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sábado, 21 de junio de 2014

Estado como garante de una economía con justicia social, policlasista y reformista.


Entre 1851 y 1855 se llevó adelante la política de fusión inspirada en el manifiesto del Dr. Andrés Lamas. Sin embargo a partir de 1875 los doctores lograron un forma racional de desarrollo político vinculado a dos fenómenos por un lado la crisis de la filosofía espiritualista y el ascenso del positivismo filosófico. El interprete del período es José Pedro Varela, se produce, entonces la transición desde el academicismo doctoral al realismo económico y social: Como sostiene Ardao " El positivismo lubricó la áspera incorporación de los doctores en los partidos caudillistas: lo nuevo y lo mejor de acuerdo a la doctrina evolucionista, debe construirse a partir de los que ya existe" Por eso mismo, buena parte de los doctores dejaron de crear nuevos partidos, excepto el Partido Constitucional, buscando llenar al decir de Barrán y Nahum "llenar vino nuevo en odres viejos"
El ascenso de la intelectualidad al interior de los partidos impacta fuertemente en el gobierno, por un lado legitima las viejas aspiraciones de los doctores, pacificación, desarrollo institucional, educación, etc. y por otro lado se desarrollan los primeros técnicos del Estado, los futuros colaboradores de Batlle. Esto lo podemos resumir en la cita de don Pepe que dice" Si en 1904 necesité de los generales del ejército para asegurar la paz, en 1905 debí recurrir a los ingenieros para segurar el progreso del país".
Este proceso de Convergencia entre los intelectuales, poder político y racionalización va a logra su máximo desarrollo en las primeras décadas del Siglo XX, lo que constituye el reformismo batllista. Numerosas personalidades apoyaron el proceso y con gran capacidad técnica, José Serrato, Eduardo Acevedo, Pedro y Ricardo Cosio. El primer batllismo con su proceso reformista  recompone la relación entre intelectuales y poder político, osea resume los anhelos de los doctores espiritualistas y la generación principista incorporando contenidos programáticos y conocimiento especializado en las decisiones gubernativas.
 El modelo reformista se inicia con la incorporación de los saberes especializados al desarrollo de las reformas:

La Reforma Social se inicia con el apoyo crítico a los sindicatos con simpatía desde la prensa  y con gran consideración de la realidad obrera desde la prensa reformista, o sea El Día. Continúa con el desarrollo de una legislación social protectora y obrerista con limitación de la jornada laboral, reglamentación del trabajo de mujeres y niños, salario mínimo, indemnizaciones por despido y mejora de la vivienda obrera. Además las obras solidarias como asistencia y alimentación y realización de obras públicas generadoras de empleo.

La Reforma Rural tenía el objetivo general de eliminar los latifundios ganaderos promoviendo u país de pequeños propietarios. La modificación del modelo productivo con el objetivo de terminar con el pobrerío rural. Los aspectos radicales se dirigen hacia un georgismo telúrico sosteniendo firmemente el origen social del valor de la tierra regulandolo con aumento del impuesto territorial. Se busca la reocupación y redistribución de las tierras fiscales creando un plan de colonización. En aspectos moderados la tecnificación del Estado, políticas de transporte al servicio del cambio rural completado con el control de los ferrocarriles en forma más exigente.

La Reforma Fiscal determina la ampliación de los impuestos como instrumentos de justicia social y desarrollo económico con impuestos a la tierra, a la herencia, a las exportaciones y disminuyendo los impuestos al consumo.
La Reforma Moral determina la construcción del hombre nuevo con un fuerte incremento de la educación, defender el cosmopolitismo, la apertura a las ideas extranjeras y a los inmigrantes. Anticlericalismo radical, permanencia de la ofensiva contra la Iglesia identificando al católico tradicional con el capitalista retrogrado. La Emancipación de la mujer con la equiparación legal, promoción del divorcio, protección a la madre soltera y a los hijos naturales.

