Jorge Batlle: Como el
Cid sigue vivo y luchando.
“Una vez descartado lo imposible, lo
que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad” Arthur Conan Doyle
Breve entorno político
y social del Uruguay a fines de los 60.
A fines de 1967 y
comienzos de 1968 los problemas generales del Uruguay se agravaban. El
presidente Jorge Pacheco Areco mantenía silencio, estilo que marcaría su
gestión. El problema mayor por su incidencia en todos los aspectos políticos
económicos y sociales era la inflación. Los precios de venta la público
aumentaron 135,9% y seguía en aumento a comienzos de 1968. La relación del
gobierno con los funcionarios públicos, los estudiantes y los gremios se
complicaba cada día un poco más. El sector empresarial manifestaba también
disconformidad. Comienza una espiral de desorden en las calles y en los centros
de enseñanza así como también en las oficinas públicas y además surge el primer
flujo de emigración de jóvenes al exterior.
Luego de un virulento festejo del 1 de mayo con fuertes críticas al gobierno y al Imperialismo Yankee por parte de los sindicatos, el gobierno el día 2 de mayo sorprendió a los analistas con una gran reestructura ministerial en la cual sustituyó a políticos por empresarios y representantes de los grandes intereses económicos pero sin antecedentes de participación política y/o partidaria. Esto tenía antecedentes en la administración Gestido que había abierto la participación a personas vinculadas al capital y a visiones consideradas conservadoras y de derecha por la intelectualidad de la izquierda. Entre ellos César Charlone que hasta 1970 fue ministro de Economía y Finanzas, Horacio Abadie Santos, Carlos Manini Ríos y Walter Pintos Risso. En 1968 se suman al elenco Jorge Peirano Facio, Carlos Frick Davies, Eduardo Jimenez de Aréchaga, el Ing. José Serrato y posteriormente Juan María Bordaberry y Jorge Sapelli, estos últimos conformarían la fórmula presidencial que ganaría en las elecciones de 1971.La lógica de este gabinete fue técnica buscando soluciones desde la teoría fría y sin consultas a sectores sociales, gremiales e incluso políticos partidarios. Apenas la comunicación fluía, sin mucha vehemencia, con sectores empresariales y las cámaras que los representaban. El primer objetivo era reducir la inflación y controlar la volatilidad de la moneda nacional. Existió una suerte de ambiguedad técnica en la que convivió el liberalismo aperturista de los mercados cambiarios con el congelamiento universal de precios y salarios. Para el desarrollo de esta política se crea la DINACOPRIN (Dirección Nacional Comisión de Precios e Ingresos) que incluía representantes de empleados y asalariados pero prevalecía la opinión del Poder Ejecutivo. El congelamiento de precios y salarios se inicia el 28 de junio de 1968 por decreto y con nuevas condiciones políticas e institucionales: el 13 de junio se habían establecido las Medidas Prontas de Seguridad, instituto de excepción previsto en la constitución que comenzó a aplicarse con continuidad y permanencia que superaba el espíritu previsto en la legislación. Con la aplicación de las Medidas Prontas de Seguridad se limitaban los derechos de reunión, de asociación, libre comunicación del pensamiento e influía en la libre contratación y el trabajo. En un análisis proyectivo este mecanismo con diferentes formas va a existir en forma intermitente hasta el 1 de marzo de 1986. El Poder Legislativo se vio avasallado y dubitativo para enfrentar esto, lo que sumado a la guerrilla urbana y a la inseguridad general, marcó el preámbulo de descaecimiento de valores republicanos y democráticos que llevaran lentamente al país a la perdida de sus punto de referencia históricos.
