Nacionalismo, La ola y los valores democráticos.
En un trabajo con estudiantes de educación media referido a como los grupos se pueden manipular y transformar utilizamos como disparador la película "La ola" (Die Welle en alemán, 2008, película de drama referida a la manipulación y el totalitarismo en un experimento social en un salón de clase) surgió el tema de los nacionalismos y por supuesto el nazismo. Queda claro que en la actualidad de la mano de la globalización tecnológica, redes sociales y gran cantidad de información disponible parece detenerse el concepto de fronteras nacionales, sin embargo ha renacido en los últimos tiempos un nacionalismo fuerte y combativo. Es también claro que la facilidad comercial derivada de la información y la tecnología ha fortalecido el
capitalismo liberal como paradigma dominante en el mundo y que por extensión determina que las identidades nacionales son cada vez más importantes. En la Historia parece claro percibir que en determinadas regiones o pueblos el factor principal para convertirse en grupos homogéneos y en naciones, debían ubicarse dentro del paradigma liberal económico que determinaba, entre otras cosas pertenecer al "mundo civilizado". Lo mismo lo podemos referir a un grupo o una comunidad. Si seguimos al historiador marxista británico Eric Hobsbawn sobre este punto sostenía: " Si el único nacionalismo históricamente justificable era el que encajaba en el progreso, es decir, ampliaba, en vez de restringirla, la escala en que funcionaban las economías, sociedades y cultura humanas, ¿ cuál podría ser la defensa de los pueblos pequeños, las lenguas pequeñas y las tradiciones pequeñas, en la inmensa mayoría de los casos, sino una pequeña expresión de resistencia conservadora al avance inevitable de la historia? La gente, la lengua o la cultura pequeña encajaba en el progreso solo en la medida en que aceptara la condición de subordinada de alguna unidad mayor o se retirase de la batalla para convertirse en depositaria de nostalgia y otros sentimientos(...)"(Hobsbawn, E, Naciones y nacionalismos. P.50.) En Europa el nacionalismo deriva de una serie de revoluciones, sin embargo la Revolución Francesa o la Revolución Industrial catalizaron el pensamiento de teóricos que van conformando el concepto de nacionalismo, no podemos dejar de lado a Kant o a Fichte que con dolor escriben o describen la ocupación napoleónica del posterior territorio alemán. Antes de 1871 ser alemán era un concepto cultural. En el siglo XIX el nacionalismo podía vincularse con el liberalismo. Lentamente, luego de las posturas socialistas utópicas y marxistas, se fue vinculando hacia la derecha autodefinida como vertiente patriótica, hasta llegar las primeras décadas del siglo XX cuando el nacionalismo es la bandera de la extrema derecha encarnándose en el fascismo y en el nazismo. Para algunos autores de la Historia económica solo el pensador liberal John Stuart Mill en su trabajo. "Consideraciones sobre el gobierno representativo"(Filósofo, político y economista británico, libro publicado en 1861) sostenía : "(...)puede decirse que las nacionalidades están constituidas por la reunión de hombres atraídos por simpatías comunes, que no existen entre ellos y otros hombres, simpatías que los impulsan a obrar de concierto mucho más voluntariamente que lo harían con otros; a desear vivir bajo el mismo gobierno; y a procurar que este gobierno sea ejercido por ellos exclusivamente o por algunos entre ellos(...)" Sabemos que José Batlle y Ordóñez en su juventud concurrió en Francia a clases en la Sorbona, muy influida en ese momento por el pensamiento de Ernest Renan que sostenía que " la existencia de una nación es como un plebiscito diario" Parece claro que el nacionalismo no fue motivo ni de estudio ni de preocupación como un peligro inminente para teóricos socialistas, con la excepción, quizás, de Karl Kautsky o Rosa Luxemburgo. En el período de expansión colonial, a finales del siglo XIX, y de conflictos entre potencias el nacionalismo encuentra un aliado en el darwinismo interpretativo de las relaciones internacionales. O sea se creía que había naciones superiores a otras en plena decadencia y que estaba determinada a ser dominadoras. Existe, además, una derivación totalmente racista para definir la superioridad nacional. Si nos metemos en el análisis de los fascismos italiano o alemán de comienzos del siglo XX, vemos que que ambos movimientos se alimentaron de resentimientos, sentimientos de revancha. La nación debía encontrar su razón de ser conformando su superioridad en la expansión militar, en la construcción de un espacio vital con el concepto de que un pueblo elegido tiene que disponer de un espacio natural para expandirse y realizarse como nación. Para nada el nacionalismo surge con la modernidad de forma espontánea, fue un proceso que se desarrolló tomando el control de las condiciones adecuadas. Como cierre, mis estudiantes se comprometieron con el disparador de esta temática y la película (La ola) cumplió para que debate culminara sobre el peligro de la manipulación, la capacidad de fascinación de un liderazgo carismático que enfoca la natural rebeldía adolescente hacia un mal manejo de la unidad, el sacrificio, la lealtad, la confianza. Y como contrapartida el respeto y valoración del otro en un marco de respeto y comprensión. Finalmente, para darnos cuenta del peligro y la seducción del nacionalismo patológico: "Estos jovencitos ingresan a nuestras organizaciones a los diez años de edad, y a menudo respiran un poco de aire fresco por primera vez; después de cuatro años de estar en la categoría de jóvenes, pasan a las Juventudes Hitlerianas, donde permanecen cuatro años más...Y aunque aun no son nacionalsocialistas completos, pasan al Servicio laboral y ahí los preparan durante otros seis o siete meses... Y si les llega a quedar algún rastro de conciencia de clase o estatus social... las Wehrmacht se encargaran de que desaparezca" Adolf Hitler, 1938.El desarrollo normal del ser humano es hacer efectivos los valores, democráticos, la libertad, la felicidad, la igualdad a la que todos aspiramos y merecemos.
Ver:
Gansel, Dennis, Die. Welle. Alemania 2008.
Hobsbawn, Eric. Sobre el nacionalismo. Critica, Buenos Aires 2002.
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