La Reforma política se dirige a la politización de la sociedad a través del debate público entre los ciudadanos y la organización de los partidos y finalmente la propuesta del sistema Colegiado como última garantía frente a las tiranías ampliando el plazo de gestión gubernativa.

Batlle se vió a sí mismo como un hombre del progreso, los obreros lo consideraron un amigo, el patronato industrial y británico lo creyó un socialIsta, los socialistas un burgués de buena voluntad, los blancos un autócrata demagogo y el historiador UN REFORMADOR.(Barrán y Nahum)

Ver:
Caetano, Gerado, Alfaro, Milita. Historia del Uruguay Contemporáneo, ICP, FCS, FCU, Montevideo, Mayo de 1995, paginas 59 - 109.

Conclusiones sobre la Economía y la Seguridad Social a fines SigloXIX.


En realidad en este periodo no se alcanzó un verdadero sistema de seguridad social pero los diferentes proyectos de reparaciones, gracias y pensiones a personal militar, maestros y desvalidos fue configurando el soporte para el desarrollo posterior. Si podemos afirmar que hasta el advenimiento del periodo batllista fue selectiva y elitista. Se subvencionaron a algunas categorías de funcionarios del Estado: militares y funcionarios civiles y luego un gran debate sobre los derechos jubilatorios de los maestros. En definitiva esto no escapa al proceso de consolidar al Estado y generar la estructura de funcionamiento con el objetivo de garantizar su existencia. La legislación reforzó el mecanismo discrecional, excepto en el caso de los maestros y funcionarios civiles. En 1858 el gasto publico alcanza el 36% del PBI( Acevedo,1933). El resto de la población debía solucionar esta problemática en la familia, los caudillos, las asociaciones mutuales y de socorros mutuos. Durante la administración Borda se intentó llevar al país por la senda del progreso material impulsando importantes obras como:
1- La Construcción del Ferrocarril del Oeste.
2- La nacionalización de la Compañía de Luz Eléctrica que 1906 pasó a ser Usinas Electricas del Estado.
3- La organización de la Escuela de Agricultores y Granja Experimental en Toledo, Canelones.
4- La creación del Departamento de Ganadería y Agricultura dependiente delMinisterio de Fomento.
5- Se completó la red de telégrafos nacionales y se desarrollan los teléfonos departamentales.
6-Se draga y mejora la navegación en el Río Uruguay y Negro.
7-En 1896 se inaugura la primera carretera macadanizada para soportar los primeros automóviles.
8- Bajo la orientación del Ingeniero Castro comienzan lo estudios para la construcción del puerto  Montevideo, siendo la obra más importante propuesta por el estado durante el Siglo XIX.

Desde la Crisis del 90 al Primer batllismo.

Pocos meses después de comenzar su gobierno, el Dr. Herrera y Obes en 1890, se desencadena una crisis económica que fue la etapa final del período de prosperidad iniciado en el periodo denominado  modernización y que logró su punto maximo durante el gobierno del general Máximo Tajes. Los recursos del país no seguía en el tren de expansión de los valores y los gastos, por el contrario disminuían. La industria saladeril, principal industria de excedentes ganaderos se vieron afectados en 1887 por la clausura de los puertos brasileños a la entrada de Tasajo. En 1889 en la espiral máxima de inflación se produce la mortandad del 30% del rodeo ovino y casi la totalidad dela agricultura y para completa ba el precio en Europa de los cueros. En 1897 el Banco Nacional fundado con capitales del Estado y un grupo de financistas dirigido por Emilio Reus y  Eduardo Casey había estimulado el desarrollo de negocios quiebra en 1892 por carecer de metálico para hacer frente a la conversión de los billetes y sus obligaciones. Los esfuerzos de la administración Herrera y Obes no tuvieron éxito  por la retirada de capitales del país. Este banco tenía dos secciones la comercial y la hipotecaria, la primera se elimina y con la segunda se da origen al  banco Hipotecario del Uruguay en 1892.
Un exito económico fue la unificación de la deuda pública en 1891 realizada en Londres frente a los tenedores de los títulos de deuda. Durante la crisis de 1890 se había suspendido el servicio de intereses y amortización de nuestra deuda conformándose ahora "Deuda Consolidada del Uruguay por un total de 96000000$ a un interés del 3,5% y se reduce la garantía a las empresas de ferrocarriles.

