EL SEGUNDO COLEGIADO BLANCO (Tomado de la web)
"La labor del segundo colegiado blanco se vio paralizada por
la búsqueda de acuerdos para poder tener mayorías en el parlamento y por los
enfrentamientos dentro del propio partido gobernante (enfrentamiento de
herreristas y ubedistas, separación del Movimiento de Rocha de la UBD, etc).
Estas múltiples divisiones, agravadas por el fallecimiento de Nardone y de
Fernández Crespo, líderes del ruralismo y de la UBD respectivamente,
debilitaron al gobierno que no pudo hacer frente al deterioro de la economía.
Para obtener respaldo en las cámaras y aprobar el
presupuesto, la UBD tuvo que recurrir al apoyo de la lista 99 (colorada) y del
Partido Demócrata Cristiano. La interpelación a los ministros blancos de
Hacienda (Salvador Ferrer Serra) y de Ganadería (Wilson Ferreira Aldunate) por
los propios senadores blancos, demuestra el grado de diferencias que había
dentro del partido gobernante.
Durante el segundo colegiado blanco, en 1963, se dio a
conocer el informe de la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE).
Esta había sido creada en 1959 con el objetivo de que hiciera un análisis de los
problemas del Uruguay y recomendar soluciones. La CIDE hizo un diagnóstico del
estancamiento económico encontrando sus causas en:
-el estancamiento del agro provocado por el latifundio, el
minifundio y la falta de tecnología.
-la falta de competencia de la industria nacional que
dependía de insumos importados (combustibles, maquinaria) y que producía para
un mercado interno pequeño.
-el enfrentamiento de los grupos de presión para mantener o
mejorar su situación.
- la inflación.
Las causas del estancamiento no eran coyunturales sino
estructurales; sólo un cambio de la estructura económica, y especialmente de la
explotación agropecuaria, podía revertir la situación, según el informe.
El análisis y las propuestas de la CIDE se enmarcaban dentro
de la teoría “desarrollista” que en esos años se difundió en América Latina y
que tenía entre sus impulsores a la Comisión Económica Para América Latina
(CEPAL) y al economista argentino Raúl Prebisch. Esta teoría económica se
centraba en la necesidad de planificar el desarrollo de los países. Las
exitosas experiencias de economía planificada de los países socialistas y de
algunos países de Europa Occidental en la posguerra, servían de ejemplo.
La CIDE propuso un plan de desarrollo cuyo primer paso era
lograr un acuerdo entre los empresarios, los sindicatos y el gobierno para
mantener fijas durante un años las tarifas públicas, los salarios y los precios
. Luego se debían encarar reformas a fondo empezando por una reforma agraria (
con distribución de tierras y apoyo tecnológico), y siguiendo por la reforma
del sistema bancario, la educación y la seguridad social. Una de las figuras
destacadas del colegiado blanco, el Ministro de Ganadería Wilson Ferreira
Aldunate, presentó en octubre de 1964 un plan de “vuelta al campo”, que incluía
un proyecto de reforma agraria. La Asociación Rural se manifestó en contra y el
proyecto, como otras de las reformas propuestas por la CIDE, no fue aprobado.
PROFUNDIZACIÓN DE LA CRISIS ECONOMICA Y SOCIAL
En el año 1965 la situación económica y social empeoró. En
primer lugar se hicieron sentir las consecuencias de una intensa sequía que
perjudicó al sector agropecuario. Por otra parte se produjo una crisis bancaria
que provocó la quiebra del Banco Regional y del banco Transatlántico.
El estancamiento agropecuario. La crisis del sector
agropecuario se venía arrastrando desde mediados de la década del 50. Durante
el primer colegiado blanco (1958.1962) se había intentado abandonar el
dirigismo estatal implantándose una política con orientaciones del liberalismo
económico, pero no se había logrado salir de ese estancamiento. Durante el
segundo colegiado blanco (1962-1966) se intentó aplicar el proyecto de la CIDE
de orientación desarrollista, pero el resultado tampoco era bueno, más teniendo
en cuenta que parte del proyecto ni siquiera se aplicó.
Del estudio realizado por la CIDE se desprendía que el
crecimiento de la producción agropecuaria entre 1959 y 1961 era del 1,6% anual;
se necesitarían 44 años para que la producción se duplicara. El mayor desarrollo
se había dado en la agricultura para industrializar: lino, girasol, arroz, etc.
