Algunos
de los hombres que desde 1873 intentaron limitar al Estado casi hasta su
desaparición, son los que diez años más tarde entre 1884 y 1888 aprueba leyes
ferroviarias que obligaron al más amplio modelo de intervención estatal ya sea
en control de tarifas y autorizaciones para desarrollar ferrocarriles propios.
En 1901 es obra del Estado la construcción del Puerto de Montevideo y muy pocos
meses después también se encargó de la producción eléctrica. Fue un proceso que
parte de la iniciativa privada a partir de 1887, luego a ser administrado en
forma provisoria a partir de 1897, directa a partir de 1906 y ser monopolio
estatal a partir de 1912. El Estado durante el primer batllismo representaba a
toda la sociedad y por encontrarse por encima de todas las clases sociales
debía administrar sus disputas, y también impulsar su crecimiento mediante el
crecimiento sostenido de la economía. Esa era la excusa que se le daba al
Estado para invadir la actividad económica privada, o sea determinado que el
interés general era superior al interés particular y al interés empresarial. El intervencionismo
estatal en lo económico y en lo social hizo que el Estado tuviera nuevas áreas
y modos de accionar. El modelo de transformaciones impuestas por Don Pepe
supuso, entonces, la utilización del aparato estatal para realizar su modelo de
desarrollo. Posteriormente en el periodo denominado neobatllismo el dirigismo
estatal perseguía una política de nivelación destinada a favorecer una distribución
más igualitaria de los ingresos del país y alcanzó tasas de bienestar
comparables a algunos países desarrollados. El PBI per cápita creció a un
promedio del 7.9% anual. Esto se debió al aumento de puestos de trabajo
originado por las nuevas empresas del Estado y por las industrias y el aumento
en la productividad que permitió aumentar sueldos sin perder niveles de
ganancias a los empleadores privados. Por otro lado se había desarrollado la
negociación colectiva y una política de ingresos mínimos que dio un fuerte
respaldo al salario real. El sector sindical se sintió triunfador y el Estado
ejercía un control en los precios sobre los bienes de consumo básico, sobretodo
la vivienda. El Estado reforzó su papel distributivo amplió su infraestructura
y los servicios. En 1947 surge OSE, con la nacionalización d ela compañía
inglesa de aguas corrientes. Se construyeron puentes y caminos. Se asume el
control de la maltrecha compañía de ferrocarriles y tranvías ingleses y se
estatiza PLUNA en 1951. En este periodo se inicia el debate dentro del
batllismo sobre la libertad económica en contraposición al dirigismo estal. Acá
es cuando comienza la fractura política del batllismo en la visión ortodoxa de
los hijos de don Pepe nucleados en la Lista 14 y el diario El Día y unos
influyentes jóvenes batllistas apadrinados pos Luis Batlle primero y por
Jorge Batlle después dentro de la lista 15 y el diarios Acción. Tiempos de
ruptura y separaciones en cual un grupo formará primero la lista 99 y
posteriormente fundara el Frente Amplio con Michelini, Batalla, Fau, Rodriguez
Fabregat, entre otros. El joven líder de la 15 asume las modernas teorías
económicas de mediados de las años 50 que estaban bastante lejos de la versión
batllistas sobre elrol del estado y el dirigismo económico. Las ideas de Hayek
y Mises van a iniciar un debate en la visión económica del batllismo y una
ruptura cnceptual que se mantiene más o menos apasionadamente hasta el momento
actual.
Hayek
nació en Viena en 1899. Su juventud austriaca está marcada por un clima
político difícil en el que huelgas masivas paralizan al país. Asiste a la
desorganización del régimen doblemente amenazado: por el populismo, con
frecuencia antisemita, y por el socialismo revolucionario radicalizado por la
introducción de las tesis marxistas. Hayek participa en los seminarios del
economista Ludwig Von Mises, quien reúne a su alrededor a discípulos que
contribuirán a difundir el pensamiento liberal en Francia, como Jacques Rueff,
asesor del general De Gaulle; en Italia, Luigi Einaudi; en Alemania, Wilhelm
Röpke y Ludwig Erhard; y en menor medida en los Estados Unidos, Murria y
Rothbard.
En esa
época Mises defiende ideas contrarias a las dominantes en la intelectualidad
austriaca y Hayek lo califica de «liberal intransigente y aislado». Es
iniciador de la crítica a la planificación que, según él, no puede constituir
una solución económica adecuada debido a la complejidad de los cálculos
económicos y a la falta de información. En su obra mayor, Socialismo,
predice el fracaso de las experiencias socialistas: la planificación sólo puede
conducir al caos o al estancamiento. Este concepto se dirige, sin pensarlo, a
la línea de flotación del pensamiento batllista.
Profesor
en Viena (1913-1938) y luego en Nueva York (1945-1969), Mises es el fundador de
la corriente neoaustriaca que se desarrolla durante los años 70 y se encuentra
cercano a las redes norteamericanas en Europa Occidental (la Fundación Rockefeller y
el National Bureau of Economic Research financiaron dos de sus libros
publicados en 1944,).