Las obras de la administración Cuestas fueron:
1. Fundamentos del Banco de la República con mecanismo que lo proteja de riesgos.
2-Continúa el proyecto del Puerto de Montevideo integrando técnicos franceses y alemanes.
3-Crea un sistema con alto proteccionismo a la producción nacional de tejidos azúcar, alcoholes, papel y portland.

Fue la combinación de las reflexiones sore la crisis económica de 1868 y la crisis económica de 1890 y la crisis política de 1904, que nació el gran proyecto nacional del primer batllismo entre 1905 y 1904.

Ver:
Barran,J.P. Nahum,B. Historia Politica/Historia Económica.EBO. Montevideo.2002.
Millot,J.Bertino M, Historia Económica del Uruguay Tomo 1.FCU.1991.

La Crisis económica de 1890 y la primera visión del Estado como factor de Independencia Económica.


La época de Emilio Reus y la Crisis de 1890.

Este ciclo económico corresponde a los años 1887-1892. El año 1887 ve los inicios de un brillante pero efímero auge económico que coincide con una etapa de tranquilidad en la República. La población de la República ascendía a unos 650.000 habitantes, de los cuales 200000 vivían en Montevideo. Nuestras fuentes de riquezas seguían siendo esencialmente agrícolas y ganaderas con siete millones de cabezas vacunas y dieciocho de ovinos según el anuario estadístico de 1890. La exportación de carnes, en pie o conservadas, y de lanas y derivados como el cuero  manufacturado, grasas, etc. Eran nuestras principales fuentes de recursos económicos. Inglaterra por si sola absorbía el 27% de nuestra producción de carnes, seguida de Francia que nos compraba el 17%. “ Cada año los 25 saladeros y fábricas de conservas matan de 600 a 650 mil cabezas de ganado, destinados a la consumición de la población y al aprovisionamiento de naves, y dieron más de 19 millones de kilos de carnes en el año 1887”
En el año 1883 se fundaba en Buenos Aires la Compañía Inglesa de Carnes Congeladas del Río de la Plata, que un año después se establecía en Colonia, comenzando a exportar este tipo de carne a Inglaterra.
Según un informe de la embajada italiana del año 1887, la exportación de nuestros productos a Italia, había consistido, en carnes elaboradas en diversas formas(seca, salada, conservada), aguardiente, astas, cerdas, cueros, harina, grasa, sebo, trigo, cebada, tabaco, pezuñas, lanas, maíz y hierros viejos.
Durante el año 1887, el comercio exterior de la República tuvo 18 millones de pesos de exportación contra 29 de importación. 
La Influencia Europea
El siglo XIX vivió bajo el signo de la Revolución Industrial, una de las causas que la impulsó fue la necesidad de abastece los nuevos mercados que se habían abrieron al comercio y a la industria. América Latina, especialmente a partir de la independencia necesitaba para su desarrollo de capitales y de los productos de fabricación europea.
La industrialización a la que se lanza el país era fruto del esfuerzo la inmigración europea. Algunos proyectos como el del francés Dupuy, para la instalación de una fábrica de papel: “...Tenemos materia prima abundante y barata, fuerza motriz adecuada y gratuita, en nuestros abundantes cursos de agua...No se requiere para ello grandes capitales...creemos que corresponde a nuestros poderes públicos el despertar el espíritu de empresa..”.