En cuanto a la ganadería se había estancado la producción de ganado para carne,
había crecido muy poco la producción de lana y el mayor crecimiento
correspondía a la lechería. Desde hacía varias decenas de años el ganado vacuno
estaba en alrededor de 8 millones de cabezas.
Cada vez era más evidente el atraso tecnológico y la mala
distribución de las tierras. En Uruguay una res necesitaba entre 4 y 5 años
para estar apta para faenar y la tasa de reproducción anual era de 56% (72% era
en Argentina y 85% en Australia). Para obtener una tonelada de carne en el
frigorífico, se necesitaba mantener en pastoreo 26 vacunos, mientras en
Argentina bastaba con 17 animales. En cuanto a la tenencia de la tierra se
mantenían el latifundio y el minifundio.
Los problemas de la industria. La reforma cambiaria de 1959 le había
quitado a la industria parte de la protección que recibía del estado. En 1963
la industria producía la mitad de lo que le permitía su capacidad. Había bajado
la producción y por lo tanto también habían bajado las oportunidades de empleo.
A haber menos empleo había menos consumo y como la industria producía para el
mercado interno, descendía el consumo y en consecuencia seguía bajando la
producción.
Las industrias dinámicas, que se habían desarrollado en base
al proteccionismo del estado durante el neobatllismo, fueron las que tuvieron
más problemas, especialmente las industrias del caucho, la metalúrgica y las de
fabricación de equipos eléctricos.
En los años 60 se observan las siguientes características de
la industria uruguaya:
a) en las industrias tradicionales predominaban
establecimientos grandes con gran concentración de trabajadores, mientras en
las industrias dinámicas predominaban los establecimientos medianos (menos de
100 trabajadores) o pequeños (menos de 20 trabajadores).
b) escasa importancia de la industria nacional en las
exportaciones, con la excepción de la industria de la carne y de la lana.
c) mantenimiento de técnicas tradicionales y bajos niveles
de eficiencia de las instalaciones, lo que reducía la calidad de los productos
y su competitividad.
El desarrollo de los bancos y las actividades
especulativas. A partir de la reforma
cambiaria impulsada por el ministro Azzini durante le primer colegiado blanco,
se multiplicó la cantidad de bancos instalados en Uruguay. En 1963 había 63
bancos privados con cerca de 500 sucursales en todo el país. Esta cifra era
desproporcionada teniendo en cuenta la población que tenía el Uruguay.
Promedialmente había un banco cada 4.500 habitantes, mientras en Argentina
había uno cada 14.000 habitantes. Además se instalaban otro tipo de negocios
financieros conocidos como “casas bancarias”, cuyo funcionamiento no estaba
regulado por la ley y por lo tanto carecían de control.
Gran parte de las actividades realizadas por los bancos
privados y las casas bancarias giraban en torno a la especulación:
a) especulaban con la compra y venta de moneda extranjera.
b) intermediaban en la especulación de otros, otorgando
créditos a los estancieros mientras estos retenían sus productos y no los
exportaban presionando al gobierno para que devaluara la moneda nacional. Los
grandes productores almacenaban la lana en los galpones y obtenían el préstamo
para continuar sus actividades y el gobierno que necesitaba que se hicieran las
exportaciones para que ingresara moneda extranjera que se volcaba al pago de
las importaciones, debía ceder devaluando el peso uruguayo. De esta manera los
estancieros exportadores obtenían mayor cantidad de pesos uruguayos por los
dólares que recibían de su exportación. La devaluación también le servía a los
bancos que especulaban con la compra y venta de moneda extranjera.
c) eran el vehículo a través del cual se producía la fuga de
capitales, es decir la salida del país para invertir en otros países de dinero
obtenido en la producción dentro del Uruguay. Ese dinero no se reinvertía
dentro del país (por ejemplo mejorando la tecnología o pagando mejores salarios
a la mano de obra calificada) sino que se enviaba a través de los bancos hacia
el exterior, generalmente a depositar en lugares donde se pagaba mayor interés
por los depósitos.