Tratando de difundir sus teorías y apoyado por industriales y fundaciones, Mises construyó una organización oficiosa, un esbozo de la Sociedad del Monte Peregrino, representada por sus alumnos en varios países de Europa Occidental. Hayek, dando continuidad a la tradición liberal iniciada por Adam Smith, defiende una concepción mínima del Estado. Su especial aporte corresponde a la crítica radical de la idea de «justicia social», noción que disimula, según él, la protección de los intereses corporativos de la clase media. Preconiza la eliminación de las intervenciones sociales y económicas públicas.
Tratando de difundir sus teorías y apoyado por industriales y fundaciones, Mises construyó una organización oficiosa, un esbozo de la Sociedad del Monte Peregrino, representada por sus alumnos en varios países de Europa Occidental. Hayek, dando continuidad a la tradición liberal iniciada por Adam Smith, defiende una concepción mínima del Estado. Su especial aporte corresponde a la crítica radical de la idea de «justicia social», noción que disimula, según él, la protección de los intereses corporativos de la clase media. Preconiza la eliminación de las intervenciones sociales y económicas públicas.
El Estado
mínimo es un medio para escapar al poder de la clase media que controla el
proceso democrático a fin de obtener la redistribución de las riquezas que
se redistribuían filosóficamente mediante
el fisco.
Su programa es expuesto en La constitution de la liberté [ (1960): desreglamentar, privatizar, disminuir los programas contra el desempleo, eliminar las subvenciones a la vivienda y el control de los alquileres, reducir los gastos de la seguridad social y finalmente limitar el poder sindical. El Estado no puede asegurar la redistribución, sobre todo en función de un criterio de «justicia social». Estos conceptos van a dirigir el pensamiento económico del líder batllista en los años 60 y 70.
Su programa es expuesto en La constitution de la liberté [ (1960): desreglamentar, privatizar, disminuir los programas contra el desempleo, eliminar las subvenciones a la vivienda y el control de los alquileres, reducir los gastos de la seguridad social y finalmente limitar el poder sindical. El Estado no puede asegurar la redistribución, sobre todo en función de un criterio de «justicia social». Estos conceptos van a dirigir el pensamiento económico del líder batllista en los años 60 y 70.
La
filosofía política de Hayek está finalmente muy próxima de las tesis
desarrolladas por Locke. El Estado defiende el derecho natural de propiedad y
está limitado por las cláusulas individualistas de un hipotético contrato
fundador. El derecho se convierte entonces en el instrumento de protección del
orden espontáneo del mercado. Lo que importa pues, principalmente, es la
defensa del liberalismo económico. El liberalismo político es absorbido. Las
ideas democráticas son relegadas a un plano secundario.
El proceso de desbatllistizar al país había comenzado con el
triunfo de los blancos a partir de 1958, una década después en 1968 la
situación era de extrema violencia. No se pudo mantener la matriz ideológica y
ni siquiera articular los principios batllistas durante esos años. A esto le
sumamos que fallece Luis Batlle, que constan sus esfuerzos por mantener la
unidad del batllismo aunque no fue del todo flexible con las propuestas de
Michelini y de Batalla. Jorge Batlle se postuló a la Presidencia de la
República y compartía la formula con Julio Lacarte Muró. Sus propuestas en
exceso liberalizadoras se contraponían fuertemente con la postura de su padre
que era estatista y proteccionista van a resentir sus posibilidades y la del
batllismo por extensión. Además, Jorge, hablaba directamente y propuso un
fuerte golpe en la economía para encauzarla de una vez por todas. Esta visión
demasiado radical para la época, ahuyentó a grandes cantidades de votantes. La
UCB, Unión Colorada y Batllista se decide por la candidatura del general Oscar
Diego Gestido que ejercía como Consejero Nacional de Gobierno y que debía renunciar
para postularse a la Presidencia de la República. Era crítico de las Carta
Intención que el gobierno había comprometido con el FMI, iniciando el penoso
proceso de deuda externa que hoy se nos muestra como incontrolable y también
era partidario de la reforma anticolegialista. El problema era designar a su
compañero de fórmula lo que generó múltiples interpretaciones. Se
la propone a Jorge Batlle que declina sosteniendo su propia candidatura, la
hermana de Michelini sostuvo que se le ofreció la candidatura afirmando: “
Michelini, si no voy con Ud. No voy con nadie” y según cuenta Lincoln
Maiztegui, Felipe, hermano de Michelini recordaba que Zelmar le dijo: “ Gestido
me acaba de decir que quiere que yo sea candidato a vicepresidente” y que luego
se abrazaron. Pero luego el propio Zelmar sostendría “ nunca reclamamos ni nos
fue ofrecida la vicepresidencia de la República”. Como idea de unidad se
propone a Julio Lacarte Muró la vicepresidencia en las dos planchas la de la 15
y la de la UCB, sin embargo la postura de Jorge Batlle fue tajante: “ el señor
Lacarte Muró es candidato solo conmigo, en Unidad y Reforma, o seguirá en su
casa”. El derrotero siguió con Enrique Iglesias, con Luis Faroppa. De esta
forma el candidato termina siendo Jorge Pacheco Areco no sin haberse generado
en la opinión pública una paupérrima imagen de desunión y mal manejo de la
formula.
