El patrón oro fue un sistema monetario que estuvo en vigencia durante gran parte del siglo XIX y principios del XX. El patrón oro consistía en vincular el valor de las monedas a una cantidad fija de oro, lo que aseguraba su respaldo y estabilidad. En este sistema, las monedas de oro, así como los billetes en papel respaldados por oro o que podían canjearse por oro, se utilizaban como moneda. Los países que adoptaban el patrón oro acordaban convertir el papel moneda en una cantidad específica de oro. Por ejemplo, si los Estados Unidos establecían que el precio del oro era de 500 dólares por onza, el valor de cada dólar sería 1/500 de una onza de oro. El patrón oro permitía determinar el valor de la moneda en función del precio fijo del oro. A lo largo del tiempo, el patrón oro desarrolló diferentes definiciones.
Algunos sistemas se basaban solo en la circulación real de monedas y lingotes de oro físicos, mientras que otros permitían otros productos básicos o monedas de papel. La mayoría de las economías del mundo abandonaron el patrón oro desde la década de 1930 y adoptaron regímenes de moneda fiduciaria flotantes. El patrón oro se erosionó lentamente durante el siglo XX. Este cambio marcó el declive del patrón oro como sistema monetario dominante. La autoridad monetaria es la entidad encargada de controlar el suministro de dinero de una divisa, generalmente con el objetivo de regular la inflación o las tasas de interés. Durante el comienzo del siglo XX, las funciones de la autoridad monetaria variaron según el contexto y el sistema político de cada país. La autoridad monetaria tenía la responsabilidad de regular la cantidad de dinero en circulación. Esto incluía la emisión de billetes y monedas, así como la gestión de las reservas de oro y divisas. En un sistema basado en el patrón oro, la autoridad monetaria trabajaba para mantener la estabilidad de los tipos de cambio entre diferentes monedas. Esto garantizaba que las monedas mantuvieran un valor constante en relación con el oro. Liquidez y cooperación internacional: A diferencia del patrón oro, donde la liquidez estaba limitada por la cantidad de oro disponible, la autoridad monetaria podía proporcionar liquidez a los países miembros mediante el control de sus reservas. Además, la cooperación internacional entre las autoridades monetarias era crucial para mantener la estabilidad financiera. Control de la inflación: La autoridad monetaria implementaba políticas para evitar la inflación excesiva. Esto incluía ajustar las tasas de interés y regular la cantidad de dinero en circulación. Además de su papel en la política monetaria, la autoridad monetaria también actuaba como banco del Estado.Luego del
arduo proceso que llevó hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1918
los poderes públicos comienzan a tomar las decisiones en los diferentes
aspectos de la vida nacional. En el área económica las decisiones estaban
divididas ya sea en ambas ramas del Poder Ejecutivo y en el Poder Legislativo.
El estudioso del batllismo, el sueco Göran Lindahl, sostenía que el mayor
problema que se tenía surgía del Poder Ejecutivo bicéfalo que repartía las
funciones que hasta ese entonces correspondían al presidente. Estos dos órganos
ejecutivos eran el presidente por un lado y el Consejo Nacional de
Administración, integrado por nueve miembros, por otro. Las funciones del
estado se distribuyeron diferenciándolas entre primarias y secundarias; una de
las ramas del Ejecutivo tendría responsabilidad en el poder coactivo y la otra
se encargaría de la rama administrativa. La Presidencia de la República se
encargaría de los ministerios del Interior, Defensa y Relaciones Exteriores, en
tanto en Consejo Nacional de Administración de los ministerios de Obras Pública,
Instrucción Pública. Industrias y Hacienda. O sea que lo referente a la gestión
económica y financiera quedaba a cargo del Consejo. El presidente, solo en el
caso de Hacienda podía expresar sus puntos de vista e incluso vetar, en un
plazo de diez días, las propuestas del Consejo relativas a impuestos,
préstamos, emisión monetaria y presupuesto. El Consejo podía levantar el veto
con los dos tercios de votos de sus integrantes. Por lo tanto, la Constitución
preveía la posibilidad de conflictos entre ambos órganos del Poder Ejecutivo y
además si las diferencias no se solucionaban el Parlamento sería el encargado
de resolverlas actuando en Asamblea General. El derecho a veto fue usado muy
pocas veces antes del período de Terra. Baltasar Brum, 1919-1923 y José