Las actividades especulativas sin freno en medio del
estancamiento del país provocaron una crisis bancaria. En abril de 1965 uno de
los bancos privados más importantes, el Banco Transatlántico, no pudo hacer
frente a sus compromisos y quebró. El temor de que se produjera una corrida de
los depositantes para retirar sus depósitos en otros bancos (porque a la caída
del Banco Transatlántico podía seguirla la caída de otros) llevó al estado a
intervenir varios bancos y establecer que el Banco República sería garantía de
los depósitos hechos en los bancos privados. Los bancos permanecieron cerrados
durante dos semanas para evitar los retiros de depósitos. También se
establecieron mayores controles sobre las operaciones de los bancos. El
resultado fue que disminuyó la cantidad de bancos, pero no la especulación que
se concentró en menos manos y sobretodo en casas bancarias extranjeras con
filiales en Uruguay que se vieron menos afectadas por la crisis bancaria.
Problemas sociales.
Mientras los precios subían (88% en 1965) los salarios bajaban. Tomando
como base 100 en el año 1957, el salario real bajó a 80 en 1966. Mientras
algunos sectores privilegiados aumentaron sus ingresos en forma permanente,
otros, como las clases medias y bajas, que tenían ingresos fijos (salarios),
sufrieron el impacto de la inflación. Comenzó a difundirse el trabajo
“informal” al margen de la legalidad, la subocupación y el doble empleo para
poder complementar los salarios bajos. En los alrededores de Montevideo se
empezaron a ver asentamientos precarios, “los cantegriles”, donde proliferaba
la miseria que era engrosada por la permanente migración del interior hacia la
capital buscando mejores condiciones de vida.
El “éxodo rural”, traslado de población hacia las ciudades,
y en el caso de Uruguay especialmente hacia Montevideo, se mantuvo y acentuó en
esos años. En 1950 la población rural era el 20% de la población total del
país. En 1960 había descendido al 15% y diez años después, en 1970 bajó al 11%.
La organización sindical había progresado tanto entre los
obreros industriales como entre los “cuellos blancos” o sea los trabajadores de
oficinas, como bancarios, funcionarios públicos, etc. A fines de la década del
50 se reinició el diálogo entre las diversas organizaciones sindicales tratando
de formar una central única que reuniera a todos los sindicatos para lograr
mayor fuerza en sus reivindicaciones. Esta central única se concretó en 1964
con la formación de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT).
En el interior y en las zonas rurales la sindicalización de
los trabajadores era difícil y existía una fuerte represión realizada por los
sectores patronales. Quienes intentaban formar sindicatos eran despedidos y
circulaban “listas negras” con nombres de sindicalistas que no eran tomados
para ningún empleo. A pesar de esto se hicieron esfuerzos para lograr la
organización en aquellos lugares donde se concentraban cantidades considerables
de trabajadores. Un ejemplo es la creación de la UTAA, Unión de Trabajadores
Azucareros de Artigas, integrada por los cañeros que trabajaban en la
recolección de caña de azúcar en el norte del país. La UTAA organizó varias
“marchas de cañeros” hacia la ciudad de Montevideo para dar a conocer sus malas
condiciones de vida.
También los estudiantes se movilizaban a través de la FEUU,
Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, reclamando no sólo por
todo aquello que los afectaba como estudiantes sino por transformaciones
económicas y sociales. Llevaron acciones conjuntas con los sindicatos de
trabajadores poniendo en práctica la consigna “obreros y estudiantes unidos y
adelante”.
LA REFORMA CONSTITUCIONAL Y LAS ELECCIONES DE 1966
Los sectores políticos predominantes, al no hallar solución
a la crisis, culparon a la constitución de los males del país y se plantearon
su reforma. La población, que había recibido con frialdad la reforma anterior,
la del año 1952, no sentía atracción por el sistema colegiado y lo veía como un
organismo irresoluto, donde se discutía mucho y se resolvía poco. Por lo tanto
desde diversos sectores políticos se impulsó la reforma de la constitución.
En las elecciones de noviembre de 1966 se presentaron cuatro
proyectos de reforma, conocidos por el color de la papeleta con los que se
votaba:
- la reforma amarilla iniciada por algunos sindicatos y
apoyada por el Partido Comunista que proponía volver al Poder Ejecutivo
unipersonal, eligiendose el presidente en hojas separadas a las de diputados y
senadores, y eliminaba las medidas prontas de seguridad para quitarle poder al
presidente.
- la reforma gris inicialmente presentada por el Partido
Nacional y que proponía volver al Poder Ejecutivo unipersonal aumentando los
poderes del presidente y limitando algunos de los derechos individuales.