Según Henry Finch "La orientación económica del gobierno de Pacheco Areco fue notablemente exitosa no solo en lo que respecta a la desaceleración de un proceso inflacionario extremadamente rápido sino también en el logro de la elevación de la tasa de crecimiento que llegó a alcanzar niveles sin precedentes desde mediados de la década de 1950"(...)"Los precios aumentaron un 125% en 1968 pero en 1969 el aumento llegó a un 21% y en 1970 a un 16%. El crecimiento del PBI, es decir el valor de los bienes y servicios obtenidos en un período determinado, en términos reales fue del 5.1% en 1967, bajando al 1.4% en 1968, pero subiendo por encima del 5% en los años subsiguientes"(...)"El éxito de debió en primer lugar a que el sector exportador respondió muy vigorosamente al alza de los precios de la devaluación. El valor de los productos se vio fortalecido por el alza de los precios mundiales en 1969 y 1970, los resultados por exportaciones fueron los más altos desde la década de 1950 y un 47% mayores que en 1967(...) en segundo lugar la orientación pachequsita significó una clara ruptura con las formas anteriores de dirección económica ante la cual el sector privado respondió con inusual confianza"
Se deba agregar la creación del Fondo Nacional de Viviendas en diciembre de 1968, un amplio plan de obras públicas y la declaración de las 200 millas de soberanía en el mar territorial. Este programa económico se fue complicando en la medida que se acercan las elecciones de diciembre de 1971, la CNT pide un aumento del 25% en los salarios y el gobierno concedió, para sombro de todos, un 27.2% de aumento. Sin embargo la acumulación de poder en torno a las Medidas Prontas de Seguridad hizo que la oposición política enmarcar su gestión en un marco de autoritarismo creciente que curiosamente el primer paso había sido la nueva constitución que entró en vigencia en 1967. Sin embargo, la reforma constitucional pensada para prevenir la posibilidad de golpe de estado, hizo posible la independencia del Poder Ejecutivo a las presiones delo partidos políticos. pensamos, sin embargo, que la causa fundamental de la concentración de poder en el Poder Ejecutivo se debió al creciente clima de Inseguridad que vivía el país en relación a los conflictos obreros y estudiantiles y el aumento del accionar de los grupos subversivos y al interés de la sociedad en la gestión de un gobierno fuerte. En este entorno se produce el episodio denominado “La Infidencia” que toma un giro inesperado con la publicación del libro de Raul Ronzoni “El Infidente” (Fin de Siglo, 2018) en el que aporta finalmente la autoría del infidente que no fue precisamente el Dr. Jorge Batlle.
Luego de un virulento festejo del 1 de mayo con fuertes críticas al gobierno y al Imperialismo Yankee por parte de los sindicatos, el gobierno el día 2 de mayo sorprendió a los analistas con una gran reestructura ministerial en la cual sustituyó a políticos por empresarios y representantes de los grandes intereses económicos pero sin antecedentes de participación política y/o partidaria. Esto tenía antecedentes en la administración Gestido que había abierto la participación a personas vinculadas al capital y a visiones consideradas conservadoras y de derecha por la intelectualidad de la izquierda. Entre ellos César Charlone que hasta 1970 fue ministro de Economía y Finanzas, Horacio Abadie Santos, Carlos Manini Ríos y Walter Pintos Risso. En 1968 se suman al elenco Jorge Peirano Facio, Carlos Frick Davies, Eduardo Jimenez de Aréchaga, el Ing. José Serrato y posteriormente Juan María Bordaberry y Jorge Sapelli, estos últimos conformarían la fórmula presidencial que ganaría en las elecciones de 1971.La lógica de este gabinete fue técnica buscando soluciones desde la teoría fría y sin consultas a sectores sociales, gremiales e incluso políticos partidarios. Apenas la comunicación fluía, sin mucha vehemencia, con sectores empresariales y las cámaras que los representaban. El primer objetivo era reducir la inflación y controlar la volatilidad de la moneda nacional. Existió una suerte de ambiguedad técnica en la que convivió el liberalismo aperturista de los mercados cambiarios con el congelamiento universal de precios y salarios. Para el desarrollo de esta política se crea la DINACOPRIN (Dirección Nacional Comisión de Precios e Ingresos) que incluía representantes de empleados y asalariados pero prevalecía la opinión del Poder Ejecutivo. El congelamiento de precios y salarios se inicia el 28 de junio de 1968 por decreto y con nuevas condiciones políticas e institucionales: el 13 de junio se habían establecido las Medidas Prontas de Seguridad, instituto de excepción previsto en la constitución que comenzó a aplicarse con continuidad y permanencia que superaba el espíritu previsto en la legislación. Con la aplicación de las Medidas Prontas de Seguridad se limitaban los derechos de reunión, de asociación, libre comunicación del pensamiento e influía en la libre contratación y el trabajo. En un análisis proyectivo este mecanismo con diferentes formas va a existir en forma intermitente hasta el 1 de marzo de 1986. El Poder Legislativo se vio avasallado y dubitativo para enfrentar esto, lo que sumado a la guerrilla urbana y a la inseguridad general, marcó el preámbulo de descaecimiento de valores republicanos y democráticos que llevaran lentamente al país a la perdida de sus punto de referencia históricos.
