La reforma previsional durante la segunda presidencia del
Dr. Sanguinetti
Durante la segunda administración del Dr. Sanguinetti hubo
una gran preocupación por sanear y fortalecer el sistema financiero estatal. Un
factor gravitante sobre las fianzas del Gobierno central fue la crisis del sistema de seguridad
social, las disposiciones legales determinaban que el Estado debía cubrir los
déficits del BPS (Banco de Previsión Social) y de las cajas Militar y Policial. El total de egresos
del BPS en 1987 eran un 47% del total de
gastos del Gobierno central o sea de asistencia
directa a dicho banco, a partir de 1992 era del 80% y al comienzo de la administración Sanguinetti era del 93%. Se buscaron soluciones en un ambiente muy conflictiva por parte de sindicatos y oposición. El Presidente Sanguinetti al asumir su segunda administración sostenía que la reforma de la seguridad social era “ la madre de todas las batallas” con su característico pragmatismo planteó una nueva forma de negociación frente a los escasos avances que la administración del herrerista , Dr. Lacalle había conseguido. Su primera estrategia fue instalar la realidad en la opinión pública de un “colapso inminente” y por los analistas del periodo señalaron que uno de los éxitos fue generar la percepción, real, de que la crisis financiera era inminente en el mediano plazo( Lujan, 2003). Antes de asumir el mandato se llevó adelante un ámbito multipartidario realizado en el Hotel Victoria Plaza y el 24 de febrero de 1995 se llegó a un acuerdo para la reforma de la seguridad social firmado por los partidos Colorado, Nacional y Nuevo Espacio auto excluyéndose el Encuentro Progresista-Frente Amplio. Quedaron afuera las organizaciones sociales que fueron invitadas pero solo “con carácter informativo” Se instrumentó una comisión de técnicos integrada por la ministro de Trabajo Ana Lía Piñeyrúa, el director de la OPP Ariel Davrieux , Renan Rodriguez y Carlos Guariglia por el Foro Batllista y representantes de los sectores nacionalistas “Manos a la Obra” del Herrerismo y del Movimiento Nacional de Rocha. La realidad es que este esquema de trabajo permitió un trámite rápido aprobándose la reforma durante el primer año de gobierno y este proceso tuvo una corta luna de miel. Según el historiador Henry Finch no había motivos para que existieran trabas entre blancos y colorados “…puesto que su monopolio del poder no estaba amenazado, cada uno tenía un incentivo para apoyar al otros en estrategias que disminuyeran la influencia de la izquierda” (Finch,2005). Esta política era fundamental para mostrar la seriedad de la reforma ante diversos organismos que financiarían el proyecto. Parece, entonces que la ley 16 713 se llevó delante de manera cerrada, sencilla y eficiente, pero en verdad hubo, como sigue habiendo profundos debates de la forma alcanzada. Es importante rescatar la visión del secretario de la presidencia Elias Bluth que sintetizó en un articulo el drama del debate: “ Existían variedad en las posiciones. Desde aquellos que pretendían que el Presidente electo se comprometiera a una política más liberal hasta aquellos que querían una politicia menos liberal. Todos pensaban que había que reformar pero Volonté y Pereyra pensaban que había que asegurarse que la reforma no fuera muy profunda, que no generara resistencia en la gente. Lacalle por su parte quería un –reforma cabal- Lacalle y Batlle eran partidarios del modelo chileno. Volonté no. Davrieux en los primeros meses hubiera preferido una solución más osada.