Entre los millares de inmigrantes llega Emilio Reus al Uruguay. Fue un verdadero pionero del progreso. Reus como antes Mauá, significó un momento extraordinario y de auge en nuestra evolución económica. No hubo proyecto de magnitud en el Uruguay del cual él no participara directa o indirectamente. Participa en el proyecto de construir el Hotel en la  Playa Ramírez. Accionista del Banco Español; y cuando en medio del auge del juego de Bolsa, su prestigio lo convierte en director del Club Español y de la Cámara de Comercio Española. Un cronista argentino relata la participación de Reus en la concreción de un Banco Nacional en Uruguay: “Al formalizarse el pensamiento de crear el banco, los miembros del sindicato, señores Casey, Bunge, Arreyagaray y Duggan, pensaron que el Dr. Reus era el hombre indicado para llevarla a cabo. Reus entonces convencido de la solidez de bases en que descansaba el proyecto lo acogió con entusiasmo.(...) La discusión del proyecto y su ejecución lo ha realizado el Dr. Reus en un plazo que no excede los dos meses; hasta lograr que el 24 del corriente se publicase la ley en cuya virtud se crea el Banco Nacional”
El Banco Nacional era uno de los tantos bancos nacionales que se fundaron en nuestro país. Nació con la necesidad de que existiera un instrumento de crédito, que actuando bajo el control del gobierno, permitiera a este encauzar, centralizar y facilitar los capitales necesarios para sus finanzas.
Una vez aprobado el proyecto del Banco Nacional, se lanza la primera suscripción de sus acciones por dos millones de pesos, la cual fue cubierta ocho veces.  El banco se fue organizando en sus diferentes secciones: Caja de Ahorros, luego sección de pequeños Prestamos y Descuentos, organizó sucursales en los departamentos de Paysandú, Florida, San José, Colonia. Abrió una cuenta especial a nombre del gobierno, se encargó de recaudar los fondos de la Dirección General de Impuestos y de Aduana. Luego se encargaría de recibir y controlar todo lo referente al empréstito de 20 millones que el Gobierno gestionaba en Londres.
El Banco estaba autorizado a emitir billetes de 10$, mayores hasta el duplo de su capital realizado, y tenía el monopolio de la emisión menor, de billetes y monedas de 5$, 2$, 1$, 0,50$ hasta el cuarenta de su capital.
El Banco se dedicó a la especulación, convirtiéndose en el barómetro de la economía.
La crisis que surge en julio de 1890 se debió a la fiebre especulativa: El diarios El Siglo editorializaba “ Estamos en las preliminares de una crisis que es posible conjurar, pero que también se puede hacer temible, según sea la actitud que a su respecto asuman los capitalistas y el gobierno. El dinero se retira o se va a afuera para el pago de deudas y consumos, la plaza esta abarrotada de papeles y acciones de todo género, la desconfianza cunde por todas partes. Es un hecho que las acciones del Crédito Real Uruguayo y de cinco o seis sociedades no tienen más compradores sino por la mitad de su valor nominal”
En tanto la crisis se producía el Banco Nacional resolvía la inconversión de sus billetes y 48 horas después la Asamblea General aprobaba una Ley de Curso Forzoso por seis meses “durante la cual se procederá a la revisión de la carta fundacional del Banco Nacional y a su reorganización por los poderes públicos”

