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domingo, 25 de febrero de 2024

La cultura como campo de batalla durante la Guerra Fría.

 

La cultura como campo de batalla durante la Guerra Fría.

 

 




A lo largo de la historia, varios países han utilizado el arte como herramienta de propaganda y control ideológico. Algunos ejemplos:

·        Antiguo Egipto: Los faraones utilizaban el arte monumental para retratarse como dioses o guerreros victoriosos, asegurando la lealtad y reverencia de sus súbditos.

·        Imperio Romano: Dominaron el arte de la propaganda, utilizando monedas, esculturas y arquitectura para glorificar el imperio y sus líderes.

·        Alemania Nazi: Controlaron las formas de comunicación por medio de la censura y la propaganda, incluyendo el arte, para apoyar su dictadura y creencias.

·        Italia Renacentista: Líderes como Cosme I de Medici usaron el arte para la propaganda política, glorificando su liderazgo y poder.

·        Unión Soviética y Bloque Comunista: Promovieron el realismo socialista en el arte, buscando llevar el comunismo a los terrenos del arte y la cultura.

 La práctica de utilizar el arte para la propaganda y el control ideológico ha sido común en muchas

culturas y regímenes a lo largo de la historia.

El libro “La CIA y la Guerra Fría Cultural” de Frances Stonor Saunders es una obra que detalla cómo la CIA influyó en el ámbito cultural durante la Guerra Fría. La autora expone que la agencia estadounidense financió eventos culturales, revistas y exposiciones como parte de una estrategia para desvincular a los intelectuales y artistas de la izquierda y contrarrestar la propaganda comunista. Este mecenazgo clandestino buscaba controlar la narrativa cultural y asegurar que la producción artística y literaria favoreciera los intereses occidentales frente a los soviéticos. Frances Stonor Saunders es una periodista e historiadora británica nacida en Londres en 1966. Se educó en St Anne’s College de la Universidad de Oxford y comenzó su carrera como directora de documentales para la televisión. Su trabajo documental incluye “Hidden Hands: A Different History of Modernism”, realizado para Channel 4 en 1995, que trata sobre los vínculos entre críticos de arte y pintores expresionistas abstractos con la CIA.

Su primer libro, ¿“Who Paid the Piper?: CIA and the Cultural Cold War” (publicado en 1999 y traducido al español como “La CIA y la guerra fría cultural” en 2013), se basa en su trabajo documental y se centra en la historia del Congreso por la Libertad de la Cultura, una asociación cultural anticomunista financiada en secreto por la CIA.

A lo largo de la Guerra Fría los Estados Unidos invirtieron grandes recursos en un programa cultural secreto aplicado en Europa Occidental primero y en el resto del hemisferio occidental después. Lo llevó adelante la Agencia Central de Inteligencia, CIA, bajo una campaña iniciada con el Congreso de Libertad Cultural. De la actividad de este surgen oficinas vinculadas en 35 países, con muchas personas vinculadas mediante contratos para generar la publicación de más de veinte revistas de prestigio internacional, exposiciones de arte, servicios noticiosos y artículos de opinión, músicos y premios y reconocimientos. La misión era lograr que la intelectualidad europea se separase de la fascinación por el marxismo y el comunismo que predominaba en esa época. El objetivo era, entonces, generar una visión del mundo de acuerdo con la visión norteamericana. Los integrantes de esta acción secreta fueron los integrantes de los servicios de inteligencia, políticos, grandes magnates y antiguos alumnos de las principales universidades. La CIA llevó adelante la tarea de generar los anticuerpos contra el comunismo y el desarrollo de la política exterior de los Estados Unidos en el mundo. El concepto principal era la construcción de una “pax americana”. Las herramientas culturales fueron periódicos, libros, conferencias, seminarios, exposiciones, conciertos, premios. Los integrantes intelectuales fueron un grupo muy grande de intelectuales de izquierda cuya militancia en el marxismo había muerto frente a la despótica visión militarista y totalitaria del estalinismo. Esto fue acompañado por la voluntad de crear un nuevo proceso cultural. La verdad fue que estos grupos apoyados por grandes instituciones comenzó a monopolizar la vida intelectual del occidente, tal cual en décadas anteriores los había realizado el marxismo. No hay que olvidar que la CIA fue generando un poder excepcional dentro las estructural de poder norteamericano y que tuvo acciones intervencionistas y complejas: estuvo detrás de los derrocamientos del primer ministro de Irán en 1953, de Jacobo Árbenz en Guatemala el año siguiente, el fallido episodio de Bahía de Cochinos en 1961, el programa Phoenix en Vietnam, etc.

