión como el Desarrollo de la Cuenca Arrocera, la Cuenca Lechera, el
programa de Ciencias Básicas que incluía facilidades para el retorno de científicos
uruguayos exiliados. Se inicia la construcción del nuevo edificio del SODRE. El
ingreso de funcionarios públicos solo se podría llevar adelante si eran
estrictamente necesarios y con informe
favorable de la Oficina Nacional del Servicio Civil. Se crea una Junta Nacional de Prevención, represión y
tratamiento de la drogadicción frente a los esbozos de crecimiento de esta
problemática.
Se reestructuró el sistema de Enseñanza creándose la ANEP
(Administración Nacional de la Educación Pública) y la creación de tres
consejos desconcentrados: Primaria, Secundaria y Técnico Profesional el CODICEN
que fue presidido por el prof. Juan Pivel Devoto. Tiempos duros, de gran
trabajo político y social que permitió al Dr. Julio Sanguinetti y su equipo
batllista cumplir con su primer deseo que el Uruguay volviese a tener
elecciones libres, con la restauración democrática como corresponde a nuestra historia.
Y en pleno 2019 le
encontramos sentido a aquella frase que realizó el Dr. Sanguinetti en su
despedida luego de haber conseguido el cambio en Paz: “ Me despido, sin
nostalgia ni cansancio, me despido, pero no me voy.”
Ver: Maiztegui, L. Orientales. Tomo 5, Planeta. 2010.
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