La declaración de inconversión había obligado al directorio del Banco Nacional a presentar su renuncia, nombrándose en su lugar uno nuevo que quedó integrado por José María Muñoz, Duncan Stewart, Federico Vidiella, Manuel Artagaveytia, Alfredo Harley, Etc. Este directorio fue nombrado en parte por el Poder Ejecutivo y en parte por la asamblea de accionistas. Al mismo tiempo se encargaba una comisión fiscal con la función de controlar sus balances.. Se separa la sección hipotecaria creándose el Banco Hipotecario del Uruguay, se prohíbe al Banco Nacional especular en la Bolsa. Sin embargo quedaba sin resolver el problema de la cuenta especial del gobierno y la cuenta del Ferrocarril del Norte. El Banco había especulado con la administración del empréstito de 20 millones y con los dineros del Ferrocarril del Norte que era una línea ficticia que a pretexto de unir el norte con la capital, había conseguido que se entregara a sus concesionarios, la suma de un millón y medio de pesos, que en vez de iniciar las obras se utilizó en especulaciones de Bolsa. Esto estaba en el terreno de la moralidad y la revelación pública de estos negociados genera la desconfianza en el país.
La  crisis de Baring, 1890- 1891
La crisis de Baring se originó en Argentina, pero se sintió en el resto del mundo, comenzando por Londres. El crédito desde Gran Bretaña había dominado el boom de ingreso de capitales en la década de 1880. Entonces, cuando la contracción comenzó, su impacto fue sentido por los principales acreedores. La Baring Brothers & Co. conocida como la casa Baring era el  Banco Mercantil más grande del mundo, había intervenido profundamente en la emisión de títulos de Argentina. Al iniciarse allí una crisis macroeconómica se afectó su operativa. Un aspecto impactante es la diferencia entre la base monetaria(efectivo de los bancos y del público) y la cantidad de dinero(en sentido amplio, incluyendo depósitos). En 1890, la base monetaria se incrementó el 40%, pero el dinero en sentido amplio creció un 10%. La primera corrida en el sistema financiero argentino ocurrió en el primer trimestre de 1890 y se centró en los bancos lideres: El Banco Nacional y el Banco de la Provincia de Buenos Aires. Se produce como consecuencia de un año de continua caída en las reservas de metálico en todos los bancos de emisión, lo que se agravó por las noticias de que Baring había fracasado en la colocación de un bono de 25 millones de pesos oro. Los depósitos en el Banco de la Provincia de Buenos Aires caen en 11,7 millones de pesos, un monto que no pudo ser atendido con las disponibilidades de dinero de dicho banco.
La crisis de Baring tenía todos los rasgos distintivos de una crisis de mercados emergentes. Comenzó con un aparente compromiso con un esquema de tipo de cambio fijo. Los mercados estaban muy integrados en 1890 y el Río de la Plata abierto a ellos. A nivel macro, como fuente de ingreso masivo de capitales. En el nivel micro, el interés de los bancos de tomar créditos externos en oro(moneda fuerte) y prestar a corto plazo domésticamente(en pesos papel)
Por otro lado, como consecuencia de la crisis argentina, quiebra el  Banco Inglés del Río de la Plata que tenía una serie de letras emitidas por el Banco Nacional para el pago del servicio de la deuda externa.
Definitivamente el Banco Nacional cierra sus puerta , dando origen al Banco República, y culminando la Crisis de 1890.
Liquidación del Banco Nacional
Los esfuerzos gubernativos para rehacer el Banco Nacional fueron intensas. A fines de Octubre del 90, el Poder Ejecutivo remitió a la Asamblea tres proyectos que tenían como objetivo capitalizar y reorganizar la institución. Aprobada por la legislatura del 19 de septiembre estas iniciativas fracasan:
La reconstrucción del Banco Nacional tenía como base:
1-     La emisión de una nueva serie de cien mil acciones que podrían enajenarse o entregarse al gobierno en garantía de un empréstito de $ 10.000.000.
2-     La autorización al Gobierno para contratar un empréstito de $10.000.000 oro –efectivos-, mediante la emisión de títulos por un valor nominal de $ 14.500.000 en caso de venta y $ 16.000.000 en caso de garantía.
El empréstito no pudo realizarse: “ la situación financiera del país era mala y lo que es en Londres estaba lejos de se tranquilizadora”

El presidente Herrera y Obes escribe en el Mensaje del Poder Ejecutivo:

“ Entre otras causas- de la gran crisis comercial- la primera y principal fue la considerable extracción de oro amonedado que desde 1881 viene sufriendo el país y que en los últimos tres años de 1887 a 1890 fue de $8.300.000(...) suma enorme para un país cuyo stock metálico es de 13 o 14 millones de pesos y cuya circulación se hace casi toda en especies por efecto de la repulsión a la moneda fiduciaria(papel).(...)Estas extracciones de oro reflejadas en la disminución del encaje metálico de los Bancos de Emisión, produjo la primera manifestación sintomática de la crisis, representada en la disminución de los descuentos y del crédito personal, y sintetizada en la paralización comercial.(...)Al mismo tiempo los capitales venidos de Buenos Aires, llevándose el oro que representaban sus papeles y dejándonos en cambio una cantidad proporcional de valores de todas clases que desbordaron la plaza produciendo su depreciación consiguiente”
La base de esta combinación era que la casa Baring, interesada directamente en sostener al Banco Nacional – del que era fuerte accionista y acreedora- renovase los créditos y cauciones que tenía a su favor por valor de 7 millones de pesos; pero aquella casa bancaria inglesa ya tenía problemas y llegado el momento lejos de otorgar prestamos exigió perentoriamente el pago de cuanto el Banco le adeudaba. La crisis se hizo desde entonces agudas y violento...”
Como dijimos en otoño de 1890, la Baring Brothers & Co., entró en cesación de pagos; parea salvarla el Banco de Inglaterra, el Banco de Francia y el Banco Nacional de Rusia, acuden en su ayuda.
A partir de 1891 el Banco Nacional reabrió la conversión, pero resultó insuficiente, si le sumamos la caída del Banco de Londres y el Río de la Plata, la decisión del gobierno fue realizar un feriado bancario de cuatro días. Esto fue postergado varias veces y da como resultado mejores controles del Estado y la creación del Banco Hipotecario y del Banco República.
Conclusiones.
"En 1890 estalló una crisis de naturaleza económica de tal gravedad que a muchos hizo añorar el tiempo en que aquellas parecían ser simples traspies políticos. La caída de los precios de lanas y cueros y el derrumbe del Banco Nacional financiado desde el exterior, en el marco de la depresión internacional d ese año, mostraron a la nación otros puntos vulnerables: una ganadería que había llegado al tope de su capacidad productiva y nuestra dependencia de un mercado internacional de bienes y capitales sobre los que no se tenía ningún control. Las reflexiones que hicieron los dirigentes políticos civilistas del 90 sobre el exclusivismo pastoril al que el Uruguay estaba todavía atado forman parte de la puesta en tela de juicio de todos los presupuestos que la vieja ideología liberal predominante hasta 1880 en nuestros círculos dirigentes había construido bebiendo siempre conceptos europeos. El noventa esta caracterizado por un nuevo signo: la nacionalización del país. Y se comenzó por nacionalizar esquemas culturales que hasta ese instante predominaban. Estos dirigentes civilistas comprendieron que el modelo autoritario militar no había alejado la crisis. La guerra civil había desaparecido y sin embargo la República enfrentaba la más violenta conmoción económica y social de su historia. La crisis dentro del orden revelaba que por debajo de las enfermedades políticas existían otros obstáculos para el porvenir nacional.
El diagnóstico de esta generación dominada por las figuras de Julio Herrera y Obes, Carlos María Ramírez, Francisco Bauzá y un joven José Batlle y Ordóñez, fue que dos elementos singularmente conectados impedían el normal desenvolvimiento del país soberano: su condición de monoproductor ganadero y su extrema dependencia del exterior. Refiriéndose al primero, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Representantes señaló cual era la salida: "...mientras no tengamos más que materias primas como producción nacional para adquirir con ellas los productos manufacturados que se nos traigan, seremos, por el hecho, una especie de factoría extranjera. La constitución de una nacionalidad y de una dependencia económica están en el poder industrial propio..." José Batlle y Ordóñez se refirió a la dependencia externa en 1891: "Tenemos un país en que la luz es extranjera y privilegiada en forma de Compañía del Gas; en que el agua se halla en las mismas condiciones(...) en que la locomoción representada por tranvías y ferrocarriles, vapores, es también extranjera. Y de esa manera, si en el régimen político hemos destruid el sistema colonial, no lo hemos destruido en la industria, en el comercio... El hecho es que una inmensa parte de las riquezas del país se van" Toda esta generación coincidió en la solución: solo el Estado podía detener esa hemorragia ambientando la independencia económica."