El Congreso por la Libertad de la Cultura (CCF) fue una organización anticomunista que jugó un papel importante durante la Guerra Fría. Fundado en 1950, el CCF estuvo activo en 35 países y se dedicó a promover una cultura liberal y antitotalitaria a través de diversas actividades.

Entre las acciones del CCF, se destacan:

  • Eventos Culturales: Organizaron encuentros, conferencias, conciertos, exposiciones, galerías y bienales de arte. Estos eventos servían como plataformas para difundir ideas y valores democráticos y liberales.
  • Publicaciones: El CCF publicó libros y revistas de análisis social y político, caracterizados por su línea antitotalitaria y su rigor intelectual. Estas publicaciones buscaban influir en la opinión pública y en la comunidad intelectual.
  • Red de Relaciones Internacionales: Tejieron una vasta red de relaciones entre intelectuales y políticos de diferentes países. Esto permitió un intercambio de ideas y fortaleció la posición anticomunista en el ámbito cultural global.

El CCF se esforzó por establecer una cultura de élite liberal, especialmente en el Tercer Mundo, articulada en torno a la denuncia del peligro que representaba el totalitarismo de izquierda para el futuro de los países y, por extensión, para el resto del mundo.

Estas actividades se llevaron a cabo con el fin de contrarrestar la influencia y la propaganda comunista, y promover la idea de que la democracia liberal era más compatible con la cultura y la libertad intelectual que el comunismo.

Durante la Guerra Fría, la CIA financió una variedad de grupos culturales y actividades artísticas como parte de su estrategia para contrarrestar la influencia comunista y promover los valores occidentales. Algunos de los grupos e individuos que recibieron apoyo incluyen:

  • Intelectuales y Artistas: Figuras como Irving Kristol, Melvian Lasky, Isaiah Berlin, Stephen Spender, Sydney Hook, Daniel Bell, Dwight MacDonald, Robert Lowell, Hannah Arendt y Mary McCarthy, entre otros en Estados Unidos y Europa, fueron financiados y promovidos por la CIA.
  • Revistas y Publicaciones: La CIA subvencionó revistas y publicaciones que promovían el pensamiento liberal y críticas al comunismo, con el objetivo de influir en la opinión pública y en la comunidad intelectual.
  • Eventos Culturales: La agencia estadounidense también financió eventos culturales a través de fundaciones filantrópicas que organizaban conferencias y conciertos, montaban exposiciones y más, como parte de una estrategia para alejar a los intelectuales y artistas de la izquierda. Las acciones de financiamiento y promoción cultural por parte de la CIA durante la Guerra Fría tuvieron un impacto considerable en la cultura y el arte contemporáneo. Algunos de los efectos incluyen:
  • Influencia en la Dirección Artística: La financiación de ciertas corrientes artísticas sobre otras influyó en la dirección y la percepción del arte moderno, especialmente en la promoción del expresionismo abstracto como una alternativa al realismo socialista.
  • Cambio en la Narrativa Cultural: Las actividades financiadas por la CIA ayudaron a establecer una narrativa cultural que favorecía la libertad de expresión y la democracia liberal, en contraposición a la censura y el control estatal asociados al comunismo.
  • Globalización del Arte y la Cultura: El apoyo a eventos culturales internacionales y la creación de redes entre intelectuales de diferentes países contribuyeron a la globalización del arte y la cultura, fomentando un intercambio más amplio de ideas y estilos artísticos.
  • Desarrollo de Instituciones Culturales: El financiamiento de la CIA a menudo se canalizaba a través de instituciones culturales, lo que les permitió crecer y tener un alcance más amplio, aunque también generó debates sobre la independencia y la integridad de estas instituciones.

