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domingo, 21 de agosto de 2022

El batllismo y la excepcionalidad del Uruguay.





 El fenómeno de discusión de lo político y lo jurídico y sus interrelaciones y predominios tiene larga data. Sin embargo podemos afirmar que entre los años 1970 y 2010 el mundo vio el crecimiento explosivo de la visión democrática, liberal y republicana en algunos casos. El tema siempre fue el gobierno algunos sueñan con su desarrollo y otros hasta con su eliminación. El caso uruguayo, desde la perspectiva batllista, con la subjetividad que mi análisis pueda tener, es excepcional. Es una refinada construcción desde los orígenes hasta la actualidad hasta tener uno de los modelos democráticos más reconocidos en la región y el mundo. Uno de los factores, uno claro, ha sido el papel del Estado en todo

este proceso. Esta claro que para el batllismo es fundamental el rol del mismo y debe ser tomado desde varios aspectos ya sea como garante de la leyes y la justicia, los objetivos de desarrollo y de los modelos económicos. Todo, desde Stuart Mil para acá está en función de los intereses de la sociedad. O sea que sin atender este último factor no se cumpliría la clave de crecimiento social, cultural y económico del proyecto o modelo de desarrollo del país. Ya Keynes consideraba que la época fermental en la construcción ideológica del batllismo o sea la que comienza con la modernización en el lejano 1860 y culmina abruptamente en 1914 como uno de los mayores episodios del apogeo liberal, capitalista y desarrollo social hasta ese momento. Ahora, todo tiene un comienzo, y en nuestro país se dio lentamente pero con gran consistencia la conjunción de elementos preexistentes ya sean legales, sociales, sueños y expectativas hacia un modelo de reformas avanzadas sostenidas firmemente por los canales institucionales, las leyes, el estado, la educación y la política. Resulta claro el debate actual en el cual y por momentos los batllistas nos sentimos un tanto dispersos, por lo tanto siempre es bueno volver a las raíces, al origen de todo el movimiento. El debate filosófico político a fines del siglo XIX uruguayo tenía variadas fuentes pero el krausismo y la obra de Ahrens fue la mayor influencia que recibió José Batlle y Ordóñez.  En un resumen muy grande este pensamiento filosófico tuvo gran influencia en diferentes cátedras de la Universidad en Montevideo y concluye en que el Estado debe terne un rol social importante desde lo jurídico en beneficio de la sociedad.. No es de extrañar que le propio Batlle sostuviera que el Estado debería ser el ordenador jurídico y político de la sociedad, atendiendo todas las áreas que la involucra.. Pero que todas las áreas tuvieses una independencia relativa. O sea que el Estado fuese un orden especial con la misión de mantener las justas relaciones entre la libertad, la seguridad y con interrelaciones recíprocas (Ardao, Batlle y Ordóñez y el positivismo filosófico). Pero todo se complementó en el marco ideológico y en la teoría con las cinco funciones del Estado para Ahrens: La primera consiste en el principio de autonomía con el principio fundamental que guía al Estado y aplicable a todas las esferas de la sociabilidad humana. La segunda imponer a cada uno limites necesarios para permitir la coexistencia de la libertad de todos e integrar las disputas a los tribunales. La tercera promover el desarrollo social porque la razón de ser del Estado no debe ser solamente de autoridad policial o de represión. La cuarta cuidar y promover el capital cultural ya sean las costumbres, monumentos, ciencias o las artes. Finalmente la quinta con el objetivo de mantener la unidad de vida y de la cultura dándole una personalidad ética y colectiva a la nación. En una carta de Batlle y Ordóñez a Domingo Arena sostenía: "La tendencia moderna es hacer por cuenta del Estado todos los grandes servicios públicos" y más adelante en El Día Batlle escribe: "(...) debido a que nuestro país no ha entrado aun de lleno en el régimen industrial(...) debemos apresurarnos a reglamentar el trabajo, ajustándonos a elevados principios de justicia, antes que la complicación y magnitud de los intereses afectados haga más dificultosa la tarea. Nuestra república debe aprovechar estos tiempos de formación que corren para ella, en que es fácil corregir vicios y defectos incipientes..." El Día, 26 de diciembre de 1906. Décadas después Luis Batlle se comprometió a desarrollar en nuestro país "una revolución industrial que permita el desarrollo económico y social del país en una alianza entre el gobierno, los industriales y los obreros" Hoy la velocidad de los cambios nos hace ver aquellos principios avancistas de los problemas con una visión abierta en la cual el Estado sin abandonar su importante rol ni la trascendencia de tener empresas estratégicas debe tener una visión de futuro trascendente para cumplir siempre con nuestra máxima de "escudo de los débiles". Las instituciones del Estado concentran el poder y permiten a la comunidad hacer uso de ese poder para que las leyes se cumplan, mantener la paz, proporcionar los bienes necesarios para que la sociedad crezca. La política moderna nos permite tener ese ordenamiento fuerte y competente, actuando unicamente dentro de la ley y con el mandato democrático surgido de elecciones libre.. Estos nos hace excepcionales en la región, hoy y si me permiten el concepto es el legado de muchos actores, pero sin lugar a dudas el batllismo cumplió un rol principal.

Ver:

Fukuyama, F. Orden y decadencia de la política. Barcelona. Deusto 2016

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