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sábado, 30 de abril de 2016

La descomposición del batllismo. La crisis de los 60.



Una columna en el diario Acción el último día de febrero de 1961 titulada “ Hablemos de Política” (Chagas y Trullen, 2005) se refería a la propuesta de reforma de la Constitución Colegiada. Evidentemente más allá que la firma fuese de Amilcar Vasconcellos se ve la línea clara de Don Luis Batlle Berres. Era un periodo complejo en lo referente a la interna del Partido Colorado y en especial del batllismo. En esa nota se sostenía: “ Los planteos de Reforma Constitucional o de ley de lemas buscan distraer fuerzas en la lucha por tal o cual Reforma Constitucional, cuando de lo que se trata es de rescatar el poder desplazando al Partido Blanco, para retornar el camino de una acción constructiva;  es introducir un elemento confusionista en un problema que debe ser muy claro. Los problemas que vive el país no se arreglan con modificaciones en sus disposiciones organizativas” En este marco surgen discusiones muy fuertes que derivan en escisiones y reagrupamientos que todavía no llegan al extremo, que va a ocurrir posteriormente, de abandono del lema. La propuesta de reforma constitucional era un intento de superar la crisis económica. El proyecto de reforma originó un sentimiento de esperanza en la sociedad uruguaya que quería cambios ya que le asignaba al “ Colegiado Integral” la culpa absoluta de todos los problemas que el país vivía. Se lo observaba como una institución hiperdeliberante, inoperante. Los nuevos alineamientos en el sistema de partidos por un lado, avance de la visión corporativa, los primeros síntomas de violencia y sobretodo deslealtades políticas visibles a todos, más el ascenso del protagonismo militar, por otro, determinó que ni siquiera hubiese un solo proyecto de reforma, fueron tres. La izquierda tuvo grandes avances en la unidad de su propuesta, la Unión Cívica se divide dando origen a dos visiones dentro de la la propuesta demócristiana. El Partido Socialista abandona su lema para formar la Unión Popular con aportes socialistas cristianos y nacionalistas liderados, estos últimos, por Enrique Erro, separado del Herrerismo. Por otro lado el Partido Comunista realiza una alianza denominada FIDEL, Frente Izquierda de Liberación con integrantes del sector batllista Agrupación Avanzar. Este proceso de unidad de la izquierda viene desde el lejano 1933 cuando realiza un llamamiento a la Unidad el joven Carlos Quijano. También el diario El Día comienza a opinar sobre el proceso de reforma iniciando una serie de notas preguntando a influyentes políticos sobre la reforma. Es llamativa la expresión del secretario de la lista 15, Alberto Abdala que exigía  que “ debe darse un acercamiento espiritual e ideológico de los integrantes de los diversos sectores” De estos análisis va a surgir la figura de Jorge Pacheco Areco para la dirección del diario “El Día” que el 26 de marzo de 1961 informa en el cuerpo del diario que “ ha sido confirmado en la investidura de director de este diario nuestro dilecto compañero de labor, Sr. Jorge Pacheco Areco, que venía desempeñando interinamente este alto cargo, ante el lamentado deceso del titular de la función don Rafael Batlle Pacheco” En forma paralela en la interna colorada se produce el advenimiento del sublema “Por el Gobierno del Pueblo”, lista 99 liderada por Zelmar Michelini que en su radicalismo sostenía representar “las mejores tradiciones del batllismo”. La lista 15 en un giro conservador se vincula a varios rivales en la visión batllista:  sus viejos enemigos que eran riveristas, baldomiristas y blancoacevedistas. La lista 14, por su parte se vinculó a Colorados independientes y funda la Unión Colorada y Batllista. La mulitiplicidad de agrupaciones que integraban la UCB llevan adelante la candidatura del General Oscar Diego Gestido que en una nota el diario El Día resaltaba que Gestido había mostrado en “los  cometidos propios de su profesión y en actividades civiles  relacionadas con demandas populares o reclamos del país una idea superior del cumplimiento del deber”

El desarrollo de la reforma constitucional se llevó adelante dentro de una multiplicidad de problemas políticos, sociales y económicos. El proyecto que resultó aprobado finalmente, la reforma naranja,  determinó el retorno al presidencialismo con un Poder Ejecutivo fuerte y unipersonal y con ciertas restricciones al Poder Legislativo. En este marco la ciudadanía buscó un presidente fuerte, honesto, austero y descontaminado de la visible caída de los valores políticos tradicionales. Gestido no triunfará en los 9 meses de su mandato contra la crisis económica, la crisis política, la guerrilla y con su salud. Pacheco Areco será el hombre fuerte que quería la ciudadanía. Queda bastante lejos el batllismo, incluso con la pérdida de su proyecto mayor, el Colegiado y conviene recordar un famoso discurso de Luis Batlle Berres en 1947, a mi entender premonitorio: “ La paz puede ser alterada por la injusticia y por la opresión. El que padece es un resignado o un revolucionario y el progreso constructivo no se hace con ninguno de estos dos hombres. Los pueblos deben palpar los beneficios de la existencia de la Democracia; los poderosos gozando de la libertad y de la justicia, y los necesitados, de la libertad, igualmente, pero también de la justicia que ha de llegar hasta ellos sin demora, dando alimento al necesitado y trabajo al obrero y tierras al hombre de campo y bienestar a todos”.

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