directa a dicho banco, a partir de 1992 era del 80% y al comienzo de la administración Sanguinetti era del 93%. Se buscaron soluciones en un ambiente muy conflictiva por parte de sindicatos y oposición. El Presidente Sanguinetti al asumir su segunda administración sostenía que la reforma de la seguridad social era “ la madre de todas las batallas” con su característico pragmatismo planteó una nueva forma de negociación frente a los escasos avances que la administración del herrerista , Dr. Lacalle había conseguido. Su primera estrategia fue instalar la realidad en la opinión pública de un “colapso inminente” y por los analistas del periodo señalaron que uno de los éxitos fue generar la percepción, real, de que la crisis financiera era inminente en el mediano plazo( Lujan, 2003). Antes de asumir el mandato se llevó adelante un ámbito multipartidario realizado en el Hotel Victoria Plaza y el 24 de febrero de 1995 se llegó a un acuerdo para la reforma de la seguridad social firmado por los partidos Colorado, Nacional y Nuevo Espacio auto excluyéndose el Encuentro Progresista-Frente Amplio. Quedaron afuera las organizaciones sociales que fueron invitadas pero solo “con carácter informativo” Se instrumentó una comisión de técnicos integrada por la ministro de Trabajo Ana Lía Piñeyrúa, el director de la OPP Ariel Davrieux , Renan Rodriguez y Carlos Guariglia por el Foro Batllista y representantes de los sectores nacionalistas “Manos a la Obra” del Herrerismo y del Movimiento Nacional de Rocha. La realidad es que este esquema de trabajo permitió un trámite rápido aprobándose la reforma durante el primer año de gobierno y este proceso tuvo una corta luna de miel. Según el historiador Henry Finch no había motivos para que existieran trabas entre blancos y colorados “…puesto que su monopolio del poder no estaba amenazado, cada uno tenía un incentivo para apoyar al otros en estrategias que disminuyeran la influencia de la izquierda” (Finch,2005). Esta política era fundamental para mostrar la seriedad de la reforma ante diversos organismos que financiarían el proyecto. Parece, entonces que la ley 16 713 se llevó delante de manera cerrada, sencilla y eficiente, pero en verdad hubo, como sigue habiendo profundos debates de la forma alcanzada. Es importante rescatar la visión del secretario de la presidencia Elias Bluth que sintetizó en un articulo el drama del debate: “ Existían variedad en las posiciones. Desde aquellos que pretendían que el Presidente electo se comprometiera a una política más liberal hasta aquellos que querían una politicia menos liberal. Todos pensaban que había que reformar pero Volonté y Pereyra pensaban que había que asegurarse que la reforma no fuera muy profunda, que no generara resistencia en la gente. Lacalle por su parte quería un –reforma cabal- Lacalle y Batlle eran partidarios del modelo chileno. Volonté no. Davrieux en los primeros meses hubiera preferido una solución más osada.
Lo que salió estuvo más en la línea menos osada de Volonté,
Pereyra, Batalla. El presidente en la reforma de la Seguridad Social actuó como
un encantador de serpientes” Entrevista realizada por Carlos Lujan en setiembre de 1999.
Resumiendo un tema bastante complejo podemos afirmar que esta reforma definió
una nueva forma previsional de carácter mixto que combinó elementos propios del
sistema de jubilación por solidaridad intergeneracional o de reparto con el de
ahorro individual obligatorio de capitalización. Los aportes personales de los
trabajadores activos que se integran al sistema de capitalización se
constituyen en un fondo de ahorro previsional que será administrado por una
entidad especializada llamada AFAP. Simultáneamente se creó el registro de la
historia laboral que computa el tiempo de servicio y los aportes realizados por
los afiliados activos con nuevas normas
que unían el monto de la pasividad a ser provista por el BPS a la cuantía de
los aportes realizados durante un periodo de la vida laboral, promedio actualizado de los salarios percibidos en los
últimos 10 años de trabajo más 5% o promedio de los mejores 20 años, fijando
además requisitos más exigentes para acceder a la jubilación. El Cr . Enrique
Iglesias opinó con motivo de los 20 años del sistea previsional “Nuevamente,
Uruguay, innovador principalmente en materia de Seguridad social en América
Latina, habría innovado en los instrumentos disponibles y que están ya
presentes en la reforma vigente. Seguramente las nuevas realidades demandarán
ajustes, pero sigo creyendo que las bases fundamentales del sistema vigente
debieran ser preservados”. Para el ex presidente del BID, “el problema de la
seguridad social desafía a todos los países” y considera: “El mejoramiento de
las condiciones de vida y su prolongación son hechos fundamentales que van a
continuar afortunadamente. En ese desafío, el tema de la seguridad social es un
asunto muy relevante. Uruguay ha sido pionero en dar respuesta en este tema en
toda la Región. Creo que el sistema actual puede ser perfectible pero ha sido
una innovación valiosa que habrá que mejorar pero no descartar” Por lo tanto la
reforma del Estado llevada adelante por el batllismo actuando en coalición
tenía como objetivo minimizar su rol sobre la actividad económica se alcanzó
con esta reforma previsional . La gestión empresarial de las AFAP y la
modernización del BPS, institucionalizando la Historia Laboral controlando la
evasión y aumentando los cotizantes permitió una mejor organización y saludo
del sistema. Hasta que algunos toqueteos al modelo durante los gobiernos
frentistas llevaron a una situación nuevamente compleja. Pero esto es historia
reciente que merece un análisis particular.
Ver:
La Seguridad Social en el Uruguay. Buchelli, G y Harriett, S. Montevideo 2011.
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