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domingo, 24 de marzo de 2019

Uruguay 1985. La entonación nacional y el cambio en paz.


Uruguay 1985. La entonación nacional y el cambio en paz.


Al comienzo del cambio político fundamental marcado por el retorno a la  democracia  y con una expectativa muy grande por parte de todos los ciudadanos el nuevo gobierno liderado por los Doctores Julio María Sanguinetti y Enrique Tarigo conforman su equipo de gobierno. La filosofía  para iniciar el trabajo estaba centrada en el concepto “ entonación nacional”. Entonces se designó a:
Ricardo Zerbino en Economía y Finanzas, Hugo Fernández Faingold en Trabajo y Seguridad Social, Jorge Sanguinetti en Transporte y Obres Públicas, Roberto Vazquez Platero en Ganadería, Agricultura y Pesca, Adela Reta en Educación y Cultura y en forma transitoria también en el Ministerio de Justica que sería eliminado. Todos integrantes de la lista 15. Carlos Manini Riós Colorado independiente en Interior y Carlos Pirán en Industria de filiación pachequista. Juan Vicente Chiarino de la Unión Cívica en Defensa Nacional. Raúl Ugarte Artola blanco no wilsonista, Enrique Iglesias independiente cercano al wilsonismo que incluso pide autorización a Wilson Ferreira Aldunate para aceptar el cargo. Uno de los primeros decretos realizados el 1 de marzo de 1985 fue la creación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) nombrando como su directo a Ariel Davrieux.


Podemos aventurar la idea que con este primer equipo durante la restauración democrática post dictadura se inicia una larga transición de una agenda reformista que fue consolidando hasta nuestros días una rica conceptualización del valor de la democracia en nuestro país. Cuando el  1 de marzo de 1985 asume el Dr. Sanguinetti sus medidas iniciales  fueron  la búsqueda de niveles de cooperación entre el gobierno y la oposición. Nada nuevo, desde fines del siglo XIX fue una política relativamente habitual entre los partidos o sectores del nacionalismo y el coloradismo. Por cierto que la realidad en 1985 era de una magnitud diferente a procesos anteriores, incluso el proceso de llegada a la democracia fue muy trabajoso, con negociaciones muy complejas y visiones distintas entre los principales partidos tradicionales que llevaron a una salida con candidaturas y liderazgos proscriptos. Entre los variados temas a resolver estaban presentes el tema de los presos políticos, la amnistía, los delitos militares, las violaciones a los derechos humanos, la reincorporación de miles de funcionarios públicos destituidos arbitrariamente, la reconstrucción de todos los ámbitos públicos de debate en libertad y la política exterior del país. Pero no solo aspectos políticos, la economía obligaba a un manejo casi ajedrecístico entre el pago de las obligaciones de las deudas internas y externa y  las políticas sociales. En lo interno las luces rojas encendidas se referían al desempleo, a la caída del salario, al ajuste recesivo luego de la caída del modelo de la “ tablita”  que cambia el modelo de política cambiaria a partir de 1982. Las medidas reparatorias claves tuvieron rápida sanción en el Parlamento sobretodo en la regularización de la legalidad de organizaciones políticas y sociales, se aprueba la ley de amnistía para los presos políticos, se facilita el retorno al país de los exiliados. Hubo momentos dramáticos cuando los jueces comienzan a llamar a los juzgados a los militares con acusaciones de violación a los derechos humanos. El problema era que si no se presentaban se incurriría en desacato con la consecuente ruptura institucional. Se dejaron sin efecto las acusaciones que tenían Wilson Ferreira Aldunate, Juan Raul Ferreira Sienra, C/N Homar Murdoch, Carminillo Mederos, coronel Walter Malan y C/N Bernardo Piñeyrúa. Se anularon todas las clausuras de diferentes medios de prensa y se les devuelve a las instituciones culturales los bienes que habían sido confiscados. Se suprime la categorización de los ciudadanos en A,B y C y se restituyen todos los destituidos por razones políticas con restitución de los haberes y su carrera funcinal. Se devuelve al Poder Judicial el predio destinado a la construcción del Palacio de Justicia, hoy casa de gobierno en la Plaza Independencia. Y el batllismo reinstaura los Consejos de Salarios que desde 1942 establecia la negociación entre las partes para logra un gran acuerdo social a través del salario. Se restablecen las relaciones diplomáticas con Venezuela y Cuba y otros países del Caribe. El problema militar tenía varios frentes, uno de desarrolla a partir del 8 de marzo de 1985 cuando el Poder Ejecutivo devuelve el grado de general a Liber Seregni y  Victor Licandro, anulando el procedimiento de tribunal de honor  por el cual fueron degradados. Fue el desencadenante de las primeras fricciones con los militares que argumentaban que esa postura del Poder Ejecutivo  afectaba a los Tribunales de Honor una institución que tenía gran legitimidad dentro de las Fuerzas Armadas.

 El propio Sanguinetti en una entrevista se refiere al tema recordando un dialogo con las jerarquías de Ejército: “ Esto se lo expliqué muchas veces  al general Medina y a todos los generales más allegados. Yo les decía: para Uds, Seregni es un traídos, y yo puedo entender que Uds. Lo sientan así. Pero ustedes se dan cuenta que es una pasión demasiado particular, demasiado sectorial, demasiado corporativa para que los demás la tengamos que asumir. Nosotros tenemos que mirar las cosas en el plano político y en ese, evidentemente, las cosas son totalmente distintas. Seregni es un hombre que, equivocado o no, siguió un camino político, pero ni es un comunista vendido a la KGB, ni es un infiltrado espía soviético, ni nada de esas cosas que ustedes presumen, o aunque no presuman, lógicamente actúan como si así fuera…”(Entrevista con Diego Achar citado por Maiztegui. Orientales 5, pp 17). La visión del batllismo era la defensa y la relegitimación de la institución militar. En forma simultánea al tratamiento del tema militar el 1 de marzo el Poder Ejecutivo envía al Parlamento el Proyecto de Ley de amnistía “para los delitos cometidos por las organizaciones subversivas, delitos políticos y conexos, exceptuando los de sangre” luego de algunos cortocircuitos y modificaciones surge la Ley de Pacificación Nacional número 15737 cuyo artículo 1 sostenía: Decrétase la aministía de todos los delitos políticos comunes y militares conexos con éstos, cometidos a partir del 1 de enero de 1962. Respecto a los autores y coautores de delitos de homicidio intencional consumados, la amnistía sólo operará a los fines de habilitar la revisión de las sentencias en los términos previstos en el artículo 9 de esta ley” Posteriormente durante el invierno de 1986 se trata de solucionar el problema de desacato militar se envía un proyecto de ley procurando la amnistía a los militares. Los militares no aceptaron esta propuesta debido a no creer que necesitasen una amnistía por haber realizados tareas encomendadas por  el sistema político a comienzos de la década de 1970 y por el contrario pretendía un reconocimiento por la tarea cumplida.


 Entre muchas tareas de pacificación, reinserción internacional y los lógicos reclamos de varios sectores, algunos se mantienen hasta hoy en referencia a los desparecidos,  la República logró las plenas libertades, una mejora sustancial en la recuperación económica, y la rotación de los partidos en el gobierno. Se había logrado el cambio en paz. Y eso no fue poco.
Ver:
Maiztegui,L. Orientales 5. Planeta 2010.
Rilla, J. La restauración Democrática. Medio Siglo de Historia uruguaya, EBO 2012.Pp.111 y Ss.


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