-la reforma rosada presentada inicialmente por el Partido
Colorado, también proponía volver al ejecutivo unipersonal y aumentaba los
poderes del presidente, pero fue dejada de lado al lograrse un acuerdo entre
sectores colorados y blancos que dio origen al cuarto proyecto de reforma:
- la reforma naranja que fue que obtuvo el apoyo de la
mayoría de los votantes (el 75% de quienes votaron). La reforma establecía
significativos cambios en el Poder Ejecutivo: se eliminó el Consejo de Gobierno
y se volvió al sistema unipersonal, o sea un Presidente, que sería electo cada
5 años y no podía ser reelecto. Acompañaban al presidente en su actuación un
ministro, varios de ellos o el Consejo de Ministros.
La nueva constitución amplió las potestades del Poder Ejecutivo.
Le dio la iniciativa exclusiva para presentar leyes referidas al orden
económico y financiero del país (por ejemplo para aumentar el número de empleos
públicos, aumentar los gastos del estado), la posibilidad de vetar leyes
aprobadas por la Asamblea General (veto que ésta podía levantar pero con 3/5 de
legisladores). Además el presidente podía enviar proyectos de ley de “urgente
consideración” a la Asamblea y ésta tenía un plazo perentorio para rechazarlos,
sino quedaban automáticamente aprobados. También incrementó el control del
poder Ejecutivo sobre los entes autónomos.
El mismo día que se plebiscitó la reforma constitucional se
celebraron las elecciones para elegir presidente. Continuaba acrecentándose la
división la fragmentación interna de los partidos tradicionales: los colorados
presentaron cinco candidaturas a la presidencia y los blancos tres. Bajo el
mismo lema, blanco o colorado, se presentaban tendencias muy distintas y hasta
contradictorias.
En el Partido Colorado el sublema Unión Colorada y Batllista,
llevaba como candidato a la presidencia a Óscar Gestido, general retirado que
había logrado el respaldo de la opinión pública por su buena administración
como director de PLUNA y de AFE. Por su parte la lista 15 postulaba a Jorge
Batlle quien tenía una propuesta económica liberal alejada del tradicional
batllismo y de la propuesta original del quincismo fundado por su padre Luis
Batlle Berres. La lista 99 postulaba a Zelmar Michelini quien se mostraba
partidario de la planificación estatal y aplicar políticas de mayor justicia
social. Había otras dos candidaturas coloradas que eran partidarias de mantener
el sistema colegiado del Poder Ejecutivo: Amílcar Vasconcellos y Justino
Jiménez de Aréchaga.
En el Partido Nacional se presentaban como candidatos a la
presidencia: Martín Etchegoyen por una alianza de ex-ubedistas, herreristas y
ruralistas; Alberto Gallinal por el Movimiento Nacional de Rocha y Divisa
Blanca; Alberto Heber por el herrerismo.
En los partidos de izquierda también se observó la
fragmentación y el Partido Socialista concurrió a las elecciones con dos
tendencias: una moderada encabezada por Emilio Frugoni y otra más radical que
proponía como presidente a José Pedro Cardozo. Como en el año 1962 se presentó
una coalición de grupos encabezados por el Partido Comunista bajo el lema
FIDEL.
Los sectores cristianos también fueron divididos: un sector
más cercano a la izquierda (el Partido Demócrata Cristiano) y otro conservador
(el Movimiento Social Cristiano).
Las elecciones del 27 de noviembre de 1966 dieron ganador a
Óscar Gestido, interpretandose este hecho como la búsqueda de una autoridad
fuerte ( por la formación militar del candidato) y una administración seria
(por sus antecedentes en la administración de PLUNA y AFE).
Gestido designó un consejo de ministros que mostraba la
ambiguedad de la política a seguir; había un desarrollista como Luis Faroppa en
la Oficina de Planeamiento y un liberal como Carlos Vegh Garzón en el
Ministerio de Economía. El aumento de la inflación provocó movilizaciones
populares y la respuesta de Gestido fue implantar las medidas prontas de
seguridad, lo que significaba suspender los derechos individuales. Esto provocó
la renuncia de una parte de los ministros. El 23 de octubre Gestido anunció modificaciones
importantes en la economía: se designó ministro a Cesar Charlone (había sido
ministro de Gabriel Terra) y se decretó una fuerte devaluación del peso.
Enseguida llegó al país una misión del Fondo Monetario Internacional. Parecía
que Gestido iba a incluir a Uruguay en la política económica fondomonetarista.
Pero no tuvo tiempo de ver su obra porque el 6 de diciembre
de 1967 falleció, cuando apenas hacía seis meses que había asumido la
presidencia"
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