Juan L. Cuestas aprovechando la situación general del país en la cual predominaba un sentimiento pacifista, consolida su poder político en el Pacto de la Cruz. En realidad hasta ese momento había actuado sin mucho brillo en el sector colectivista liderado por el Dr. Julio Herrera y Obes y su accionar principal fue en los sectores de gestión administrativa. Funcionario bancario, receptor de aduanas, había sido el operador de impuestos directos durante el período militarista del Coronel Lorenzo Latorre. Fue durante la administración del General Máximo Santos Ministro de Hacienda y luego Ministro de Justicia y Culto. Cuestas gobernó primero como presidente del Senado. Al culminar el período presidencial de Juan Idiarte Borda había conseguido un apoyo importante tanto desde sectores del Partido Blanco y del Partido Colorado para candidatearlo como presidente de la República. El problema era que no contaba con el apoyo del Parlamento que proclamaba a Tomás Gomensoro y argumentando "porque el señor Gomensoro es un monumento vivo de la virtud privada y de la virtud cívica; porque a él le cupo el alto honor de suscribir y hacer práctico de honrada manera el pacto de pacificación del 6 de abril de1872; y es garantía también de prescindencia electoral, porque el señor Gomensoro ha dado el alto ejemplo de presidir, con imparcialidad insospechable, unas elecciones generales en que resultó vencida su propia candidatura a la Presidencia de la República" El 10 de febrero de 1898 Cuestas dio el golpe de estado, disolviendo el Parlamento y creando un Consejo de Estado. Se le adjudica la responsabilidad del mismo a la Asamblea General de haber generado una guerra civil. La fuerza armada respaldaba a Cuestas. Las primeras leyes votadas por el Consejo de Estado fueron importantes: La Ley del Registro Cívico el 29 de abril de 1898 y la ley de Elecciones del 24 de octubre de 1898. La primera establecía la permanencia del Padrón Electoral con fiscalización de todos los sectores incluida la oposición. La segunda era la liquidación del régimen mayoritario: O sea la minoría podía acceder al tercio de las bancas. En realidad los partidos llegaron a un acuerdo para distribuirlas equitativamente las bancas parlamentarias: colorados 54, blancos 24 constitucionalistas 6. El sector del Dr. Julio Herrera y Obes fue excluido y reaccionó con un motín llevado adelante por Ricardo Esteban y varios más que fracasó. Cuestas cumplió el pacto de 1897, lo que generó que en la realidad hubiera dos gobiernos: el de Cuestas en Montevideo, y el de Aparicio Saravia en el Interior, concretamente en su estancia en el Cordobés. La realidad era que existía un fraccionamiento de soberanía pero que por el momento aseguraba la paz. Aparicio Saravia tenía un gran prestigio y Cuestas le envía en forma permanente emisarios. Esta situación llevó a Julio Herrera y Obes a afirmar que "la república vive en un estado de guerra latente..". En otro ángulo de análisis Cuestas regularizó el presupuesto, inició importantes obras públicas e inicia el proceso de estatización que llevará adelante José Batlle y Ordóñez. Durante el gobierno de Borda, Batlle lo consideraba un continuador del Colectivismo, apoyó la candidatura de Cuestas y el 9 de febrero de 1898 la Comisión Directiva del Partido Colorado resolvió por unanimidad mocionar aconsejar a Cuestas la disolución de la Asamblea. Batlle comienza desde El Día su propaganda política, estimulando el accionar el presidente provisorio y propiciando una paz bien concebida que permitiese entrar un un largo período de paz. José Batlle y Ordóñez sostenía: " El candidato de todos a la presidencia de la República es el ciudadano Juan L. Cuestas. Los colorados proclaman esa candidatura, los nacionalistas y los constitucionalistas aceptan y los demás habitantes del país hacen votos para que ella resulte triunfante en la próxima elección de marzo. El Sr. Cuestas, tiene así, todos los sufragio con él(...)" El 10 de febrero de 1899 se declara disuelto el Consejo de Estado. Es electo Batlle por 15 días, y el 1 de marzo le entrega a Cuestas la Presidencia de la República. Muchos había sugerido que durante esos 15 días Batlle realizará un golpe para quedarse en el poder y él mismo explica: " No era necesario ningún golpe de Estado. Me habría bastado dejarme elegir presidente. Contaba con los votos colorado y los nacionalistas me ofrecían los suyos. Pero habría tenido que traicionar a Cuestas. Y yo no nací para ser traidor"
Ver:
González Conzi, E y Giudice, R. Batlle y el batllismo. Batlle y Cuestas. Pp.100 y Ss. Medina 1959
Pivel Devoto,J.E. y Otro. Historia de la república Oriental del Uruguay. Extensión democrática y etatismo. Pp. 463 y Ss. Medina 1966. Tercera Edición.
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