¿Y dónde está el batllismo?
En una nota de pequeñas dimensiones responder a esta pregunta
es difícil, podemos aproximarnos a la postura del heredero directo y portador
del apellido, el cual generó una ruptura conceptual en los fundamentos
principales del batllismo en relación al Estado y al sistema Colegiado de
gobierno. En una extensa nota el Dr. Jorge Batlle se define ideológicamente:
"Yo
soy batllista. Íntegramente espiritual y genético de la generación del
Quebracho. Eso soy, eso soy. Soy un liberal radical libertario", dijo en
una entrevista con La República en 1989.
"Tengo
la misma concepción deísta en lo religioso, espiritualista y racionalista en
los filosófico, del hombre en sociedad, en lo social, del Estado como uno de
los instrumentos al servicio de la sociedad, medio y no fin en sí mismo, de la
igualdad del hombre y la mujer. Creo en la necesidad de que todo eso se ponga
al servicio de la comunidad a partir de la creación de los recursos. (...) Yo
no soy un teórico. Soy pragmático, y le digo que no hay ninguna economía
dirigida que funcione bien
"¿Qué
me había pasado conceptualmente a mí? A mí me había pasado que por un accidente
de la vida conocí a una muchacha que era exiliada argentina en el Uruguay, y su
padre era industrial, y nunca había hecho política, pero que cuando llegó Perón
entendió que había que hacer política contra él y lo metieron preso, lo
deportaron. Y cuando volvió a Argentina, pensó que debían llevar allí a grandes
pensadores para que les abrieran la cabeza y llevaron a los grandes economistas
de la escuela austríaca, Fredrik von Hayek y Ludvig von Mises, y yo era el
novio de la nena. Entonces, iba, escuchaba y aprendía de ellos. Por eso yo era
como Víto Dumas en aquella época, una especie de 'navegante solitario'. Pensaba
como pienso ahora. Y todos decían que yo estaba loco, y ahora están todos locos
los demás. El único cuerdo soy yo. Pero yo soy así desde 1956", dijo
Batlle en una extensa entrevista con el semanario Voces en 2012.
En
realidad la confusión sobre ser o no batllistas, cual es el rol del mismo,
donde se lo ubica es un debate nacional. Incluso a nivel de politólogos. En
relación a eso me permito tomar textualmente el fina de una aclaración que le
realizara el Cr. Ricardo Lombardo al Politólogo Oscar Botinelli que realizara en el diario El Observador: “A tres meses de instalado el gobierno de Gestido en 1967,
Jorge Batlle desde su radio Ariel emitió fuertes críticas porque
estimó que no se estaban encarando las reformas económicas necesarias, que él
pensaba debían orientarse hacia liberalizar los mercados sumamente cerrados por
esos tiempos. Eso significó un rompimiento de la 15 con Gestido a tal punto que
renunciaron los ministros que ocupaban cargos en su nombre. Y significó una
profunda división en el Batllismo que tendría fuertes repercusiones electorales
en el futuro.
El gobierno en su primeros meses, había justamente buscado instrumentar medidas desarrollistas y fundamentalmente procuró alcanzar entendimientos sociales, acordando con sindicatos y empresarios en una sociedad que estaba fuertemente convulsionada.
Jorge Batlle reaccionó contra eso y propuso un fuerte cambio de timón hacia políticas más liberales que sacaran a la economía de su encierro.
Esta confusión de Botinelli, extraña en un hombre serio y conocedor como él, sin embargo demuestra las dificultades que tiene mucha gente, incluidos muchos dirigentes políticos, en interpretar lo que es el batllismo.
Creen que su esencia se limita en identificar las políticas económicas que se utilicen en tal o cual momento según las circunstancias determinantes. No entienden que cualesquiera que sean los instrumentos que se empleen, hay una raigambre común a todos los batllistas a lo largo de la historia: el republicanismo radical y el liberalismo progresista.”
El gobierno en su primeros meses, había justamente buscado instrumentar medidas desarrollistas y fundamentalmente procuró alcanzar entendimientos sociales, acordando con sindicatos y empresarios en una sociedad que estaba fuertemente convulsionada.
Jorge Batlle reaccionó contra eso y propuso un fuerte cambio de timón hacia políticas más liberales que sacaran a la economía de su encierro.
Esta confusión de Botinelli, extraña en un hombre serio y conocedor como él, sin embargo demuestra las dificultades que tiene mucha gente, incluidos muchos dirigentes políticos, en interpretar lo que es el batllismo.
Creen que su esencia se limita en identificar las políticas económicas que se utilicen en tal o cual momento según las circunstancias determinantes. No entienden que cualesquiera que sean los instrumentos que se empleen, hay una raigambre común a todos los batllistas a lo largo de la historia: el republicanismo radical y el liberalismo progresista.”
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