Ver:
Barran, José P., Nahum, B, Historia Política/Historia Económica. EBO Montevideo,2002, Pp.56-60.

De Flores a Lorenzo Batlle con la crisis económica como mala compañera.


Durante el periodo de gobierno de Venancio Flores entre 1865 y 1868 se fundaron nuevos establecimientos industriales: en 1865 una fábrica de fósforos de cera; al siguiente año, el lavadero de lanas que los señores Irigaray habían fundado en el Paso Molino muestra un importatne desarrollo. En ese mismo año José Buschental instaló un molino a vapr en su quinta a orillas del Miguelete. Comienzan a fabricarse ladrillos y baldosas y se instala la muebleria de Angel Giorello. La fabricación de pan volvió a reglamentarse bajo el gobierno de Flores. Una ordenanza de la Policía de Montevideo dicatada en 1867, restableció de régimen de 1847 estableciéndose que solo podría elaborarse pan de 4, 8 y 16 onzas de peso cada uno, debiendo ademas los panes llevar estampado el peso y la marca de su fábrica bajo el apercibimiento de abultadas multas. En esta época,  los productores uruguayos concurrieron a la Feria Mundial de 1867 obteniendo grandes premios en relación a nuestros productos agropecuarios, medalla de oro la fabrica Liebigs y el saladero de Cibils y Jackson.
Para 1868 el primer año de la administración de Lorenzo Batlle (1868-1872) y pese a la crisis financiera y política que vivió el país el número de establecimientos había aumentado nuevamente. Según los cuadros de administración de Patentes de Giro existían 7625 establecimientos, de los cuales 6.099 pertenecían a extranjeros un 80% y 1526 un 20% a nacionales- El gobierno de Lorenzo Batlle se vio dificultado por la crisis económica de 1868, cuyo antecedente se encuentra en la llamada "crisis del viernes negro", originada en Londres en mayo de 1866. El viernes negro según relata Otero Menendez
El tropezón bancario, en la ocasión, se origina en la declaración de quiebra de la principal entidad de descuentos londinenses, la Overend, Gourney y Cía realizada el 11 de mayo de 1866 y concretada al medio día y medio de ese viernes, que pasa por ello a ser conocido como “el viernes negro. El primero en su género, al menos con repercusiones en nuestra plaza financiera.
Cuando la noticia llega a Montevideo, lo que ocurre pasado que fue un mes, sufre una corrida el Banco Mauá dados los lazos de esta institución con el mundo inglés de los negocios – -
Aquí, en Montevideo, tal vez lo más importante respecto a este decreto de inconversión fue una carta remitida desde el campo de batalla de Paraguay, en la que el secretario del general Venancio Flores hace llegar en nombre de éste una fuerte crítica al gobernador delegado uruguayo y a su ministro de Hacienda en particular. Era Julio Herrera y Obes que, ya por entonces, buscaba con éxito acrecentar su capacidad de deslealtad hacia el servicio público con encomiable esfuerzo: las balas enemigas le pasaban cerca mientras redactaba la posición, según se ha consignado. Con el pasaje del tiempo Julio Herrera logrará culminar su dócil acatamiento al mero dictado de su interés personal y material – algunos todavía hablan de su espiritualismo[1] – y será quien administre como jefe de Estado la otra gran crisis que sufrió la República, la de 1890, también en beneficio propio y de algunos amigos. Varios de ellos grandes apostadores bursátiles, provenientes de Buenos Aires.
En 1866, como en la anterior ocasión, se suspende por seis meses la posibilidad de hacer efectiva la realización de los billetes por su valor nominal en oro. Al fin del plazo se retoma una cierta normalidad del mercado financiero.