Según Henry Finch "La orientación económica del gobierno de Pacheco Areco fue notablemente exitosa no solo en lo que respecta a la desaceleración de un proceso inflacionario extremadamente rápido sino también en el logro de la elevación de la tasa de crecimiento que llegó a alcanzar niveles sin precedentes desde mediados de la década de 1950"(...)"Los precios aumentaron un 125% en 1968 pero en 1969 el aumento llegó a un 21% y en 1970 a un 16%. El crecimiento del PBI, es decir el valor de los bienes y servicios obtenidos en un período determinado, en términos reales fue del 5.1% en 1967, bajando al 1.4% en 1968, pero subiendo por encima del 5% en los años subsiguientes"(...)"El éxito de debió en primer lugar a que el sector exportador respondió muy vigorosamente al alza de los precios de la devaluación. El valor de los productos se vio fortalecido por el alza de los precios mundiales en 1969 y 1970, los resultados por exportaciones fueron los más altos desde la década de 1950 y un 47% mayores que en 1967(...) en segundo lugar la orientación pachequsita significó una clara ruptura con las formas anteriores de dirección económica ante la cual el sector privado respondió con inusual confianza"
Se deba agregar la creación del Fondo Nacional de Viviendas en diciembre de 1968, un amplio plan de obras públicas y la declaración de las 200 millas de soberanía en el mar territorial. Este programa económico se fue complicando en la medida que se acercan las elecciones de diciembre de 1971, la CNT pide un aumento del 25% en los salarios y el gobierno concedió, para sombro de todos, un 27.2% de aumento. Sin embargo la acumulación de poder en torno a las Medidas Prontas de Seguridad hizo que la oposición política enmarcar su gestión en un marco de autoritarismo creciente que curiosamente el primer paso había sido la nueva constitución que entró en vigencia en 1967. Sin embargo, la reforma constitucional pensada para prevenir la posibilidad de golpe de estado, hizo posible la independencia del Poder Ejecutivo a las presiones delo partidos políticos. pensamos, sin embargo, que la causa fundamental de la concentración de poder en el Poder Ejecutivo se debió al creciente clima de Inseguridad que vivía el país en relación a los conflictos obreros y estudiantiles y el aumento del accionar de los grupos subversivos y al interés de la sociedad en la gestión de un gobierno fuerte. En este entorno se produce el episodio denominado “La Infidencia” que toma un giro inesperado con la publicación del libro de Raul Ronzoni “El Infidente” (Fin de Siglo, 2018) en el que aporta finalmente la autoría del infidente que no fue precisamente el Dr. Jorge Batlle.
Una aproximación.