 

La situación de la financiación de grupos culturales por parte de la CIA durante la Guerra Fría se relaciona estrechamente con la censura y el control estatal del arte en algunos países. Durante este período, tanto en el bloque occidental liderado por Estados Unidos como en el bloque soviético, el arte y la cultura fueron utilizados como herramientas de propaganda y control ideológico:

  • En el bloque occidental, aunque se promovía la libertad de expresión, existían esfuerzos para dirigir el arte hacia formas que se consideraban representativas de la libertad y la democracia, como el expresionismo abstracto, a menudo excluyendo o minimizando otras formas de expresión artística que no se alineaban con la narrativa anticomunista.
  • En el bloque soviético, el control estatal sobre el arte era más directo y evidente, con la promoción del realismo socialista como la forma oficial de arte y la censura de cualquier expresión que se desviara de la línea del partido o que se considerara contrarrevolucionaria.

Estas prácticas de influencia y control sobre el arte y la cultura durante la Guerra Fría sentaron precedentes para la censura y el control estatal del arte en algunos países, donde los gobiernos continúan utilizando el arte como un medio para promover ideologías específicas y suprimir disidencias. La censura y el control estatal del arte siguen siendo temas relevantes en la actualidad, reflejando las tensiones entre la libertad de expresión y los intereses políticos.

Sí, durante la Guerra Fría, medios como la revista Life y cómics como Capitán América tuvieron un impacto significativo en la política y la cultura de América Latina. La revista Life, en su versión en español, promovía el “modo de vida americano” y se oponía al comunismo, lo que influyó en la ideología y las percepciones políticas en la región.

Por otro lado, los cómics de superhéroes, especialmente Capitán América, fueron utilizados como herramientas de propaganda para promover valores estadounidenses y anticomunistas. Estos cómics no solo entretenían, sino que también reflejaban y reforzaban la ideología de la época, llegando a ser parte de la cultura popular y afectando las actitudes políticas.

Las alianzas culturales, como las promovidas por organizaciones y eventos culturales, también jugaron un papel en la formación de la política en América Latina. Estas alianzas a menudo estaban alineadas con los intereses de los bloques de poder durante la Guerra Fría y podían influir en las políticas internas de los países latinoamericanos.

La hegemonía cultural gramsciana y el proyecto cultural de la CIA durante la Guerra Fría comparten la idea de que la cultura es un campo de lucha y un medio para establecer dominio ideológico. Sin embargo, sus enfoques y objetivos son distintos:

  • Hegemonía Cultural Gramsciana: Antonio Gramsci desarrolló el concepto de hegemonía cultural para describir cómo una clase dominante mantiene su dominio no solo a través de la fuerza, sino también mediante el control cultural e ideológico. Gramsci enfatizaba la importancia de las superestructuras culturales e intelectuales en la formación de un consenso social que naturaliza y legitima el orden establecido.
  • Proyecto Cultural de la CIA: Durante la Guerra Fría, la CIA financió secretamente actividades culturales y artísticas para contrarrestar la influencia comunista y promover los valores occidentales. Aunque también utilizaba la cultura como herramienta de influencia ideológica, el enfoque era más estratégico y táctico, buscando ganar la “batalla de las ideas” contra el comunismo.

Ambos reconocen el poder de la cultura en la conformación de la sociedad y la política, pero mientras Gramsci proponía una transformación desde la sociedad civil para crear una nueva hegemonía cultural, la CIA buscaba mantener y fortalecer la hegemonía existente alineada con los intereses de Estados Unidos durante la Guerra Fría.

 

Ver:

Stonor Saunders, F. La CIA y la Guerra Fría cultural. Debate. 2001. Madrid.

 

 

 

 

 

 

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