Es exacto afirmar que la medida fue adoptada en pos de la sobrevivencia del Banco Mauá, al que para resolver favorablemente la corrida que sufría por culpa del circunstancial desprestigio de la plaza de Londres – la quiebra del Overend cuando el recordado primer “viernes negro” - sólo le quedaba el camino de obligar al gobierno a pagar sus adeudos con la institución y estar esta en condiciones de continuar con el capital líquido que le exigían sus compromisos inmediatos o ver declarada la inconversión en oro de sus billetes - el curso forzoso de la emisión monetaria como también se le llamaba. Los hechos ocurridos en el Banco do Brasil cuando su apresurada adolescencia deben haber recorrido los sueños del banquero, en esos momentos.
Demás está decir – como se sabe - que quien más incentivaba localmente la importada crisis era el Banco Comercial, entre cuyos integrantes se encontraban, como dijimos, especuladores perjudicados con la creación de entidades financieras.
La tercera declaración de inconversión fue la de diciembre de 1867, la cual es antecedente de la crisis que se disparará a mediados del año siguiente, a poco del inicio del gobierno del general Lorenzo Batlle. Coincidirá ésta con las diversas desgracias que se presentarán durante su gestión, de la que su mejor resultado – el del general Batlle - fue el haber podido cumplir el período presidencial indicado por la Constitución de la República. Que era lo mínimo que pretendía lograr y fue lo máximo que alcanzó. Circunstancia que no se repetirá hasta la administración encabezada por Julio Herrera y Obes (1890-1894). Los jefes de Estado que asumieron entre ambos no pudieron finalizar su mandato o fueron elegidos para completar el de otro.
En la primera gran crisis bancaria nacional, la de 1868, problemas financieros que se manifiestan en Londres con la Casa Baring Brothers – entidad financiera con una alta exposición en Argentina, que sufría las consecuencias de ello -, comenzaban a repercutir fuertemente en nuestra plaza.
Dicha institución británica estaba ligada a los orígenes de la Argentina independiente y a gobernantes de esos tiempos, en particular con Bernardino Rivadavia. Desde la época de Flores los bancos estaban autorizados a emitir papel moneda; la reglamentación establecía que la emisión no podía exceder el triple del capital del banco y que la conversión a moneda oro se podría exigir en cualquier momento. Este reglamento aumentó la emisión de papel moneda y agilizó la vida económica pero creaba la posibilidad de que un banco no pudiera convertir en oro su emisión, ya que este triplicaba su capital.
Para defender a los bancos de esta contingencia se habían dictado en 1866 y 1867 varios decretos de inconversión que impedían transitoriamente cambiar el papel moneda en oro.
La Crisis de 1868
 En 1868, poco después de asumir Lorenzo Batlle, se planteó en el país la crisis económica. El gobierno, para proteger la situación de los bancos, aprobó una ley de inconversión en julio de 1868 que estableció en curso forzoso del papel moneda por 20 meses más. El Parlamento se dividió en cursistas y oristas, según fueran partidarios o no de la inconversión. A pesar de la Ley de Inconversión, los Bancos de Montevideo y Mauá suspendieron los pagos a principios de 1869 y cerraron sus puertas por no estar en condiciones de hacer frente a sus obligaciones. El gobierno nombró una Comisión fiscal para verificar las operaciones de los bancos y defender los derechos de los depositantes. Paralelamente se produce el levantamiento de Timoteo Aparicio y el gobierno se vio obligado a concertar empréstitos por dos y por cuatro millones de pesos con la garantía de las rentas aduanera de importación.
Ver:
http://www.eumed.net/libros-gratis/2006a/jo/2j.htm