La muerte del
Presidente Gestido a las 5 y 20 de la mañana del 6 de diciembre de 1967 lleva a
la presidencia a Jorge Pacheco Areco. El año culmina con una inflación record e
histórica cercana al 137%. El Ministro de Hacienda era el Dr. César Charlone
con casi 90 años edad. Su gestión se estima que fue influenciada fuertemente
por el director de la OPP,( Oficina de
Planeamiento y Presupuesto). El tipo de cambio salta de 200 a 250 pesos por U$S
pero se necesitaba una solución definitiva a este problema y en dos actos uno
iniciado en La Casa de Gobierno y el otro en la casa del Cr. Enrique Iglesias
que era presidente del Banco Central el sábado 28 de abril. La falta de
confianza de la población en la estabilidad de nuestra moneda origina una
compra desesperada de billetes norteamericanos. Se abre así lo que la historiografía
denominó “ semana negra” de abril de 1968. Siguiendo a Lincoln Maiztegui (
Historia de los Orientales, tomo 3, página463 y Ss). El viernes 27 de abril la
compra de U$S fue todavía mayor a pesar de todas las jugarretas que hacía el
BROU, únic entidad que comercializaba la divisa norteamericana abriendo una
sola caja y con varias colas y horas de espera para poder acceder a comprar los
ansiados billetes norteamericanos.
El sábado 28, como mencioné anteriormente,
se reúnen las autoridades económicas, César Charlone, Aquiles Lanza y el
vicepresidente del Banco Central José
Guntín en la residencia de Suárez con el Presidente Jorge Pacheco Areco, las diferentes
crónicas sostienen que allí se decide la devaluación pero no el monto de la
misma. Posteriormente se reúnen en la casa de Enrique Iglesias y de modo casual
se integra al reunión el Dr. Batlle que se dirigía a realizar un planteamiento
particular a Iglesias. La reunión se extendió hasta altas horas de la noche
ante la inerrogante realizada al Dr. Batlle si se habló de la devaluación
sostuvo “ estando yo allí no se habló para nada de devaluación(…). En la
investigación parlamentaria tanto Laffitte como Lanza, integrantes de la
reunión dijeron que sí se había conversado de la devaluación.
El domingo 29 de abril
de 1968, Alberto Astesiano que era periodista del diario BP Color publica un
título sensacional: “ Desde mañana lunes, el dólar oficial se cotizará a $250 “
y eso fue lo que ocurrió. “!Qué horror! Ha habido una infidencia”. Quizás, tal
cual sostiene Bernardo Wolloch en “Jorge Batlle: el profeta liberal. Fin de
Siglo, 2017 página 92. Si Charlone hubiese utilizado otra palabra en lugar de “infidencia”
la historia posterior hubiese sido diferente. El propio Jorge se refirió a
esto en una nota de Búsqueda del año
2016: “ Me dolió mucho que la gente pudiera pensar que a esa altura de mi vida
pudiera utilizar el gobierno para un beneficio personal cuando había estado
desde joven dentro de él(…).El excelente libro de Ronzoni relata el final de
este largo proceso moral y ético que caía sobre las espaldas del Dr. Batlle el
cual recomiendo leer: Astesiano un periodista con una gran capacidad para
conseguir información y que poseía muchos contactos se reúne con uno de ellos,
una importante fuente política y a su vez integrante del sistema financiero,
como relata Ronzoni se reunieron en el desaparecido Bar del Rex en Julio
Herrera y Obes y 18 de Julio, y frente a la presión sobre su contacto sostuvo
finalmente que se había reunido con el escribano Felisberto Carámbula, director
del Banco República: Raul Ronzoni, El Infidente, Fin de Siglo 2018 página 36.
El Dr. Jorge Batlle
pidió en los términos más fuertes que se investigase a fondo todo, nunca se
pudo comprobar nada, y este libro de Ronzoni parece poner fin a una de las tantas
calumnias que se han construido sobre figuras políticas de todos los partidos
políticos de nuestro país.