Serrato, 1923 -1927 no utilizaron el instrumento del veto, Juan Campisteguy,
1927-1931, vetó varios proyectos, pero en un entorno cordial de relacionamiento
con el Consejo. Gabriel Terra no utilizó el veto, pero si una crítica muy
fuerte al Consejo. En la década de los años veinte no existía una autoridad
monetaria que cumpliera las funciones similares a los bancos centrales. Esta
operativa estaba dispersa en diversos poderes públicos. La Constitución de 1918
obligo a negociaciones permanentes, y podemos decir que inició una
coparticipación entre blancos y colorados, cuyo principal objetivo era
pacificar el país, dándole representación a las minorías. A partir de 1920 los
blancos tuvieron activa participación ocupando tres de los nueve cargos en el
Consejo, lo que no les daba mayorías, pero si peso político. Entonces se inició
una política de compromisos y acuerdos. Por un lado, en la interna de cada
partido con el objetivo de perder en las siguientes elecciones, por otro eran
imprescindibles para poder realizar el gobierno. Los sectores minoritarios
colorados acordaban con los nacionalistas, eran los antibatllistas. Recién en
1929, cuando empieza a asomar la crisis económica, los colorados actuaron en
bloque designando tres ministros batllistas en carteras claves como: Hacienda,
Industria y Obras Públicas. En la cámara también había fragmentación política,
ninguno de los partidos tenía una mayoría categórica. Sin embargo, con relación
a la economía entre 1926 y 1929 fue totalmente consensuada, debido a que el
apego al orismo no era patrimonio de ningún sector incluido el batllismo. La política
monetaria fue ortodoxa de acuerdo a la visión orista de la época. Este consenso
se mantuvo mientras las fluctuaciones de los cambios se pudieron contener a
través de la acción del Banco República. Em 1929 la desvalorización se acentúa
y comienza un lento alejamiento del orismo. En ese momento el batllismo estaba
bloqueado por sus propias concesiones a los sectores minoritarios, había
perdido cierto control de áreas del Estado. La repuesta a estos problemas fue
un relanzamiento del proyecto reformista. Es el momento que algunos
historiadores definen como el “inquiétismo batllista”. Proyectos sobre salario
mínimo, parcialmente aprobado, jubilaciones de empleados y obreros de
sociedades anónimas que se aprueba en el mes de agosto de 1928. La respuesta
conservadora que emanaba de mayorías parlamentarias culmina en el mes de septiembre
de 1929 con la creación del Comité de Vigilancia Económica que fue asumiendo
responsabilidades crecientes según la crisis avanzaba entre 1930 y 1931. En lo estrictamente
político, la crisis era vista como un problema externo por el batllismo, y en
los sectores conservadores la culpa la tenía la visión económica del batllismo.
La realidad fue que la única acción económica que se realizó fue una tímida
movida de los encajes de oro por parte del Banco República para mantener la
estabilidad del peso. Las elecciones de noviembre de 1930 en la que se elegía
el Presidente, se renovaba un tercio del Consejo Nacional de administración y
los senadores de seis departamentos se convirtieron en un plebiscito sobre la
realidad del país. El Batllismo triunfo el poder ejecutivo y los nacionalistas
en el legislativo. El germen del golpe herrero-terrista estaba evolucionando. La
Primera Guerra Mundial tuvo un profundo impacto en las funciones de las
autoridades monetarias en todo el mundo. Inflación y control de la moneda: Durante
la guerra, los gobiernos necesitaban financiar sus esfuerzos militares. Como
resultado, abandonaron el patrón oro y comenzaron a emitir papel moneda sin
respaldo en oro. La autoridad monetaria tuvo que lidiar con la creciente
inflación y adaptar sus políticas para mantener la estabilidad de la moneda. En
países como Alemania, el Estado asumió un papel más activo en la economía.
Regulaba precios, mercados y dirigía la producción nacional. Francia y Gran
Bretaña también experimentaron una mayor intervención estatal para coordinar la
producción y el abastecimiento de recursos. La guerra afectó el comercio
internacional debido a los bloqueos y la movilización de recursos hacia el
frente de batalla. La autoridad monetaria tuvo que adaptarse a esta nueva
realidad y encontrar formas de mantener la economía funcionando a pesar de la
escasez. En Uruguay va a derivar en un golpe de Estado.
Ver:
Nahum, B. Política financiera, moneda y deuda pública.
Uruguay 1920-1939 Udelar 2014.
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