El retorno del ferrocarril.
El debate sobre el tren de UPM puso nuevamente al
ferrocarril en primera plana. Tuvimos en proporción al tamaño del territorio la
segunda red ferroviaria más importante para el Imperio informal británico en
América Latina. Con avances y retrocesos y sobretodo desidia y abandono en el
cuidado del patrimonio ferroviario nos enfrentó ante una necesidad de inversión
muy importante a valorarlo. Los costos de su reactivación son altos, pero su impacto positivo será trascendente pos décadas.
Un poco de Historia. Seguiremos para el trabajo unas ponencias de la FCEA y
administración del año 2013 sobre la ISI en Uruguay.
El proceso de
fundación de AFE
Si bien la estatización de los ferrocarriles británicos fue
una aspiración de los gobiernos de Uruguay desde las primeras décadas del siglo
XX, su concreción en 1949 se realizó en circunstancias especiales debido a la
necesidad de utilizar el saldo favorable del comercio con Gran Bretaña durante
la Segunda Guerra Mundial, 17 millones de libras inconvertibles que sirvieron
en su gran parte para la cesión al Estado de las empresas británicas de
servicios públicos: las empresas ferroviarias, la empresa propietaria de los
tranvías de Montevideo y la compañía de Aguas Corrientes. Las compañías
británicas de ferrocarriles fueron adquiridas en el Convenio de Compra-Venta
del 2 de marzo de 1948, y la transferencia legal verificada el 31 de enero del
siguiente año. El precio de venta de 7.150.000 libras equivalía a “la cuarta
parte del precio de venta solicitado en 1915 en pleno auge del ferrocarril”
(CIDE, 1966, p.24). Las cinco empresas transferidas a manos del Estado eran la
Central Uruguay Railway Company of Montevideo, la Midland Uruguay Railway
Company Limited, la Midland Uruguay Extension Railway Company Limited, la
Uruguay Northern Railway Company Limitedy la Quarahim International Bridge
Company Limited. A partir de su transferencia al Estado el 31 de enero de1949 y
hasta la aprobación de la Ley Orgánica que fundaba AFE el 19 de setiembre de
1952, el país mantuvo dos administraciones ferroviarias estatales: el
Ferrocarril Central del Uruguay, integrado por las cinco empresas británicas
adquiridas, y los Ferrocarriles y Tranvías del Estado, que continuaban al
frente de sus antiguas operaciones. Ante la demora que significaba la discusión
del tema, el Poder Ejecutivo aceptó la creación de un organismo que se limitara
a la explotación del transporte ferroviario, constituyendo la
"Administración de Ferrocarriles del Estado".
Situación de los
servicios ferroviarios en los inicios de AFE
Los ferrocarriles venían sufriendo, desde hacía algunas
décadas, una importante pérdida de tráfico en la competencia con el transporte
automotor. Esto fue acompañado de la gran inversión en carreteras que significó
la ejecución del denominado Plan Berreta de Obras Públicas. La red ferroviaria
tenía en el momento de la fundación de AFE una extensión de alrededor de 3000
km construida con trocha estándar de 1.435 mm, dispuesta radialmente teniendo
como centro Montevideo. Se caracterizaba por su sinuosidad, lo que se explica
por el sistema de subsidios implementado en el siglo XIX, que se concedía por
km de vía, y que volvía más conveniente para las compañías ferroviarias
construir alrededor de los obstáculos geográficos, que hacer obras de
ingeniería, como puentes y túneles, para acortar el recorrido. Cuando se funda AFE, los rieles de vía
principal tenían una edad promedio de 40 años y el 28% de la extensión de la
red tenía rieles de más de 60 años. En el momento de la compra de las compañías
británicas, el parque de tracción estaba formado por 171 locomotoras a vapor,
todas ya con muchos años en funcionamiento. En cuanto al transporte, los
servicios ferroviarios se clasificaban en cuatro grupos: Pasajeros, Carga,
Hacienda y Equipajes, encomiendas, leche y crema. El grupo Hacienda consiste en
el traslado de animales hacia los mataderos y frigoríficos ubicados en las
cercanías de Montevideo. Pasajeros y carga son los grupos principales del
tráfico ferroviario. A Pasajeros, le ha correspondido la mayor parte del
kilometraje recorrido por los trenes, pero han sido superados en general por la
carga en cuanto a recaudación.
Evolución de la
empresa
Se puede identificar dos grandes etapas en la historia de
las empresas públicas uruguayas, en línea con los dos modelos de desarrollo
vigentes desde los años treinta del siglo XX. Un modelo que llegaría hasta los
primeros años setenta del siglo XX, basado en el desarrollo industrial,
progresivamente dirigido por el Estado y orientado a la expansión de sus
funciones sociales y económicas. En esta etapa se inscribe la fundación de la
mayor parte de las empresas públicas, las que se rigen de acuerdo a objetivos
sociales y de promoción del desarrollo. La etapa exitosa de este modelo tuvo en
Uruguay corta duración y desde los últimos años cincuenta se entró en un largo
estancamiento económico, desocupación y deterioro del Estado de bienestar
construido en los años anteriores, y también de sus empresas públicas. El segundo
modelo de orientación neoliberal, se caracterizó por la apertura económica,
creciente globalización, desregulación económica y financiera, avance del
mercado sobre el Estado y la reducción de las funciones de este último. A nivel
de las empresas públicas, se tiende a modificar sus objetivos, dándose primacía
a la lógica de la empresa privada basada en la rentabilidad, y en algunos casos
promoviendo procesos de privatización. Las modificaciones del marco legal de
AFE durante el período de impronta liberal Durante el gobierno dictatorial (
1973 y 1985) la ley de creación de AFE fue derogada y sustituida por la Ley N°
14.396 del 10 de julio de 1975, que es la carta orgánica vigente desde
entonces. La nueva ley orgánica autoriza a realizar mediante contrato con
privados, la construcción, modificación y conservación de las líneas férreas y
el material rodante, así como los elementos complementarios de transporte
colectivo de pasajeros, cargas y encomiendas En 2002 se quita a AFE las
facultades referentes al mantenimiento de la red. Se transfería de AFE al
Ministerio de Transporte y Obras Públicas los cometidos, facultades y bienes
relativos a la infraestructura ferroviaria, incluyendo el derecho al cobro de
peaje. Ya durante los gobiernos frenteamplistas, la misma ley devolvía a AFE las facultades transferidas al
ministerio, establecía la creación por parte de Corporación Nacional para el
Desarrollo (CND) de una sociedad anónima para explotar el transporte
ferroviario de carga, que participaría
en la dirección de la empresa.
Ver:
Historia Económica del Uruguay, tomo II. Millot, J y
Bertino, M. 1996.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.